HABLAR ESTÁ BIEN, PERO ACTUAR ES MEJOR: ENTREVISTA A UNA
Una de las circunstancias que hacen de la historieta un medio ilusionante, mágico, deslumbrante, se ejemplifica, entre otras muchas maneras, en aquellas ocasiones en las que descubres una obra que no esperabas, que te pilla desprevenido, que entra dentro de ti, te agarra por las tripas, te encoge el corazón, te obliga a pensar, te agita tus sentimientos, te amplía tu visión del mundo; en definitiva, que hace que, en mayor o menor medida, ya no seas el mismo, o la misma, que eras cuando comenzaste su lectura. Una entre muchas es una de esas obras. Las líneas que siguen reproducen la entrevista que le realizamos a su autora, Una.
Empecemos por el tema del seudónimo, ¿por qué decidiste que necesitabas utilizar un nombre artístico en vez del tuyo propio para firmar Una entre muchas? ¿Ya lo habías utilizado en otros trabajos anteriores? Y una vez que decidiste la utilización de un seudónimo, ¿por qué escogiste una palabra en castellano y por qué esa precisamente?
No había utilizado Una como nombre artístico antes, pero ha llegado a gustarme y sigo usándolo para otros proyectos. Una empezó siendo el personaje del libro Una entre muchas, pero enseguida decidí utilizarlo también como seudónimo. Necesitaba el anonimato por diversas razones legales cuando salió el libro, pero también me gusta el hecho de que no necesito ser una figura pública, si mantengo un perfil bajo. No necesito estar sonriendo mientras soy fotografiada, porque eso no parece ser apropiado debido a la materia de mi obra. Elegí Una porque representa la individualidad y es también un nombre de mujer o niña, pero además porque también simboliza la experiencia única pero global de la violencia contra las mujeres y las niñas. Elegí una palabra en castellano porque soy hispanoparlante, además de angloparlante.
Por cierto, teniendo en cuenta ese conocimiento del castellano y que el título original de la obra, Becoming/Unbecoming, es difícilmente traducible, ¿interviniste en la elección del título en la edición española?
El título en castellano fue negociado entre el editor y yo misma. Es una pena que el título original no tuviese traducción. Becoming/Unbecoming era un nombre de trabajo, no tenía pensado mantenerlo, pero al editor británico le gustaba y se quedó. Astiberri tuvo la última palabra para el título español porque ellos tienen una mejor idea de lo que suena mejor para los lectores españoles.
En el epílogo de Una entre muchas dices que cuando empezaste a dibujar no pensabas enseñar este trabajo a nadie, ¿por qué al final decides publicarlo, tal vez porque, como tú misma dices en un momento del libro, “hablar está bien, pero actuar es mejor”?
Soy una artista, así que siempre estoy dibujando algo, pero no siempre se lo muestras a otras personas. Decidí publicar la obra después de habérsela mostrado a una respetada académica feminista británica, que me ayudó a superar mi ansiedad acerca de los méritos del proyecto, y después de una presentación en un comic forum en Londres. Fue muy bien acogida, así que decidí tomarme en serio el proyecto y buscar un editor. En términos de hablar y actuar, pienso que el arte puede ser acción. Sin duda, este libro puede ser entendido en términos de activismo.
Un hecho cultural, que muchas veces varía entre lo absurdo y lo dañino, es la necesidad de poner etiquetas a todo (hay una parte del discurso en Una entre muchas que versa precisamente sobre el tema de la reputación), aunque si yo fuese un librero o librera tal vez me surgiese la duda de en qué estante de mi librería colocar tu libro. ¿Crees, como yo, que debería estar en el estante de política/feminismo antes que en el de comic/novelas gráficas?
Interesante pregunta, me hace gracia porque la gente siempre me está diciendo que no saben en qué categoría ubicarme. Además, cuando era joven quería ser librera, o dueña de una librería, y como explico en Una entre muchas, pasé muchas horas felices organizando y reorganizando mis libros en el estante, por orden de preferencia, tamaño, color, etc. Así que hay muchas maneras de clasificar objetos culturales. Mi libro encaja en muchas categorías y está destinado a un público amplio. No es una novela gráfica en primer lugar, antes que un trabajo político, es simplemente ambos. Tal vez sea necesario que haya más subcategorías en la sección de novela gráfica.
La pregunta anterior viene al caso porque Una entre muchas resulta un libro muy difícil de explicar a alguien que no lo conozca, para mí es un ensayo de aproximación al feminismo y de sensibilización ante la violencia de género, basado en hechos autobiográficos e históricos y construido con un lenguaje que combina cómic e ilustración de una manera muy personal. Tú, que tienes un punto de vista único como creadora de la obra, ¿cómo la definirías?
Me gusta tu definición de mi trabajo, no estoy segura de que pueda mejorarla. La única pequeña adición que haría sería una cita de una reseña británica que decía que es “un formidable testimonio de la potencia de las metáforas visuales”, que me gustó mucho. Estoy de acuerdo, es un libro difícil de explicar, realmente tienes que leerlo para comprenderlo.
Una parte muy importante de la obra se basa en exponer el desamparo de las víctimas. En España se da el hecho curioso de que las víctimas de otros tipos de violencia, como las víctimas del terrorismo, reciben una atención que las ha convertido casi en una cuestión de Estado, mientras que las víctimas de la violencia de género son desatendidas, o quedan en manos de la actuación de algunas asociaciones no gubernamentales con más entusiasmo y dedicación que medios a su alcance, ¿sucede lo mismo en tu país?
Creo que la situación es similar en el Reino Unido, y posiblemente en la mayor parte del mundo occidental. Es interesante que intentes establecer una comparación con las víctimas del terrorismo. Sin duda, si dos o tres mujeres estuvieran siendo asesinadas cada semana por los terroristas habría un alboroto, pero esa cantidad de mujeres están siendo asesinadas por sus parejas en el Reino Unido y se ha aceptado como perfectamente normal desde hace mucho tiempo. Creo que hay otro paralelismo interesante que podemos mencionar. Los supervivientes de accidentes y desastres naturales comparten una solidaridad y un reconocimiento que ha estado ausente desde hace mucho tiempo para con las supervivientes de los delitos de violencia sexual o agresiones de género. A menos que una persona encuentre la ayuda de los servicios especializados para mujeres (que son notoriamente un déficit de los gobiernos), la solidaridad y el reconocimiento se encuentran mayormente ausentes. Las supervivientes luchan solas, en la vergüenza y el abandono. Esto se ha prolongado durante demasiado tiempo. Gracias a Internet, las mujeres y las niñas pueden compartir sus experiencias, y eso ha hecho que libros como el mío sean más fáciles de escribir.
Una de las partes esenciales de la obra es la exploración del proceso psicológico que sufren las víctimas de la violencia de género que sobreviven a ella: el autoculpabilizarse, el desamparo, la incomprensión de las personas del entorno o la necesidad de reconstruir los pedazos de tu propio yo, sin apenas ayuda en la mayor parte de los casos. Esa es probablemente la parte más difícil de mostrar y que tú consigues resolver basándote casi más en elementos plásticos que en la propia palabra. Para llegar a ello, además del evidente talento, ¿has necesitado una formación en artes plásticas o lo has llevado a cabo de una forma más autodidacta?
Bueno, en primer lugar, gracias por tus amables palabras sobre mi trabajo. He estudiado arte durante mucho tiempo. Tengo un BA (grado de licenciatura en Arte), un MFA (Master en Bellas Artes) y actualmente estoy trabajando en un doctorado en Bellas Artes Aplicadas. El dibujo es una actividad artística especialmente humana y comunicativa, y es algo que siempre he querido hacer. También me gusta escribir, así que para mí ambos elementos trabajan juntos como una especie de alquimia; de hecho, a menudo se relaciona a los cómics con la alquimia. También es cierto que hay imágenes sin palabras en el libro, pequeños dibujos extraños que comunican algo acerca de la experiencia de la supervivencia. Estas, como dices, comunican algo que las palabras tal vez no puedan hacer, incluso en las manos más poéticas. Las imágenes, especialmente las imágenes dibujadas a mano, pueden trabajar en un nivel simbólico y también en un nivel empático, humano. Creo que esto es lo que mejor saben hacer los cómics alternativos.
Otra parte muy importante de Una entre muchas es la de poner en tela de juicio tópicos absurdos como que “lo que no te mata, te hace más fuerte”, que la gente que abusa de otra suele ser aquella de sufrió maltrato en su niñez o que “una persona que carece de fibra moral es incapaz de hacer lo apropiado en una situación difícil” (versión pedante de que solo a la gente mala le pasan cosas malas). Esto forma parte esencial del discurso de la obra, pero por momentos puede ser complicado introducirlo en el hilo narrativo. ¿Desde el principio tenías clara la estructura de la obra? ¿Qué querías contar, cómo y en qué orden?
Estos exámenes de creencias populares (los comentarios irreflexivos que la gente hace, pensando que están siendo útiles, y las muchas ideas mal concebidas que sustentan la reflexión en torno a la supervivencia) desde el principio iban a ser parte del discurso y de la estructura del libro. Mi intención era que este contenido analítico tomara la forma de una de las muchas voces de Una que se dan en el relato. La niña no tiene voz, así que se comunica visualmente, el narrador es claramente Una, contando su propia historia, pero esta última voz, el adulto reflexivo, analizando la situación en su conjunto, era mi oportunidad de batallar contra algunas de las ideas que a menudo he encontrado poco útiles o simplemente tontas. Algunos de estos contenidos se asientan un poco incómodamente, pero como he dicho, el libro es un experimento en primera persona, contextualizada, acerca de la narrativa relacionada con el trauma, y esto significa que puede ser estructurado en fragmentos, como el trauma mismo. La estructura que tenía en mente al principio era más como una línea de doble narración que oscilaba desde la primera persona hacía el contexto histórico-social y de regreso, pero el análisis cultural irrumpió en este flujo varias veces. Empecé a trabajar con capítulos, pero eso pronto se hizo difícil debido a que los diferentes capítulos no permitían que el libro fluyera de forma natural, así que seguí un discurso transversal, cambiando el orden, hasta que el libro pareció asentarse en una forma natural.
Cuando llegué al final de la lectura de la obra, y me encontré con los 13 retratos ficticios con los que la cierras, no me importa confesar que se me llenaron los ojos de lágrimas. Lo que tú haces es justamente lo contrario de lo que las formas de cultura popular o los medios de comunicación realizan en estos casos, que suele ser centrarse en la figura del asesino en serie y olvidarse de las víctimas. Teniendo en cuenta que han trascurrido más de treinta años de los hechos que acabaron con la vida de esas trece mujeres en Yorkshire, ¿crees que se han producido avances significativos en el tratamiento de estos temas?
Realmente espero que sí, aunque siento haberte hecho llorar: todavía me hace llorar a mí, y eso que yo sé lo que viene a continuación. Existen muchos libros y películas sobre hombres violentos, y la información de los medios todavía se centra en el agresor y borra las víctimas. Hay un caso reciente en Irlanda, un padre que mató a su esposa y tres hijos, en el que el público se ha solidarizado con el asesino, tratado como una figura trágica. La esposa, Clodagh, fue casi completamente ignorada en las informaciones, y como insulto final, los niños y la madre fueron enterrados, en un terreno de la familia, junto con su asesino[1].
Nuestro pensamiento es a la inversa en estos asuntos y parece ser muy difícil de cambiar. En cuanto a las trece mujeres cuyos retratos hice, investigué tanto como pude sobre cada una de ellas y el resto es producto de mi imaginación sobre la base de lo que descubrí; pero no era fácil averiguar mucho sobre ellas, mientras que Peter Sutcliffe tiene casi medio millón de páginas web dedicadas a él.
Es imposible acabar de leer Una entre muchas sin sentirse profundamente emocionado; no quiero ni pensar cómo sería para ti realizar la obra dada tu implicación personal en lo que estabas contando. ¿Cómo conseguías que no te temblase el pincel o el lápiz en la mano a ti misma mientras lo estabas haciendo?
Encuentro el dibujo muy relajante. Es por eso que me embarqué en esto como un proyecto de arte, en lugar de un proyecto de escritura. Había tenido algunas terapias (con éxito) en los años previos a iniciar el proyecto, así que estaba bien. No habría intentado hacer algo como esto si no me hubiera encontrado bien con ello. He ganado una cantidad sorprendente de libertad y confianza como resultado de hacer el libro, y también como resultado de su repercusión. Obviamente, antes de que un libro salga es imposible saber cómo va a responder la gente, pero he tenido una respuesta muy positiva por parte de personas de todas las edades y procedencias. He recibido varios correos electrónicos preciosos de padres de niñas, explicando lo útil que encontraron el libro, y por supuesto un montón de contactos de personas que son supervivientes, o personas como tú que encuentran la obra importante.
¿Puedes hablarnos, para finalizar, de qué otros trabajos has realizado en el campo de la narración gráfica? Creo que acabas de publicar una nueva obra, On Sanity, que espero que pronto podamos ver editada en castellano.
Una entre muchas fue mi primera obra de narrativa gráfica, aunque había hecho algunos trabajos en fanzines antes de eso, uno de los cuales he desarrollado convirtiéndolo en la publicación que mencionas, On Sanity: One Day In Two Lives, que he autopublicado con ayuda de los fondos del Arts Council England. Anteriormente había trabajado como artista, realizando trabajos que se basaban a menudo en el dibujo, diseño de libros, o cuentos. No sé por qué me llevó tanto tiempo saber que debería estar haciendo cómics. También he estado enseñando arte y diseño durante unos diez años.
Ahora estoy trabajando en otra novela gráfica de larga extensión, que podría tardar unos años en completarse, pero también tengo otros proyectos en la recámara para publicaciones más breves. Tengo un sitio web si la gente quiere mantenerse al día con estos proyectos (http://unacomics.com) y estoy en Twitter, Facebook e Instagram. Hablo español, así que si alguno de los lectores españoles quiere ponerse en contacto conmigo sería perfecto, siempre trato de responder.
[1] Para más información sobre la cobertura mediática de este caso: https://www.the-pool.com/news-views/opinion/2016/35/hawe-family-in-cavan-and-how-we-talk-about-male-killers