FLASH GORDON - ETAPA ALEX RAYMOND (1934-1942). We Sing of Arms and Heroe’s
Ante la inminente y catastrófica colisión de un cuerpo sideral contra la Tierra, el DR. HANS ZARKOV toma una medida desesperada: lanzar un proyectil tripulado contra el objeto agresor. Implica en su plan al jugador de polo FLASH GORDON y a DALE ARDEN (de profesión, pasajera) y terminan estrellándose en el bizarro y variopinto planeta MONGO. De inmediato, el pérfido emperador MING EL DESPIADADO les codicia, resultando su empeño fuente de abundantes y peligrosas aventuras para el perplejo trío de terrestres.
AGENCIA DE VIAJES ZARKOV PROMETE PARAÍSOS INAUDITOS
Según nos cuenta el DICCIONARIO DEL CÓMIC (ilustrado), de PATRICK GAUMER y CLAUDE MOLITERNI, LAROUSSE PLANETA S.A., 1994, Flash Gordon resulta una reacción contra BRICK BRADFORD y BUCK ROGERS, espacioaventureros que habían sentado unas tímidas bases para el desarrollo de las epopeyas de Gordon, aunque su principal influencia es el relato de PHILIP WYLIE y EDWIN BALMER WHEN WORLDS COLLIDE (CUANDO LOS MUNDOS CHOCAN, que RUDOLPH MATÉ adaptó al cine en 1951), quizás inspirado en el cuento LA ESTRELLA, de H.G. WELLS, que describía toda suerte de catástrofes según se aproximaba un planeta errante a la Tierra.
Se sabe que Zarkov mete a punta de pistola a Flash y Dale (una BETTY BOOP estilizada que luego adquirirá la encantadora esbeltez de IDA LUPINO) en su cohete espacial decidido a destruir al agresor estelar, que resulta ser Mongo, feudo del canallesco Ming (concepto/embajador de la AMENAZA AMARILLA entendida según Norteamérica, amenaza ya denunciada por un socialista de pro, JACK LONDON, además de ser el nombre de una dinastía china.)
Un vistazo a las primeras planchas, de entre once y doce viñetas cada una, nos proporcionan el tono general de estas vivencias: acción expeditiva, situaciones aclaradas con un texto, absoluta falta de identidad (o mecánicamente ajustadas a ciertos clichés) de sus personajes y aventura, paisajes fantásticos y fauna fabulosa que recuerda a los descabellados experimentos del DR. MOREAU.
Estas páginas luego nos hacen percatarnos que hay una tercera fuente para Flash Gordon, también tributaria en argumentos: la saga de JOHN CARTER DE MARTE (o BARSOOM) de E.R. BURROUGHS, aunque no sólo esta obra del prolífico padre de TARZÁN habrá cedido ideas al conjunto de andanzas del atleta náufrago.
Vemos en Flash Gordon a otro héroe descamisado tipo DOC SAVAGE (de LESTER KENNETH ROBERSON DENT) al cual no le parece indecoroso exhibir el torso lampiño ante la audiencia. Flash Gordon recurre a una forma decorosa de desnudez (al contrario de John Carter, pues en Barsoom todos iban como fueron paridos, o emanados del correspondiente huevo) para encarar a toda una plaga de adversarios, igualmente nudistas (o lo que el censor permitía), a los cuales, con absoluta precisión y desprendimiento, Flash ejecuta o salva, convirtiendo enemigos en amigos u obteniendo odios incondicionales, algo que parece también procedente de las hazañas de John Carter.
Las coordenadas vitales de Flash Gordon (patria, estudios, familia…) nos son desconocidas, pero resulta ser un excelente espadachín, un noble forzudo, un intrépido piloto intuitivo, estratega soberbio, estadista mesurado, taumaturgo como ARTURO PENDRAGÓN, espejo de hombres, nobles y reyes, benéfico precursor de la democracia, la libertad y la justicia. De mero pasajero en un vuelo accidentado asciende a rey de tierras exóticas y objeto de la codicia sexual de un largo catálogo de beldades extraterrestres, indiscutiblemente bellas, e imán del rencor de cuanto pretendiente frustrado que su apolínea irrupción ha causado. Alguna vez doma una bestia indómita (evidenciando dotes de cowboy) o la extingue. Aquí, consciencia ecológica, ninguna. Flash Gordon es el arquetipo del superhombre (como MAD MAX pueda serlo de superviviente postnuclear); establece las bases del modelo a imitar por otros (DIEGO VALOR).
Flash Gordon resplandece, así, con los lemas americanos de dedicación al trabajo, el esfuerzo y el coraje de aprovechar la oportunidad: NIKÉ es su madrina. Posee una mentalidad eminentemente práctica, comercial, carente de traumas psicológicos. Siempre sabe lo que debe hacer, sin miedo al error posible. Toma lo que quiere o bien lo negocia según la política del “palo en alto”, recompensando como amigos y fieles aliados a quienes se muestran leal con él o su causa.
NEW DEAL IN SPACE
Su rival, Ming, también es un personaje que va madurando, aunque en su magín no haya otra cosa que estandarizados procesos de malvado de folletín. Tanto Flash como Ming dominan el serial, son amos del “continuará” servido en matinés antes del último estreno, arquitectos de la querida Serie B. Ming también replica los rasgos de los malvados caudillos de los Hombres Verdes de LA PRINCESA DE MARTE, aunque tintado de ictericia.
Al principio, luce túnicas chinescas y permanece replegado, más que sentado, en un trono de papel maché en apariencia fastuoso, y desde él arroja ruindades. Evidencia apetito lúbrico por Dale en el acto, y odio espontáneo por Flash (en el fondo, otro macho rival disputándole el harén y la recua). Al pobre Zarkov, que adelgaza conforme pasan las viñetas, lo ignoran sistemáticamente. Es la suya la imagen del benévolo sabio, un poco despistado, sin trasfondo ninguno, de identidad hebrea, leal per se y consejero automático, que vive en una hornacina de la cual sale sólo cuando la situación lo requiere, haciendo luego noble mutis, sumamente atareado con sus mecanos y quimijuegos o el diseño de su última innovación, que, un poco más, y es la bombilla.
Luego, Ming se restablece de la ictericia, gana color sonrosado/saludable, y adquiere un tono más solemne, contenido, majestuoso; es un megalómano sin discurso megalomaníaco. Abandona sus mañas de cacique de las estepas, espermatozoide perdido de GENGIS KHAN, para tornarse un tirano absolutista de corte europeo. Viste casacas sobrias con la ornamentación justa (en adoración al sol). Su tropa se torna gradualmente más prusiana, según la serie se interna en los 1940, dejándose influenciar por el III REICH, del cual copia los campos de concentración, reflejo de la horrible situación que vive Europa. El arte de Raymond es, a estas alturas, el mayestático por el cual le admiramos, el que le hizo famoso. Las páginas contienen ya pocas viñetas, se experimenta con la forma de imprimir los diálogos, y en ellas, Raymond recrea a galanes y estrellas de la gran pantalla en general; quizás, a veces, Flash parece DAVID NIVEN; otras, nos recuerda a un jovencísimo SIR ALEC OBI WAN GUINNESS. Dale adquiere proporciones de belleza élfica, aunque su linda cabecita sigue llena de los patrones de la mujer ejemplar de entonces: una pizca de descarada aventurera, indiscutiblemente leal y virgen, incondicional novia del luengo amor de y por Flash, sufriendo los oportunos altibajos sentimentales. Ocasionalmente, recibe (¿o soporta?) el inofensivo galanteo de algún desesperado pretendiente / admirador que no logra suscitar los celos de Gordon.
A medida que el arte de Raymond alcanza el rigor fotográfico, también van pereciendo las exóticas / estrambóticas razas de Mongo. Para cuando derrocan a Ming, poco antes de volver a la Tierra y destruir el III Reich (o su émulo), ganando así la Segunda Guerra Mundial, todo de una tacada (¿quién dice que Flash Gordon no es grande? ¡Le permiten algo que le prohibieron a SUPERMAN!), ya no existen los HOMBRES HALCONES, HOMBRES LEONES, HOMBRES DRAGONES u hombres loquesea que conspiraron, rivalizaron o juraron eterna lealtad a Flash. El gobierno que inspira su “defensa de la verdad, la libertad, la justicia y el modo de vida americano” (credo del HOMBRE DE ACERO, que podemos interpretar, por tanto, como el idóneo para gobernar / trasladar al mundo) está compuesto por los más finos ejemplos de Mongo: BARING, FRÍA, AURA, ERGON, RONAL… El Hombre León THUN, o VULTAN, caudillo de los Hombres Halcón (tan parecidos a ilustraciones de DORÉ), ya no tienen cabida en esta selecta eugenesia nazi de la cual Flash es exponente mayúsculo (al igual que STEVE CAPTAIN AMERICA ROGERS).
La suerte que corre el derrocado Ming le es desconocida a este Scriptor, pero sin duda regresaría para convertirse en una pesadilla del intrépido terrestre.
LA DESARMONÍA DE LOS MUNDOS
Es conocido el que Flash Gordon, con su arquitectura tan de METROPOLIS (FRITZ LANG), sus naves / torpedo bulbosas y sus automóviles de parecida factura, no cuenta con un sustrato muy coherente. Por ejemplo: Mongo surca díscolamente el Cosmos, amenaza destruir la Tierra por colisión, pero luego tal amenaza deja de tener relevancia. Pese a ser un planeta exótico, no tenemos datos astronómicos sobre él. ¿Posee uno o varios soles; tiene lunas? ¿Por qué vaga por el Cosmos?
Jamás, en unos siete años, el trío terrestre evidencia nostalgia por su planeta madre, ni tampoco reconocen que Mongo se reviste de CAMELOTS tipo PRÍNCIPE VALIENTE, principados europeos de EL PRISIONERO DE ZENDA o es una reserva de dinosaurios. A todo esto, Flash dice “sí” o lo acomete con bravura, sin que parezca acto irreflexivo, sin pensar un instante en su origen o a qué se debe.
No le asombra toparse con beduinos o vikingos. Para él, son tan naturales y familiares como orto y ocaso, aunque en otro mundo. A su vez, Mongo desprende la sensación de no ser un planeta, sino una sucesión de plataformas interconectadas por puentes.
Y se acumulan más preguntas: ¿Cuál es el origen de Ming? Su casta, ¿de dónde surge? ¿Qué le hizo caudillo? ¿Por qué Baring, legítimo emperador, perdió el trono, viviendo un tanto a lo ROBIN HOOD?
Conforme Raymond se asienta como maestro (y en la parte que le toque a DON MOORE y AUSTIN BRIGGS), Mongo deja de ser un disparate para adquirir perfiles neoyorkinos. En la larga serie que narra la caída de Ming, cuesta separar una estampa industrial convencional de la Tierra de las factorías de Mongo; apenas algún detalle las diferencia. Todo el aspecto creativo queda subordinado a la calidad gráfica. Incluso las máquinas que aparecen tienen más de STEAMPUNK ideado por VERNE o Wells que de “fabulosa” anticipación propia de los 1930 ó 1940.
Otra observación: los reinos próximos a MINGO, la capital, están gobernados por reyes (JURID, rey de los Hombres León, Vultan…), pero los periféricos, ignotos o inexplorados lo están por seductoras reinas/vampiresas que, de inmediato, codician a Flash, para tormento de celos de la sufrida Dale.
RECAPITULANDO
Es grave ironía que mientras Flash destruía la armada de STUKIN, de modo similar la aviación japonesa bombardeaba PEARL HARBOR. ¿Cómo se engulle eso?
Otra constante observada en Flash Gordon es su rutinario esquema: ¿alguien ha computado el número de traidores reconvertidos a aliados o que se mantienen recalcitrantes y belicosos? Al menos hay uno por página. De hecho, Flash, al llegar a un nuevo reino, debería comentarles sardónicamente a Dale y Zarkov cuánto tardarán en toparse con el traidor de turno, conforme a la tradición establecida por sus andanzas. Eso sería en caso de que Raymond, Moore o Briggs hubiesen dotado de consciencia a los personajes, algo que no hicieron.
Comentaremos que también Flash Gordon engendró una saga de seriales (y, posteriormente, series de animación) que incrementaron su popularidad. Pero, sobre esto, remitiremos al lector a la profusa documentación existente, reflejada en cualquier web o blog que fecundan Internet y que desprendidamente cede estos datos, capaz de indicar todas sus glorias y defectos con quirúrgica precisión.
Quizás sea excesivo significar que el mayor logro de la película de los 1980 resida en la banda sonora de QUEEN, que trató de imprimir fielmente el ritmo trepidante y vertiginoso de las aventuras clásicas del héroe. La película acapara un grueso manto de descrédito; por lo tanto, no vamos a añadirle ninguno más, salvo hacer notar que Dale Arden nos recuerda, desagradablemente, a la LOIS LANE de SUPERMAN, EL FILM. Lo que la Dale del tebeo tenía de decente y comedida, la de la película lo derrocha en procacidad arrabalera. Agradezcámosle, no obstante, el que exista STAR WARS, pues GEORGE LUCAS pretendía adaptar Flash Gordon, pero al retener los derechos DINO DE LAURENTIIS, desvió sus energías a LA GUERRA DE LAS GALAXIAS. Hemos efectuado esta reseña evaluando parcialmente el material publicado por TEBEOS, S.A., de EDICIONES B, SELECCIÓN DE EDICIONES HISTÓRICAS. En su correo, VÍCTOR BARINGO aseguraba que se respetaba escrupulosamente la publicación original, apaisada, a là nostálgica. Al margen de consideraciones tales como si la edición era buena, mala, se ajustada al orden, estaba bien traducida, etc., emitimos la sospecha de que Baringo sugestionó, desde su sección, el criterio de los lectores para priorizar la publicación de la etapa de DAN BARRY sobre las de los sucesores de Raymond.
Finalmente, queda claro que de los aventureros surgidos en la década de los 30 que tenían un patrón similar, es Flash Gordon quien ha logrado subsistir más tiempo en la mente del colectivo. Su éxito quizás también radique en su identificación con un mundo, más convencional para el lector, que, en apariencia, podrían serlo los planetas de las series rivales. Generó una hueste de émulos que gozaron de un cierto éxito imitándole. El personaje, sin embargo, se lo debe todo a Raymond: es su detallado y meticuloso arte (cuya evolución es patente, plancha tras plancha) lo que ha fijado a Flash Gordon en las constelaciones del espacio, en oposición al díscolo Mongo, que va vagando “por ahí”. Es posible que, con cualquier otro dibujándolo en sus orígenes, hoy quizás fuese tan anecdótico como Rogers y Bradford.
Artículo de Antonio Santos
De Su serie Gramática Parda, entrega 15
FICHA TÉCNICA.
TÍTULO: FLASH GORDON (etapa Alex Raymond – 1934-1942)
GUION: DON MOORE y ALEX RAYMOND
DIBUJO y COLOR: ALEX RAYMOND y AUSTIN BRIGGS
EDITA (EE.UU.): KING FEATURE SYNDICATE, 1934-1988
EDITA (ESPAÑA): TEBEOS, S.A., EDICIONES B, SELECCIÓN DE EDICIONES HISTÓRICAS, 1988
FORMATO: TOMOS RECOPILATORIOS APAISADOS. CUATRO EJEMPLARES DE CUADERNOS TIPO GRAPA DE 36 PÁGINAS LA UNIDAD
DEP. LEGAL: B.44665-88
IMPORTE: 295 PESETAS C/U