HELLBLAZER, DE JAMIE DELANO
JOSÉ MANUEL HINOJOSA

Palabras clave / Keywords:
Hellblazer, John Constantine, Jamie Delano/ Hellblazer, John Constantine, Jamie Delano
HELLBLAZER, DE JAMIE DELANO
 
John Constantine es uno de los muchos, y memorables, personajes surgidos de la fértil imaginación de Alan Moore, que confiesa en una entrevista que, sencillamente, este personaje se le apareció en un bar, con una imagen que es ya símbolo y referencia del mundo del cómic  un tipo enfrascado en un cigarro y embutido en una gabardina:
«One day, I was in Westminster in London—this was after we had introduced the character—and I was sitting in a sandwich bar. All of a sudden, up the stairs came John Constantine. He was wearing the trenchcoat, a short cut—he looked—no, he didn't even look exactly like Sting. He looked exactly like John Constantine. He looked at me, stared me straight in the eyes, smiled, nodded almost conspiratorially and then just walked off around the corner to the other part of the snack bar.
I sat there and thought, should I go around that corner and see if he is really there, or should I just eat my sandwich and leave? I opted for the latter; I thought it was the safest. I'm not making any claims to anything. I'm just saying that it happened. Strange little story.
Years later, in another place, he steps out of the dark and speaks to me. He whispers: 'I'll tell you the ultimate secret of magic. Any cunt could do it.» [i]

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El aspectos del hombre de gabardina infernal.

 

Este personaje apareció por primera vez, de forma triunfal, en las páginas de la historia “Pautas de crecimiento”, de la serie  Swamp Thing, historia que ahondaba en una de las características básicas de la extensa carrera de este autor: que un personaje, en apariencia normal, sin superpoder alguno, alcance maravillosas cotas de protagonismo en tramas que forman ya parte de la historia del llamado noveno arte. En este caso concreto, en la trama de American Gothic, se nos presentaba a John Constantine como un personaje sombrío, manipulador, que llevó a Swamp Thing a través de las raíces mágicas y oscuras de una América terrorífica. En este escenario nada era lo que parecía ser y el bien y el mal acabarían por luchar entre sí en una batalla sin cuartel que dejó como víctimas a muchos de aquéllos que caen atrapados en la red de medias mentiras y medias verdades que este personaje considera necesaria para mostrar que hay momentos en que el fin justifica cualquier medio. Ésta fue la presentación triunfal de un personaje que fue creciendo verdaderamente en manos de Alan Moore, su creador.

Está claro que, con estos elementos, el personaje no podría tardar mucho en obtener serie propia, serie para la que fue elegido Jaime Delano, autor de origen británico, que usó en las primeras historias unos argumentos similares que hicieron de Constantine uno de los personajes más interesantes de la factoría DC. Sin embargo, el problema que se planteaba a continuación era saber si uno de los secundarios más interesantes del Universo DC tendría suficientes posibilidades como para ser el protagonista absoluto de una serie, y si las tramas y el coro de secundarios estarían a la altura de las historias narradas en Swamp Thing. La respuesta no llega a ser satisfactoria del todo, porque, aunque los primeros números de la serie dejaban un regusto delicioso en el paladar de los lectores, en especial en aquellas narraciones en las que Constantine maneja a su antojo a los personajes que caen en su red, y en las que la compañía de los fantasmas que una vez fueron sus amigos, y que perdieron su vida en una de las sagas memorables de Swamp Thing, aflora por las calles de un Nueva York casi apocalíptico.

 

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El primer tebeo propio de Hellblazer y siguientes encarnaciones en viñetas, siempre con la misma gabardina.

La importancia de John Constantine puede apreciarse en la aparición de un cómic mensual del que se erigió en protagonista absoluto, en unas historias cercanas inicialmente al personaje manipulador y enigmático ideado por Alan Moore, un protagonista  inmensamente carismático, un hombre con numerosas sombras en un pasado del que poco o nada se sabe, aunque Delano suela referirse, desde muy pronto, a un hecho de  vital y trágica importancia ocurrido en Newscastle que todavía le marca. El autor de estas historias que fue Jaime Delano, narrador de unos argumentos iniciales, par los primeros números, que fueron de más a menos, diluyéndose poco a poco en nuestra opinión, convirtiendo a un personaje memorable en uno mediocre a través de historias que naufragaban en episodios melodramáticos en los que se mostraba la imagen de un hombre destrozado por el mundo que le rodea, un aspecto totalmente alejado del concepto con el que se concibió al mismo personaje.

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Portada del núm. 3 de la primera colección americana, en el que se publicó la historieta "Going for it". 
Entre los aciertos, hay que advertir que, inteligentemente, Jaime Delano comprendió que Constantine era un personaje mucho más interesante si no lo convertía en el protagonista absoluto de su serie, sino en uno más, aunque fuera el más importante. Eso sí, el más interesante de un coro de personajes por el que pasan seres humanos que quieren vender su alma, demonios de medio pelo y de diversa importancia que se mueven en un territorio, el Reino Unido, paradigma una vez del Estado del Bienestar pero convertido aquí en una especie de infierno mundano en el que la maldad absoluta («Hay más de un camino hacia el infierno, -dice el autor en la historia “Going for it”, que aparece en el número tres de la serie- con la imagen aterradora de Constantine viendo una pantalla de televisión en la que aparece Margaret Tatcher”) y la política salvajemente conservadora, harían de este país foco central de miserias, con una situación económica brutal para las clases más desfavorecidas y con un paro galopante en las antaño prósperas comunidades industriales. El sistema político como infierno cotidiano forma parte de la trama desarrollada en muchos de los cómics guionizados por autores ingleses de la época, como Morrison, Moore, el mismo Delano, en las que reflejaban sus convicciones progresistas y mostraban un pesimismo absoluto por un futuro que se iba construyendo sobre un presente atroz. Así, en las historias de Hellblazer, aparecen una serie de personajes de todo tipo, mundanos y mágicos; hinchas, tan radicales como descerebrados, de fútbol, que llegan a la autodestrucción porque forman parte de aficiones diferentes, hecho usado por este autor inglés para mostrar el sinsentido del odio más visceral; veteranos de la guerra del Vietnam; toda clase de demonios aunque sean los seres humanos más corrientes los causantes de la maldad que corroe el mundo. Esta ha sido una de las ideas principales, también, en muchos de los cómics de Alan Moore, por ejemplo en V for Vendetta, donde se nos recuerda que el mal existe porque nosotros lo hemos elegido; o en Swamp Thing, donde se nos dice que la maldad no existe, sólo la debilidad. Así, Jaime Delano usa los primeros números de esta serie para comentar aspectos que le parecían relevantes del Reino Unido de los años ochenta del siglo pasado: «but generally I was interested in commenting on 1980s Britain. That was where I was living, it was shit, and I wanted to tell everybody»
[ii].

La situación política, el racismo latente en la sociedad occidental, el temor al SIDA y el desprecio por lo diferente, todo esto y más tienen cabida en unos primeros números donde Delano se muestra ágil e inteligente, y en los que los temas y las tramas se muestran tan interesantes como bien construidos, aunque los detalles referidos al mundo de la magia sean algo más flojos, lo cual se incrementa en los números siguientes, logrando que su trabajo sea más notable cuando escribe para denunciar la situación política de un país a la deriva, aunque esto suele conllevar que preste mucha menos atención a los aspectos mágicos de un personaje tan conseguido por el autor que le dio vida y fama originalmente. En estas primeras historias, Delano nos presenta a Constantine en su Inglaterra natal, acaso, como él mismo nos dice, por el exotismo que despertaba en la audiencia americana y porque también escribir sobre Inglaterra les servía, a los británicos, para escribir sobre la política que, por entonces, no solía aparecer en los cómics:

«I think some of Hellblazer's initial appeal to the American audience particularly lay in some kind of perceived exoticism of England and also, because it was England we were writing about, we started to be able to talk about politics and things like that, which didn't happen in comics.»
[iii]
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Portada del annual de 1989, en el que se buscan los orígenes del personaje.

Sin embargo, Jaime Delano incurrió, a nuestro juicio, en un gran error de cálculo en las siguientes historias: arrojar luz sobre el oscuro pasado de John Constantine y explicar de manera clara el ritual mágico que acabó con la vida de una chica inocente en Newscastle, hecho imprescindible para entender las siguientes tramas, y que convirtió a este personaje en un ser humano tremendamente débil, consumido por la culpa, que se movía entre el patetismo y la debilidad psicológica. Un personaje en busca de sí mismo en historias como “Shot to Hell”, hechos que se narran en el número once de la serie original, por ejemplo, donde John Constantine, en una versión insólita hasta entonces, se ve acosado por su pasado, incluso por su propio fantasma; un tipo alcoholizado, alejado ya de la versión más sarcástica un carismático personaje que se fue empequeñeciendo en manos de Jaime Delano.

Una vez descubierto el hecho fundamental que configura el pasado de Constantine en la historia “Newscastle, a taste of tings to come”, la política y los aspectos sociales fueron desapareciendo poco a poco de la serie para cobrar mayor protagonismo los detalles de un mundo mágico en que lo sobrenatural se va haciendo omnipotente y que acaba por convertir esta serie en un cómic al uso de superhéroes sin superhéroes, con guiones de gran calidad en algunos momentos, eso sí: con un personaje principal perseguido por la policía y sus fantasmas, recorriendo los más diversos lugares del Reino Unido, huyendo hacia ninguna parte, luchando contra sociedades secretas (por ejemplo en la subserie The fear machina, trama que se da entre los números14 y 22 

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Portada del núm. 22 de la colección primera. 
de la serie original), a la búsqueda de sí mismo y de un potencial irremediablemente perdido en unas tramas y subtramas de ámbito romántico, en las que el amor, o un sentimiento cercano a éste, aflora en el corazón del protagonista; de corte policíaco, en las que Constantine busca desesperadamente a una chica llamada Mary; de corte casi bucólico, en historias como “On the beach”, que se cuenta en el número 13 de la serie original, en las que el mago, es apenas una sombra sin sentido de sí mismo. Historias, y personajes, como podemos comprobar, lejos ya del magnetismo con que nos asombraron en sus inicios, ya que hay tramas en las que, por encima de todo, asombran muchos lugares comunes y apenas cabe en ellas una segunda lectura, algo habitual en las primeras historias de este personaje. Quizás, como el mismo guionista reconocía, era feliz por creer que se podrían hacer más de doce números con ese personaje; y no deja de ser curioso, respecto a estas declaraciones, que la calidad de los guiones disminuyó a partir del número 12 de esta colección:

«I took it on thinking, we'll be lucky if we make more than twelve issues out of this but, what the hell, it's twelve issues, let's go for it. And I pretty much started writing it to entertain myself, basically hoping against hope that it might entertain a few other people as well. Luckily it did.»[iv]

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Páginas de Hellblazer 28 y, a la derecha, 38.

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Podríamos destacar, finalmente, en cuanto a la falta de profundidad del personaje y de las historias, una trama que se nos antoja básica en este aspecto: “Family man”, en la que Jaime Delano nos presenta a un Constantine más íntimo, desbordado por las circunstancias, como podemos observar, por ejemplo, en la escena en la que llora desconsolado en una esquina al conocer el asesinato de su padre. Delano llevaba al protagonista y antagonista a un desenlace, que corresponde al número 30 de la serie original,  en el que el guionista traicionaba el carácter y la mítica de John Constantine al convertirlo, sencillamente, en un pistolero ahogado por la sed de venganza, que se sacia en un final tan inesperado como superficial. Son estos errores de cálculo en las historias de Jaime Delano los que, tristemente, consiguieron que su trabajo a lo largo de los casi primeros cuarenta números de la serie Hellblazer no formasen, ni mucho menos, una etapa redonda. Aunque hubo números que alcanzaron la categoría de soberbios, sobre todo, obviamente, los primeros, cercanos todavía al carácter sarcástico, manipulador, cínico, de vuelta de todo, temible, cercano a lo oscuro, de un personaje que es hoy un hito en la historia reciente del cómic.

 NOTAS

[i]    http://www.insanerantings.com/hell/interviews/halan.html
“Un día estaba en Westminter, en Londres –después de que hubiéramos presentado al personaje y yo estaba sentado en un bar. De repente, desde las escaleras, llegó John Constantine. Llevaba la gabardina, el pelo corto, -parecía- no, no parecía exactamente Sting. Parecía realmente John Constantine. Me miró directamente a los ojos, sonrió, asintió de forma casi conspiratoria y caminó alrededor de la esquina hacia la otra parte del bar.
Me senté allí y pensé si debería ir hacia la esquina y ver si era él realmente o debería comerme mi sándwich e irme. Opté por esto último; pensé que era lo más seguro. Estoy diciendo que sucedió realmente. Una historia un poco extraña.
Años después, en otro lugar, salió de la oscuridad y se dirigió a mí. Me susurró: te diré el último secreto de la magia. Cualquier mago podría hacerlo.”
 
[ii]    http://www.tabula-rasa.info/AusComics/Hellblazers.html
“Pero generalmente estaba interesado en comentar la Inglaterra de los años 80. Era donde yo vivía; todo era una mierda y quería decírselo a todo el mundo”.
 
[iii]   http://www.tabula-rasa.info/AusComics/Hellblazers.html
“Pienso que algo del hechizo inicial de Hellblazer para el público estadounidense recae en algún tipo de exotismo percibido hacia Inglaterra y, además, como era Inglaterra sobre lo que estábamos escribiendo, pudimos hablar sobre política y temas similares, que no habían sido tratados en los cómics.”
 
[iv]   http://www.tabula-rasa.info/AusComics/Hellblazers.html
“Pensé, tendremos suerte si podíamos hacer más de doce números de (Hellblazer), qué demonios, vamos a por ello. Y empecé a escribir sobre todo para entretenerme a mí mismo, con la esperanza de que aquello que me entretenía a mí, pudiera entretener a más gente. Afortunadamente, así fue. ”
 
BIBLIOGRAFÍA
Creación de la ficha (2010): José Manuel Hinojosa. Con edición de Rafael Ruiz-Dávila
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
JOSÉ MANUEL HINOJOSA (2010): "Hellblazer, de Jamie Delano", en Tebeosfera, segunda época , 5 (6-V-2010). Asociación Cultural Tebeosfera, Sevilla. Disponible en línea el 21/XI/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/hellblazer_de_jamie_delano.html