DESDE LA VIÑETA
Al fin.
Después de meses de mucho laburo, de marchas y contramarchas, de números cero que no nos llenaban, quienes formamos La Bañadera del Cómic parimos esta nueva publicación, que llamamos Sonaste Maneco como forma de homenajear a una de las historietas pioneras de la Argentina, pero sobre todo por otros dos motivos. Primero: Consideramos que mirar nuestra historia es una forma de entender cómo y por qué estamos donde estamos. Es una manera de reafirmar nuestra identidad, asumir nuestra pertenencia al mundo desde una perspectiva local y territorial. O sea que nos sentimos y declaramos argentinos y latinoamericanos. Y creemos que está bien así, porque nuestras particularidades, nuestras miradas, son diferentes a las braileñas, a las chilenas, a las mexicanas; ni que hablar si las comparamos con las norteamericanas y europeas. Y no se trata de ponerse xenófobo ni patriotero. Se trata de encontrar los puntos en común que nos unen, sin caer asimilados ante la avasalladora prepotencia del lenguaje único, del idioma totalitario que también se expresa a través del noveno arte.
Y acá llegamos al segundo punto. Todos los que hacemos estas páginas estamos seguros de que la historieta es un medio de comunicación, transmisor de ideas e ideologías comprometidas con alguna forma de estructurar el mundo. No son cuadritos vacíos, ingenuos o inocuos. Es un vehículo de lucha, de resistencia, de manipulación, formación y concientización. Una específica forma de arte emparentada con la pintura y el cine, pero también con la literatura, el periodismo, la historia y las ciencias sociales. Y todo ello canalizado a través de un simple momento de entretenimiento que ocupa diversos sentidos en el acto de la lectura. Por eso Sonaste Maneco.
Porque fue una frase surgida de las historietas que marcó el lenguaje coloquial de la sociedad en una época determinada, mostrando (y demostrando) la capacidad de penetración que estas benditas viñetas han tenido (y tienen) en la vida cotidiana de los ciudadanos, aunque nosotros no nos demos cuenta.
Nuestra intención es, cada tres meses, sumergirnos en el mundo del cómic para desentrañar su rol en la construcción de sentidos. Desde este vapuleado y pisoteado rincón del mundo. Con la historia que nos precede, la lucha de ideas que nos funda y las acciones que nos definen. Porque no todos los tiempos pasados fueron mejores. Porque el porvenir no espera a la vuelta de la esquina. Y porque el presente es el único momento que tenemos para construir.
Este es nuestro pequeño aporte para intentar reflotar la industria cultural de la historieta argentina, desvalijada y entregada como el país todo. Sabemos que no estamos solos. Y sabemos que mucha gente antes que nosotros comenzó a andar este camino al que hoy nos sumamos.
Este es nuestro primer paso. Sentimos que era la hora de decir nuestra primera palabra.