EXPERIENCIA EN ARTES NARRATIVAS |
TEBEOSFERA. Háblanos del origen de tus labores como faneditor en Carne Líquida, o posteriormente en Condorito Muerto. ¿Qué aprendiste?
BRAIS RODRÍGUEZ. Carne Líquida lo realizo desde hace casi diez años, el primer número es de 2002. Los primeros números surgen con la intención de divertirnos. Realizábamos el fanzine en una noche a partir de collages de recortes de todo tipo y alguna colaboración. A medida que realizaba un nuevo número me ofrecían nuevas colaboraciones, creo que inmediatamente el estropicio de los primeros números creo una estética propia.
El caso de Condorito Muerto es distinto. Surge después de un viaje que hicimos Alberto Vázquez y yo a Bolivia y a Argentina, con motivo de sendos salones de cómic. La experiencia nos permitió descubrir un mundo de dibujantes de todo el continente que desconocíamos por completo, pero cuyos trabajos nos parecieron muy interesantes y afines a nuestros intereses y gustos. Además estaba la cuestión idiomática. Nos resultó motivador poder enseñar los tebeos de estos dibujantes y mezclarlos con los nuestros en una publicación.
En general no aprendí gran cosa, quizás acercarme a la realización de una publicación, aunque fuesen fotocopias. Me quedo con la satisfacción de lograr sacar adelante con mis compañeros estos fanzines.
De izquierda a derecha, Carne Líquida nº 5, Fanzine enfermo nº 6 y Condorito Muerto. |
T. ¿Qué línea temática, que no estética, crees que interesa a los que publicaron contigo en: Buendolor, Fanzine Enfermo, ARGH!, El Dios Mofeta, Leña Verde...?
B. R. Pues depende de cada caso. En Fanzine Enfermo o ARGH!, creo que existe una línea temática y estética muy marcada, entre lo enfermizo y el humor negro. En El Dios Mofeta y Buendolor existe una dosis de estas características, pero creo que se mueven en otro terreno, quizás más humorístico en el primer caso y más experimental en el segundo. Leña Verde se trata de una publicación de promoción cultural, donde converge todo tipo de cosas, desde poesía a fotografía.
T. H2Oil ha sido uno de los escasos ejemplos recientes de demostración de compromiso por parte de autores de historieta. ¿Crees que un historietista de ahora, en general, se siente preocupado por lanzar mensajes con contenido social?
B. R. Claro. Hay muchísimos autores. Los autores de El Jueves o el caso de El Estafador, por ejemplo. Creo que los temas que tratan en estos casos y en otros tienen una crítica social.
T. Eres licenciado en Bellas Artes, especialidad Pintura. ¿Qué ofrece esta carrera que sea de utilidad para un autor de historietas?
B. R. Depende de cada uno. Muchos autores se sentirían realmente frustrados en esta carrera. Además, cada facultad de Bellas Artes es diferente, no es lo mismo la de Pontevedra que la de Salamanca o la de Sevilla.
En mi caso, no profundicé en la historieta durante la carrera, sino que me centré más en otros campos, como la pintura. En aquel momento me interesaba más. Lo cierto es que tuvimos bastante libertad, quizás demasiada, y no existía ningún motivo para que no recurrieses a la historieta para presentar los trabajos. Yo dibujaba mis cómics de un modo aparte, presentarlos en clase sería como someterlos a un juicio y a la justificación, cosa que no deseaba.
De todos modos, no era el lugar adecuado para desarrollar el trabajo en el cómic, no todos los profesores tenían un conocimiento pertinente del cómic, y en algún caso podías encontrar viejos prejuicios.
T. En los periódicos te vinculan claramente al "cómic europeo": ¿tu estilo de quién ha bebido?
B. R. Bueno, España está en Europa, así que no es difícil vincularme al cómic europeo. Pues de todo un poco. Me interesan autores puntuales, pero no una escuela en concreto.
Cubierta de Barsowia nº 9. |
B. R. Básicamente, la amistad y la complicidad. Polaqia, y Barsowia, surgió hace 10 años, cuando cada uno de nosotros residía en una punta distinta de Galicia y por aquel entonces como mucho publicábamos en algún fanzine fotocopiado; lo importante fue unirnos para darnos a conocer a través de una publicación más ambiciosa.
T. Galicia es la única comunidad cultural española que usa el término "banda deseñada" para referirse al cómic. Es denominación parecida a la portuguesa. ¿Tú tienes alguna teoría sobre por qué la llamáis así y qué os une a los creadores de banda desenhada?
B. R. No. Yo personalmente no uso este término, prefiero referencias más castizas, como tebeo. O historieta, me resulta más agradable y familiar.
A los autores gallegos nos une el lugar de nacimiento o de residencia. Cada uno de nosotros tiene su propio estilo, su mundo... Evidentemente, el hecho de dibujar tebeos funciona como un medio para conocer a otros dibujantes y estar en contacto, lo que algunas veces acaba fructificando en proyectos comunes, como en el caso de Polaqia.
T. No paras de ganar: varios premios en Cangas do Morrazo, Valencia Crea 2007, GZ Crea 2009, Banda Deseñada e Teatro, Injuve 2010, Castelao 2010. ¿Qué suponen los premios, aparte de ingresos?
B. R. Un pequeño empuje y una dosis de autoestima.
Por una parte, un premio supone una recompensa, un reconocimiento, una señal de que sigues por buen camino. Visto de un modo más crítico y paranoico, está el hecho de aprender que un premio no decide que eres mejor que nadie, y que no indica que ha llegado el momento de relajarse y considerar que tu trabajo ha alcanzado un punto ideal.
T. En una noticia de El Mundo se recogía que lamentas la exportación de talento fuera de nuestras fronteras. ¿Crees posible la “sostenibilidad” –al contrario que Prado, que usa esta palabra– de una industria gallega del cómic?
Historieta para O Fanzine das Xornadas. |
Vamos, lo que todos sabemos, que algún autor podría vivir del tebeo en Galicia o en España, pero de momento es imposible mantener a todos.
T. ¿Las limitaciones editoriales de los mercados del cómic en España podrían superarse con ayudas públicas? ¿O esto cargaría al cómic con la etiqueta “subvencionado”, que no gusta a la mayoría?
B. R. No creo que sea malo que desde las instituciones se apoye al cómic. El cómic es una industria y necesita incentivos para crecer, además de desarrollar el contenido.
Pero debe ser la industria, las editoriales y los propios autores quienes decidan los contenidos. Me parece que lo bueno del cómic, en comparación con el cine, es la libertad que permite a los historietistas hacer sus trabajos.
T. En "A man do diaño" demuestras escaso interés por documentar el contexto histórico de lo que cuentas, te interesa mostrar la reacción humana a la crisis. Pero en "Las tres heridas" construiste una especie de "cómic documental" sobre Miguel Hernández. ¿La experiencia (la humana, no la histórica) se ha convertido en el hecho narrativo capital hoy a tu modo de ver?
B. R. Estas dos historias tienen una motivación distinta. En "A man do diaño" no documenté el contexto porque de antemano decidí eliminar las referencias históricas y espaciales, se trata de una historia bélica y deseaba situarla en un lugar cualquiera en un momento cualquiera, aunque lógicamente se podría ceñir a unas coordenadas. En este caso sí me interesaba más profundizar en la experiencia y los personajes que en las connotaciones políticas o históricas. El caso de "Las tres heridas" es completamente distinto, requería otra elaboración, quizás lo opuesto del ejemplo anterior.
La experiencia humana, como dices, es la herramienta de la que disponemos para plasmar lo histórico. La experiencia histórica no puede sino revisar las diferentes caras de un prisma sobre un mismo suceso. Si revisamos la experiencia de Anna Frank sobre el genocidio nazi tendremos una visión muy sesgada de este suceso, quizás las actitudes y miradas de los verdugos, o de los testigos, pueda arrojar más luz sobre un evento concreto. En ningún caso existe un hecho objetivo histórico, sino su interpretación.
Página de "Las tres heridas". | Página de "Big Tremo", publicada en ARGH! |
T. Resulta muy interesante el modo de narrar la desilusión en “Big Tremo”, historieta recogida en el catálogo del Injuve 2010: la forma como se construye la asunción de la frustración es única, imposible de dosificar así en otro medio. ¿Qué caracteriza específicamente al cómic para narrar algo así, de forma que no se podría comunicar lo mismo en una novela o en una película?
B. R. A veces siento envidia de otros medios, por no poder disponer de ciertas herramientas para plasmar una sensación, por ejemplo. Un buen escritor puede describir en una página un lugar, una situación, ciertos matices y la propia sensación los personajes en ese contexto. Como dibujante de tebeos me motiva pensar que puede haber ciertos recursos que puedan dar esa sensación de envidia a autores de otros medios (aunque sólo sea una falsa esperanza). .
T. ¿Por qué a veces odias dibujar tebeos?
B. R. Porque es un proceso muchas veces aburrido, monótono e incluso indeseable. No siempre, eh.
Ilustración para la Portada de O Fanzine das Xornadas de Banda Deseñada de Ourense 2008. |
T. ¿Qué es la historieta y qué debería ser un historietista según tú?
B. R. Un medio para contar historias. Un historietista no sería más que una persona que cuenta estas historias con palabras y dibujos.
T. ¿Qué es lo mejor de la creación y qué es lo peor de la profesión?
B. R. El momento que más me satisface es cuando termino una página o una ilustración y se materializa una idea. Normalmente me resulta muy difícil alcanzar la imagen o la secuencia que tenía en la cabeza.
Lo peor de la profesión es que no la pueda considerar una profesión.
T. ¿Qué personaje de cómic te gustaría haber creado?
B. R. Seguramente Popeye. Bueno, y a todos los personajes de la serie, Olivia, los Goons, la bruja del mar....
T. Cita tres clásicos de nuestra historieta. Y cita tres de las mayores promesas de futuro.
Página de "Cultura degenerada". |
En cuanto a promesas con menos de treinta años, señalo a José Domingo, Diego Blanco y Martín Romero. En primer lugar porque son colegas, y sigo su trabajo desde la cercanía, comentándolo y viendo sus respectivas evoluciones. En los tres casos son autores cuyos tebeos admiro enormemente.
T. Has nacido en una España democrática, ¿en qué crees que hace eso diferente tu obra de los tebeos que se hacían antes?
B. R. Hoy disponemos de toda la libertad para crear. Exceptuando casos puntuales, no tenemos que esquivar imposiciones de la censura o jugar al despiste como podía suceder antes. Supongo que existen nuevas reglas y otras responsabilidades.
T. En tu caso, ¿el estilo surge tras la formación o la identidad artística debe anteponerse a cualquier imposición formativa?
B. R. Ambas cosas. Creo que tenemos un estilo propio, un trazo personal que nos define, como en el caso de la firma. Pero también decidimos adónde queremos llevar nuestro estilo, buscamos ciertos patrones y referentes.
Por otra parte creo que puede convertirse en una herramienta más. Me gustan autores como Art Spiegelman o Saul Steinberg, que hacen este uso del estilo.
T. Si siempre has tenido una historieta en mente, un proyecto que quisieras hacer, dinos cuál.
B. R. De momento no tengo una historia concreta que sobresalga sobre otras.
T. Has elegido un género del cómic para expresarte. ¿Por qué esa elección y qué opinas del resto de géneros?
B. R. Intento buscar, dentro de mis limitaciones, el estilo gráfico para plasmar una historia o un contenido concreto. No pienso mucho en qué género estoy haciendo o con quién pueden agruparme.
Como lector me gustan todo tipo de cómics. Lo que me preocupa es que pueda gustarme o no un cómic que acabo de comprar y en el que deposito mi confianza.
T. En los últimos años se observa una tendencia a la “historieta de la experiencia” (por trazar un símil con la poesía): ¿por qué crees que hay tanto interés por la aventura interior, o el escaparate del yo, últimamente?
Historia titulada "Un esplendir nervioso" para ARGH! |
Supongo que es una vía sencilla a la hora de empezar a trazar una historia. Recurrir a lo propio, a experiencias personales. Con esto no quiero decir que tenga que resultar un proceso sencillo. Puede resultar muy duro explorar este terreno. Personalmente, el problema que veo en algunos casos es la autocomplacencia y la distorsionada imagen ideal que se puede dar. Como en todas las tendencias y modas, sobresalen cosas y otras quedan más olvidadas. Pero tiene un componente muy positivo, ciertos autores encontraron la motivación para desarrollar un primer proyecto y de otro modo no saldrían adelante.
T. Somos pocos los que disfrutamos con un tomo manga lo mismo que con un álbum francobelga o con un tebeo de superhéroes. Quizá puedas proponer una teoría sobre esta disgregación de las apetencias lectoras.
B. R. No lo sé. Un poco lo que decía antes, no me preocupa tanto la escuela o la tendencia como que la historia pueda resultar grata. Supongo que es una cuestión de gustos y de prejuicios. No puede a todos gustarnos lo mismo.
T. ¿Qué lees aparte de cómics? ¿Qué ves aparte de cine y televisión comerciales?
B. R. Libros sin dibujos. Aparte de cine, me gusta bastante el tema de las series.
T. ¿De los medios de comunicación existentes en la actualidad cuál hubieras elegido para trabajar aparte del cómic y por qué?
B. R. En los últimos años pude ir tirando directa o indirectamente del dibujo. Ilustración, cómic, dibujo y docencia.
Últimamente me fueron saliendo trabajos de profesor de dibujo. Me motiva mucho que sea un trabajo relacionado con el dibujo, aunque sea indirectamente.
T. ¿A tu entender, qué vincula al cómic con la literatura, el teatro, la ilustración, el cine, el videoclip?
B. R. Son medios narrativos. Tengo la impresión de que se produjo en algún momento una ruptura entre las artes narrativas y las artes “discursivas”. Me refiero a la burbuja de las artes plásticas (instalación, videoarte, pintura...). Personalmente siento un interés mayor por las artes narrativas, donde las reglas del juego se ejecutan en el interior de la obra, no en su entorno y su discurso.
Cubierta de Dos Veces Breve nº 14 y página del interior. |
T. Imagina que el cómic se "normaliza"... ¿preferirías ser entonces un best seller o un autor jaleado por la crítica más selecta pero poco popular?
B. R. Cualquiera de las dos cosas sería una bendición. No despreciaría ninguna de las dos opciones. Lo importante es seguir fiel a uno mismo.
T. Hablando de la crítica, ¿existe?, ¿sirve para algo?
B. R. Claro. Como lectores somos críticos, valoramos lo que nos gusta o lo que nos disgusta y lo comentamos con nuestros colegas para llegar a acuerdos. Y como autores creo que también tenemos que aprender a formar una crítica, ni endeble ni excesiva.
Como en todos los campos, sea cine, moda o cocina, un crítico tiene un estilo. Yo creo que un crítico es en cierta medida un autor, al que podemos seguir, odiar o lo que desees, pero también criticamos.
T. Supongamos que el cómic ha llegado plenamente a la universidad. Según tú, ¿qué asignaturas deberían impartirse para formar bien a todo el mundo?
B. R. El cómic ha llegado a la universidad. Quiero decir que en algunas facultades de Bellas Artes existe la asignatura de cómic. Empiezan a existir tesis doctorales e investigación sobre el tema. Creo que esto significa el cómic en la universidad.
En mi opinión, más que elaborar unos estudios concretos sobre cómic, cada autor debe saber buscar los medios que necesita desarrollar. Algunos dibujantes preferirán perfeccionar un tipo de dibujo más naturalista; otros, sin embargo, preferirán bucear en los clásicos y estudiarlos a fondo; otros optarán por no recurrir a ningún tipo de enseñanza relacionada con el cómic... Lo importante es que exista una heterogeneidad.
T. En un foso con leones hay un editor, un distribuidor, un impresor y un librero. Puedes salvar a dos. Extiéndete en los porqués.
Página inédita. |
Con quienes mantengo una relación más cercana es con el librero y el editor, así que les ayudaría antes. Otra opción es rescatar al distribuidor, no sin antes llegar a un acuerdo.
T. ¿Para qué sirven los festivales de cómic, aparte de para disfrazarse y ver a los amigotes?
B. R. La experiencia más grata que tengo de los salones de cómic ha sido la de ir conociendo a otros historietistas. Las exposiciones de originales o las charlas son un buen reclamo.
T. Háblanos del concepto "novela gráfica". ¿Qué te interesa de este concepto y qué no?
B. R. Creo que el término define un formato y un momento que estamos viviendo en el mundo del cómic. Es beneficioso que se abra el abanico de posibilidades al tebeo y que un nuevo tipo de lector se acerque y se interese por los cómics.
Lo malo es que pueda ceñir los contenidos o dejar de lado otros cómics. Hay que confiar en la inteligencia del lector.
T. Premio Nacional de Cómic, Museo de Dibujo e Ilustración, Premi Nacional de Còmic, Museu del Còmic i la Il·lustració de Catalunya. ¿Qué te dicen estas denominaciones?
B. R. Parece que se reconoce el medio. Lo importante es que existe gente decidida a llevar a cabo estos proyectos, y a defenderlos, pues dudo que surgiesen de la nada.
T. ¿Qué opinas del apoyo institucional al cómic, lo ves necesario o no? ¿Crees que los políticos podrían instrumentalizar los mensajes de los cómics que patrocinan?
B. R. Supongo que no es malo que la pequeña industria del cómic sea apoyada a través de la institución, además, creo que no sería el primer sector laboral al que le sucede. En cuanto al lugar de los autores, creo que es muy importante que se apoye sobre todo a autores jóvenes y aficionados, tanto en su posible papel de creadores como de lectores; me refiero al hecho de reforzar la formación y promoción del medio.
En cuanto a la segunda pregunta, cada autor es libre de hacer lo que desee con su trabajo. Visto desde el otro punto de vista, todos sabemos hasta qué punto es despreciable el papel de los políticos a la hora de hacer promoción de sus causas partidistas y cómo constantemente se apropian de los méritos ajenos.
T. Si usas herramientas electrónicas, dinos qué técnicas tradicionales has decidido no utilizar. ¿El uso de las nuevas modifica el mensaje o algún apartado de la obra en sí?
Página de "A man do diaño". |
T. Cómics digitales y cómics digitalizados. Se parecen en algo: los digitales los hacen autores que no cobran (salvo excepciones), los digitalizados implican que el autor no cobra por esa copia digital (salvo excepciones). ¿Cómo regularías esto?
B. R. El caso de los tebeos digitalizados apenas lo conozco, me resulta un suplicio leer algo en la pantalla del ordenador si de antemano está planificado para ser impreso en un papel.
De momento no veo ninguna solución a esto, por lo menos que beneficie a todos. Supongo que si te gustan los cómics y respetas a los autores, acabarás donando un pequeño grano de arena a su causa.
T. Háblanos de lo que te traes entre manos hoy mismo y dinos cuándo sale.
B. R. Ahora mismo cuento con ver pronto la edición del premio Castelao, "A man do diaño", que supongo que será en agosto. Por lo demás, sigo preparando historias cortas para algunos fanzines.