EL FUMETTO Y LA HISTORIETA ARGENTINA
NORBERTO RODRÍGUEZ VAN ROUSSELT

Resumen / Abstract:
El fumetto apareció con fuerza en la década del treinta en Argentina a través de El Tony. Curiosamente otro nombre italiano (César Civita) funda una nueva y poderosa editorial, Abril, que introduce en sus revistas a la vieja escuela del fumetto y abre la puerta a la nueva generación. Parte de ella emigra al país. Varias editoriales son atraídas a publicar fumetti debido a la repercusión que obtenían. Asimismo había desde el comienzo del siglo XX varios dibujantes inmigrados casi desde su infancia y que tuvieron una gran trayectoria. Los italianos de las dos etapas inmigratorias se fusionan con los artistas y escritores locales. Luego llega la decadencia de la historieta argentina y su resurgir en la etapa de la década del setenta. Las revistas de Columba y Record descubren el negocio exportador del medio cuyo destino principal es Italia. Esta vez el viaje es a la inversa, aunque Record toma algunos materiales italianos para editar aquí y a su vez cuenta con guionistas que son ilustrados por argentinos. La dictadura militar provoca que algunos dibujantes argentinos emigren a Italia y resto del mundo. Hoy la historieta argentina se ha vuelto internacional y, salvo vanos intentos, no se edita en el país. Pero a través de los años con Italia se produjo algo que se asemeja a una simbiosis. / The fumetto appeared with force in the decade of the thirty in Argentina through El Tony. Surprisingly another Italian (Caesar Civita) founds a new and powerful editorial, April, that introduces the old school of the fumetto in its magazines and opens the door to the new generation. A part of those emigrates to the country. Several editorials are attracted to publish fumetti due to the repercussion that they obtained. Also there was from the beginning of the XX century several artists immigrated almost from their childhood and who had a great trajectory. The Italians of the two immigration stages fuse with the artists and local writers. Then the decadence of the Argentinean comic and its resurrection in the decade of the seventy arrive. The magazines of Columba and Record discover the business of the media export whose main destination is Italy. This time the trip is to the inverse one, although Record takes some Italian materials to publish here and has writers whom are illustrated for Argentinean. The military dictatorship provokes that some Argentinean artists emigrate to Italy and rest of the world. Today the Argentinean comic has become international and, except for vain intents, is not published in the country. But through the years with Italy something that resembles to a symbiosis took place.
Notas:
Texto publicado en el número 24 de la Revista Latinoamericana de Estudios sobre la Historieta en diciembre de 2006.
EL FUMETTO Y LA HISTORIETA ARGENTINA


 

En ese universo multiestelar de la historieta que fue El Tony, el fumetto desembarcó en 1939. La decana de la historieta nacional había comenzado su andadura en 1928 con producciones propias y materiales de los comic-papers británicos. El semanario es tomado por las tiras y comic books yanquis en una rápida operación de limpieza que desplaza a la ñoña escuela inglesa, pero dejando en pie los productos de la casa.

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"El Corsario Negro" en Salgari.  
En febrero de 1939 aparece «El misterio de la jungla negra» (E. Salgari-G. Moroni Celsi), en marzo «Los tigres de Mompracem» (E. Salgari-E. Dell’Acqua ) seguida a fines del año por «Saturno contra la Tierra» (Zavattini-Pedrocchi-Scolari), serial que tuvo su éxito en Estados Unidos y en Argentina una redición en El Pato Donald más una novelización con dos tomos en Pequeños Grandes Libros, ambas publicaciones de Abril.

El material italiano hizo pie inmediatamente con estos pasos, sea por simpatía idiosincrásica u otra circunstancia fortuita. Lo real es que trajo una forma de encarar el medio diferente, más pausado en su transcurrir, más lógico y con narración más fluida, sin saltos bruscos en ella, de transcurrir más moroso.

Patoruzú adhiere al nuevo curso con «Kit Carson» (F. Pedrocchi-R. Albertarelli) en sus páginas infantiles, mientras que el resto, numeroso, de las revistas del mercado siguen produciendo algunos trabajos propios y las sempiternas tiras americanas. Eso sí, el material inglés desaparece por completo de la edición argentina.

Vosotras, tradicional revista femenina, a mediados de la década del cuarenta obtiene un éxito de ventas notable gracias a la edición de «Corazones enemigos» y su secuela «Orietta» (Delly-W. Molino) preparando el terreno de los fumetti románticos.

Una futura importante editorial inicia sus actividades en 1939 con materiales Disney y con un capital declarado de $ 90 000 –unos 22 000 dólares de la época– fundada por César Civita, uno de tres hermanos de origen ítalo-hebreo refugiados en distintos países de América que huyeron del fascismo.

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  "Tita Dinamita" en Cinemisterio nº 19.
César, ex directivo de la Casa Mondadori de Milán, crea El Pato Donald casi en el mismo momento en que la factoría Dante Quinterno lanza Patoruzito, semanario que también tendrá fumetti. En ella se versionó el famoso «Virus» de Walter Molino.

Civita, a través de El Pato Donald muestra una gran cantidad de la producción del Topolino de Mondadori, donde descuella como guionista Federico Pedrocchi, italiano nacido en Buenos Aires y muerto en un bombardeo durante la segunda guerra mundial. Esto desplazó el material norteamericano de la Dell Publishing Inc. y provoca la reacción de la empresa Disney que amenaza con retirar la licencia.

En Italia Civita había organizado el semanario Salgari años antes para Mondadori, que justo en esos momentos reflotó el proyecto. Este es inaugurado en Argentina en 1947 y a través de él se canalizan los fumetti, salvando la situación.

A todo esto, en el mercado argentino nuevas historietas peninsulares son publicadas. Aventuras (Ed. Aventuras) y Sucesos (Ed. C. Clemen) encabezan la competencia, seguidas por Editorial Codex en 1951 con Pimpinela y Sabú. Así son conocidos en el país Pier Lorenzo De Vita, Antonio Canale, Franco Caprioli, Carlo Cossio, Giovanni Scolari entre los más destacados por su arte y aparición en los medios.

 

El ascenso de Abril (1)

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"Hombres de la Jungla", en Cinemisterio nº27.  
Abril con Salgari trajo un arco amplísimo de la historieta italiana, pero era, como en el resto de las publicaciones que circulaban, el panorama de la vieja guardia del fumetto.

En el no. 33 del semanario abre el espectro que influirá en la historieta argentina. Aparecen «Misterix» (M. Garnier-P. Campani), «Hombres de la jungla» (A. Ongaro-H. Pratt-D. Battaglia) y «As de espadas» (A. Ongaro-H. Pratt-M. Faustinelli) con colaboraciones en la tinta de un jovencito Ivo Pavone en algunos pasajes.

Abril mueve las fichas en un lapso muy corto que va de 1948 a 1950. Misterix, la revista, aparece en 1948, y Rayo Rojo en 1949. El primero, con el personaje titular, llega con «Jim Toro» (A. Lavezzolo-E. Dell’Acqua), «Pantera Rubia»  (G.  Dalmasso-E.  Magni)  y «Amok» (C. Solini-A. Canale) a los que se agregó más tarde «Kansas Kid» (A. Saccarello-C. Cossio).

«Tex», conocido en Argentina como «Colt, el justiciero» (G. L. Bonelli-A. Galleppini) fue el rotundo éxito de Rayo Rojo y duró muchos años en el semanario.

La empresa sigue apostando y en 1950 pone en los kioscos una nueva corriente proveniente de una publicación peninsular que se vendía en el país para los nuevos inmigrantes de ese origen: Grand Hotel. Con ellos lanza un nuevo tipo de revista femenina que rompe el molde de las tradicionales y que prepara el camino para otra creación italiana –el fotoromanzo o fotonovela–: Nocturno. El fumetto romántico había llegado a Sudamérica y es un éxito. Nocturno, cuando edita fotonovelas abre el camino a la producción nacional –Hugo Pratt llega a participar en una de ellas– y es seguida por otras publicaciones que llegan a desplazarla. Varios directores, fotógrafos y actores dieron allí sus primeros pasos.

A fines de ese año la Editorial avanza aún más y contrata a los jóvenes del Grupo de Venecia por intermedio de las hermanas Finzi de la Mondadori. Llegan Hugo Pratt, Mario Faustinelli y Alberto Ongaro, que será el guionista estrella de «Misterix». Al año vendrá Ivo Pavone.

Hagamos aquí un alto. En el país ya tenían una trayectoria singular varios dibujantes inmigrados en distintos momentos del siglo XX: Bruno Premiani, excelso ilustrador en diarios y revistas de gran circulación e historietista que luego trabajó para los comic books norteamericanos; Vicente Le Voci, presente en una gran cantidad de publicaciones; Alberto Giolitti en las revistas de Editorial Láinez; Walter Casadei en humor e historieta; el muy plástico humorista Alcides Gubellini, Sergio Tarquinio en Abril y la lista sigue. Posteriormente llegaron los hermanos Letteri, Athos Cozzi y dos niños que con los años darán sorpresas: Juan Zanotto y Gianni Dalfiume. En tanto varias revistas de corta duración mostraran en sus páginas el material de la factoría de Roy D’Ami.

Finalmente, Columba saca a circulación la versión argentina de Grand Hotel a idéntico formato: Rapsodia e intenta durante un período no muy largo las páginas de «Pepito» (L. Bottaro) en Fantasía Semanal.

 

El ascenso de Abril (2)

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  "As de Espadas", en Cinemisterio nº27.
La llegada de los jóvenes italianos revolucionó el rubro de las historietas en Argentina. Salgari concluye su trayectoria semanal con el no. 169 y se transforma en Cinemisterio que publica fotonovelas italianas de aventuras y las consabidas «Hombres de la jungla» y «As de espadas», ya producidas en el país.

En ella se da el encuentro de dos gigantes de la historieta internacional: Héctor G. Oesterheld y Hugo Pratt. Es 1951 y realizan un folletín gráfico que se transformará en pocas semanas en una verdadera historieta: «Ray Kitt».

Al año siguiente otro éxito acompaña a HGO: «Bull Rockett», con el italiano que rechazó venir al país, el legendario Paul Campani, dibujante de «Misterix». En 1953 Pratt y Oesterheld consiguen la consagración a través de «El sargento Kirk».

Entre los lectores y estudiantes de dibujo se desata una oleada de fanatismo por los dos italianos y dejan de lado el estilo Raymond, patrón de trabajo hasta ese momento. Todos quieren dibujar como Campani o Pratt, que basan su estilo, junto con Alberto Breccia, en Milton Caniff para luego cada uno seguir su propio camino. Esto se refleja en la correspondencia de lectores de la revista Dibujantes, pionera en este tipo de publicaciones.

Cuando Campani se ve imposibilitado de seguir trabajando por un largo período Abril realiza un concurso entre los dibujantes de la casa para su remplazo, que gana Eugenio Zoppi siguiendo el estilo para «Misterix». Un jovencísimo Francisco Solano López había sido probado con «Uma-Uma» (HGO) en el mismo estilo, y es quien remplaza al italiano con mucha categoría en «Bull Rockett».

La fama, en esta década fabulosa, acompaña a los italianos, que van creciendo en calidad y cruzándose con los artistas locales y antiguos inmigrantes. Se empieza a ver la historieta como una profesión seria, contribuyendo a ello la Escuela Panamericana de Arte, que extiende también cursos a otras disciplinas artísticas. Integran su plantel de profesores los profesionales más prestigiosos del momento. Por supuesto varios de ellos son italianos. Mientras en el campo del humor Guillermo Divito, con Pedro Segui al frente, en su propia escuela enseña dibujo cómico, donde es insuperable.

Aparecen nuevas revistas, algunas efímeras, donde italianos y argentinos forman su trayectoria. El público ya no gusta más del material extranjero. Se ha creado una escuela, un estilo.

Editorial Láinez desaparece como competidor, no sin antes intentar un aggionamento de sus publicaciones. Fracasa. Oesterheld se marcha de Abril para iniciar la aventura personal con Editorial Frontera. Durante ese tramo también guiona para Dragón Blanco y las editoriales Codex y Columba. En el dibujo, para estos trabajos externos, lo acompañan Ivo Pavone y Walter Casadei, alejado del humor.

Con Frontera y Hora Cero se produce el fenómeno más importante de la década y los imitadores, en estilos y formatos, aparecen como hongos. Guillermo Letteri y Casadei son absorbidos por Columba, que sigue firme con su formato novelado. Ivo Pavone vuelve a la casa decana.

Abril cierra el rubro historietas antes de la caída de Frontera y dos de sus títulos –Misterix y Rayo Rojo– pasan a Editorial Yago que los posiciona en primera línea cuando Frontera hace agua. Después un largo lapso, cae la noche de la decadencia de la historieta. Oesterheld marcha a Chile.

 

Al galope otra vez

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Página de "Misterix", en Salgari.  
Columba, que mantiene un gran grupo de lectores fieles a su formato, con la llegada de Robin Wood y su «Nippur de Lagash» en 1967, pone en primera línea a D’Artagnan que supera la revista insignia El Tony.

Llega así a la década del setenta como única productora de relieve. Han cerrado todas las revistas de historieta. En 1974 el cimbronazo sobre este tranquilo panorama lo pega Record con Skorpio.

La competencia es encarnizada. La nueva empresa pone en circulación Corto Maltés, Tit-Bits y Pif-Paf, los dos últimos con gran llamada, pues son marcas rescatadas del recuerdo de los argentinos.

En Tit–Bits se republican varias novelas gráficas de José Luis Salinas y Bruno Premiani que habían sido editadas en El Hogar y Patoruzito. El jefe de arte era Juan Zanotto, espectacular ilustrador de varios éxitos en las revistas de la Editorial.

Record actúa como agencia de materiales para Italia, y Columba ve el filón. Desdobla en varias versiones sus títulos tradicionales que le permite en algún momento poner a la venta dieciséis ediciones mensuales. Otro de los personajes importantes es Jackaroe (R. Wood) con dibujos de Gianni Dalfiume.

En la década del ochenta aparece Fierro, que ya es otra historia y que en estos días ha vuelto a los kioscos. El fumetto ya no pasa por estas tierras, pero goza de buena salud en su país y a nivel internacional, aun en el vecino Brasil.

Con una mirada en perspectiva, no es el padre putativo de la historieta argentina, pero debido a su incidencia y a pesar de las diferencias y ante tantos cruces, se le puede considerar casi su hermano.

Creación de la ficha (2015): Norberto Rodríguez Van Rousselt. Edición de Félix López. · El presente texto se recupera tal cual fue publicado originalmente, sin aplicar corrección de localismos ni revisión de estilo. Tebeosfera no comparte necesariamente la metodología ni las conclusiones de los autores de los textos publicados.
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
Norberto Rodríguez Van Rousselt (2015): "El fumetto y la historieta argentina", en REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA, 24 (25-X-2015). Asociación Cultural Tebeosfera, Ciudad de la Habana. Disponible en línea el 18/XI/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/el_fumetto_y_la_historieta_argentina.html