HERMANADOS EN LA HISTORIETA |
TEBEOSFERA. ¿Consideras que el cómic es un medio que os permite expresaros libremente y, además, de forma distinta a otros medios?
DANIDE. Absolutamente. De todas formas, a la hora de publicar profesionalmente, la libertad la marca la línea editorial de la publicación en cuestión, y también, cómo no, el mercado.
El lenguaje del cómic es único y realmente lleno de posibilidades. Mucha gente hace cómic porque es más fácil que hacer una película, por ejemplo. En consecuencia, su trabajo es una serie de fotogramas en viñetas. A mí lo que me interesa es explicar historias en formato cómic con un lenguaje genuinamente “comiquero”.
RAÚL DEAMO. Yo creo que los autores de cómic tienen más libertad creativa que autores de otros medios porque se arriesga mucho menos dinero editando un álbum que, por ejemplo, produciendo una película.
Muestra de Sèrie B. | Pagina para El Jueves. |
T. ¿Copiáis, adaptáis o forjáis estilo?
D. Las referencias van y vienen. Copias y adaptas aunque no te des cuenta. Creo que este proceso nos pasa a todos los dibujantes porque, aparte de dibujar, nos gusta leer y mirar cómics o ilustraciones. En mi caso, tengo referencias muy variadas y de diferentes medios (ilustración, animación, pintura...). La intención también es encontrar un estilo propio aunque no sea cien por cien original.
R. D. En el caso del guión creo que tengo influencias constantes de todo lo que me envuelve, me interesa y me sorprende. La propia realidad es una fuente inagotable de ideas para un guionista, y cada vez veo más claro que la frase “la realidad supera la ficción” es una verdad como un puño. También me influyen bastante el cine, las series de TV, documentales y libros de divulgación científica. Creo que es bueno que a un autor de un medio concreto le influyan otros medios, así su obra puede ser más fresca y puede experimentar más allá de los parámetros establecidos.
T. ¿Por dónde empezasteis en esto del cómic y adónde queréis llegar?
Muestra de la serie Mundo absurdo para Amaníaco. |
D. Quiero pasármelo bien y aprender por el camino. Me gusta colaborar con escritores y guionistas, cosa que hace que el proceso sea más interesante e inesperado para mí.
T. ¿Qué otras actividades desarrolláis en paralelo al cómic?
D. Soy ilustrador profesional. Me gusta mucho hacer cómic, pero no me imagino dedicar todo mi tiempo a eso, aunque me lo pudiese permitir. En el fondo, me gusta tanto la ilustración como el cómic. Es entretenido combinar ambas disciplinas.
R. D. Mi trabajo es el de realizador audiovisual, me encargo de grabar y editar vídeos educativos y de divulgación científica. Como freelance también desarrollo proyectos de diseño y páginas web. La verdad es que me apasiona el mundo de la imagen (ya sea cómic, cine o diseño gráfico) igual que el hecho de poder contar historias.
T. O sea, consideráis que el cómic está interconectado con otras disciplinas.
R. D. Sí que tiene nexos de unión, pero hay que saber que, por ejemplo, lo que funciona en una sitcom de TV quizás no funcione en un cómic de humor. Cada medio tiene sus mecanismos y no todos funcionan bien si los aplicas a otra disciplina.
D. En el cómic cabe casi todo. El cómic importa ideas y disciplinas de otros medios, pero también exporta. Para mí, es la gracia del asunto. En ese sentido no soy purista y no me gusta limitar. Me gusta que haya experimentación, aunque el resultado no sea bueno.
T. Entre tanto manga y superhéroe, ¿dónde queda el cómic español?
D. Creo que la tendencia en el cómic a nivel global se marca únicamente desde Estados Unidos, Japón y Francia (y Bélgica), que es donde realmente hay lectores y una industria de verdad.
El cómic español tiene una mala salud de hierro.
Dibujos de Danide en Duke Ellington. |
T. En consecuencia, tú quieres emigrar o buscarte las viñetas fuera... ¿Y Raúl?
D. De momento prefiero tener libertad creativa. No me tomo el cómic como una forma de ganar dinero, sino como un espacio de libertad y diversión. Aparte de colaborar con El Jueves, que es lo más comercial que hacemos en el medio ), lo demás que publico me aporta otras cosas menos dinero. Sólo me haría ilusión publicar fuera si pudiese controlar el proyecto, como hago aquí.
No me cierro ninguna puerta, aunque hasta la fecha no me he interesado de verdad en publicar fuera.
R. D. Creo que en algún momento intentaremos mover algún proyecto concreto y que tenga potencial en Francia o Estados Unidos. Ahora con internet es bastante más fácil que antes comunicarse y enviar material a editoriales extranjeras. Hay que aprovechar esa ventaja tecnológica.
T. ¿Qué se puede proponer para mejorar la situación de la industria en nuestro país?
Raúl como autor completo en Amaníaco. |
T. Poca lectura y poca formación académica sobre el medio, ¿no?
D. Creo que el cómic no tiene suficiente prestigio. De todas formas, con el tiempo, hay iniciativas que puede que inviertan la situación.
R. D. Lo veo como un circulo vicioso: pocos lectores, mala distribución, poca repercusión mediática, poca formación académica, pocos lectores... De todas formas hay muchos premios, publicaciones, exposiciones, pero creo que no es suficiente. No hay, por ejemplo, ningún programa sobre cómics en un canal de TV generalista.
T. Y las escuelas de cómic… ¿ayudan a formarse?
R. D. En nuestro caso ir a la Escola Joso fue un gran empujón: conocimos diferentes técnicas (en aquel momento sin nada de Photoshop) y descubrimos nuevos autores. Creo que una escuela donde formarse es una muy buena opción.
D. Más allá de la calidad de la formación, que puede ser variable, las escuelas siempre son un caldo de cultivo donde conocer gente que tenga tus mismas inquietudes.
T. La tecnología ha supuesto una mejora en todos los sentidos: en la impresión, la distribución, la venta, pero... ¿y en la creación?
D. Básicamente, la tecnología aporta más velocidad.
R. D. A veces tanto Photoshop ha hecho un poco de daño, pero todo es cuestión de saber utilizar de forma inteligente las herramientas digitales. De todas formas, la tecnología actual también tiene la ventaja de que facilita mucho la rotulación, la maquetación y las posibilidades del control-Z.
T. Cada vez es mayor la presencia de historietas en la red y su lectura a través de pantalla, ¿en qué cambia esto la forma de aproximarse al cómic?
Las nuevas tecnologias en Fagocitosis, trabajo de proxima aparicion para Glénat. |
D. A mí no me gusta leer en pantalla. Parte de la gracia del cómic es el objeto, el "libro", y todo lo que esto comporta (la tinta, el tipo de papel, el formato, las dobles páginas, etc.). Para mí, la "publicación" en pantalla no tiene demasiado sentido.
La red, eso sí, es un escaparate y una forma perfecta de reseñar trabajos. En el ámbito divulgativo, internet tiene un peso específico enorme. También está bien para seguir a los diferentes autores que te interesan y para descubrir a gente nueva. Además es importante para los autores noveles, que pueden empezar a crear obra a un coste cero y con una libertad absoluta.
T. ¿Qué tienen de bueno los llamados webcomics para ti?
D. Un webcomic te permite ser tu propio editor. Es mucho más trabajo, porque aparte de dibujar, te toca promocionar y vender tu trabajo; pero el autor es (casi) el único beneficiario de su esfuerzo.
Los webcomics aportan más libertad, más títulos y más autores. Sin embargo, también hacen más inviable el hecho de poder vivir de esto. A corto plazo, creo que básicamente perjudicarán a las industrias pequeñas (como la de aquí). Para los lectores, de todas formas, y sobre todo para sus bolsillos, todo son ventajas.
En cualquier caso, personalmente prefiero el cómic publicado en papel.
T. Dani, ¿tu tira Chic-o-Boom qué tiene de Gallardo y qué de “Ángel Siseñor” (o de Schulz)?
D. Pues tiene un poco de todo. Aunque sea inconscientemente, la batidora de referencias siempre se pone en marcha antes de abordar un nuevo proyecto. Me gusta mucho la fuerza gráfica de Gallardo, y las historietas de Don Ángel Siseñor me marcaron mucho cuando era pequeño por el humor absurdo que gastaban. De Schulz quizás tiene ese punto poético, esa especie de opacidad. Cuando he hecho trabajos de tiras humorísticas, siempre he tenido a Schulz en la cabeza.
Tira de Chic-o-Boom, por Danide. |
Tira de Walter & Beep, firmada Deamo Bros. |
T. Raúl, ¿y Walter & Beep de Calvin y Hobbes?
R. D. Bill Watterson nos encantaba de pequeños y aún lo sigue haciendo. Creo que las tiras de Walter & Beep tienen mucho de Calvin & Hobbes, como podéis comprobar ya desde el título.
T. En vuestros cómics hay una fuerte componente de la cultura popular, en concreto de la de “serie B”, ¿estos universos se han vuelto en exceso autorreferenciales?
Cubierta de Sèrie B. |
R. D. Es verdad que Sèrie B tiene muchas referencias (narrativas y gráficas), pero estaba pensado como un proyecto que se mueve entre el homenaje y la parodia del género de la ciencia ficción. De todas formas, creo que tampoco hace falta conocer todas las referencias que aparecen en él para disfrutar y entender el cómic, lo digo porque bastantes lectores que lo han leído y disfrutado no son precisamente fans de éste género.
T. ¿Para cuándo una edición de Sèrie B en castellano?
R. D. Esta pregunta nos la han hecho bastantes veces. Es algo que depende totalmente de la editorial, por nuestra parte estaríamos encantados de que Sèrie B tuviese una traducción en castellano para que así lo pudiese leer cualquier lector, ya sea de Madrid, Bilbao o A Coruña. Creo que para que esto ocurra primero tendría que ser un éxito de ventas en Cataluña, y ya sabemos que eso en un cómic es realmente muy difícil.