Reseña de esta obra publicada en España primeramente por Junior en 1991 (col. Trazo Libre, 10 y 11) y por Planeta en 2008.
VIAJE A ITALIA
Cosey (Laussane, 1950) es un autor suizo que medró como historietista bajo las alas de Derib, quien le inspiró admiración por el mundo oriental; de hecho Cosey ha viajado constantemente a Asia y parte de eso lo ha volcado en sus obras de historietas, contándose entre las más importntes la serie de Jonathan. Este Viaje a Italia, traduce una de sus grandes pasiones pero no se enclava en el Oriente, sino en la vetusta Europa, y su autor la abordó (1988) justo tras haber desarrollado A la recherche de Peter Pan, obra con la que coincide en el eje de su relato: la pasión por el viaje, o el viaje como excusa para penetrar en el alma humana.
Portadas de los dos primeros libros de Viaje a Italia y, a la derecha, la del integral, casi idéntica la utilizada para su reedición en 2008 por Aire Libre.
Para Cristi Godoy González y Adrián Rodríguez García
Viaje a Italia, un emocionante cómic de Cosey, es una obra en la que se alternan el viaje exterior y el viaje interior de tres personajes absolutamente redondos, verosímiles, que dejan en nuestras pupilas el sabor nostálgico de unas vidas cuyas cicatrices parecen imposibles de cerrar. Un relato lineal de tres personajes, roto en algunas ocasiones por diversos flashbacks que irán apareciendo a lo largo de esta obra, historias del pasado que se convertirán en pinceladas con las que el autor insinuará, de forma emotiva, los difíciles caracteres de unos personajes con numerosas carencias emocionales, a la búsqueda de unos lazos con los que encontrarse bien consigo mismo y con el mundo que les rodea, un mundo que parece haberles dejado de lado en todo momento.
Este tebeo nos cuenta la historia de Arthur, un veterano de Vietnam, cuya vida, tras la guerra, parece no tener sentido y se halla aislado en su mundo interior casi por completo de su familia y amigos y encontrando únicamente algo que compartir en los momentos que pasa con su amigo de infancia Ian Fraschetti, también veterano de guerra de origen italiano. En una de sus conversaciones, Ian y Arthur deciden viajar a Italia para reencontrarse con Shirley, la chica que fue su primer amor de juventud. En el sur de Italia, los amigos vivirán más de una aventura y se llevarán una enorme sorpresa en su reencuentro con Shirley. Este reencuentro les devolverá las emociones y sentimientos de su juventud perdida y que les someterá a una dura prueba ante la última petición de Shirley, un favor que les puede redimir o hundir completamente en sus infiernos personales, en un lugar, Puglia, una ciudad al sur de Italia, que será sinónimo para los protagonistas de valores como la amistad, la camaradería, la hospitalidad, la libertad y la sensación de que ese sí podría ser su lugar en el mundo. Arraigo y desarraigo se dan la mano en un cómic en el que los silencios adquieren la misma importancia que las palabras, a través de unas viñetas en las que los paisajes acaban por formar también parte imprescindible del relato, ya sea para dejarse llevar por un río y unos pensamientos, ya sea en playas del sur de Italia, donde los tres protagonistas reencuentran una parte de ellos mismos que desearían no haber perdido. Volver atrás para saber hacia dónde ir, aunque, en algún caso, el camino sea inmensamente trágico, ya que viñetas, parajes naturales y personajes impregnan cada página de una soledad, en muchos casos, aterradora.
En cuanto a la trama, el autor construye, a través de estas páginas, un relato de apariencia formal sencilla pero que, como toda gran obra, esconde un texto complejo en el que van apareciendo los temas más diversos, desde las secuelas de una guerra incomprensible hasta la incomunicación a la que, en algún momento u otro, se ve sometido todo ser humano. Una obra, perfectamente estructurada, en la que cada anécdota, cada historia, cada encuentro, nos lleva a un final tan desolador como inevitable, bajo la importante premisa, por parte del autor, de que los seres humanos son devorados por el contexto social y cultural en el que viven. Así, frente a la nostalgia y soledad de una América de la que no se saben parte, la exhuberancia vital de una Italia que los reconforta, que los hace más alegres, plasmados en unos diálogos tan brillantes como precisos, con momentos de una intensidad emocional extraordinaria, como áquel en que Ian pierde totalmente la cordura en el aeropuerto de Italia, cuando descubren que los documentos que portan son ilegales. Es una de las numerosas escenas en que pasado, las secuelas de la guerra, acaban por devorar a un presente que hasta entonces, en Italia, había sido feliz. Una viñeta en sombras de trágica belleza. Como aquellas cuatro viñetas, estremecedoras en que el rostro de Ian pasa de la felicidad a la desolación más absoluta al enterarse de que su mujer, Mary, ha pedido el divorcio.
Le queda entonces ese pequeño hilo, ese pequeño favor que les ha pedido Shirley, llevar a Keo, una niña, a Estados Unidos como único hilo de unión con un estado de ánimo tranquilo que se romperá cuando sean, como hemos dicho, descubiertos en el aeropuerto. A partir de entonces, la luz de los parajes naturales del sur de Italia dejan lugar a unos espacios cerrados en los que los Ian encuentra la autodestrucción, incapaz de articular palabra alguna, enterrado ya en un mundo interior aterrador, que lleva al suicidio a Ian. Un suicidio que también sume en la tristeza a su amigo Arthur, en unas últimas páginas repletas de desolación, soledad, incomunicación, temas desarrollados de forma magistral en unas imágenes en las que las siluetas quedan envueltas en sombras, en el que el silencio responde a las palabras, y en las que una solitaria Shirley pasea bajo la lluvia de una ciudad en la que nadie la espera. Al otro lado, también solo, apenas una silueta en una ventana cuya luz permanece, Arthur camina. Dos personajes y una misma soledad.
En definitiva, Viaje a Italia es una obra imprescindible en la que el autor, Cosey, narra con su dibujo realista y detallista, al servicio de una magnífica trama, en la que los paisajes naturales tienen una gran importancia simbólica, una magnífica historia sobre las continuas tragedias cotidianas a la que se enfrenta todo ser humano, sobre la incapacidad de escapar a un pasado del que formamos parte, a través de unos diálogos excelentes y unos silencios profundos, con los que describe el carácter de unos personajes que intentan escapar a una derrota tristemente anunciada. Un cómic de sensibilidad exquisita y minuciosa elegancia con el que Cosey deja en sus lectores un poso de nostalgia, de melancolía, construido, sabiamente, con cada gesto, con cada mirada de sus personajes. Un cómic que hace de la derrota, de los perdedores, personajes de trágica fragilidad, absolutamente conmovedores, que hacen de este relato una obra cumbre del noveno arte.
Creación de la ficha (2009): José Manuel Hinojosa, con edición de Manuel Barrero
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
JOSÉ MANUEL HINOJOSA (2009): "El viaje a Italia de Cosey", en Tebeosfera, segunda época , 4 (17-XI-2009). Asociación Cultural Tebeosfera, Sevilla. Disponible en línea el 21/XI/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/el_viaje_a_italia_de_cosey.html
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