DE Y SOBRE LA HISTORIA DE LA HISTORIETA ESPAÑOLA
ANTONI GUIRAL

Title:
From and about the history of Spanish comics
Resumen / Abstract:
Existe una gran cantidad de monografías sobre cómic en España que tratan, directa o indirectamente, sobre la historia de nuestros tebeos. En este artículo se reconocen aquellas parcelas en las que se suelen depositar datos sobre la historia del medio (guías introductorias, manuales técnicos, catálogos de exposición, biografías, etcétera), para luego pasar a identificar las monografías que tratan concretamente y por extenso la evolución de la industria del cómic en nuestro país. / There are a large number of books on comics in Spain that deal directly or indirectly with the history of our comics. This article recognizes the sections in which we can find data on the history of the comic medium (introductory guides, technical manuals, exhibition catalogs, biographies, etc.), to later identify the monographs that specifically and extensively deal with the evolution of the industry of the tebeos in our country.
Palabras clave / Keywords:
Historia de los tebeos, Historia del cómic, Historiografía/ Historia de los tebeos, Comic history, Historiography

DE Y SOBRE LA HISTORIA DE LA HISTORIETA ESPAÑOLA

 

Este texto versa sobre los libros que tratan la historia de la historieta española, de nuestros tebeos, en suma. Como veréis, de haber hay muchos, más de los que yo me imaginaba y, creo, más de los que cualquiera podría imaginar. Para abordarlos he preferido dividirlos (ya sabéis, dividir las cosas suele ser más ilustrativo). Grosso modo, empezaré por el primigenio, por decirlo de alguna manera. Luego, comentaré los que hablan de la técnica del medio, que por extraño que parezca son, también, libros sobre los tebeos españoles. Seguiré con los libros autobiográficos que, aunque pocos, ilustran algunas de nuestras etapas historietísticas. Después, hablaré de los libros sobre publicaciones y autores autonómicos, léase, sobre aquellos que difunden la historieta de nuestras distintas autonomías. Posteriormente, será el turno de los catálogos de exposiciones que, sí, hay unos cuantos, y todos ellos nos aportan conocimientos. Finalmente, entraré de lleno en los libros teóricos sobre nuestras viñetas, la parte del león, como se decía antes.

Como hace falta una metodología para todo esto, he intentado ser, por un lado, lo más claro posible y, por otro, aportar el máximo de datos que el espacio permitía. Hablo del entorno en que fueron publicados, de los títulos, de sus contenidos, de su metodología, de sus autores, de sus publicaciones, de sus colecciones y de sus editoriales. En ocasiones, se agolpan los datos técnicos y la ristra de títulos y nombres podría apabullar, pero es que he intentado hablar, si no de todos, sí de la gran mayoría de ellos. Empecemos.

 

DEL ORIGEN

El primer opúsculo, o librito, no fue exactamente sobre historieta española, sino sobre caricatura, y fue publicado en fecha temprana: La caricatura española contemporánea (Sociedad General Española de Librería (SGEL), 1915). La primera actividad de SGEL, fundada en 1914, fue gestionar la Librería Francesa de Barcelona. En 1916, trasladó sus oficinas a Madrid y, aparte de editar, se concentró básicamente en la distribución, tanto de novela popular como de libros divulgativos, prensa semanal y tebeos (de editoriales como Esteller y Sangés, “Alas”, Collado, Pueyo, Pupy) o de un libro, Pili, Polito y Lucero dan la vuelta al mundo (Carlos Caballero Editor, 1935), de Carlos Caballero y Augusto Fernández, considerado uno de los primeros volúmenes encuadernados de historieta en nuestro país. Aunque excepcional, este libro no lo es tanto si pensamos que se trata del texto de una conferencia impartida por José Francés y Sánchez-Heredero (Madrid, 1883-1964) en el Ateneo de Madrid el 3 de marzo de 1915. En su momento, Francés fue un famoso periodista, crítico de arte, dramaturgo, traductor y novelista, que firmó algunas de sus crónicas como Silvio Lago. Disfrutó de una dilatada trayectoria: organizó exposiciones de dibujantes (Salón de Humoristas de Madrid) y escribió muchos libros sobre pintores, pero también La caricatura universal (Editorial Renacimiento, 1921), La caricatura (Compañía Iberoamericana de Publicaciones, 1930) o Los dibujantes e ilustradores contemporáneos (Escuela de Artes y Oficios Artísticos de Madrid, 1945).

 

No hablaba de historietas, pero sí de caricatura; en todo caso, es uno de nuestros primeros textos teóricos. La caricatura española contemporánea, de José Francés (Sociedad General Española de Librería, 1915).

 

DE LA TÉCNICA DE LA HISTORIETA

¿Hablamos de libros sobre la técnica de la historieta en un texto como este? ¿Por qué no? En primer lugar, alguno de ellos aportó datos sobre la historia del medio en España; por otro lado, en otros participaron activamente algunos de nuestros grandes historietistas, y, finalmente, convengamos en que ciertos de sus lectores que asumieron sus primeros conocimientos sobre la técnica de la historieta se convirtieron en autores de cómics.

Empiezo con L’art de la caricatura (Editorial Barcino, 1931), posiblemente el primero que indaga en, digamos, una parte de lo que sería el dibujo de historietas, aunque se concentre en el humor gráfico. Su autor fue Feliu Elias (Barcelona, 1878-1948), más conocido como Apa, uno de los grandes del momento, tanto en sus acepciones de ilustrador o caricaturista como de humorista gráfico y escritor. Colaborador de revistas como Papitu, Dominguín, Cu-Cut! o Virolet, Apa escribió diversos ensayos sobre pintores y arte en general, con una clara vocación pedagógica ya que, no lo olvidemos, fue profesor en la Escola Superior de Bibliotecàries, la Escola Superior dels Bells Oficis y la Escola Elemental del Treball de Barcelona.

 

El ilustrador, humorista gráfico y escritor Feliu Elias, Apa, es el autor de L’art de la caricatura (Editorial Barcino, 1931).

 

Una obra técnica que seguro que formó a más de uno de nuestros historietistas fue Curso de dibujo humorístico por correspondencia (Ediciones Humor Gráfico, 1953), del gran Josep Escobar (Barcelona, 1908-1994). En realidad, se trataba de tres cursos por correspondencia (una técnica que empezaba a utilizarse por entonces), dedicados al humor gráfico, la caricatura y los dibujos animados, terrenos todos que Escobar dominaba a la perfección. De hecho, todos los cursos estaban no solo realizados por él, sino también tutelados, de manera que seguía, personalmente, los avances de sus pupilos, manteniendo correspondencia con ellos.

Un libro grande y gran libro técnico llegó en 1963. Digamos que, por entonces, en nuestra España dictatorial la historieta seguía siendo un producto infantil o juvenil, considerado como mero entretenimiento para mentes en formación, pero el gobierno franquista ya hacía años que se había apercibido de su incidencia y popularidad, controlando oficialmente sus contenidos. Había mercado, y no eran pocos los y las profesionales del medio, lo que parecía dar a entender que la de historietista era una profesión a cultivar o, al menos, a tener en cuenta. Fue por entonces cuando empezaron a circular algunos cursos de dibujo, en general, que no desdeñaban la historieta. El caso es que, en 1958, nació una editorial con vocación didáctica, Ediciones AFHA Internacional, que aparte de literatura, ensayo y diccionarios técnicos, empezó ese año a publicar libros de gran formato, en tapa dura y con sobrecubiertas, dedicados a enseñar las técnicas del dibujo y de la pintura, escritos por Román Oltra e ilustrados por José Llobera, que había dibujado algunos cómics para Hispano Americana de Ediciones. Empezó con la colección Dibujar es fácil, dedicada al dibujo en general, al publicitario o a la pintura, y en 1963 publicó dentro de esta línea Dibujo de Historietas.

 

Uno de los primeros libros sobre la técnica del cómic, Dibujo de historietas (Ediciones AFHA, 1963), que contó con las colaboraciones de Macabich, Boixcar, Francisco Darnís y Eugenio Giner.

 

Muy bien editado y diseñado, el libro, escrito también por Oltra e ilustrado parcialmente por Llobera, explica algo de la historia de la historieta, centrándose en sus aspectos técnicos (argumento, guion, dibujo, planificación, técnicas narrativas y planos, color, etc.), dividiendo el medio en “dibujo humorístico”, “historieta del Oeste”, “historieta de guerra”, “historieta de acción” e “historieta de base fotográfica”. Habida cuenta de que en 1963 muchos de los cómics que se publicaban en España eran humorísticos o realistas de géneros, sobre todo, wéstern, bélico o de aventuras en general, no era nada extraña esa compartimentación; sorprendía, eso sí, la de “base fotográfica”, pero la explicación era obvia: se trataba de cómo utilizar la fotografía para dibujar poses y acciones, basándose o bien en fotos de archivo o, sobre todo, en instantáneas realizadas por los mismos autores según sus necesidades. No olvidemos, además, que por entonces la escuela casi “hiperrealista” de las tiras de prensa (John Cullen Murphy, Dan Barry o Stan Drake) imperaba. Pero la sorpresa es que cuatro grandes de nuestra historieta colaboraron activamente en este libro. Jordi Macabich (Barcelona, 1925-2015), reconocido historietista y director artístico de la agencia Bardon Art, aportaba dibujos y lecciones sobre los cómics del Oeste; Boixcar (Guillermo Sánchez Boix, Barcelona, 1917-1964), muy famoso por sus Hazañas Bélicas, se ocupaba por supuesto de la historieta bélica; Francisco Darnís (Barcelona, 1910-1966), dibujante por entonces de El Jabato, hacía lo propio con la de acción y Eugenio Giner (Vinaròs, Castellón, 1924-Premià de Dalt, Barcelona, 1994), ya sabéis, el creador gráfico de El inspector Dan, apuntaba datos y material para la “historieta fotográfica” y la romántica. Un lujo que hizo de Dibujo de historietas un libro muy especial. AFHA, por cierto, se dedicaría a la historieta de divulgación científica con Ciencia y aventura (1975-1979), con dibujos de Fernando Fernández, o a las adaptaciones al cómic de clásicos de la literatura con Grandes obras ilustradas (1974), con guiones de JuanJo Sarto y dibujos de Ramón de la Fuente y Brocal Remohí.

Otro libro técnico importante, o al menos lo fue para mí, es Cómo dibujar historietas (Parramón Ediciones, 1966). La editorial era propiedad de José María Parramón (Barcelona, 1919-2002), escritor, pintor, dibujante y editor, muy famoso por sus libros de divulgación artística, de los que llegó a publicar más de ciento veinte. Parramón ejerció durante muchos años de profesor en la Escola Massana de Barcelona. Cómo dibujar historietas, además, está escrito por Parramón con la ayuda de Jesús Blasco (Barcelona, 1919-1995), otro grande de nuestra historieta que no necesita de presentación, que en 1966 disfrutaba de un más que merecido prestigio por la calidad de su trabajo (y el de sus hermanos Adriano y Alejandro), publicado en Portugal, Alemania, Francia y, básicamente, Reino Unido. El libro se plantea como un diálogo entre ambos, un diálogo que aborda temas como el de la documentación, los géneros, el guión, el dibujo, los estudios de encuadres e iluminación e incluso la rotulación, amén de aportar algunas muy breves notas sobre la historia de nuestra historieta. Todo ello se hace de manera muy clara y didáctica en este libro en tapa dura y sobrecubierta de 64 páginas, lleno de ejemplos de los diversos trabajos que Blasco estaba haciendo por entonces para el Reino Unido.

 

Jesús Blasco ilustra la portada de Cómo dibujar historietas (Parramón Ediciones, 1966). libro en el que colaboró de forma muy activa.

 

Cursos por correspondencia

Curiosamente, o no, algunas de las grandes empresas de cursos por correspondencia han aportado su granito de arena en la técnica de la historieta. Hablo, concretamente, de CEAC y de CCC. El Centro de Aparejadores por Correspondencia (CEAC) surgió en 1946 como centro de enseñanza a distancia para la formación de quienes desearan examinarse para el ingreso en la Escuela de Aparejadores. No tardó en ampliar su oferta formativa, con cursos de construcción, mecánica, automoción o publicidad. A finales de los años sesenta del siglo pasado, ofrecía más de setenta cursos, entre ellos algunos de caricatura, humor, chistes… e historietas. Hablamos de Dibujando historietas (Ediciones CEAC, 1969), escrito por Iván Tubau e ilustrado por José Luis Velasco. Tubau (Barcelona, 1937-2016) fue humorista gráfico, historietista, investigador, periodista cultural y poeta, mientras que Velasco (Ciudad Real, 1939) es ilustrador (de literatura infantil) e historietista, habiendo colaborado como tal en El Cuco o Piñón. Se trata de un curso básico, que ofrece una nutrida información sobre todos los aspectos técnicos y artísticos del medio, con multitud de referencias ilustradas, básicamente de cómics norteamericanos, franceses y españoles, desarrollando textos sobre la serie Dani Futuro, autores como Jesús Blasco o Luis Bermejo, un apéndice dedicado a los historietistas españoles emigrados a Francia y un capítulo que habla sobre los “nuevos” creadores, que eran: Enric Sió, Juan Carlos Eguillor, Carlos Giménez y Esteban Maroto. Tubau, cuando habla de la historieta española de los setenta (hubo una segunda edición de este curso/libro en 1971), dice: «el final de los años sesenta y comienzo de los setenta marcó un momento de transición interesante en la historieta española. Penetró en algunos medios de difusión que hasta entonces le habían estado vedados, pero por otra parte las publicaciones dedicadas a ellas resultaban (salvo la muy sólidas de Bruguera) cada vez más inseguras». Eran otros tiempos, sí, y así lo veía Tubau. El libro, además, aportaba dibujos de José Álvarez, José Alfaya y del propio Tubau, que firma como Pastecca.

Por supuesto, la otra gran empresa de cursos por correspondencia no se quedó atrás con el tema del dibujo. El Centro para la Cultura y el Conocimiento o Centro de Cursos por Correspondencia (CCC), nació en 1939 como Academia CCC, con unos por entonces revolucionarios discos fonográficos para aprender idiomas. En 1941 se reconvirtió a centro de cursos por correspondencia, otorgando diplomas y certificados de las más variantes aficiones o profesiones, con cursos orientados para afrontar exámenes oficiales de formación profesional. En los años sesenta CCC ya propuso un curso, Dibujo, pero en 1982 nació el de Dibujante de cómics, dirigido y escrito por Luis Gasca, uno de nuestros primeros teóricos y divulgadores de la historieta. Ofrecía información sobre técnicas de guión, narrativa y dibujo, con muchos ejemplos gráficos, dedicaba capítulos a algunos de los grandes maestros del cómic, como Alex Raymond, Hal Foster, Jean Giraud, Hugo Pratt, Hergé, Emilio Freixas o Jesús Blasco, y aportaba datos sobre la historia de la historieta en general, con especial énfasis en la nuestra. Pasados los años, CCC vuelve al tema con Curso de ilustrador y guionista de cómics (2015), esta vez online, claro, no “por correo” como el anterior. Se trata de sesenta manuales de cuarenta páginas cada uno, y agrupa la información en seis áreas: técnica de la ilustración, guión, historia y géneros, personajes emblemáticos, los más grandes dibujantes (Alex Raymond, Milton Caniff, Alberto Breccia, Burne Hogarth) y los más grandes guionistas (Alejandro Jodorowsky, Lee Falk, Héctor Germán Oesterheld, Alan Moore). Dirigido de nuevo por Luis Gasca, contó con la colaboración de, entre otros, Antonio Altarriba, Manuel Barrero, Jordi Bernet, Alfredo Castelli, Roman Gubern, Rafael Marín, Eduardo Martínez-Pinna y Rinaldo Traini.

 

En 1948, Editorial Católica publicó una autobiografía de K-Hito con el título de Yo, García. Una vida vulgar.

 

DE AUTOBIOGRAFÍAS: POCAS, PERO CLARIVIDENTES

No son muchos los historietistas del país que nos hayan brindado sus autobiografías. Una pena, si contamos con que sus vivencias siempre aportan luz a nuestra historia de la historieta. Pero los pocos que lo han hecho sí nos cuentan muchas cosas sobre este oficio y esta industria, y su clarividencia ayuda a situarnos en el contexto historiográfico.

Empecemos por la, quizá, primera y original autobiografía publicada, que es la de un artista que compaginó, como tanto otros, el humor gráfico, la ilustración, la historieta, la poesía o la animación con la escritura y el periodismo. Se trata de Yo, García. Una vida vulgar (La Editorial Católica, 1948), que en realidad no tenía nada de “vulgar”, ya que se trata de un recorrido de primera mano por los recuerdos y vivencias de Ricardo García López (Villanueva del Arzobispo, Jaén, 1890-Madrid, 1984), más conocido como K-Hito, lo que implica revisar su hiperactiva vida artística durante la primera mitad del siglo XX. Recordemos que este autor, de línea sencilla y muy expresiva, aparte de fundar y dirigir varias revistas, colaboró con sus dibujos e historietas en Macaco, Macaquete, La Nova Traca, Muchas Gracias, Pinocho, Gente Menuda, Cu-Cut! o La Codorniz.

Otro de los grandes clásicos, Valentí Castanys, publicó en 1964 La memòria es diverteix (Ediciones Destino), en catalán, sí, aunque el libro fuera de 1964. Hombre de fina ironía, Castanys (Barcelona, 1898-1965) fue, aparte de historietista, humorista gráfico, ilustrador, dramaturgo y escritor. Su carrera fue muy larga y notable, y pasa por revistas como En Patufet, Virolet, Papitu, El Once, Flechas y Pelayos, Chicos o TBO, o por periódicos como El Mundo Deportivo o El Correo Catalán. A destacar su creación en 1933 para Ràdio Film Humorístic de la Setmana (emisora de Ràdio Associació de Catalunya EAJ-15) de La familia Sistachs, tan popular que pasó también a la literatura y a los tebeos.

 

Un más que notable ilustrador, historietista y escritor, Valentí Castanys, escribió sus memorias en La memòria es diverteix (Ediciones Destino, 1964).

 

Avanzamos unos años, cuarenta en concreto, para llegar a las Memorias ilustradas (Ediciones Glénat, 2004) de Fernando Fernández. No hace falta recordar (creo) que Fernando Fernández (Barcelona, 1940-2010) fue un ilustrador, pintor, divulgador e historietista que aprendió el oficio en Selecciones Ilustradas, y que no tardó en destacar por su grafismo pictórico en los años setenta, siendo uno de los principales actores del boom del cómic para adultos con obras como Zora y los hibernautas, Drácula o Isaac Asimov. Selección de cuentos. Fernández configura en Memorias ilustradas una crónica muy personal y también muy evocativa y llena de datos de su vida y su trayectoria artística, sobre todo de su paso por Selecciones Ilustradas, ya que sus memorias finalizan a inicios de los años setenta. La palabra “ilustradas” es importante porque, en efecto, la parte gráfica es básica en este libro que, como el propio autor confiesa, «no es una biografía ni un libro de memorias», sino «una crónica familiar, un pequeño fresco confeccionado con imágenes imborrables en mi recuerdo de unos años irrepetibles». Con todo, queda el eco de muchas anécdotas que nos ayudan a situarnos muy bien en el entorno social y artístico de, al menos, la agencia Selecciones Ilustradas durante los años sesenta del siglo pasado.

 

Fernando Fernández contó sus primeros años en la profesión, y especialmente su paso por Selecciones Ilustradas, en Memorias ilustradas (Ediciones Glénat, 2004).

 

También algún guionista, literato, traductor o técnico editorial nos ha ayudado a entender una parte de nuestra historia de los tebeos. Se trata de José Miguel Marcén (Madrid, 1952), un licenciado en Filología Hispánica que en 1979 publicó el libro de relatos Me parece que nos atacan (Editorial Zafo). Hablo del libro Onliyú. Memorias del underground barcelonés (Ediciones Glénat, 2005), o sea, sí, de Onliyú, que así es como lo conocemos todos, quien fuera redactor jefe o coordinador de El Víbora entre 1980 y 1988, y que se hizo célebre por sus crónicas de la sección “Comecomix”, donde filosofaba sobre lo humano, lo divino y lo historietístico. Aquí, Onliyú, un excelente escritor, nos habla en primera persona de aquello que tanto y tan bien conoció: el caldo de cultivo y el día a día del comix underground español, una crónica vívida (y vivida, como hemos dicho) que resulta muy útil para conocer los entresijos de ese movimiento.

 

Todo lo que querías saber pero temías preguntar sobre la eclosión del comix en Barcelona está en este libro de Onliyú: Memorias del underground barcelonés (Ediciones Glénat, 2005).

 

Historietista, productor y director cinematográfico de películas de terror y de sexo; es José Ramón Larraz (Barcelona, 1929-Málaga, 2013), un autor bastante desconocido en España, entre otras cosas porque su producción, tanto historietística como cinematográfica, se concentró en Francia (Le Journal de Mickey), Bélgica (Spirou, Tintin) o Reino Unido. En José Ramón Larraz. Memorias (EDT, 2012), desgrana por escrito su ajetreada existencia en el mundo del cine y de los cómics, y cuenta, también, una parte importante de su vida: su relación con las mujeres.

Otro historietista más conocido en el mercado franco-belga que en el nuestro es José Luis Munuera (Lorca, Murcia, 1972), dibujante de obras como Les Potamoks (con Joann Sfar, 1996-1997), Merlin (con Sfar y Jean-David Morvan, 1999-2003), Nävis (con Buchet y Morvan, 2004-2011), Spirou (con Morvan y Yann, 2004-2008) o Le signe de la Lune (con Enrique Bonet, 2009), y también de obras propias, como La route d’El Dorado (2000) o Zorglub (2017-2019). En Oficio: dibujante (Astiberri, 2012), Munuera hace honor a la palabra “oficio”, escribiendo con naturalidad y claridad sus percepciones del mercado, de los editores o de otros dibujantes, a lo que aúna reflexiones sobre el medio en sí mismo.

Pero quien más se ha explayado sobre su propia vida es Nazario Luque (Castilleja del Campo, Sevilla, 1944), sí, el pintor e historietista, creador como tal de Anarcoma, Turandot o Mujeres raras. Primero lo hizo con Nazario. La vida cotidiana de un dibujante underground (Editorial Anagrama, 2016), donde narra su vida durante la explosión del comix underground en la efervescente Barcelona de los años setenta y ochenta; luego con Sevilla y la Casita de las Pirañas (Editorial Anagrama, 2018), en la que da un paso atrás en el tiempo para rememorar su etapa de formación sexual y cultural durante los años sesenta e inicios de los setenta del siglo pasado, antes de instalarse en Barcelona, y en Un contacto con el placer (Laertes, 2021), libro en el que retorna de nuevo a su pasado, a la vida de un niño enfermizo educado por mujeres cuando despierta a su homosexualidad. Todo ello narrado en primera persona con un lenguaje sencillamente directo, duro, sin concesiones, que revela sus más profundos sentimientos y reflexiones. Y editado, como habéis visto, siempre por empresas literarias.

 

Nazario Luque ha relatado su vida en tres libros; portada de uno de ellos: La vida cotidiana del dibujante underground (Editorial Anagrama, 2016).

 

Su vida en viñetas

No todas las autobiografías han de ser literarias. Las hay, también, en formato de viñetas, como las de Carles Romeu, Tom Roca o Ramón Boldú. Sirven, por igual, para satisfacer nuestra curiosidad y para descubrir detalles de nuestra historia de los tebeos. Carles Romeu (Barcelona, 1947-2021) publicó en 2012 Ahora que aún me acuerdo de todo (o casi)… (Astiberri Ediciones), en la que este infatigable humorista gráfico, historietista, editor y guionista de televisión rememora su vida, siempre desde un prisma muy personal, irónico en ocasiones, cáustico en otras. El creador de Miguelito y uno de los fundadores de El Jueves nos ofrece, en realidad, un auténtico fresco de los años de la Transición y la primera democracia, convirtiéndose en un personaje más, pero no uno cualquiera, porque guarda las diatribas más duras para sí mismo, evidenciando su inteligencia. Un tono similar es el que utiliza otro grande del humor gráfico y compañero de fatigas de Romeu, Tom Roca, en Mi puta vida (Astiberri, 2015), que utiliza sus memorias para hacer un retrato descarnado de la España de la segunda mitad del siglo XX. Tom Roca (Barcelona, 1953-2021), humorista gráfico, sí, pero también historietista y guionista y productor televisivo, formó parte del grupo de los pequeños colosos que reivindicaron el humor crítico durante la Transición y los primeros años de la democracia en El Papus, Por Favor o El Jueves. Tom saca en estas viñetas toda su artillería, evidenciando su ideología anarquista.

Tom Roma es uno de los historietistas que han explicado su vida en viñetas: Mi puta vida (Astiberri, 2015).

Un tono más cotidiano, muy humorístico y atento a los detalles es del de Ramón Boldú (Tarroja de Segarra, Lleida, 1951), que utiliza también el cómic para narrar una trayectoria llena de experiencias, ya que ha colaborado tanto para la prensa satírica como en el comix underground, así como en la historieta erótica. Sus autobiografías destacan por el sentido de la ironía y el sarcasmo, y revisan nuestra historieta de los últimos cuarenta años en títulos publicados por Astiberri como El arte de criar malvas (Astiberri, 2008), Bohemio pero abstemio (Astiberri, 2009), Sexo, amor y pistachos (Astiberri, 2010), La vida es un tango y te piso bailando (2015, que cuenta la Guerra Civil vivida por su padre) o Los sexcéntricos (2017). Por cierto, aunque no suele dejar títere con cabeza, el principal objetivo de este autorretrato sarcástico es él mismo.

 

DE PUBLICACIONES Y AUTORES AUTONÓMICOS

En esto de la bibliografía sobre nuestra historieta hay una tendencia, no mayoritaria pero sí plenamente legítima, de conocer, reivindicar y divulgar las historietas autonómicas. Si hablamos de autonomías, hemos de incidir en que estos volúmenes aparecen, claro, a partir de la posibilidad de constituirse como tales, recogida en la Constitución de 19781; en suma, se conformaron diecisiete comunidades y dos ciudades autónomas entre 1979 y 1995. Por tanto, creo que vale la pena repasar esta historiografía, debidamente separada por autonomías y estas, a su vez, en orden alfabético, para que nadie se enfade.

 

Andalucía

Salvando dos excepciones de libros en catalán, el primer libro que nos han legado las autonomías es andaluz, y más concretamente de Granada. Los tebeos de Granada (Ayuntamiento de Granada, 1984) nace, como veis, de una editorial pública, algo en principio bastante lógico si pensamos que se trata de parte de su cultura (lo de “lógico” debería ir así, entre comillas). Que los textos y la selección de historietas sean de José Tito Rojo no es casualidad. Tito Rojo (Granada, 1953), profesor universitario, poeta y escritor, fue el cofundador del colectivo Un equipo andaluz de tebeos y estudioso de los fanzines locales (El tebeo marginal granadino, 1975-1981), aparte de participar con sus textos en publicaciones como La Granada de papel y Comics Fanzine o como guionista en Historia de Andalucía. Libro de excelente factura técnica, Los tebeos de Granada estudia desde los grabados barrocos hasta los nuevos (los de los años ochenta) autores, pasando por los orígenes de la historieta en esa provincia en la prensa del siglo XIX y el práctico silencio de viñetas granadinas durante el periodo que abarca de 1900 a 1975. Es un libro ilustre y muy ilustrado, que al final ofrece una juiciosa selección de los “nuevos” historietistas, que fueron: Joaquín López Cruces, Santi, Rubén Garrido, Juan Flops, Andrés Sopeña, Paco Quirosa, Fernando Guijarro, Carlos Hernández, el equipo GEL (Enrique Cintas, Jacinto Gutiérrez y Luis Costillo) y el propio Tito Rojo como guionista.

 

José Tito Rojo narra la historia de las viñetas granadinas desde sus orígenes hasta los años ochenta en Los tebeos de Granada (Ayuntamiento de Granada, 1984), cuya portada fue ilustrada por Carlos Hernández.

Cantabria

Tierra de historietistas como David Baldeón, Enrique Vegas o Íñigo Ansola, de la historia de los cómics en Cantabria sólo he encontrado un libro, Visiones. Cantabria: luces y sombras (Ayuntamiento de Laredo, 1987). Se trata de una publicación en la que se habla de diversas artes, incluyendo la historieta, texto cuyo autor fue Jesús García Sierra (Santander, 1962), más conocido como Yexus, también historietista amén de periodista, divulgador, escritor y comisario de exposiciones. Aunque no libro, sobre historietistas cántabros destaca la revista Viñetas de ayer y hoy (Ediciones Tantín, 1999-2010), en la que Yexus escribió en sus doce números artículos sobre autores de Cantabria.

 

Catalunya

Vale, convengamos en que Catalunya ha sido, y sigue siendo, uno de los grandes centros industriales de la historieta. De la historieta y de su uso, como diría Jesús Cuadrado (o sea, de libros sobre historieta). Es aquí, sí, donde se encuentran esas dos excepciones de libros que versan sobre publicaciones catalanas y en catalán anteriores al Estado de las autonomías, ambos aparecidos en coyunturas muy distintas.

El primero, o mejor dicho los primeros, están en la colección Els homes d’En Patufet (Editorial David, 1925), seis libros monográficos en catalán dedicados a tres escritores (Manuel Folch i Torres, Clovis Eimeric [seudónimo de Lluís Aymerich] y Josep M. Folch i Torres) y a tres ilustradores (Joan G. Junceda, Joan Llaverias y Gaietà Cornet) de la revista En Patufet. Para entender el porqué de una colección como esta y además en catalán en 1925, hay que saber que no existiría, claro, sin el éxito de la revista En Patufet (1904-1938), publicación infantil en catalán de relatos, chistes, pasatiempos y alguna historieta, cuya popularidad (llegó a vender, según diversas fuentes, 65.000 ejemplares semanales) hizo que la palabra “patufet” fuera utilizada para referirse a revistas ilustradas infantiles. Luis Gasca señala que su éxito radicó «en su carácter catalanista y formativo, amor por las tradiciones y costumbres del país, en la selección de sus narraciones… y muy particularmente en la colaboración de su principal mantenedor, el ilustre escritor tan dedicado a los niños Josep M. Folch i Torres» 2. De ahí, pues, Els homes d’En Patufet, que fue publicada por Editorial David, no por casualidad la misma empresa que editaba la revista Pelele (1924-1925), que era una versión en castellano de Virolet (otra revista del editor de En Patufet, Baguñà Hermanos, que contenía bastantes historietas).

 Portada del ejemplar de El homes d’En Patufet (Editorial David 1925) dedicado a Cornet.

El único volumen de Els homes d’En Patufet al que he podido acceder es el dedicado a Cornet; incluye textos de Josep Llimona, Joan G. Junceda, R. Casellas y Lluís Folch, textos que hablan de su estilo, de su obra y que incluyen una entrevista al autor, amén de, al final, una selección de sus chistes, ilustraciones e historietas. Por tanto, son libros bien documentados que nos ayudan a entender esa parte de nuestra historia.

La otra excepción catalana se produce en un contexto histórico distinto al anterior, aunque también se refiere a la rica tradición de publicaciones infantiles y satíricas catalanas anterior a la Guerra Civil, en las que prácticamente siempre se había publicado alguna historieta, aunque fuera en su sentido más “primitivo”. Me refiero a otra colección de libros publicada en catalán, Quaderns de Cultura, iniciada por Editorial Bruguera en 1966. Antes de que salga el tema de siempre, cabe decir que la lengua catalana no estaba prohibida entonces por el franquismo; aunque pocos, se publicaban libros en catalán y había premios para literatura en catalán, solo que no era oficial y, vale, reconozcamos que en algunos (bastantes) cenáculos no estaba nada bien vista. Añadamos, además, una cierta relajación de la censura (falsa, en el fondo) que supuso la famosa Ley de Prensa e Imprenta impulsada por el ministro de Información y Turismo Manuel Fraga en 1966. El caso es que en la España ya del desarrollismo económico, Editorial Bruguera decide iniciar una colección de libros en catalán dirigida por Joan Agut (Barcelona, 1934-2011), que sería también editor en Edhasa y Barcanova y escritor. Agut propuso una colección semejante a la francesa Que sais-je?, libros didácticos de gran éxito publicados desde 1941 por Presses Universitaires de France. Y ahí surge Quaderns de Cultura, que dedica sus tomos a la cultura catalana, a sus escritores o a temas diversos, entre ellos la prensa infantil y satírica.

De este tema aparecieron un total de siete libros: El Bé Negre (1967), Cu-Cut! (1967), En Patufet (1968), Papitu (1969), L’Esquella de la Torratxa (1970), Xut! (1971) y Un segle d’humor català (1973), todos ellos escritos por Lluís Solà (Barcelona, 1932), un ingeniero, periodista y crítico de arte apasionado por la cultura catalana. Todos estos libros conforman un corpus muy importante para el estudio y la historiografía de estas publicaciones, ya que Solà se sumerge en ellas aportando notas históricas que ayudan a comprenderlas, aparte de desarrollar su trayectoria con una gran riqueza de datos.

Damos un salto ya en plena democracia, a 1985, cuando Enric Larreula (Barcelona, 1941), escritor, poeta, dramaturgo, ilustrador y profesor universitario, publica Les revistes infantils catalanes de 1939 ençà (Edicions 62). Este libro es un estudio muy pormenorizado de la prensa infantil escrita en catalán entre 1939 y 1985, enmarcado en los acontecimientos políticos y sociales de cada época, con un detallado estudio de cada una de ellas, las que incluían historietas.

Si Solà es uno de los más destacados estudiosos de la prensa humorística ilustrada catalana, no lo es menos Josep M. Cadena (Barcelona, 1935), periodista, teórico y crítico de arte, que a lo largo de estos años ha desarrollado una ingente labor por la divulgación de las revistas infantiles y satíricas, así como sobre sus principales autores. Además de participar en libros colectivos, Cadena ha escrito obras como dos tomos de la colección Gent Nostra (Opisso y Junceda, este último junto a Montserrat Castillo, Nou Art Thor, 1986 y 1987), ocho libros dedicados a Joan Llaverias, Ismael Smith, Feliu Elias Apa y Gaietà Cornet, todos ellos publicados por Ambit Serveis Editorials (2016-2019), o El Perich, humor sin concesiones (Ediciones El Jueves, 2005), entre otros. Entre los volúmenes corales en los que ha participado Cadena, destacaremos Cent anys de còmic a Catalunya (junto a Albert Jané, Sergi Cabrol, Joaquim Noguero, Manel Fontdevila y Pepe Gálvez, Punta de Llapis, 1996) o Cu-Cut! 1902-1912. Sàtira política en temps trasbalsats (con Cecília Vidal, Jaume Capdevila, Jordi Artigas, Josep Maria Figueres, Josep Pinyol, Lluís Solà, Ramon Folch, Ricard Mas, Sebastià Roig o yo mismo, Efadós, 2012).

Otro excelente divulgador de la prensa en catalán es Jaume Capdevila (Berga, Barcelona, 1974), más conocido como humorista gráfico con el nombre de Kap, que ha dedicado mucho tiempo al estudio y comisariado de exposiciones sobre este tema, en libros como La Campana de Gràcia. La primera publicació catalana de gran abast (1870-1934) (Pagès Editors, 2009), L’Esquella de la Torratxa. 60 anys d’història catalana (1879-1939) (Efadós, 2014) o Papitu. Sàtira, erotisme i provocació (1908-1937) (Efadós, 2014). Por tanto, queda claro que ese fondo documental patrimonio de Catalunya, pero también de toda España, está muy activo en la bibliografía en catalán. Y, a todos los títulos citados, añadiremos El còmic en català (Ediciones Glénat, 2011), un amplio y muy bien detallado catálogo de todas las publicaciones de cómics aparecidas en lengua catalana entre 1939 y 2011, obra de Jordi Riera (Granollers, Barcelona, 1990), pintor, escritor y divulgador de la historieta.

 

De Madrid a los tebeos. Una mirada gráfica a la historieta madrileña (Ayuntamiento de Madrid, 2004) ofrece una mirada genérica a los tebeos editados en Madrid.

Comunidad de Madrid

Bien sabido es por todos y todas que Madrid ha sido (y es) otro de los grandes centros editoriales de la historieta. Lo certifican empresas de ayer y de hoy como Ediciones Rialto, Editorial Rollán, Editorial Dólar, Ediciones de la Torre, Ediciones Sinsentido, Diábolo Ediciones, Dibbuks o Nuevo Nueve. No hay, empero, muchos libros específicos sobre este tema; de hecho, he encontrado dos, y aunque ambos son catálogos de exposiciones (y, por tanto, deberían ir en el capítulo que sigue), los expongo aquí. Se trata, en primer lugar, de De Madrid a los tebeos. Una mirada gráfica a la historieta madrileña (Ayuntamiento de Madrid, 2004), que aporta una exposición genérica sobre los tebeos madrileños, con textos de Luis Alberto de Cuenca, Rafael Marín, Jesús Cuadrado, Federico Moreno Santabárbara, Enrique Martínez Peñaranda, Luis Conde, Lorenzo F. Díaz, Francisco Naranjo y Agustín Oliver.

El segundo es El papel de la movida. Arte sobre papel en el Madrid de los ochenta (Fundación Colección ABC/Museo ABC, 2013), catálogo de la exposición del mismo título que tuvo lugar en el Museo ABC de Madrid, que se centra en una mirada genérica a las publicaciones de papel generadas durante la década de los años ochenta en Madrid, incluyendo por supuesto las revistas de cómics. Sus textos estuvieron firmados por: Pablo Sycet, Julio Pérez Manzanares, Magali Dumousseau-Lesquer, Laura Revuelta, Rafa Cervera, Nicolás Grijalba de la Calle, Ignacio Ruiz Quintano y Carlos García-Calvo.

 

Comunitat Valenciana

Con citar a Editorial Valenciana o a Editorial Maga ya abarcaríamos una parte importante de la industria del cómic afincada en la Comunitat Valenciana, pero si a ellas añadimos 7 Monos, Editorial Arrebato, Editorial Creo, Fandogamia Editorial, Editorial Garga, Editorial Guerri o Edicions de Ponent, entenderemos que el otro gran centro de producción de historietas en España se sitúa en Valencia. Añadamos a ello su pulsión creativa, significada en las distintas escuelas estéticas que históricamente han aportado sus creadores, como la realista (Manuel Gago, José Ortiz, Miguel Quesada), la humorística (Soriano Izquierdo, José Sanchis, Juan José Carbó, Palop) o la de la, digamos, línea clara (Miguel Calatayud, Mique Beltrán, Micharmut, Daniel Torres, Sento).

Álvaro Pons, Pedro Porcel y Vicente Sorní revisan la historia de la historieta valenciana entre 1965 y 2006 en Viñetas a la luna de Valencia. La historia del tebeo valenciano (1965-2006) (Edicions de Ponent, 2007).

Dejamos de lado de momento los catálogos de exposiciones, para centrarnos en unos cuantos libros sobre historieta pensada y hecha en Valencia. Lo primero que he encontrado es, precisamente, una extensa historia de sus tebeos, Historia del tebeo valenciano, prepublicada por fascículos en el diario Levante y compilada por Prensa Valenciana en un libro de 1992. Entre sus colaboradores, historietistas y expertos: Andrés Porcel, Manel Gimeno, Juan Puchades, Pedro Porcel, Juan Bosch, Luis Conde, Jesús Cuadrado, Luis Gasca, Antonio Martín, Joan Navarro y uno de los grandes baluartes del estudio de la historieta en general, Francisco Tadeo Juan. Hemos citado a Pedro Porcel (Valencia, 1959), creador de Editorial Arrebato junto a Juan José Almendral y gran conocedor de la historieta valenciana y de los cómics en general, que es uno de los autores, junto a Ansel Burulanda, de La Escuela Valenciana de tebeos (Asociación Cultural Falla Molinell-Alboraya, 1999), un libro de 84 páginas muy ilustrado que versa concretamente sobre los tebeos editados en Valencia. De Pedro Porcel en solitario es también Clásicos en Jauja. La historia del tebeo valenciano (Edicions de Ponent, 2002), grueso volumen de cerca de 500 páginas que obtuvo el Premio Romano Calizzi del Salón del Cómic de Roma como mejor estudio teórico del año. Porcel hace gala aquí de su claridad expositiva y su rigor analítico, presentando la historia de los tebeos hechos en Valencia de manera cronológica hasta el año 1965, sin olvidarse de los suplementos de prensa, en un libro que podríamos calificar de definitivo sobre los cómics valencianos clásicos.

Porcel, junto a Vicente Sorní y a otro de los grandes adalides de la historieta valenciana (y de la historieta en general), Álvaro Pons, firman Viñetas a la luna de Valencia. La historia del tebeo valenciano (1965-2006) (Edicions de Ponent, 2007), una segunda parte de La historia del tebeo valenciano, que refleja los movimientos editoriales y autorales acaecidos en esta comunidad entre 1965 y 2006. Álvaro Pons (Barcelona 1966) incide dos veces más en este tema: El còmic valencià: història de la historieta (Falla Josep Antoni, Puríssima i Major, 2018), un extenso monográfico sobre el tebeo valenciano, e Inventario del tebeo valenciano (2018/2019) (Generalitat Valenciana, 2020), un, eso, inventario de autores valencianos, un excelente esfuerzo divulgativo coordinado por Pons que contó con Cristina Chumillas, Óscar Gual y Pedro Porcel, y que fue distribuido gratuitamente en el Festival de la BD de Angulema, coincidiendo con la presencia de la Generalitat de Valencia en aquel evento. A eso se le llama potenciar la historieta.

Finalmente, cabe reseñar la publicación en 2018 de Historietes valencianes del segle XIX. Els pioners del tebeo (Institució Alfons el Magnànim, 2018), libro en el que el doctor en Sociología y profesor del Departamento de Sociología y Antropología Social de la Universitat de València Jordi Giner Montfort (Bilbao, 1978) ofrece una selección de las historietas pioneras valencianas del siglo XIX, como claramente indica su título.

 

Egungo euskal komikiaren historia (Universidad del País Vasco, 2017) plantea un ambicioso estudio sobre la historieta vasca.

Euskadi

Más allá de Catalunya, Valencia o Madrid, hay otro centro editorial importante en este país. Se trata, sí, de Euskadi, cuna de empresas como Buru Lan, Ikusager, Harriet Ediciones o Astiberri, o de publicaciones como Habeko Mik o TMEO, y de autores como Javier de Isusi, Borja Crespo, Kike Infame, Mikel Begoña, Raquel Alzate, Gregorio Muro, Santi Orúe o Daniel Redondo. Dicho esto, que no es poco, he encontrado tres libros que informan de varios aspectos de la historieta vasca. El primero fue publicado por Editorial Ttartalo en 1989: Antecedentes del comic en Euskadi (1894-1939); recordemos que Ttartalo ya tenía por entonces una buena conexión con los cómics, habiendo editado obras de autores vascos y también clásicos como Winsor McCay (Little Nemo in Slumberland). El autor de este libro, José María Unsain, escritor, crítico cinematográfico y especialista en historia del País Vasco, recuerda publicaciones, autores e historietas primigenias, en el sentido de que fueron publicadas antes, digamos, de que existiera una “gran” industria de este medio. Pero el propio Unsain volvería al tema, ampliándolo hasta el año 2004, en Euskal Herria Emblemática: Artes aplicadas (Editorial Ostoa, 2005).

El tercero, publicado en euskera, es Egungo euskal komikiaren historia (Universidad del País Vasco, 2017), un ambicioso estudio sobre la totalidad de la historieta vasca dirigido por Jon Kortazar Uriante con textos de investigadores como Ibon Egaña, Xavier Etxaniz, Paulo Kortazar, J.: López Gaseni, Alvaro Rabelli, Iratxe Retolaza, Francisco Javier Rojo, Amaia Serrano o el propio Jon Kortazar. De sus contenidos, dice la empresa editora: «Este proyecto es el primer paso en la recopilación de la historia literaria del cómic vasco, ya que se centra en un enfoque específico del cómic en la culminación de su trayectoria histórica: la perspectiva literaria y la perspectiva lingüística. Para ello, en este libro se distinguen dos grandes apartados: en primer lugar, se presentan las principales tendencias y plataformas del cómic vasco para dar los primeros pasos hacia la interpretación histórico-literaria (desde finales del siglo XIX hasta principios del siglo XXI); en segundo lugar, se han estudiado con más detalle algunos libros de historietas con el fin de aportar una serie de hilos que arrojen luz sobre la trayectoria de los últimos treinta años» 3.

 

 Octavio Beares narra los entresijos de las viñetas gallegas en A historia do comic en Galicia (Editorial Galaxia, 2021).

Galicia

Cierto es que sobre todo a partir de los años setenta del siglo XX, pero Galicia, cuando hablamos de la historieta española, también está ahí, y con fuerza. La refrendan suplementos de prensa (Golfiño), editoriales (El Patito Editorial, Edicións Xerais, Demo Editorial), revistas (BdBanda, Barsowia, Retranca), eventos (Xornadas da BD de Ourense, Salón del Cómic de Cangas, Viñetas desde o Atlántico), escuelas (O Garaxe Hermético) y muchos autores (Das Pastoras, Miguelanxo Prado, David Rubín, Kiko da Silva, Emma Ríos). Por tanto, también aporta su propia bibliografía.

En 1993, surgió una curiosa iniciativa. Un grupo de profesores y alumnos de los institutos Monelos y Rafael Dieste de A Coruña, coordinados por Xosé Luis Axeitos y Xavier Seoane, prepararon un catálogo de historietistas gallegos, publicado por la Deputación Provincial da Coruña. Algunos años después, más concretamente en 2019, Edicións Xerais publicó Os pioneros da banda deseñada galega (1971-1979), libro de Xulio Carballo Dopico, profesor de Lengua y Literatura Gallega, que analiza con una gran riqueza de datos la explosión de la historieta en la Galicia de principios de los años setenta, que surge a partir del esfuerzo del pintor Reimundo Patiño (A Coruña, 1936-1985) y el historietista y humorista gráfico Xaquín Marín (Ferrol, 1943). Ya en 2021, Octavio Beares (Oviedo, Asturias, 1970), licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Santiago de Compostela y activo gestor cultural de la historieta gallega, publica A historia do comic en Galicia (Editorial Galaxia, 2021), donde aporta una enriquecedora visión de las viñetas realizadas en esta autonomía.

Aunque no haya escrito concretamente libros sobre historieta, quiero destacar aquí, ya que hablamos de Galicia, la figura de Agustín Fernández Paz (Villalba, Lugo, 1947-Vigo, Pontevedra, 2016), escritor y profesor de educación primaria y secundaria que escribió varios manuales teóricos sobre enseñanza, dos en concreto sobre cómics: Para lermos cómics (Xunta de Galicia, 1989) y Os cómics nas aulas (Edicións Xerais, 1992), del que Tebeosfera afirma, y estoy plenamente de acuerdo, que es “un manual fundamental para introducir los tebeos en las escuelas”.

 

Una revisión de la historieta en las Islas Baleares entre 1976 y 2005, Trenta anys de còmic a Mallorca (Edicions Documenta Balear, 2009), libro escrito por Francesca Lladó.

Illes Balears

Desde las Illes Balears nos llegan muchos ecos de historieta. Básicamente, sí, por la larguísima lista de los autores que nacieron allí, desde el maestro Benejam hasta, por citar solo algunos y algunas, Paco Díaz, Rafa Vaquer, Alex Fito, Tomeu Seguí, Margalida Vinyes, Nívola Uyà, Pere Joan, Bagi Beltrán o Guillem March, sin olvidarnos de Max, que siendo barcelonés reside allí. También, desde hace algunos años, por su presencia industrial, concentrada sobre todo en Dolmen Editorial. Desde esas ínsulas nos llega un libro, Trenta anys de còmic a Mallorca (Edicions Documenta Balear, 2009), escrito por Francesca Lladó (Buenos Aires, 1960), doctora en Historia del Arte y profesora titular del Departamento de Ciencias Históricas y Teoría de las Artes de la Universitat de les Illes Balears, que retrata el referido y enriquecedor movimiento artístico de historietistas mallorquines acaecido entre 1979 y 2009, autores que, dice un texto promocional del libro «se configuraron como un referente clave en el conjunto del Estado y permitieron alejar esta expresión artística de su inicial marginalidad».

 

Faustino Rodríguez Arbesú publicó dos tomos con todos los datos de la historieta realizadas en el Principado de Asturias en La historieta asturiana (Grupo El Wendigo, 2002 y 2013).

Principado de Asturias

Asturias también reivindica su historieta. Lógico, porque tienen muchos méritos. Es la tierra donde nacieron historietistas como Alfonso Iglesias López, Alfonso Zapico, Gaspar Meana, Suso Peña, Isaac del Rivero Sr. y Jr., Javier Rodríguez o Víctor de la Fuente. O publicaciones como El Wendigo (de crítica de cómics, entre 1974 y 2013), Espolique, Dentro de la Viñeta o Tapón. O la editorial Dude Comics. Y donde se celebró el Salón Internacional del Cómic del Principado de Asturias y tienen lugar todavía las Jornadas del Cómic de Avilés y la Semana Negra de Gijón que, sí, es “negra”, pero también atiende, y mucho, a la historieta, como veremos en el próximo capítulo.

En este apartado, destaca la figura de Faustino Rodríguez Arbesú (Gijón, 1939-2021), escritor, guionista de historietas y de televisión y cortometrajes, investigador de la historieta y hombre de gran cultura comiquera, que fue director de la citada El Wendigo y del Salón Internacional del Cómic del Principado de Asturias. Suyos son los dos libros sobre la historieta del Principado de Asturias: La historieta asturiana (Grupo El Wendigo, 2002) y La historieta asturiana II (Grupo El Wendigo, 2013), prepublicados por entregas en formato de fascículo en El Wendigo entre 1997 y 2013). Sin olvidarnos de Asturias: Imágenes de historieta y realidades regionales (Servicio de Publicaciones de la Universidad de Oviedo, 1999), escrito por Mercedes Fernández con la colaboración de María del Mar Díaz y Romain Gillain.

 

 

DE CATÁLOGOS DE EXPOSICIONES

¿Os acordáis de los buenos viejos tiempos? Me refiero a cuando no sólo disfrutábamos de muchas exposiciones sobre historietas, sino de cuando se editaban catálogos de las mismas. Bueno, vale, es una exageración, pero lo cierto es que en estos últimos años la crisis económica ha golpeado también a esos libros de papel que contenían un reflejo de las exposiciones, y nos están dejando a muchas de ellas sin catálogos. Lo que implica que, una vez desmontada definitivamente la muestra, esta pareciera que jamás haya existido. Son los catálogos los que confieren vida, sentido y recuerdo a las exposiciones, y son los catálogos, también, una excelente base para la historiografía de la historieta española.

Cierto es que muchos de estos catálogos, como veréis, son fruto de exposiciones producidas por instituciones oficiales o museos, pero hay una cifra nada despreciable de ellos publicados por editoriales privadas o jornadas y salones varios. Y, por supuesto, no empiezan a aparecer de forma regular hasta aquellos años ochenta, en los que el boom de la historieta para adultos empezaba a ocupar los medios de comunicación y a preocupar a las instituciones públicas, siempre atentas a las coyunturas. Y, sí, estos catálogos aportan datos, siempre, a nuestra historiografía de los cómics. Son, junto a los ensayos, libros divulgativos o monografías, una parte consustancial para comprender el devenir de nuestros tebeos.

Sea como sea, de catálogos sobre exposiciones de nuestras historietas hay, por suerte, unos cuantos. Aquí seguro que no aparecen todos, pero son los que están, eso puedo afirmarlo. Para ordenarlos mínimamente, he escogido el viejo sistema de los temas.

 

Ficomic y Ediciones B publicaron en 1992 una revisión de TBO en 75 años de TBO, escrito por Federico Moreno Santabárbara, catálogo de la exposición del mismo título del 10º Salón Internacional del Cómic de Barcelona.

Revistas

En la IV Semana Nacional del Libro Infantil y Juvenil, celebrada en Barcelona en 1964, hubo una exposición con historietas. No exactamente sobre cómics, pero con revistas de historietas. Su catálogo, La revista infantil en Barcelona. Antología histórica (Diputación Provincial de Barcelona, 1964), hablaba de algunas de estas cabeceras, más concretamente de las editadas en Barcelona, por lo que se incluía, claro, a TBO o Pulgarcito, por ejemplo. Como dice Tebeosfera: «Fue uno de los textos fundadores de la tebeografía española. Funcionó, en su día, como un primer catálogo de los tebeos en España».

Ya que hemos citado a TBO, hablemos de dos catálogos dedicados a la (casi) pionera revista de historietas. En 1992, y entre las actividades celebradas en el 10º Salón Internacional del Cómic de Barcelona, tuvo lugar una exposición dedicada a esta cabecera, titulada más concretamente 75 años de TBO. La muestra, producida por Ficomic y por Ediciones B (que, recordemos, por entonces publicaba la renovada TBO), disfrutó de un catálogo específico, escrito por Federico Moreno Santabárbara (Madrid, 1939), uno de nuestros primeros estudiosos de la historieta, en el que se hablaba de la historia de la revista y de sus principales colaboradores. Tres años después, Lluís Giralt (Calaf, Barcelona, 1943), gran experto y coleccionista de originales de TBO (revisad su web www.grafopata.com y comprobaréis lo que digo), comisarió la exposición Els dibuixants del TBO: dibuixos originals 1917-1960, una excelsa muestra de originales de los más destacados colaboradores de la revista (entre ellos: Opisso, Donaz, Serra Massana, Benejam. Urda, Coll, Muntañola, Batllori Jofré, Blanco, Ayné, Sabatés o Castanys), que obtuvo su correspondiente catálogo, publicado por Plumilla Publicitat. Un catálogo, por cierto, reeditado con algunos cambios en 2003, con motivo de esta misma muestra celebrada en El Castell-Ecomuseu Urbà de Rubí (Barcelona).

El grafópata Lluís Giralt se ocupó de la exposición y del catálogo de Els dibuixants del TBO: dibuixos originals 1917-1960 (Plumilla Publicitat, 1995).

Nos hemos saltado el orden cronológico de aparición de las revistas, pero no podía dejar pasar que en el primer catálogo había mencionado a TBO. O sea, que si nos atenemos a ese orden, el catálogo del que tenemos que hablar ahora es el de la exposición La Traca. La transgressió com a norma (Servei de Publicacions de la Universitat de València, 2016). Muestra coordinada por Antonio Laguna (profesor y decano de la Facultad de Periodismo de la Universidad de Castilla-La Mancha) y Francesc A. Martínez (doctor en Historia por la Universidad de Valencia y catedrático en Ciencias Sociales y Jurídicas), en la que profundizan en los avatares de esta revolucionaria revista satírica anticlerical y antimonárquica editada desde 1884, pero que destaca por méritos propios en su etapa publicada por V. M. Carceller entre 1912 y 1938.

Otra grandísima revista, o mejor dicho, suplemento infantil al inicio, fue Gente Menuda, relacionada con el diario ABC, ya que inicialmente fue un suplemento de su revista Blanco y Negro (1904-1914 y 1928-1932), para vivir la libertad de publicación independiente entre 1932 y 1936. Sin duda, el mejor suplemento de prensa infantil, con historietas revolucionarias (también textos e ilustraciones) y con firmas como las de Francisco López Rubio, Sacha, Xaudaró, Atiza o Cilla. Pues bien, existe un excelso catálogo de su exposición en el Museo ABC, Gente Menuda. Dibujos para un gran suplemento infantil (Fundación Colección ABC/Museo ABC, 2012), un grueso volumen de más de 400 páginas escrito por el comisario de la muestra, Felipe Hernández Cava (Madrid, 1953), guionista de lujo, experto en cómics, periodista y crítico de arte. En el mismo, conoceremos muy detalladamente la historia de Gente Menuda y también la del periódico ABC, en unos textos de gran calado que hacen de este un catálogo imprescindible.

Portada del excelente catálogo de Felipe Hernández Cava de la exposición Gente Menuda. Dibujos para un gran suplemento infantil (Fundación Colección ABC/Museo ABC, 2012), con portada de López Rubio.

Y si hablamos de revistas imprescindibles para conocer y reconocer nuestra historia de los tebeos, está Chicos (1938-1950, 1950-1952 y 1954-1956), por supuesto. La revista dirigida por Consuelo Gil que revolucionó el panorama de nuestra historieta, con la distinguida presencia, entre muchos otros y otras, de Jesús Blasco, Emilio Freixas, Àngel Puigmiquel, Alfons Figueras, Arturo Moreno, Pili Blasco, Jaime Tomás o Juan G. Iranzo. Existen dos catálogos de sendas muestras dedicadas a Chicos, las dos y los dos coordinados y producidos por el escritor y divulgador Antonio de Mateo Remacha. La primera acaeció en la Biblioteca Nacional de Madrid, y su catálogo lleva por título Chicos. Semanario Infantil, 1938-1956 (Ediciones Sinsentido, 2002); tras una presentación de Luis Alberto de Cuenca y un texto de Jesús Cuadrado, De Mateo relata la historia de todas las etapas de Chicos, añadiendo un texto sobre Consuelo Gil y las colaboradoras de la revista y breves semblanzas de algunos de sus dibujantes e ilustradores, amén de una entrevista a la citada Consuelo Gil realizada por José María Ortiz. La segunda la acogió la Biblioteca Valenciana de Valencia, claro, con un catálogo titulado Chicos, 1938-1956: crónica de una revista (Generalitat Valenciana, 2004); no, no es la misma exposición ni el mismo catálogo, aquí De Mateo, aparte de hablar de Chicos, se concentra en la presencia en la revista de los hermanos Blasco (Jesús, Pili, Alejandro y Adriano) y en su obra en general, con un apéndice que señala las principales obras y series de los cuatro Blasco.

Cambio de tercio, de época y de filosofía, para llegar hasta el año 2015, cuando el grupo Tantatinta organizó una exposición dedicada a Butifarra! que se paseó por diversos barrios de la Ciudad Condal además de por Lleida y Girona. Ya sabéis que Butifarra! fue inicialmente una revista/boletín de barrios, que disfrutó de dos etapas: una más alternativa sobre todo en su distribución (1975-1977), y una más “oficial” porque fue comercializada en quioscos. Sus contenidos, eso sí, no variaron. Fue una publicación engendrada, realizada y coordinada por el colectivo de autores Butifarra!, con la más que sana intención de evidenciar el uso pedagógico, crítico y satírico de la historieta como medio para poner en solfa las arbitrariedades de nuestra sociedad en todos sus aspectos, con especial atención a los barrios y las clases trabajadoras. Esa muestra tuvo su catálogo, grande, vistoso, muy bien editado, Butifarra! El còmic dels barris (1975-1987) (Ajuntament de Barcelona, 2015), donde junto a una amplia selección de portadas y páginas de las dos etapas de Butifarra! se habla también de las iniciativas del grupo posteriores a la revista (álbumes o las revistas Cul de Sac y Más Madera!), todo ello coordinado y escrito por el teórico de la historieta Pepe Gálvez (Fuentes Claras, Teruel, 1950) y el humorista gráfico e historietista Lluís Recasens “L’Avi” (Barcelona, 1950), con la colaboración de Josep M. Cadena, la Federació d’Associacions de Veïns de Barcelona, Josep Rom, Alfonso López y yo mismo.

Butifarra! El còmic dels barris (1975-1987) (Ajuntament de Barcelona, 2015) recogía y ampliaba la exposición del mismo título; portada de Max.

La otra exposición dedicada a una revista con catálogo incluido que conozco es la que se dedicó a El Víbora en la Semana Negra de Gijón en 1997, con un catálogo titulado El Víbora. Diez bocados de realidad (Semana Negra de Gijón), que, editado por Ángel de la Calle, incluye textos de diez autores del “comix para supervivientes” que tanto marcó el devenir de nuestra historieta y de nuestra industria: Miguel Ángel Martín, Mauro, Germán García, Juaco Vizuete, Max, Álvarez Rabo, Mónica y Bea, Gambarte, Iron y Jaime Martín. Ya que estamos, hay que decir que la Semana Negra de Gijón es una de las entidades que más se han distinguido en una edición continuada de catálogos de sus exposiciones dedicadas a los cómics.

 

Muestras “generalistas”

“Generalistas” en toda la extensión de su término. O sea, catálogos de exposiciones sobre nuestra historieta que revisan aspectos amplios y genéricos de la misma, enclavados en periodos concretos de esta historia, en tendencias estéticas o, eso, generalistas.

Y, atención, porque el primer catálogo es, precisamente, el de la primera exposición de cómics celebrada en un museo en España. El cómic fue un montaje muy elaborado que contenía quince planchas originales y 121 reproducciones fotográficas de historietas básicamente españolas, francesas, italianas y norteamericanas, una muestra confeccionada por Victoriano González Vila, Francisco Molina, Víctor Pérez Escolano, José Ramón Sierra y Pedro Tabernero (Sevilla, 1951), este último un experto en historieta con una larga trayectoria divulgativa y editora. La exposición tuvo lugar en la primera sede del Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla, la iglesia del Colegio de la Compañía de Jesús de San Hermenegildo, los días 8 al 29 de mayo de 1971. Poco tiempo, pensaréis; bueno, recordemos que estamos en 1971, en los últimos albores de la dictadura, sí, pero todavía en tiempos censores, y el caso es que la Dirección General de Bellas Artes decidió cerrarla anticipadamente el 29 de mayo ante el temor a la que podría ser una inmediata clausura, debido a una denuncia que acusaba de inmoralidad a ciertas reproducciones de cómics, especialmente las de Valentina (Guido Crepax), Jodelle (Guy Peellaert) o Saga de Xam (Nicolas Devil), que mostraban con soltura y claridad el erotismo. Por muy desacralizada que estuviera la iglesia donde se montó la exposición, ciertas mentes “biempensantes” no pudieron tolerar ciertas imágenes. Hubo tres carteles promocionales, uno de ellos de Manuel Vázquez, el otro de Francisco Molina y el tercero, una historieta escrita por Tabernero y dibujada por Luis Bermejo, José Ortiz, Víctor de la Fuente, Francisco Ibáñez, Jesús Blasco, Carles Prunés y Jordi Longarón. Y hubo catálogo, El comic (Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla, 1971), una publicación muy modesta que incluía reproducciones de algunas de las piezas expuestas, citas sobre el cómic de, entre otros, Umberto Eco, Óscar Masotta o Pedro Tabernero, planos y fotografías del montaje expositivo, relación de obras y autores expuestos y una lista de otras exposiciones de cómics. Si lo tenéis, guardadlo como oro en paño.

Algunos meses después, Antonio Martín comisarió la exposición Los tebeos de ayer a hoy, patrocinada por el Ministerio de Información y Turismo, que tuvo su catálogo, Los tebeos de ayer a hoy (Comisión de Información y Publicaciones Infantiles y Juveniles, 1971), con portada de Carlos Giménez. Sobre Antonio Martín volveremos más adelante, porque es una figura básica cuando hablamos de la historia de nuestros tebeos. En 1975, se publicó 35 años de tebeos en España (Confederación Españolas de Cajas de Ahorros, CECA, 1975), un cuaderno apaisado de 16 páginas en blanco y negro que era, en realidad, el catálogo de la exposición del mismo título patrocinada por la CECA en 1973. Con textos de Pacho Fernández Larrondo, Nato Muzas y Carlos Morterero, incluía un listado cronológico de los tebeos más significativos publicados entre 1940 y 1975. Otra publicación de pocas páginas (24) surgió como folleto de la muestra del mismo título, ¡Los tebeos en España! De la posguerra a la Transición. 1940-1977 (Delegación Provincial de la Consejería de Cultura de Córdoba, 1986), en el que el experto José Ortega Anguiano elabora una resumida historia de nuestros tebeos durante el periodo señalado.

Els anys 80 en el còmic (Ficomic, 1990), catálogo de una muestra sobre nuestra historieta de los años ochenta celebrada en el VIII Saló Internacional del Còmic de Barcelona.

Como nos gusta catalogar las cosas, y la década de los años ochenta del siglo XX fue proclive a la aparición de lo que algunos denominan “la nueva historieta” española gracias a la llegada de la democracia, la reactivación de la industria con el boom del cómic para adultos y la posibilidad de escribir y dibujar historietas en libertad con nuevos planteamientos estéticos y argumentales, disponemos de al menos tres catálogos de exposiciones sobre este tema. Se trata de: La nova historieta. 30 dibuixants (Generalitat de Catalunya, 1989), de una muestra celebrada en el Centre d’Art Santa Mònica de Barcelona en mayo de 1989; La nueva BD española/La nouvelle historieta espagnole (Barcelona Ediciones, 1989), una exposición presentada en el Festival de la BD de Angulema en enero de 1989, coordinada por Antonio Altarriba, y Els anys 80 en el còmic (Ficomic, 1990), catálogo de la muestra que tuvo lugar en el VIII Saló Internacional del Còmic de Barcelona. Estos tres libros analizan la presencia de esta historieta española entre alternativa y comercial, realizada por autores como Max, Mariscal, Gallardo, Calonge, Nazario, Guillem Cifré, Micharmut, Pere Joan, Daniel Torres, Rubén Pellejero, Ricard Castells o Miguelanxo Prado, e incluyen textos de expertos como Joan Bufill, Onliyú, Joan Navarro, Antoni Remesar, Carles Santamaría, Jaume Vidal, Jordi Costa, Pepe Gálvez o Laureano Domínguez.

Catálogo de Tebeos: los primeros 100 años (Anaya, 1996), primera exposición de cómics celebrada en la Biblioteca Nacional.

Ya en un terreno más generalista aún, encontramos catálogos como: Tebeos: 100 años de historia (Diputación Provincial de Cuenca, 1991), de la exposición del mismo título comisariada por Joan Navarro; Viñetas de España (Instituto de Cooperación Iberoamericana, 1992), una muestra itinerante organizada por la Embajada de España y comisariada por Felipe Hernández Cava, con obras de historietistas de los años ochenta; Tebeos: los primeros 100 años (Anaya, 1996), catálogo de la primera exposición de cómics acogida por la Biblioteca Nacional, que comisariada por Alfredo Arias y Antonio Lara rememoraba los cien años de historia de la historieta, partiendo de la teoría de que el primer cómic fue el Yellow Kid de Richard F. Outcault, con más de doscientas muestras de revistas, álbumes y libros españoles; Tebeos: los últimos años (Cultura Rioja, 1997), exposición realizada por Jesús Moreno que recoge una parte de la anterior, concretamente los cómics españoles de los años noventa; Un regard sur la bédé espagnole/Mira el tebeo español (Círculo Cultural Español Antonio Machado, 2002), catálogo de la muestra de junio de 2002 en el Cercle Municipale de Luxemburgo, con textos de Joan Navarro, Fred Arius o Alejandra del Manzano sobre la historieta española del momento, o El cómic de la democracia española 1975-2005 (Instituto Cervantes, 2005), una exposición comisariada por José María Conget (Zaragoza, 1948), filólogo, novelista, profesor, gestor cultural y experto en historieta, que viajó por varios países del mundo y cuyo catálogo, que se centra en ese periodo concreto de nuestros tebeos, fue publicado en español, francés, neerlandés e inglés.

Álvaro Pons y Paco Cerrejón comisariaron una gran muestra de la historieta española en Angoulême: Tebeos. España en Angoulême 2012 (Ministerio de Cultura, 2012).

Hablando de nuestra historieta por estos mundos de Dios, destacaremos el catálogo Tebeos. España en Angoulême 2012 (Ministerio de Cultura, 2012), de una gran exposición celebrada en el marco del 39º Festival de la Bande Dessinée d’Angoulême y patrocinada por el Ministerio de Cultura para reforzar la presencia de nuestra historieta en Francia. Se trataba de una muestra interactiva, que recogía la obra de más de 130 autores españoles, desde finales del siglo XIX hasta la actualidad, con especial énfasis en nuestros historietistas emigrados profesionalmente hablando, las producciones realizadas a partir de los años setenta, los autores ganadores del Premio Nacional del Cómic y a los jóvenes valores. La exposición fue comisariada por Álvaro Pons y coordinada por Paco Cerrejón, y el catálogo incluye textos de Pons, José María Conget, Antonio Altarriba y Santiago García. Por otra parte, La España del tebeo. La historieta española 1900-1970 (Ayuntamiento de Salamanca, 2015) refleja la muestra localizada en la 23 Feria Municipal del Libro Antiguo y de Ocasión de Salamanca de 2015, con textos sobre esos setenta años de nuestros tebeos de, entre otros, Antonio Martín, Manuel Barrero, Javier Conde y Pedro Porcel.

Historietas del tebeo 1917-1977 (Fundación Colección ABC/Museo ABC, 2017) o una exposición dividida por géneros de nuestros tebeos de ese periodo.

Y aunque esté mal hablar de uno mismo, como el compromiso es citar el máximo de catálogos posible, cerramos este apartado con Historietas del tebeo 1917-1977 (Fundación Colección ABC/Museo ABC, 2017), catálogo de la muestra del mismo título que comisarié para el Museo ABC que, a partir de los diversos géneros de nuestra historieta, intenta arrojar algo de luz a lo que dieron de sí nuestra industria y nuestros autores de esos años.

 

Series y personajes

No entiendo muy bien el porqué, pero de catálogos de exposiciones sobre personajes o series de nuestra historieta he encontrado sólo tres. Lo que no quiere decir que no haya más, pero me concentraré en ellos. Del 3 de diciembre de 1986 al 2 de enero de 1987, la galería Metrònom de Barcelona expuso originales de la serie Makoki, en la muestra titulada Diez años de lucha, un repaso a la historia de esta enloquecida saga creada en 1977 por Felipe Borrallo y desarrollada en historieta por Gallardo y Mediavilla. La librería Makoki editó su catálogo, Makoki 1977-1987 (1986), con, aparte de la obra de Gallardo y Mediavilla, homenajes al personaje firmados, entre otros, por Beroy, Micharmut, Das Pastoras o Calpurnio. Los textos corrieron a cargo de Joan Navarro (Barcelona, 1955), una figura básica de la divulgación y edición de nuestra historieta, como lo evidencia su trabajo en editoriales (Norma Editorial, Complot, Ediciones Glénat, EDT), publicaciones (Guía Quincenal del Cómic, Viñetas) y entidades (Club de Amigos de la Historieta, Saló Internacional del Còmic de Barcelona).

Los diez años de la existencia de Makoki fueron celebrados con una exposición y un catálogo: Makoki 1977-1987 (Librería, Makoki, 1986).

El Museo de Etnología de Valencia propuso a tirios y troyanos la muestra Pumby y la fantasía infinita, dedicada a ese grandísimo personaje de la historieta infantil, el Pumby de José Sanchis, cuyo catálogo (Diputación Provincial de Valencia, 1998) contó con textos de Carles Recio y  el escritor, director de publicaciones y comisario de exposiciones de cultura popular Antonio Busquets (Valencia, 1964). Para finalizar este terceto, en 2008 tuvo lugar en el centro Ses Voltes, de Palma de Mallorca una exposición patrocinada por CAM Obra Social, dedicada a celebrar los treinta y seis años del rockero Johnny Roqueta, popular personaje nacido en la revista satírica El Jueves en 1982 por obra y gracia de Alfonso López, Joan Tharrats y Rafa Vaquer. Su catálogo, Johnny Roqueta 1982-2008. Tanto tiempo pa esto (Ajuntament de Palma de Mallorca/Casal Solleric, 2008), incluye textos de los responsables de la muestra, Florentino Flórez y Juan Roig, una entrevista con Tharrats y Vaquer y un homenaje de hasta sesenta y tres dibujantes invitados.

 

El Pumby de José Sanchis es uno de nuestros pocos personajes que ha disfrutado de una muestra propia, y de un catálogo: Pumby. La fantasía infinita (Diputación Provincial de Valencia, 1998).

Temáticas

De historietas autonómicas, de periodos históricos concretos, de autoras, de periodistas, de generaciones de autores, de viñetas anarquistas, muchos son los temas de nuestra historieta, y muchos de ellos han sido reflejados en exposiciones y en sus respectivos catálogos.

Empecemos por la historieta realizada en lugares concretos de nuestro país. Asturias y la historieta (Gobierno del Principado de Asturias, 1985) es el catálogo de esta muestra itinerante confeccionada por Faustino Rodríguez Arbesú, que incluye también textos de Javier Cuervo y Ramón F. Pérez. Catalunya apostó por doce dibujantes en la muestra 12x21. El cómic en Barcelona. 12 dibujantes para el siglo XXI (Ajuntament de Barcelona, 1998), exposición comisariada por Ramón de España con la colaboración de Joan Navarro y Jordi Sánchez Navarro celebrada en el Palau de la Virreina de Barcelona, que destaca la figura de doce historietistas que han desarrollado y consolidado su profesión en la ciudad de Barcelona: Jordi Bernet, Ramón Boldú, Pep Brocal, Guillem Cifré, Fernando de Felipe, Gallardo, Kim, Max, Nazario, Pere Joan, Rubén Pellejero y Tomeu Seguí. Una muestra y catálogo general sobre la historieta andaluza puede encontrarse en Antología del cómic andaluz (Caja San Fernando, 2006), donde se publican biografías de algunos de los más destacados historietistas andaluces, como José Luis Ágreda, Enrique Bonet, Miguel Brieva, Sergio García, Juanjo Guarnido, Mateo Guerrero, Idígoras y Pachi, Mel, Nazario, Carlos Pacheco, Pepo Pérez, Kenny Ruiz, Santiago Sequeiros o Pablo Velarde. También la historieta mallorquina está presente en este apartado con Historietes. El còmic a les Illes Balears (Projecte Llevant, 2006), catálogo de una muestra que reunió cerca de doscientos originales de autores nacidos en las Baleares o ligados a ellas, como Benejam, Nené Estivill, Luis Bermejo, Joan Escandell, Pere Joan, Max, Rafa Vaquer, Tomeu Seguí, Gabi Beltrán, Paco Díaz, Alex Fito, Sònia Pulido, Tomey Morey o Guillem March; exposición y catálogo a cargo de Joan Roig, humorista gráfico, y Florentino Flórez (Avilés, 1961), crítico de cómics y activo colaborador de El Wendigo y del Salón del Cómic del Principado de Asturias.

Catálogo de la exposición de La historieta gallega (Xunta de Galicia, 2007), con portada de Xaquín Marín.

La historieta gallega (Xunta de Galicia, 2007), este es el clarísimo título de la exposición y catálogo curados por el historietista e ilustrador Fausto Castineiras, el humorista gráfico Xaquín Marín y el historietista y divulgador Kiko da Silva (Vigo, Pontevedra, 1979), que, por supuesto, revisa la historieta galaica. La Biblioteca Foral de Bizkaia propuso una exposición que recorre la historia de la historieta vasca en Komikia. Euskal Komikia. 1975-2017. El cómic vasco (Diputación Foral de Bizkaia, 2017), cuyo catálogo incluye textos de Mikel Begoña, Juan Manuel Díaz de Guereñu y Kike Infame.

Punto y aparte merece en este apartado el gran interés de sus instituciones por la historieta valenciana, que ganan por goleada a la del resto del Estado. Reseño cuatro de sus exposiciones y catálogos.

València en vinyetes (Diputació de València, 2017) se inauguró en el Museu Valencià de la Il·lustració i de la Modernitat; portada de Paco Roca.

El tebeo valencià (Direcció General de Patrimoni Cultural de la Conselleria de Cultura, Educació i Ciència/Generalitat Valenciana, 1993), muestra sobre los dibujantes realistas clásicos de la escuela valenciana realizada por Andrés Porcel, Pedro Porcel, Juan Puchades y Manel Gimeno con textos de Alfons Cervera; Un siglo de tebeos. Retrospectiva de la historieta en la Comunidad Valenciana (1913-2013) (Biblioteca Valenciana Nicolau Primitiu, 2015), catálogo de esta exposición, de 340 páginas y editado en cartoné, que revisa cien años de la historieta valenciana, con aportaciones de Carlos Ciurana, Ricardo Engra, Ricardo Guillamón, Álvaro Pons, Pedro Porcel, MacDiego y Gonzalo Torres; VLC. València línea clara (IVAM. Instituto Valenciano de Arte Moderno, 2016), centrada en la aparición de las vanguardias creativas del País Valencià, con la aparición del Equipo Crónica y Realidad como grupos que influyeron decisivamente en los jóvenes historietistas que protagonizaron la renovación del medio en su acepción próxima a la línea clara, como Miguel Calatayud, Mariscal, Sento, Micharmut, Manel Gimeno, Mique Beltrán o Daniel Torres, con textos de Álvaro Pons y Pedro Porcel, y València en vinyetes (Diputació de València, 2017), que, comisariada por Enric Trilles y localizada en el Museu Valencià de la Il·lustració i de la Modernitat, se organizó en dos ejes: “La Valencia vivida”, o las viñetas que han reflejado a Valencia como paisaje urbano, y “La Valencia soñada”, o los cómics donde la ciudad es el contexto para historias de toda índole y condición, con originales de, entre otros, Cristina Durán, Paco Roca, Sento, Manel Gimeno, Daniel Torres, Ana Miralles, Rafa Fonteriz o Sergio Bleda.

Los tebeos de posguerra (Ministerio de Cultura, 2011) fue inaugurada en el Centro de la Memoria Histórica de Salamanca en 2010.

Hubo una muestra dedicada a los humoristas de la generación del 27, que incluye nombres también dedicados a la historieta, como K-Hito o Tono, en Los humoristas del 27 (Ediciones Sinsentido, 2002), exposición del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, con textos de Patricia Molins, historiadora del arte. Las andanzas de los periodistas entre viñetas (Tribulete, Tintín, Peter Parker, Frank Cappa, Mary “Noticias”) ocuparon la muestra y el catálogo de Els periodistes en el còmic (Ficomic, 1989), exposición celebrada en el Palau Marc de Barcelona a cargo de los periodistas y expertos en cómics Jaume Vidal (Barcelona, 1958) y Carles Santamaría (Barcelona, 1963). Centrándose en viñetas de nuestra posguerra, Luis Conde (Tarragona, 1940), periodista y uno de los representantes de la segunda generación de teóricos españoles, compuso la muestra y el catálogo Los tebeos de posguerra (Ministerio de Cultura, 2011), que se inauguró en el Centro de la Memoria Histórica de Salamanca en 2010 para, posteriormente, pasearse por diversas ciudades españolas. De la explosión creativa de la historieta y la ilustración en la localidad catalana de La Floresta, por medio básicamente de Josep Toutain y su agencia Selecciones Ilustradas y Josep Maria Berenguer y El Víbora, trata L’esclat creatiu a La Floresta-Sant Cugat. Còmic i il·lustració (Ajuntament de Sant Cugat del Vallès, 2013), una exposición de Lluís Ribas (El Masnou, Barcelona, 1949), fotógrafo, ilustrador, director de fotonovelas y técnico editorial en Selecciones Ilustradas, en cuyo catálogo se publican textos de algunos de los dibujantes de la agencia de Toutain y de El Víbora, lo que nos permite disfrutar de una panorámica bastante personal de aquellos años.

 Los autores de Selecciones Ilustradas y de El Víbora, centro de la muestra y el catálogo L’esclat creatiu a La Floresta-Sant Cucat. Còmic i il·lustració (Ajuntament de Sant Cugat del Vallès, 2013).

La importante presencia de mujeres historietistas quedó evidenciada en la exposición y catálogo Presentes. Autoras de tebeo de ayer y de hoy (Agencia Española de Cooperación Internacional para el desarrollo (AECID)/Colectivo Autoras de Cómic, 2016), una muestra que revisaba la obra de algunas de las más representativas historietistas de nuestros tebeos y que viajó por todo el mundo, comisariada por Carla Berrocal y Elisa McCausland, con un catálogo que incluye textos suyos y de Ana Merino y un servidor. El Museo ABC de Madrid abrió sus puertas en 2016 a los dibujantes españoles de superhéroes, en Superhéroes con Ñ (Fundación Colección ABC/Museo ABC, 2016), una amplia y vistosa muestra comisariada por Julián M. Clemente, periodista, experto en Marvel y editor Marvel de Panini Cómics. Catálogo y exposición apuestan por una extensa revisión del tema, desde los pioneros a los inclasificables, pasando por la Generación Laberinto, con originales de, entre otros, López Espí, Carlos Pacheco, Ramón F. Bachs, David Aja, Pepe Larraz o Enrique Vegas.

Los dibujantes españoles de superhéroes protagonizaron Superhéroes con Ñ (Fundación Colección ABC/Museo ABC, 2016).

 

Catálogos desde Gijón

Ahora sí, ahora toca hablar de la Semana Negra de Gijón, un festival literario nacido en 1988 de la mano del escritor mexicano Paco Ignacio Taibo II y dedicado a la novela negra, claro, pero también a la música, la literatura de fantasía y ciencia ficción y a la historieta. Desde el principio, fue Ángel de la Calle (Salamanca, 1958), divulgador de cómics, codirector del certamen y autor de obras como Modotti o Pinturas de guerra, quien se encargó de los cómics. Desde 1994, sus exposiciones de historietas cuentan con catálogos, auténticas maravillas de corta tirada, que revisan tanto obras como autores o espacios temáticos alrededor de la historieta mundial. En lo que respecta a la historieta española, y aparte del ya mencionado dedicado a El Víbora, podemos disfrutar de unos cuantos. Por ejemplo, de Delta 99, el agente externo (1996), muestra dedicada a esta serie de Carlos Giménez, Víctor Mora, Adolfo Usero y Jesús Flores Thies, a cargo de María Fernanda Poblet y de la Calle. Tex habla español (2002), sobre los autores españoles que han dibujado Tex, que también forman parte de nuestra historia, un catálogo escrito por Norman Fernández (Avilés, 1966), experto en historieta y colaborador habitual de la Semana Negra, con originales de Jesús Blasco, Jordi Bernet, Víctor de la Fuente, Alfonso Font, Antonio Segura y José Ortiz. Nuevas miradas sobre el cómic español más joven (2005) y Nuevas miradas (2). El cómic español de género hoy (2007), un repaso a los nuevos valores del momento, con obras de Raquel Alzate Carlös, Quim Bou, Miguel Brieva, Andrés G. Leiva, David López, Víctor Santos, Santiago Valenzuela, Alberto Vázquez y Enrique Vegas, y textos de Norman Fernández, Jorge García, Yexus, Pepe Gálvez, Quim Pérez y el que esto suscribe. La generación más guapa. Autores españoles de cómic 1960-1980 (2005), catálogo en el que Paco Ignacio Taibo II y Lorenzo F. Díaz (Madrid, 1959), guionista, traductor y experto en historietas, revisan un periodo especialmente creativo para la historieta española, con la aparición de algunos de nuestros grandes historietistas en una etapa en la que nuestras viñetas empezaron a madurar y renovarse al albor de la aparición de revistas como Gaceta Junior, Trinca o las cabeceras del boom del cómic para adultos. Historias rotas. La guerra del 36 en el cómic (2006), una profunda revisión de las historietas sobre la Guerra Civil española escrita por Norman Fernández y Pepe Gálvez, autores también del catálogo de la muestra Irreverentes. Viñetas incómodas (2007), sobre obras que subvierten los valores sociales dominantes, entre cuyas viñetas internacionales encontramos espacio para historietistas como Jorge, Vázquez, Alfonso López, Martí o Paco Alcázar. Enric Sió. La guerra del poeta (2016), que además de recuperar la historieta de Sió y Emili Teixidor “Lavínia 2016 o la guerra dels poetes” (1967), publica la segunda parte, inédita hasta entonces en España, de Mis miedos, con textos de Ángel de la Calle, Jaume Vidal, Vicent Sanchis, Joan Mundet, Yexus, Enric Sió y Carme Amorós. Visualizando el maltrato (2017), con historietas que denuncian la violencia machista, de Gabriela Cabezón, Una, Marika, Susanna Martín e Iñaki Echeverría y textos de Norman Fernández. Derrumbando estereotipos. La subjetividad femenina en el cómic, (2018), tema presentado por Antonia Santolaya, Marika, Emma Ríos, Laura Pérez Vernetti y Raquel Lagartos, con textos de Marika Vila. Y, last but no least, Ni dios ni amo. El anarquismo en viñetas (2020), donde Norman Fernández y Pepe Gálvez nos aportan una panorámica del tema, con obras de Lorena Canottiere, Ramón Trigo, Alfons López, Carlos Azagra y Encarna Revuelta.

 

La Semana Negra de Gijón publica excelentes catálogos de sus exposiciones sobre cómics, como La generación más guapa. Autores españoles de cómic 1960-1980 (de 2005).

Autores

Aunque la lista que ofreceremos de catálogos de exposiciones sobre historietistas españoles no está nada mal, estamos lejos de ser un país que, en este apartado, luzca en exceso, más bien erramos por defecto. Pero, como decía Ronald Koeman, es lo que hay.

La revisión cronológica, en el sentido de aparición en la industria de estos creadores, empieza con una de las pioneras de nuestra historieta, Mercè Llimona (Barcelona, 1914-1997), ilustradora y, como historietista, colaboradora de Chicos, Maravillas o Tretzevents. Sobre su obra encontramos Mercè Llimona (Biblioteca de Catalunya, 2007), el catálogo de la exposición homónima presentada en la Biblioteca de Catalunya en 2007, con textos en catalán de Montserrat Castillo. Emilio Freixas (Barcelona, 1899-1976), uno los padres de la historieta realista de este país (Chicos, Capitán Misterio) y gran docente del dibujo, es el protagonista de Emilio Freixas 1899-1976 (Obra Social Caja Madrid, 1999), que conmemoraba así el centenario de su nacimiento, con el comisariado de Antonio de Mateo Remacha. Francisco López Rubio. Maestro de la línea clara (Fundación Colección ABC/Museo ABC, 2012) es otro de esos excelsos catálogos del Museo ABC que nadie debería perderse; exposición comisariada y catálogo escrito por Felipe Hernández Cava, revisa la obra de Francisco López Rubio (Motril, Granada, 1895-Madrid, 1965), pionero renovador de nuestra historieta con su presencia en Pinocho o Gente Menuda.

Catálogo de Benejam. La mirada del ninotaire (Sa Nostra, 2001), exposición que tuvo lugar en la sala Sa Nostra de Ciutadella (Menorca) en 2001.

Siguiendo con algunos de nuestros clásicos, pero un poco más modernos, tenemos el catálogo de Benejam. La mirada del ninotaire (Sa Nostra, 2001), exposición celebrada en la sala Sa Nostra de Ciutadella (Menorca) en 2001, con originales de la colección de Lluís Giralt, Marcel·lí Mora y Francesc Regàs; el catálogo sobre Marino Benejam (Ciutadella, Menorca, 1890-Barcelona, 1975), siempre recordado dibujante de TBO, especialmente de La familia Ulises, fue publicado en formato apaisado y encuadernado en espiral, y aportó textos de, entre otros, Joan Manuel Soldevilla, Blanco, Joso, Jordi Bernet, Giralt y Regàs. Otro clásico de TBO y dueño de un grafismo irreemplazable, Josep Coll (Barcelona, 1924-1984), es el protagonista de Coll en línea (Ajuntament de Sabadell, 1999), exposición presentada en el Museu d’Art de Sabadell, con textos en su catálogo de Jaume Vidal y Joan Manuel Soldevilla. Siguiendo la estela de TBO, Florentino Flórez comisarió y escribió el catálogo de Humor Blanco. Josep Maria Blanco Ibarz (Ajuntament de Palma de Mallorca/Casal Solleric, 2011), muestra inaugurada en el Casal Solleric de Palma de Mallorca, que supone una muy amplia revisión de la obra de Blanco (Barcelona, 1926-2019), autor de línea y humor muy personales y continuador de La familia Ulises.

Badalona rindió homenaje a uno de sus ilustres historietistas en Tomás Marco. Il·lustrador (Museu de Badalona, 2008).

Tomás Marco (Badalona, Barcelona, 1929-Barcelona, 2000), dibujante de grafismo muy personal y por tanto reconocible, se especializó en la historieta de aventuras (El Capitán Trueno, Kalar, para el mercado francés) y su ciudad natal le rindió un homenaje con la exposición y el catálogo Tomás Marco il·lustrador (Museu de Badalona, 2008), ambos realizados por Jaume Vidal. Otro historietista patrio a reivindicar (entre miles de ellos) es Adolfo Álvarez-Buylla (Zaragoza, 1927-Madrid, 1998), dibujante que se movía a la perfección en un estilo entre caricaturesco y realista, muy expresivo, y que alcanzó bastante notoriedad con Diego Valor y en la revista Gaceta Junior; Faustino R. Arbesú le dedicó exposición y catálogo en Historietas para la historia: Adolfo Buylla (Museo de las Bellas Artes de Asturias, 2001).

La Biblioteca de Catalunya, de nuevo con Montserrat Castillo a su cargo, también dedicó exposición y catálogo a Josep Maria Madorell (Molins de Rei, Barcelona, 1923-2004), ilustrador e historietista de línea clara, popular gracias a su serie Jep i Fidel en Cavall Fort y a las versiones en cómic de Massagran de Josep Maria Folch i Torres; una revisión de su obra puede encontrarse en Madorell, la col·lecció de la BC (Biblioteca de Catalunya, 2006). Aparte del catálogo que le dedicó la Semana Negra de Gijón, Enric Sió (Badalona, Barcelona, 1942-Barcelona, 1998), renovador de la narrativa del cómic y autor de grandes inquietudes y obras relevantes (Mis miedos, Aghardi, Mara), fue objeto de la muestra Enric Sió. El dibuixant que va trencar motlles (Museu de Badalona, 2019), comisariada por Jordi Riera para la Sala Josep Uclés del Centre Cultural El Carme de Badalona; el catálogo incluyó artículos de Riera y de, entre otros y otras, Andreu Martín, Jaume Capdevila, Jaume Vidal, Marika Vila o Vicent Sanchis.

La trayectoria artística de Miguel Gallardo fue muy bien reflejada en Com ser Gallardo. Historietes i il·lustracions 1976-2006 (Ajuntament de Palma de Mallorca/Casal Solleric, 2006).

Con el acertado título de Com ser Gallardo. Historietes i il·lustracions 1976-2006 (Ajuntament de Palma de Mallorca / Casal Solleric, 2006), de nuevo Florentino Flórez y Joan Roig convergen para dedicarle muestra y catálogo a Miguel Gallardo (Lleida, 1955), explorador de la línea y de la luz e inquieto ilustrador e historietista al que, entre muchas otras, debemos obras como El Niñato, Perro Nick, María y yo o Algo extraño me pasó camino de casa. Nazario Luque, compañero de fatigas de Gallardo en El Víbora, se lleva el gato al agua en lo que a número de catálogos de exposiciones se refiere; cuatro en total: Nazario (Diputación Provincial de Huelva, 1992), Nazario (Diputación de Cádiz/Caja San Fernando, 2000), Nazario. Barcelona. 1972-2002 (Electa, 2002) y Turandot (Universidad de Sevilla, 2014).

Reconocido autor de series y obras como Roco Vargas, La casa, Picasso en la guerra civil o El futuro que no fue, Daniel Torres (Teresa de Cofrentes, Valencia, 1958) es mucho más que uno de los modernos herederos de la línea clara; de su calidad estética habla muy bien el catálogo de la exposición Daniel Torres: Historietas/Ilustraciones 1980-1992 (Generalitat Valenciana, 1992). Otro gran historietista, Rubén Pellejero (Badalona, Barcelona, 1952), dibujante con una especial sensibilidad estética, autor de Dieter Lumpen (con Jorge Zentner) y de diversas obras para el mercado franco-belga amén de ilustrador de las nuevas entregas de Corto Maltés (con Juan Díaz Canales), es el protagonista de Rubén Pellejero. La línea de l’emoció (Ajuntament de Palma de Mallorca / Casal Solleric, 2004), exposición del Casal Solleric de Palma de Mallorca organizada por Florentino Flórez, Joan Roig y Joan Miquel Morey. El grafismo profundo, personal y lleno de claroscuros de José Antonio Godoy, Keko (Madrid, 1963), autor de 4 botas, La casa del muerto o la trilogía del “yo” con Antonio Altarriba, es el epicentro de Keko. Las líneas de la sombra (Diputación de Sevilla, 2006), catálogo y exposición coordinados por Francisco Cerrejón.

Joaquim Noguero fue el comisario de Pep Brocal. Net calidoscopi marcià (Obra Social Caixa Terrassa, 2010).

La fuerza del color y el trazo de Juanjo Guarnido (Granada, 1967), evidente en obras como Blacksad (con Juan Díaz Canales) o El buscón de las Indias (con Ayroles), se concentra en Juanjo Guarnido. Trayectoria de un dibujante (Editorial Universidad de Granada, 2010), catálogo de su exposición homónima celebrada en Granada. De Valencia (nacido en 1969) es Paco Roca (Arrugas, Los surcos del azar, El invierno del dibujante), cuyo trazo sintético y evocador queda muy evidente en Paco Roca. Dibujante ambulante (Diputación Provincial de Valencia, 2012), un excelente making off de su proceso creativo, en una exposición comisariada por MacDiego y un catálogo con textos de MacDiego, Koldo Azpitarte, Borja Crespo, Gallardo y Álvaro Pons; o El dibujado (Astiberri, 2021), traslación en libro de la muy personal exposición de Paco Roca desarrollada en el Instituto Valenciano de Art Moderno en 2019. El personal universo de Pep Brocal (Terrassa, Barcelona, 1967), autor de, entre otras obras, Cosmonauta e Inframundo, está en Pep Brocal. Net calidoscopi marcià (Obra Social Caixa Terrassa, 2010), catálogo de Joaquim Noguero (Manresa, Barcelona, 1964), profesor de periodismo cultural y divulgador, y comisario de la exposición inaugurada en el Centre Cultural Caixa Terrassa. Cerramos este capítulo con ese gran dominador del contraste entre el blanco y el negro, Víctor Santos (Valencia, 1977), que en la exposición y catálogo Víctor Santos. Back to black. Obra 2008-2018 (Semana Negra de Gijón, 2019), nos muestra el arte del autor de Pulp Heroes, Polar o Intachable, acompañado de una larga entrevista realizada por Kike Infame.

 

DE NUESTROS TEBEOS

La bibliografía sobre la historieta española es importante, en el sentido de que hay una gran variedad de libros y de que muchos de ellos son significativos porque acotan este acercamiento a nuestra historia de los tebeos y marcan las pautas. Pero insuficiente. Lamento empezar así, pero a pesar de los esfuerzos, hercúleos, de muchos escritores que son dignos de agradecimiento y respeto, todavía nos faltan muchas cuartillas por rellenar. Hay etapas y autores de esta historia que disfrutan de varios títulos, pero nos quedan por investigar muchos huecos, de historietistas, sobre todo, pero también de ciertos periodos históricos y, también, de una historia que es básica, la de las editoriales y la de las agencias. ¿Cuántos libros hay sobre Hispano Americana de Ediciones, Editorial Marco, Ediciones Ferma o Ediciones Toray, por poner cuatro ejemplos y por hablar solo de las clásicas? ¿Y sobre Creaciones Editoriales, Histograf, Bardon Art4 o Estudios Ortega, por poner otros cuatro ejemplos históricos? Saber de nuestros creadores nos ayuda a situarnos y a ampliar nuestra visión general y concreta de esta historia; conocer las historias de las editoriales es saber cosas de la industria que, no lo olvidemos, sustenta el arte de la historieta; descubrir los entresijos de las agencias nos sitúa en la tesitura de los esfuerzos laborales de agentes y autores por sobrevivir en mercados ajenos. Y todo eso forma parte del puzle, gran puzle e inacabado, de la historia de nuestra historieta.

 

 Algunas de las primeras revistas teóricas sobre la historieta fueron francesas, como Giff-Wiff (Centre d’Etude des Littératures d’Expresion Graphique, 1962-1967); portada de Jean-Claude Forest para el número 22 (diciembre de 1966). 

Orígenes

Los libros sobre nuestros tebeos pasan por varias etapas. En sentido estricto, no empiezan hasta mediados de los años sesenta. Y lo hacen como respuesta a un eco que procede de Francia y de Italia. Surgen de la normalización de la historieta como objeto de estudio cultural, sea este de procedencia académica como brotado de varios núcleos de aficionados con cierto renombre. O sea, tanto de la reivindicación universitaria de la historieta como parte de la comunicación de masas y su atención al lector adulto, como del interés por el medio de lectores con prestigio intelectual. En Francia, encontramos revistas como Giff-Wiff (Centre d’Étude des Littératures d’Expresion Graphique, 1962-1967) o Phénix (Société d’Études et de Recherches des Littératures Dessinées, 1966-1977), editadas por entidades que, entre sus miembros, contaban con el escritor y ensayista Francis Lacassin, el director de cine Alain Resnais, la socióloga Évelyne Sullerot, los historiadores Claude Moliterni y Pierre Couperie o el licenciado en derecho franco-norteamericano Maurice Horn. Y, por parte de Italia, la alineación no es menor: el semiólogo, filósofo y académico Umberto Eco (autor de un primer acercamiento científico a la historieta con Apocalittici e integrati, de 1964), el sociólogo Roberto Giammanco, el escritor y crítico literario Elio Vittorini, el periodista y escritor Oreste del Buono o el pedagogo y antropólogo Romano Calisi. Añadamos en Italia revistas como Linus (1965-2021) o Eureka (1967-1984), surgidas para reivindicar esa adultez de la historieta, con cómics, pero también con muchos artículos informativos y teóricos.

El clásico Apocalittici e integrati, de Umberto Eco, fue publicado por vez primera por Bompiani en 1964.

De ellos aprendimos cosas, y así aparecieron en España las primeras personas interesadas profundamente por la historieta, tanto por la impronta que les habían dejado sus lecturas infantiles y por su condición de aficionados, como por las bases que les iban aportando sus estudios universitarios para utilizarlas como herramientas de estudio. Y así aparecieron las primeras publicaciones sobre cómics, humildes, fanzines, pero convencidas de su estrategia: Cuto (Centro de Expresión Gráfica, 1967-1968), dirigida por Luis Gasca, con colaboradores como Antonio Lara, Antonio Martín o Víctor Luis Segalá; Bang! (Martín Editor, 1968-1977), en su doble condición de boletín y revista, con Antonio Martin y Antonio Lara al frente y una larga lista de escritores (Mariano Ayuso, Luis Conde, Pedro Tabernero, Pacho Fernández Larrondo, entre muchos otros), o Comics Camp, Comics In/El Golem (Mariano Ayuso Editor, 1972-1976), comandado por Mariano Ayuso, con colaboradores como Francisco López Mora, Juan Antonio de Blas, Enrique Martínez Peñaranda o Francisco Tadeo Juan. Sin olvidarnos de una publicación argentina distribuida en España, LD. Literatura Dibujada (Ediciones Nueva Visión/Ediciones Summa, 1968-1969), dirigida por Óscar Masotta. En 1973 aparecieron dos cabeceras en la línea de Linus y Charlie Mensuel, editadas por Buru Lan y distribuidas en quioscos: El Globo (1973-1974) y Zeppelin (1973-1974), con historietas y estudios de Miguel Ruiz Márquez, Francisco López Mora, Esteban Bartolomé, Francisco Hidalgo, Romà Gubern, Ignacio Fontes, Enrique Martínez Peñaranda o Pedro Tabernero. Todas ellas aportaron datos sobre nuestra historieta (y sobre la del resto del mundo), pero antes, o al unísono, llegaron los libros.

Un libro que empezó a sistematizar nuestros tebeos: La prensa infantil en España (Editorial Doncel, 1963), de Jesús María Vázquez.

El primero no es exactamente un estudio sobre nuestros tebeos, pero ayuda a situarlos y, de alguna manera, a sistematizarlos. Se trata de La prensa infantil en España (Editorial Doncel, 1963), escrito por Jesús María Vázquez. En realidad, es un estudio sociológico de la prensa infantil y juvenil del momento que, por supuesto, incluye a los tebeos, eso sí, tebeos estudiados (y, por tanto, controlados) por la Comisión de Información y Publicación Infantiles y Juveniles (CIPIJ), instituida en 1962 por el Ministerio de Información y Turismo como órgano informativo (que no censor, como siempre incide Antonio Martín) del gobierno franquista y con Jesús María Vázquez como secretario general, que sustituía a la Junta Asesora de la Prensa Infantil de 1952. Jesús María Vázquez (1923-1995) fue un sacerdote dominico y sociólogo que escribió varios libros sobre temas como el turismo, el servicio doméstico o los dibujos animados, amén de otros dos tomos sobre la prensa infantil: Teoría y técnica de la prensa infantil (Esquemas) (Comisión de Información de Publicaciones Infantiles y Juveniles, 1966) y Prensa infantil y juvenil: pasado y presente (Comisión de Información de Publicaciones Infantiles y Juveniles, 1967). Por su parte, la Editorial Doncel fue creada por la Delegación Nacional de Juventudes en 1959, y se especializó en libros de texto y literatura infantil y juvenil, amén de dedicarse a la historieta con otros libros (La aventura del cómic, de Alfonso Lindo, 1975, y otro que comentaremos ahora) o la revista Trinca, de la que también publicó un catálogo de su exposición en el 1er Simposio del Cómic en Valencia (1972).

Juan Antonio de Laiglesia utiliza la palabra “historieta” en la portada de su libro El arte de la historieta (Editoral Doncel, 1964).

Un año después, en 1964, Doncel vuelve a la historieta con otro libro. Es curioso observar que estos intentos primigenios por tratar los cómics aparecen antes o paralelamente a la ya citada reivindicación del medio en Francia e Italia. El caso es que Juan Antonio de Laiglesia (Madrid, 1917-2002), abogado, periodista y dramaturgo, pero también guionista de historietas (Maravillas, Chicos, Audaces Legionarios, Piel de lobo, El Coloso), escribe y publica El arte de la historieta (Editoral Doncel, 1964), que, nótese, utiliza la palabra “historieta”. Aunque no trate la historia de nuestros tebeos, es un libro muy interesante por lo que representó en su momento, que habla de todo el proceso de realización de una historieta, desde el argumento hasta la rotulación. Laiglesia, por cierto, escribió otro volumen sobre cómics, Cómo se hacen los tebeos (Red Nacional de Teleclubs/JCITEP, 1972), al que no he podido acceder, pero podría tratarse de una revisión del primero.

Más allá de estos libros previos, es a partir de 1965 cuando se inicia la primera etapa de libros sobre cómics, y más concretamente sobre la historieta española. Hay una primera generación que los avala, constituida por personas licenciadas en Derecho, Historia, Periodismo o Historia del Arte (Luis Gasca, Antonio Martín, Antonio Lara, Juan Antonio Ramírez) o de formación autodidacta (Terenci Moix, escritor). En todo caso, se trata de una generación que acomete ese estudio sin precedentes, atenta, seguro, a los papeles procedentes de Francia e Italia, y con la referencia de lo que por entonces implicaba la crítica literaria y artística.

Una conferencia de Luis Gasca convertida en publicación, Historia y anécdota del tebeo en España (Aula Nueva de Extensión Cultural, 1965), nos introduce ya en lo que es la historia de nuestros tebeos.

El primero en escribir y publicar sobre historietas es Luis Gasca (San Sebastián, 1933-2021), licenciado en Derecho, aficionado a los cómics y al cine que, como sabemos, ha escrito muchos libros sobre historieta y ha ejercido de divulgador y promotor de este medio en muchos terrenos (exposiciones, editoriales como Buru Lan o Pala), amén de haber sido director del Festival Internacional de Cine de San Sebastián. Ya en 1965 Gasca publica un cuaderno de veinte páginas titulado Historia y anécdota del tebeo en España (Aula Nueva de Extensión Cultural), que reproduce su conferencia en el Aula Nueva de Extensión Cultural de la Institución Fernando el Católico de Zaragoza impartida el 2 de marzo de 1965. Estamos, por tanto, ante el primer texto teórico sobre nuestros tebeos.

Antes de editar el fanzine Cuto, Gasca publica otros dos libros relacionados con la historieta que no abordan nuestra historia, pero que aportan dos ensayos sobre las relaciones entre la historieta y el cine (Los comics en la pantalla, Festival Internacional de Cine de San Sebastián, 1965) y el origen y desarrollo de los tebeos (Tebeo y cultura de masas, Prensa Española, 1966). Llegaremos a su libro Los comics en España, pero prefiero seguir un orden cronológico que, creo, nos ayudará más a sistematizar y entender este proceso.

Y lo que viene ahora no es exactamente un libro en su formato, pero sí la prepublicación del mismo, aunque el volumen definitivo tardara más de treinta años en aparecer. En 1967, Antonio Martín (Sevilla, 1939) era un licenciado en Historia y en Periodismo de la Universidad Central de Madrid que llevaba muchos años perfeccionando su afición a los tebeos. Los rastreaba en tiendas que él califica de “pintorescas”, los reunía, los estudiaba, abordó los fondos de la Hemeroteca Nacional y de la Hemeroteca Municipal de Madrid y escribió fichas con sus datos hemerográficos mientras confeccionaba una valoración básica de los mismos. Especializado en prensa y literatura infantil, en 1964 se tituló como Técnico en Prensa Infantil en la Escuela Oficial de Periodismo y entró a trabajar como tal en el Ministerio de Información y Turismo. Martín ya había redactado y publicado varios artículos sobre tebeos cuando, en 1967, tuvo la oportunidad de escribir una historia de los nuestros en Revista de Educación. Publicada entonces por el Ministerio de Educación y Ciencia, esta cabecera, fundada en 1940 con el título de Revista Nacional de Educación, publicaba básicamente trabajos originales de investigación básica y aplicada de temas muy diversos, así como ensayos, informes o reseñas de publicaciones relacionadas con la educación. Habida cuenta de que las instancias oficiales estaban bastante interesadas en la historieta, Martín publicó lo que denominó “Apuntes para una historia de los tebeos” entre los números 194 al 197 de Revista de Educación (1967-1968). Era, por tanto, la primera vez que de una forma seriada y continuada, amplia, se hablaba de la historia de nuestros tebeos.

 

Ejemplar de Revista de Educación de 1967.

 

Con todas las limitaciones que esta tarea implicaba, desde la falta de fondos hemerográficos completos hasta la escasa bibliografía, pasando por las cortapisas ideológicas impuestas por la coyuntura del momento, Martín compuso un texto modélico. Utilizó sus conocimientos, lecturas y fichas, entrevistó a responsables de varias editoriales, pudo bucear en algunos archivos, como el de Bruguera, y evidenció una sistemática teórica muy influyente, que se basa tanto en las bases asentadas en los estudios históricos de comprender la realidad, cultura y entorno social como resultado de la influencia de los propios hechos históricos y económicos de cada etapa, como en la consulta de primera mano de los tebeos y de fuentes directas. Como asegura Martín en el prólogo a la edición del año 2000 en libro de Apuntes para una historia de los tebeos: «La obra se planteó como un ensayo, esquemático, de sistematización de la historia de los tebeos españoles, estudiada tanto desde el análisis de los aspectos gráficos, literarios, educativos y folclóricos como a la luz de la economía, la política y el periodismo y la evolución de los procesos industriales en la sociedad española». Y todo ello teniendo muy presentes tanto las publicaciones en sí mismas como a sus autores y editoriales. En esta primera versión, además, Martín incluía una relación cronológica de las principales publicaciones y tebeos aparecidos en cada periodo estudiado, que iba desde 1833 a 1963. Curiosamente, y esto lo sé por el propio Antonio, en 1968 estos apuntes se publicaron en un libro, que una vez impreso fue “secuestrado” y retirado de su venta, ya que alguien había enviado a las altas instancias franquistas un comentario aparecido en una revista de su ideología de extrema derecha que no veía con buenos ojos “políticos” parte de los textos del autor. No fue hasta el año 2000, cuando Ediciones Glénat recuperó este trabajo, de nuevo con el título de Apuntes para una historia de los tebeos, en una nueva redacción que, apunta Martín, «se estructura sobre el esquema del original, pero que con los cambios introducidos y con el aumento de nuevos textos –algo más del cuarenta por ciento de este libro ha sido escrito ahora– desborda la obra antigua y da una obra actual y moderna». Y es que, en su primera publicación, estos apuntes, aclara Martín, finalizaron realmente en las publicaciones del año 1957, ya que en el cuarto capítulo (teóricamente hasta 1963) «tenía muy claro que no podía escribir lo que pensaba» debido a su posición ideológica, lo que provocó que se autocensurase. Por tanto, la edición de Glénat sí finaliza realmente en 1963.

 

 Antonio Lara se introduce por la puerta grande en el mundo de la teoría de la historieta con El apasionante mundo del tebeo (Editorial Cuadernos para el Diálogo, 1968); portada: viñeta del Flash Gordon de Dan Barry.

 

Tras este primer acercamiento real a nuestra historia de los tebeos, entra en escena Antonio Lara (Málaga, 1939-2005), periodista, director de cine y colaborador de estudios sobre cómics en revistas como Bang!, Sunday o Neuróptica o de la enciclopedia Historia de los comics (Toutain Editor, 1982), de la que hablaremos en su momento. En este caso, Lara publica un suplemento de la revista Cuadernos para el Diálogo, El apasionante mundo del tebeo (Editorial Cuadernos para el Diálogo, 1968). Esta revista cultural, publicada entre 1963 y 1978, estuvo muy lejos de las propuestas ideológicas del franquismo, representando una visión más progresista de la cultura en las décadas de los años sesenta y setenta. Desde esta perspectiva, Lara define y entronca a la historieta como arte de nuestro tiempo, teorizando sobre lo que es e implica el tebeo, adoptando una perspectiva y una metodología lingüística y semiótica, desarrollando asimismo los principales elementos en la realización de una historieta.

Antes de escribir libros como Mundo macho (1971), No diga que fue un sueño (1986), Garras de astracán (1991), El sexo de los ángeles (1992) o la trilogía Memorias. El peso de la paja (1990, 1993 y 1998), el escritor Terenci Moix (Barcelona, 1942-2003) evidenció su interés por los cómics en Los “comics”. Arte para el consumo y formas pop (Llibres de Sinera, 1968). En este caso, partimos de la base de un lector de historietas con juicio propio y vasta cultura que incide en el tema a su manera, lo que no impide que las aportaciones de este libro sean, hoy todavía, más que interesantes. Y es que Moix parte de la mitología y de la iconografía pop para, en un despliegue teórico cercano al materialismo histórico, incidir en la íntima relación entre la historieta y la clase media. Su acercamiento es social e ideológico, y aunque asegura en su prólogo que no pretende hacer una historia del cómic, afirma: «no he desechado los elementos que una revisión histórica anterior a la redacción del texto han podido facilitarme para una mayor claridad del mismo, así como para el establecimiento de unas concomitancias entre los puntos estudiados y el momento histórico que las produce»5. De hecho, Moix insiste en ese mismo prólogo que parte de los puntos básicos del pop y de las influencias del cómic sobre unos grupos sociales determinados y que, en ambos casos «mi intención ha sido la de entroncar con un itinerario de la clase media que permitiese la comprobación de un espíritu del cómic con el de esta clase»6. El libro se estructura en tres bloques, dedicados al cómic en la cosmología pop, el tebeo español y su historia y la gran mitología del cómic, hablando de los orígenes del medio y de sus distintos formatos. La parte que más nos interesa es la de nuestros tebeos, en la que Moix alude a elementos políticos e históricos en su conformación, desarrollando los diversos títulos y personajes por géneros, con especial énfasis en el caricaturesco. Es ahí donde Moix afirma: «la voluntad del asentamiento de la clase media a través de sus formas no se manifiesta en nuestra posguerra por medio de una mixtificación de la epopeya, como sucede en los Estados Unidos, sino adoptando esta mixtificación al terreno de la caricatura». A partir de ahí, desarrolla un largo texto específico sobre las revistas infantiles y juveniles de Editorial Bruguera y sobre sus personajes y autores, mostrando un más que amplio conocimiento de los mismos, lo que le llevó a concebir, en este libro, la expresión “Escuela Bruguera”. Los “comics”. Arte para el consumo y formas pop es un rara avis en nuestra bibliografía, pero de gran calado. El libro fue reeditado en 2007 por Ediciones B con el sello de Bruguera y con el quizá más significativo título de Historia social del cómic.

 

El escritor Terenci Moix aportó su propia interpretación de algunos personajes de la historieta española en Los “comics”. Arte para el consumo y formas pop (Llibres de Sinera, 1968); portada de Jordi Canelles.

 

Nuestra industria de la historieta se encuentra en 1969 en una curiosa tesitura. Los cuadernillos apaisados de aventuras prácticamente han desaparecido; surgen como setas ediciones humildes de “novelas gráficas para adultos” (léase: tebeos de género en formato de bolsillo dirigidos a los jóvenes); la historieta infantil sigue su marcha especialmente con las cabeceras de Bruguera (con tiradas muy altas), TBO, Pumby, Jaimito o Strong; de álbumes, hay pocos, y de series franco-belgas (aparte de Tintin y Astérix); Ediciones Vértice empieza a publicar, a su manera, los cómics de Marvel; la editorial mexicana Novaro sigue distribuyendo sus comic books en España; continúan reeditándose algunos clásicos estadounidenses o españoles, y surge una nueva tendencia de publicaciones que navegan entre el lector juvenil y el adulto, ejemplificada en Delta 99, Gaceta Junior/Tintín o Dossier Negro. Aparte (pero no por ello menos importante), un gran número de historietistas publica directamente en el extranjero vía agencias de dibujantes. En ese entorno y ese año es donde se publica el libro de Editorial Lumen Los comics en España, de Luis Gasca. Que una editorial literaria como Lumen, creada en 1960 por la editora y escritora Esther Tusquets, se dedique también a la historieta forma parte de esa ola de empatía hacia la misma como moderna forma de comunicación para las masas con toques adultos que se está reivindicando en la “alta cultura” como “medio popular”. De hecho, Lumen ya había publicado en 1966 el Apocalípticos e integrados en la cultura de masas de Umberto Eco, y editaría posteriormente Mafalda de Quino, Valentina de Crepax o el libro de Román Gubern El lenguaje de los cómics (en 1972). Los comics en España aporta, entre otras cosas, que es un volumen de gran formato, en tapa dura, de 260 páginas, que además de incluir muchos ejemplos gráficos en cada capítulo (y siempre datados), reproduce ejemplos de historietas completas y portadas, lo que también lo convierte en una especie de antología. Es el primer libro muy ilustrado sobre nuestra historieta. Escrito gracias a una beca (o pensión de literatura) de la Fundación March, Gasca reconoce en sus agradecimientos que se ha asesorado por muchos dibujantes de historietas, que ha consultado los archivos de Bruguera y de Selecciones Ilustradas, y que ha podido consultar las colecciones de varios especialistas. Por tanto, bien armado e informado, Gasca acomete una enciclopédica historia del cómic patrio, desde sus orígenes en el siglo XIX hasta el mismo año 1969, destacando revistas como TBO, Pinocho, Mickey, Chicos, Pulgarcito o El Coyote, y revisando con ánimo documentalista muchas de las series y autores de toda nuestra tebeografía, centrándose más en comentar holgadamente una detallada lista de nombres y títulos con muchos datos (también sobre las editoriales), que en las causalidades sociales, políticas, económicas o históricas. Aunque en su primer capítulo Gasca escriba que esta «es la historia, más anecdótica que exhaustiva, de los cómics o tebeos españoles», lo cierto es que aporta gran cantidad de información, limitada también, como era menester en plena dictadura, por la censura imperante, lo que impide una reflexión política en su totalidad, especialmente en el apartado dedicado a las revistas del Movimiento. Martín y Gasca, pues, aportan luz y taquígrafos a esta historia pero, aunque desde publicaciones públicas o privadas, no pueden descargar toda la casuística que hubieran querido.

 

Diversos intelectuales y estudiosos de la historieta (que también eran intelectuales), compusieron los contenidos del nº 19-20 de Estudios de Información (Ministerio de Información y Turismo, julio-diciembre de 1971), titulado “Los cómics”.

 

Hemos de volver a las publicaciones oficiales para textos sobre nuestra historieta, y más concretamente a un número especial de la revista Estudios de Información, que, publicada entre 1967 y 1973 por el Ministerio de Información y Turismo, buscaba presentar lo más granado del pensamiento teórico (siempre dentro de un orden). El número 19-20 (julio-diciembre de 1971) se tituló “Los `comics´”, y aparte de contar con periodistas, doctores, licenciados en Ciencias Políticas y técnicos gubernamentales (que atesoran el peso intelectual), contó con especialistas en viñetas como Carlo Frabetti, Luis Gasca, Antonio Lara, Ludolfo Paramio, Antoni Segarra, Pacho Fernández Larrondo, Luis Conde o Luis Vigil. En su texto de presentación (sin firma), tras asegurar que el cómic se ha forjado lejos de la alta cultura como género menor para evasión, entretenimiento o vehículo de ideologías, afirma: «La fuerza expresiva de la historieta, su plena validez como producción artística y social de este siglo –que se trata de mostrar en las páginas que integran este volumen– procede, precisamente, de su carácter marginal, de no haber sido nunca una flor de invernadero elitista y reservada». Bien, algo de razón tendrá. El caso es que el tocho (544 páginas) tiene su miga: habla de la historia de los cómics —también en España—, de su estética y semiología, de sociología, de la industria (con un análisis de la situación del mercado en 1971), de las condiciones de trabajo de nuestros historietistas (no de derechos de autor), y aporta una extensa bibliografía de los pocos libros sobre historieta publicados hasta entonces en España pero también en Estados Unidos, Francia e Italia, para cerrar con un repaso a las revistas especializadas y fanzines tanto españoles como franceses e italianos. Por tanto, un documento muy coyuntural e incluso oficial, pero histórico.

 

Una segunda etapa

Lo que llegó en 1974 fue otro libro, no de historia de nuestra historieta, pero sí con un análisis de series como La familia Ulises (Joaquim Buigas y Benejam), Capitán Misterio (Emilio Freixas) y Dani Futuro (Víctor Mora y Carlos Giménez). Se trata de También los tebeos son importantes, de Federico Revilla, especializado en iconografía y simbología y publicado por Ediciones Don Bosco, editora de libros y de prensa que con otras denominaciones (EDOSA, EDS, Revista Jóvenes) y como Don Bosco se acercó a la historieta también con las revistas Chiribín, Cuto, J20 o la colección Héroes Bíblicos. En la portada de este libro (que también incluye revisiones de Astérix, Mafalda y Peanuts) aparece una foto de Picasso diciendo: «Una cosa que no he hecho y me hubiera gustado hacer es el dibujo de cómics», la misma que recoge Gasca en Los comics en España pero con distintas palabras. No sé si es cierta, o no, pero en todo caso señala la identificación de la historieta como medio culto.

Ya hemos citado el libro La aventura del cómic, publicado por Doncel en 1975, obra de Alfonso Lindo (1940-2002), escritor, abogado y político, que podría despistar por su título ya que, en realidad, se trata de la publicación de diversas entrevistas a algunos de los más prestigiosos autores del medio en aquellos momentos: Esteban Maroto, Juan Arranz, Jesús Blasco, Emilio Freixas, Ventura y Nieto, Buylla, Hernández Palacios, Gabi, Carlos Giménez, Brocal Remohí, Enric Sió, Francisco Ibañez, Víctor de la Fuente, Jordi Bernet, Bielsa, Longarón, Calatayud, Chiqui de la Fuente y Pepe González. Una mezcla, por tanto, de historietistas clásicos y modernos, de grafismos realistas, experimentales y caricaturescos, y un libro que aporta reflexiones personales de sumo interés.

 

Juan Antonio Ramírez escribió un libro imprescindible sobre nuestra historieta humorística: La historieta cómica de postguerra (Editorial Cuadernos para el Diálogo, 1975); cubierta de Manuel Ruiz.

 

La Editorial Cuadernos para el Diálogo, publicó también otros dos libros sobre nuestra historieta, ambos de Juan Antonio Ramírez (Málaga, 1948-2009), ensayista, crítico y catedrático de Arte, cuya tesina, “Las historietas de la Escuela Bruguera, un enfoque estructural”, obtuvo el Premio Nacional de Investigaciones en 1974, y cuya tesis doctoral fue “Historia y estética de la historieta española (1939-1970)”. Por tanto, nos hallamos ante otro de los grandes de nuestra teoría de los tebeos. El primero de esos libros fue El “comic” femenino en España: Arte sub y anulación (1975), primer monográfico sobre la historieta para niñas y mujeres en España, en el que Ramírez, excelente escritor, desbroza multitud de títulos y los analiza con rigor, abordando la problemática del medio, como reza la contraportada, «desde una nueva perspectiva en la que el ensayo nostálgico-poético y las consideraciones económico-sociales se dan la mano con una rigurosa investigación formal y literaria». El segundo, La historieta cómica de postguerra (Editorial Cuadernos para el Diálogo, 1975), es básico para entender los posteriores estudios sobre el cómic humorístico español, y es una pena que nadie lo haya reeditado. De entrada, digamos que Ramírez analiza las publicaciones, personajes y autores de esta historieta desde 1940 hasta inicios de los años setenta, y sienta su premisa cuando, en la introducción del libro, escribe: «El cómic autóctono de la postguerra española ha contado en el humor con una de sus vetas más fructíferas, originales y coherentes». Lo suscribo. El estudio es realmente ambicioso. Empieza con la revisión de TBO, las revistas de Bruguera, Marco, Germán Plaza y de la escuela valenciana de humor; prosigue con un estudio de los dibujantes y personajes de estas publicaciones (con especial énfasis en los de la escuela Bruguera, de los que delimita muy acertadamente todos sus recovecos sociales); prosigue con un análisis de las historietas de personaje fijo, las duales y las familiares; continúa con las tipologías e iconografía de esos personajes, añadiendo una valoración estética de los mismos, y cierra el libro con un apéndice de cuadros y esquemas con la evolución de los aspectos industriales de revistas como TBO, Pulgarcito, El DDT contra las penas, Tío Vivo, La Risa, Jaimito, Pumby, Nicolás o Yumbo, a lo que añade datos (autores, años de aparición) de las principales series de estas cabeceras. Cierra el libro una espectacular bibliografía de libros y artículos sobre el cómic en general y la historieta española en particular. Y todo ello, Ramírez lo escribe y lo describe con un tono lúcido, riguroso y punzante, habiéndose documentado con los tebeos y con sus entrevistas a diversos autores y editores. Chapeau.

 

Nuevas generaciones

La revista Trinca (1970), los fascículos de Buru Lan Drácula (1971), el comix underground de Los Tebeos del Rrollo (1973) y Star (1974), el semanario satírico El Papus (1973), la revista de los barrios Butifarra! (1975), el experimento de Trocha/Troya (1977), las revistas El Jueves (1977) y Totem (1977)… Un vuelo fugaz sobre el crecimiento y el asentamiento de la historieta para adultos en España nos lleva a la desaparición de la dictadura y la instauración de la democracia, no sin antes haber pasado una larga Transición. ¿Significa eso cambios en la teoría sobre la historieta española? Seguro. Por un lado, y a excepción de algunas revistas y sobre todo catálogos de exposiciones, son sobre todo las editoriales privadas las que toman el relevo. Por otro, aparece una nueva generación de críticos forjados en fanzines, asociaciones de aficionados y otros campos. Y, también, se abre la veda a una teorización en la que el elemento político, su referencia, su realidad, su crítica, puede aplicarse con entera libertad. Además, la historieta empieza a disfrutar de un cierto empaque social: crece el mercado, se asimila que también es para adultos, se reseña en la prensa y se abren espacios para las viñetas en radios y televisiones. Una crisis del formato revista que promociona el del comic book abarca la década de los noventa, pero a partir del 2000 hay una nueva revalidación del medio, industrialmente favorecida por el asentamiento del manga y la explosión de la novela gráfica. A partir de ahí, se multiplican los libros sobre la historieta española, hay editoriales que se especializan en ellos, y una tercera y cuarta generación de escritores sobre cómics se abre paso.

 

Javier Coma rescata de la que él entiende mediocridad de nuestra historieta a varios creadores que tuvieron que emigrar para triunfar en Y nos fuimos a hacer viñetas (Penthalon, 1981).

 

Pero volvamos a 1977. Es en ese año cuando Javier Coma (Barcelona, 1939-2017), escritor, publicista y especialista en cultura popular norteamericana, publica su primer libro, Los comics, un arte del siglo XX (Editorial Guadarrama). No, no va de tebeos españoles. La óptica de Coma pasa, desde el inicio, por asentar la supremacía de los cómics norteamericanos, atribuyéndoles su creación, desarrollo y edad de oro y, salvando excepciones, situándolos por encima de los del resto del mundo, España incluida. Su único libro que sí examina nuestra historieta (o, mejor dicho, una parte y a unos autores muy concretos) será Y nos fuimos a hacer viñetas (Penthalon, 1981), donde analiza la trayectoria profesional de Jesús Blasco, Àngel Puigmiquel, Francisco Hidalgo, Alfons Figueras, Antonio Hernández Palacios, Víctor de la Fuente, Enric Sió, Luis García, Julio Ribera, Carlos Giménez, Josep María Beà y Fernando Fernández. Cronológicamente, y contextualizando sus obras histórica, política y sociológicamente hablando, destaca sus valores, no sin dejar de reseñar que casi todos ellos tuvieron que emigrar para ser realmente reconocidos. En realidad, Coma opina que «una historia del comic español me parece casi nefasta, tanto estética como intelectualmente», aunque reconoce que «esta situación surrealista del comic español se normaliza con el comic posfranquista».

También de 1977 es De qué va El Rrollo (Ediciones de la Piqueta), un libro de Jesús Ordovás (Ferrol, 1947), periodista, locutor de radio y uno de los principales impulsores del movimiento contracultural en España, en el que, con numerosas fotos e ilustraciones se centra en el aspecto musical de esta etapa, desarrollando un breve capítulo dedicado a los tebeos underground de El Rrollo. Antonio Martín, de nuevo, asume un amplio estudio de nuestra historieta entre 1875 y 1939 en Historia del comic español: 1875-1939 (Editorial Gustavo Gili, 1978), que va mucho más allá de sus Apuntes para la historia del tebeo español ya reseñado, ya que, escrito once años después le permitió profundizar en el estudio de esa etapa, ampliando datos, revisando más tebeos, acumulando más documentación y entrevistando a más actores de nuestra industria. Es un libro que podríamos considerar como definitivo sobre este periodo histórico, muy bien ilustrado, escrito con una claridad meridiana, exponiendo todo tipo de datos sobre la relación entre nuestros tebeos y la Historia en mayúsculas, sobre los entresijos de las editoriales y los autores, su evolución industrial y artística; en suma, un ensayo con vocación académica que no rehúye el tono divulgativo.

 

Antonio Martín profundiza en una etapa muy concreta de nuestros tebeos con otro libro que hay que leer de cabo a rabo: Historia del comic español: 1875-1939 (Editorial Gustavo Gili, 1978).

 

En 1980 publica su primer libro otro de nuestros más insignes expertos en historieta, Salvador Vázquez de Parga (Lleida, 1934-2009), magistrado y experto en la cultura de quiosco española, sobre todo cómics y novelas. Parga aporta en Los comics del franquismo (Editorial Planeta, 1980) una nueva lectura al estudio de nuestros tebeos, muy concentrada en un análisis sociológico y sobre todo ideológico. En su prólogo, afirma: «La ideología, como sistema de creencias sociales que encierra las correspondientes normas de conducta, actividades y valoraciones (al servicio de determinados intereses), es sin duda uno de los ineludibles condicionantes del cómic como producto de una sociedad, pero es a la vez, en una u otra forma, su contenido último como reflejo de esa conducta, de esas actitudes y de esos valores latentes en el cuerpo social en que el cómic se desarrolla»7. Y añade: «La ideología franquista, en sus aspectos político, económico, religioso, comunicativo, etc., ha de verse forzosamente reflejada, para ser aceptada o veladamente criticada, en los comics de su época, y también habrá de vislumbrarse la respuesta de la sociedad a esa ideología»8. Parga estudia de este periodo los condicionamientos formales y sociales, la censura, los formatos, destaca el valor testimonial de la crónica cotidiana de Pulgarcito, y analiza diversas series por géneros. De personajes como el Guerrero del Antifaz asume un amplio estudio de su iconografía y argumento, asegurando que «se asienta sobre el trípode ideológico inamovible que constituyen los conceptos de raza, religión y patria». En su estudio, afirma del Capitán Trueno: «supone un primer desasimiento del tebeo de la ideología oficial e inicia una segunda etapa ideológica del cómic aventurero», y del género humorístico destaca que se sitúa entre el testimonio conservador y la crítica subversiva, que fue un revulsivo social y un disimulado ataque a instituciones como la matrimonial y la familiar, destacando las series de Bruguera, con una especial atención a creadores como Àngel Puigmiquel, Alfons Figueras o Vázquez. Por supuesto, no se olvida de rememorar, como resultado de la ética social y política del momento, el cómic femenino y sentimental. Y, en su epílogo, concluye: «El irrealismo dirigido del comic aventurero, con la subsunción de los principios ideológicos del régimen franquista y el realismo crítico de la historieta de humor, resultan pues las características más acusadas del cómic español de la era de Franco».

 

Salvador Vázquez de Parga analiza el tebeo español del franquismo bajo un prisma muy ideológico en Los comics del franquismo (Editorial Planeta, 1980).

 

Otro libro a mi modo de ver importante y, no entiendo muy bien por qué, olvidado, fue Comicsarías: ensayo sobre una década de historieta española (1977-1987) (Promociones y Publicaciones Universitarias, 1987). Escrito por el profesor del Departamento de Escultura de la Facultad de Bellas Artes Antoni Remesar y por Antonio Altarriba, está dividido en dos partes, analizando las características de los contenidos y formas del cómic de estos diez años y, seguidamente, su entorno, su acción administrativa, su industria y el papel de la crítica y de la ideología. De este libro, del que urge, creo, una reedición para comprender mejor este periodo de nuestros tebeos, asegura Julio Andrés Gracia en su tesis “Intermedialidad en el cómic adulto en España (1985-2005). De la historieta a la pintura, el audiovisual y la ilustración”: «El texto es la aproximación más brillante a la década planteada que podemos encontrar, tanto desde el prisma del análisis del cómic del momento (en la primera parte `La historieta...´) como en lo que respecta a la sociedad (`...Y su entorno´ / `...Y sus circunstancias´). Nos proporciona muchas claves para entender el auge y la caída del boom del cómic adulto, incluyendo análisis estadísticos muy bien planteados».

 

Comicsarías: ensayo sobre una década de historieta española (1977-1987) (Promociones y Publicaciones Universitarias, 1987) es un libro de Antonio Altarriba y Antoni Remesar a recuperar.

 

Algunos años después, Antonio Altarriba (Zaragoza, 1952), catedrático de la Universidad del País Vasco, escritor, teórico y guionista de historietas, nos propone otro de los libros básicos de nuestra tebeografía. Se trata de La España del tebeo (Espasa, 2001), en el que analiza la historieta española entre los años 1940 y 2000. De estilo claro y punzante, con su habitual rigor e incluso ironía, Antonio evidencia conocer muy bien el desarrollo de nuestra historieta y haberse leído en profundidad los personajes de los que habla, amén de situarnos en todo momento en el instante sociológico, industrial e histórico de cada periodo. En su introducción, afirma: «Hubo un tiempo en el que España fue de tebeo. Las circunstancias propiciaban unos comportamientos desaforados, unas actitudes extremas que, sin dejar de resultar trágicas, obedecían a un pensamiento esquemático, se manifestaban con gestualidad grandilocuente y, aunque en su momento quizá no se apreciara, con el tiempo han ido cobrando tintes claramente caricaturales», para seguir diciendo que «los tebeos supusieron para los jóvenes españoles de los años cuarenta, cincuenta y hasta bien entrados los sesenta una ventana para entender el mundo o para fugarse de él, un espacio de aprendizaje y, mucho más que un texto, un pretexto para la ensoñación fabuladora».

En una primera parte, Altarriba analiza los tebeos y series de humor, sentimentales y de aventuras, para pasar posteriormente de la Transición democrática a la actualidad (léase, el año 2001). Se detiene específicamente en revistas como TBO o personajes como Don Pío, los Ulises, la familia Cebolleta, Zipi y Zape, Jaimito, Tribulete, Petra, Carpanta, Gordito Relleno, Doña Urraca, Mortadelo y Filemón, Mary “Noticias”, Roberto Alcázar y Pedrín o el Guerrero del Antifaz, para finalizar con sendos estudios sobre obras como Paracuellos (Carlos Giménez), Makoki (Borrallo, Gallardo y Mediavilla), Anarcoma (Nazario), Roco Vargas (Daniel Torres), Taxista (Martí), Torpedo (Enrique S. Abulí, Alex Toth y Jordi Bernet), Peter Pank (Max), Makinavaja (Ivà), Manuel Montano (Fernando Luna y Miguelanxo Prado), El bueno de Cuttlas (Calpurnio), Brian the Brain (Miguel Ángel Martín) y Herminio Bolaextra (Mauro Entrialgo). En contra del estudio más ideológico de Parga, Altarriba afirma, por ejemplo, del Guerrero del Antifaz: «Quienes han querido ver en el Guerrero del Antifaz un elemento más de la Formación –extensiva e intensiva– del Espíritu Nacional propia de aquellos años han tenido en cuenta aspectos superficiales de la obra, que obvian y, de hecho, ocultan otras implicaciones, pero que, indudablemente, están ahí». En todo caso, otro de esos libros que necesitamos recuperar.

 

Antonio Altarriba firma uno de los mejores retratos sociales, estéticos y políticos de nuestra historieta en La España del tebeo (Espasa, 2001).

 

Apartado temático

A partir de aquí, y para ordenar mejor esta bibliografía sobre nuestros tebeos, abandono el orden cronológico para entrar en el temático. De esta forma, creo, podremos valorar mejor los periodos y temas más tratados por nuestros libros.

Empecemos, claro, por los orígenes de nuestra historieta. Y para ello volvemos a Antonio Martín, que en Los inventores del cómic español 1873-1900 (Planeta DeAgostini, 2000) apuesta por ofrecer una amplia antología con excelentes muestras de nuestras primeras historietas (Apel·les Mestres, Mecachis, Ramón Cilla, Joan Llaverias, Xaudaró, Méndez Álvarez…), antecedido por un amplio prólogo en el que sitúa a publicaciones y autores en su contexto social, político y artístico.

De nuestros orígenes destaca también Las crónicas de Oselito, de Martínez de León (Guillermo Escolar Editor, 2018), que recoge la serie de Andrés Martínez de León (Coria del Río, Sevilla, 1895-Madrid, 1978) aparecida en la prensa de trinchera del frente republicano durante la Guerra Civil. Protagonizadas por Oselito, estas crónicas humorísticas y combativas están precedidas por un amplio estudio de las mismas de Rafael Alarcón Sierra (Zaragoza, 1968), investigador y profesor de Literatura Española en la Universidad de Jaén.

 

Los inventores del cómic español. 1873/1900 (Planeta-DeAgostini, 2000), otro libro imprescindible de Antonio Martín.

 

Franquismo

El franquismo es un periodo histórico muy amplio (1939-1975), en el que, como sabéis, la industria, aunque con altibajos, vivió muy buenos momentos, apareciendo cientos de profesionales de la historieta, autores y editores, amén de miles de publicaciones en todos los formatos imaginables. También fue una etapa dirigida por el control gubernamental de una dictadura que incluyó a los tebeos entre las publicaciones infantiles y juveniles, pero que no pudo evitar que surgieran no sólo voces críticas y discordantes, sino verdaderas obras maestras. No veréis muchos libros en este apartado pero aquí solo incluyo los más genéricos; muchos otros quedarán representados como revistas, autores o personajes.

Antoni Marimon (Son Sardina, Palma, 1965) es historiador doctorado en la Universitat de les Illes Balears que en 2005 publicó en catalán Guerrers, corsaris, soldats i detectius. Els tebeos d’aventures sota el franquisme. Història i política en el còmic realista entre 1939 i 1975 (Edicions Documenta Balear, 2005). Marimon incide en los tebeos de aventuras para analizar en detalle los fundamentos ideológicos y la interpretación de la historia de series como El Guerrero del Antifaz, Roberto Alcázar y Pedrín, Hazañas Bélicas, El Capitán Trueno o El Corsario de Hierro, dedicando una especial atención a los cómics en catalán publicados en ese periodo así como un apéndice con los tebeos editados en las Baleares durante el franquismo. Centrándose en la acción de la censura entre 1939 y 1975, el periodista y actual director de TV3, Vicent Sanchis (Valencia, 1961), confeccionó un elaborado y muy bien documentado estudio de las fichas emitidas por los censores de la época en Tebeos mutilados (Ediciones B, 2010). Es el primer libro dedicado concretamente a este tema, en el que Sanchis, con un tono divulgativo, muestra los efectos de la censura sobre nuestros tebeos, especialmente sobre los de Editorial Bruguera.

 

Tragados por el abismo (Edicions de Ponent, 2010), de Pedro Porcel, es un libro que analiza de forma brillante los tebeos de aventuras españoles publicadas entre los años cuarenta a los sesenta.

 

Mención especial merece, a mi juicio, Tragados por el abismo (Edicions de Ponent, 2010), subtitulado “La historieta de aventuras en España”, que se centra en los tebeos realistas de aventuras de los años cuarenta a los sesenta, en todos sus formatos, aunque con especial dedicación a los cuadernos apaisados. Se trata de un amplio y magnífico retrato de estos tebeos, que su autor, Pedro Porcel, define así: «Considerados el pariente pobre de la revista periódica, demasiado populacheros para que un público que se las da de adulto y serio les preste atención, solo desde un punto de vista nostálgico se les ha concedido algún respeto gracias a la profunda huella que su temprana lectura provoca». Porcel aborda tanto los entresijos sociales y políticos del momento como los industriales, dedicando especial atención a los contenidos de las series y a sus creadores, asegurando: «A menudo sin conocimiento preciso se ha identificado estos cómics con la ideología del franquismo bajo el que se desarrollaron. Nada más incierto. Hijos de su tiempo, como todo producto genuinamente popular, son creación de autores cuyas raíces están en el pueblo». Muy cierto; la gran mayoría de historietistas españoles han surgido o surgen de las antes llamadas clases populares o medias, lo que nos aporta un dato a desarrollar en el futuro para comprender sus obras con más extensión. Porcel entiende que los tebeos pertenecían a la cultura popular y que su estudio debe sumergirse en su tiempo y circunstancias, y este libro reivindica el género de la aventura por encima de los tópicos, lo que se agradece, y mucho.

Un ensayo que «busca un doble objetivo: servir como introducción al mundo de la historieta para cualquier tipo de lector, y al mismo tiempo indagar en sus posibilidades como fuente histórica», según su texto promocional, es Viñetas de posguerra. Los cómics como fuente para el estudio de la historia (Servei de Publicacions de la Universitat de València, 2013) de Óscar Gual (Gandía, Valencia, 1973), doctor en Historia Contemporánea. «Para ello», vuelvo al texto promocional, «se lleva a cabo un atento análisis de algunos de los tebeos más populares editados durante el franquismo, tratando así de rastrear las huellas que la sociedad de entonces pudiera haber dejado en ellos y su posible utilidad historiográfica».

Trazos de memoria, trozos de historia. Cómic y franquismo (Ediciones Marmotilla, 2021) es un libro coral que, por medio de una mirada interdisciplinar, pretende contextualizar y valorizar la capacidad de la historieta como medio de socialización de los avances historiográficos, básicamente durante el franquismo; coordinado por Isabelle Touton, Jesús Alonso Carballés, Anne-Claire Sanz-Gavillon y Claudia Jareño Gila, incluye textos de Antonio Altarriba, Manuel Barrero, Tatiana Blanco Cordón, Ángela Cenarro Lagunas, Esther Claudio, Robert S. Coale, Xavier Dapena, Pierre-Alain De Bois, Jorge García, Gutmaro Gómez Bravo, Patricia García Ocaña, Germán Labrador, Fidel Martínez, Diego Martínez López, Elena Masarah. Agatha Mohring, Tomás Ortega, Ana Penyas, Pepo Pérez, Judite Rodrigues, Jacqueline Sabbah, Aránzazu Sarria Buil y Alberto Villamandos.

 

Pablo Dopico nos introduce con toda clase de datos en la historieta underground española en El cómic underground español 1970-1980 (Ediciones Cátedra, 2005).

 

Comix, underground y español

La historieta española contracultural, más concretamente aquella que vivió su etapa dorada entre 1973 y 1980, ha sido también objeto de estudio concreto en, al menos, cuatro libros.

El primero en acercarse a esta historia fue Onliyú, concretamente en un extenso prólogo publicado en Antología española del comix underground (1970-1980) (Ediciones La Cúpula, 1980). En efecto, es una antología de historietas underground aparecidas en muchas de sus publicaciones de la década de los setenta, pero, en su texto, Onliyú, que como ya quedó dicho vivió en primera línea aquellos hechos, los retrata de forma sencilla y directa, con datos y nombres, situándonos perfectamente en aquel entorno. Nazario, uno de los adalides del comix underground español, escribió y publicó Javier Coma (lasco, Angel Puigmnmics de autor (Editorial Penste tema. Dice el autor: "erio de InformaciLa Barcelona de los 70 vista por Nazario y sus amigos (Ellago Ediciones, 2004), que podríamos decir es un documento histórico del movimiento contracultural y libertario de nuestro país. Junto a Nazario, varios cronistas recogen datos para comprender tanto esas vivencias como las repercusiones de las mismas en el momento presente, vivencias en las que, por supuesto, se recogen también los comix. Pablo Dopico (Madrid, 1972), periodista, escritor y doctor en Historia del Arte, escribe un excelente libro, El cómic underground español 1970-1980 (Ediciones Cátedra, 2005), una tesis doctoral dirigida, por cierto, por Juan Antonio Ramírez, en la que, desde la perspectiva de la historia del arte, profundiza en el desarrollo e implantación del comix underground en España, reflejando cómo sus autores se convirtieron en cronistas no oficiales pero verídicos de esta época. Manuel Luis Castro Magaz (Huelva, 1964), editor, guionista y escritor, es el autor de Estómago eléctrico. Rubiales o la disidencia del comix underground de Barcelona (Manuel Luis Castro Magaz Editor, 2016), un libro en el que revisa la trayectoria artística de Manuel Rubiales (Barcelona, 1952), uno de nuestros primeros autores de cómics underground, que publicó en revistas como Water, Pastanaga Enrrollada, Onza, Rock Comics o Estómago Eléctrico. Finalmente, citaremos Cómo acabar con la contracultura (Penguin Random House, 2018), una revisión muy personal del periodo contracultural, con menciones a los comix, escrita por Jordi Costa (Barcelona, 1966), guionista, divulgador y actual responsable de exposiciones en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona.

 

La Transición

Ese periodo situado, más o menos, entre 1974 y 1984 nos legó no solo algunas de nuestras publicaciones y autores más significativos, sino que situó en primera línea del interés más o menos general a la historieta, especialmente la dirigida a lectores adultos. En Los cómics de la Transición (el boom del cómic adulto 1974-1984) (Ediciones Glénat, 2001), Francesca Lladó parte de su propia tesis doctoral para analizar desde un prisma histórico los contenidos de las revistas más importantes aparecidas durante ese periodo. Por su parte, Antonio Altarriba, en Los tebeos de la Transición (Fundación Antonio Pérez, 2008), revisa de forma panorámica todos esos tebeos, iniciando su estudio en el año 1975, y tomando como fecha de cierre el golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Con el significativo título de Las revistas como escuela de vida. Diálogos sobre el cómic adulto (1985-2005) (Servicio de Publicaciones de la Universidad de León/EOLAS Ediciones, 2019), un libro de la colección Grafikalismos, el investigador, crítico y director de publicaciones Julio Andrés Gracia Lana (Zaragoza, 1989) nos sumerge en la historia de cabeceras como Totem, El Víbora o Cairo mediante una larga serie de entrevistas a algunos de sus protagonistas (Beà, Laura Pérez, Javier Montesol, Nazario, Miguelanxo Prado, Marika Vila, Emilio Bernández, Juan Carlos Gómez, Joan Navarro e incluso libreros especializados como Albert Mestres y Manuel Molero), lo que nos aporta testimonios de primera mano.

 

 Las principales publicaciones periódicas de nuestra Transición son las protagonistas de Las revistas como escuela de vida. Diálogos sobre el cómic adulto (1985-2005) (Servicio de Publicaciones de la Universidad de León/EOLAS Ediciones, 2019), un libro de la colección Grafikalismos de Julio Andrés Gracia Lana.

 

Nueva historieta

No sé si es un concepto caduco o demasiado amplio. En todo caso, la “nueva historieta” se refiere a aquella iniciada en los años ochenta, en revistas, que derivó en otros formatos, como el comic book y el libro, reubicada actualmente en el concepto de novela gráfica. Precisamente La novela gráfica (Astiberri Ediciones, 2010) es el libro escrito por Santiago García (Madrid, 1968), guionista y teórico, que reivindica la novela gráfica como medio de expresión autónomo, como una maduración del cómic que abre nuevos caminos. Para ello, revisa en formato de ensayo la historia del medio desde el siglo XIX hasta la actualidad, y sostiene que «durante los veinticinco últimos años se ha producido un fenómeno que podríamos considerar de toma de conciencia del cómic como forma artística adulta. [...] Sin duda, este cómic adulto contemporáneo es en gran medida continuador del cómic de toda la vida, pero al mismo tiempo presenta unas características propias tan distintivas que ha sido necesario buscar un nuevo nombre para identificarlo, y así es como en los últimos años se ha difundido la expresión novela gráfica». Pedro Pérez del Solar, profesor de Literatura y Cultura Españolas en la Universidad de Texas en El Paso, analiza este tema en Imágenes del desencanto. Nueva historieta española 1980-1986 (Iberoamericana Editorial Vervuert 2013), y lo hace desde una perspectiva muy amplia, valorando elementos culturales como la música, la pintura, el cine o la literatura, para situar a la historieta dentro de la crítica cultural de nuestra Transición. Finalmente, citaremos el libro del profesor de literatura y crítico Juan Manuel Díaz de Guereñu (Maturana, Álava, 1956) Hacia un cómic de autor. A propósito de Arrugas y otras novelas gráficas (Universidad de Deusto, 2014) que, a partir de una primera parte más genérica en la que, según su autor, «he querido anteponer a los análisis de títulos concretos un recuento de algunas de las transformaciones mayores que han afectado a la producción y consumo de cómics, particularmente en España», incide posteriormente en varias novelas gráficas concretas, especialmente en Arrugas, de Paco Roca, y El arte de volar, de Antonio Altarriba y Kim.

 

El libro de Pedro Pérez del Solar traza un recorrido por la industria española en los años ochenta.

Enciclopédicos y diccionarios

También, por supuesto, encontramos datos sobre nuestra historieta en algunas enciclopedias o diccionarios, algunos de ellos tempranos. Como, por ejemplo, Enciclopedia Juvenil Pala nº 4: El arte del comic (Editorial Pala, 1974), un grueso volumen que, en su momento, tuvo gran importancia, aunque solo fuera porque es la primera enciclopedia española sobre el medio. Dirigida por Luis Gasca, con la colaboración de, entre otros, Romà Gubern, Pacho Fernández Larrondo, Antonio Lara o Iván Tubau, ofrece un panorama muy genérico de los cómics, hablando de sus orígenes y formatos, de su lenguaje, de creadores como Hal Foster, Alex Raymond, Milton Caniff, Charles M. Schulz, Alberto Breccia, Hugo Pratt y Jesús Blasco y dedicando, eso sí, tan solo dos páginas a nuestra historieta. Otro libro genérico, aunque no exactamente enciclopédico, fue El cómic, número 30 de Biblioteca Cultural RTVE (Editorial Planeta, 1975), en el que Milagros Arizmendi, profesora de literatura, configura un retrato también muy genérico de la historieta.

Publicado en formato de fascículo semanal, Historia de los comics (Toutain Editor, 1982-1983), fue la primera enciclopedia genérica sobre los cómics en general publicada en España y dirigida por Javier Coma; portada del nº. 18, con una viñeta de Ambrós.

A nivel “enciclopédico”, los primeros fascículos que nos ayudaron a entender mejor la historia del medio en general fueron los de la colección Historia de los comics (Toutain Editor, 1982-1983). Llegó en un buen momento, en el sentido de que el boom de los cómics para adultos estaba en apogeo, por lo que la sociedad española parecía estar preparada para que llegase a los quioscos un fascículo comercial sobre el tema. Fue dirigida por Javier Coma, y en sus cuarenta y ocho fascículos encontramos fichas de autores, declaraciones de historietistas sobre su trabajo y textos históricos de especialistas en historieta de una parte de este mundo (básicamente, norteamericanos, franceses, italianos y españoles). Un gran esfuerzo de coordinación, muy ambicioso, que además aportó muestras de las historietas de las que hablaba, lo que era muy de agradecer, aparte de un apartado icónico muy variado y enriquecedor. Llegó, incluso, a publicar una historieta completa inédita del Capitán Trueno, escrita por Víctor Mora y dibujada por Ambrós con entintado de Amador García. Se dedicó, sobre todo, eso sí, al cómic norteamericano (veinticuatro fascículos), con una nada desdeñable dedicación a la historieta europea y a la del resto del mundo. Aparte de Coma, entre los especialistas españoles figuraron Salvador Vázquez de Parga, Mariano Ayuso, Román Gubern, Luis Conde, Antonio Lara, Federico Moreno Santabárbara, Joan Navarro y Francisco Tadeo Juan. Lo dicho, una historia ambiciosa, cuya lectura dependía del tono de cada autor; algunos profundizaban en ciertos periodos o temáticas, otros se limitaban a transcribir una larga serie de títulos y de nombres.

Los Mamotretos de Grafito (Mario Ayuso Editor/Equipo Grafito/Equipo Lou Grant/Colectivo de Comunicación Nutria, 1993-1994) recuperaron algunas obras teóricas sobre nuestra historieta, como esta, La apasionante aventura del cómic, de Pacho Fernández Larrondo y Jesús Cuadrado; portada de Micharmut.

Entre 1993 y 1994, los equipos comandados por Jesús Cuadrado (Palencia, 1946), cineasta y crítico de cómics que había dirigido en 1974 el cortometraje Los tebeos y el boletín sobre cómics Tribulete (1983-1984), editaron la colección Los mamotretos de Grafito (Mario Ayuso Editor / Equipo Grafito / Equipo Lou Grant / Colectivo de Comunicación Nutria, 1993-1994). Dedicada a recuperar textos sobre historieta, hasta entonces ilocalizables porque habían aparecido muchos años antes o habían sido editados por entregas en revistas, publicaron sin permiso de sus autores (excepto en el caso de Martín) cuatro del tema que nos ocupa: Apuntes para una historia de los tebeos, de Antonio Martín; La apasionante aventura del cómic, de Pacho Fernández Larrondo y Jesús Cuadrado; Grupos temáticos del tebeo de aventuras en la España de la postguerra, de Juan Antonio Ramírez y ¡¡Hasta en la sopa!!, de Jesús Cuadrado. El propio Cuadrado fue el responsable de un amplio diccionario de nuestra historieta que recogía, en orden alfabético, historietistas, publicaciones, agencias y tendencias estéticas, un vasto trabajo presentado inicialmente en un solo volumen (Diccionario de uso de la historieta española (1873-1996), Compañía Literaria, 1997), que fue ampliado en otros dos tomos: Atlas español de la cultura popular: De la historieta y su uso, 1873-2000 (Fundación Germán Sánchez Ruipérez / Ediciones Sinsentido, 2000). Eric Frattini (Lima, Perú, 1963), novelista, periodista y guionista de televisión, y Óscar Palmer (Capdepera, Baleares, 1975), guionista, traductor, editor y crítico de cómics, se embarcaron en Guía básica del cómic (Nuer Ediciones, 1999), una, eso, guía práctica con cerca de doscientas fichas sobre autores, tendencias y personajes de la historieta en general, incluida la nuestra.

 

En once tomos, Del tebeo al manga: Una historia de los cómics (Panini Comics, 2007-2014) repasó la historia del medio en todo el mundo a partir de sus distintos formatos de edición; portada del noveno volumen, dedicado a las revistas de aventuras y de cómics para adultos

 

Y, por fin, llegamos a Del tebeo al manga: Una historia de los cómics (Panini Comics, 2007-2014). Está mal hablar de uno mismo, pero toca hacerlo. En efecto, esta colección de once tomos de 208 páginas cada uno la dirigí y en parte escribí yo y, tras la de Coma y Toutain, fue la segunda enciclopedia que, digamos intentó abarcar la historia de la historieta en todo el mundo. Hay unas cuantas diferencias entre esta y la anterior. De entrada, no estábamos en tiempos de fascículos por entregas, sino de libros de muchas páginas de dimensiones similares a un comic book. No pasará desapercibido que la editorial es Panini, especializada en trasladar los cómics de Marvel a España, pero también con profesionales que la dirigen especialmente interesados en la historieta en general, como es el caso de Alejandro Martínez Viturtia, que fue quien puso empeño en que hiciera esta colección. De entrada, escogí presentar esta historia por formatos de edición, no por países ni por orden cronológico, porque me parecía, y me sigue pareciendo, que los formatos influyen decisivamente en los contenidos de los cómics, por sus condicionamientos editoriales, sociológicos, económicos e históricos. Así, se dedicaron dos tomos a la prensa diaria, tres a los comic books, uno al cómic underground y alternativo, uno a los cuadernos populares, dos a las revistas, uno a los libros y uno al manga. Léase, once tomos. Quiero destacar la presencia de cientos de colaboradores (tanto teóricos como divulgadores, técnicos editoriales y autores), la gran mayoría españoles, que con sus despieces (había muchos, para destacar ciertos temas), biografías y textos en general aportaron, me parece, una gran riqueza al contenido. Se habló de la historieta en todo el mundo, de la nuestra también, y se cuidó especialmente su historia en países latinoamericanos, como México, Argentina, Chile o Brasil, con especialistas como Hernán Ostuni, Christian Díaz y Waldomiro Vergueiro. Hubo, por mi parte, errores en fechas y, ciertamente, el planteamiento era muy genérico y no incluía historietas completas (aunque los libros estaban muy ilustrados), pero, en general, creo que un lector generalista puede hacerse una idea bastante aproximada de la historia de los cómics.

 

Industriales

Más que “industriales” es “industrial”, ya que sólo hay uno. Me refiero a libros que hayan traspasado el umbral de la puerta de las editoriales para narrar sus entresijos, sus avatares, el por qué, cuándo y cómo aparecieron ciertos tebeos, su relación con los autores. Una parte de nuestra historia de los tebeos poco sabida, que se ha relatado en contadas ocasiones y que, creo, quizá porque yo también formo parte de esta industria, podría aportar muchísimos datos. En este caso, me refiero a Conversaciones con la industria. El mundo del tebeo ante el mercado único (Direcció General de Patrimoni Cultural de la Conselleria de Cultura, Educació i Ciència/Generalitat Valenciana, 1993), en el que el teórico Juan Campos (Valencia, 1962) y el experto en cómics y miembro de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España Juan Vicente Chuliá (Valencia, 1967) traspasaron ese umbral para entrevistar en directo a editores como Josep Maria Berenguer (La Cúpula), Rafael Martínez (Norma Editorial) o Joan Navarro (Glénat España), entre otros, para pulsar el estado del momento de nuestra industria.

 

Juan Campos y Juanvi Chuliá entrevistaron a varios de nuestros editores para pulsar la realidad industrial de nuestra historieta en Conversaciones con la industria. El mundo del tebeo ante el mercado único (Direcció General de Patrimoni Cultural de la Conselleria de Cultura, Educació i Ciència/Generalitat Valenciana, 1993).

 

Autores

De libros sobre nuestros autores hay unos cuantos, sí, pero ni una milésima parte de los necesarios. Hemos repetido con algunos de ellos, los que están son importantes, pero nos falta conocer más en profundidad a otros y otras básicos/as para nuestra historieta. Saber de ellos y de ellas es parte consustancial de esta nuestra historia de los tebeos.

Uno de los primeros se incluyó en la elegante colección Cuando el comic es nostalgia (sólo tres tomos, Hal Foster, Alex Raymond y el que comentaré a continuación), Emilio Freixas (Toutain Editor, 1982), en el que Salvador Vázquez de Parga expone la ingente carrera de este gran historietista, ilustrador y pedagogo con mucha solvencia. A otra grande, Víctor de la Fuente, le hemos dedicados tres libros. El primero fue Víctor de la Fuente. Homenaje, de varios autores (Recerca Editorial, 2003), con textos de Agustín Riera, Manuel Barrero, Francisco Tadeo Juan, Faustino R. Arbesú, Jesús Cuadrado, Josep M. Beà. Carlos Giménez, Adolfo Usero, Enrique Ventura y Martín Saurí, entre otros. El segundo, De la Fuente Saga (Faustino R. Arbesú Editor, 2003), estuvo escrito y editado por Faustino R. Arbesú, con un extenso estudio de los tres hermanos De la Fuente, Víctor, Ramón y José Luis, “Chiqui”, y cabe decir que fue también el catálogo de una exposición itinerante. Y el tercero es Maestros de Maestros. Víctor de la Fuente (Comic is Art Library, 2020), en el que Miquel Pérez (responsable del blog Comic is Art) y Tristan Cardona (reportero de informativos televisivos y divulgador de la historieta) recopilaban básicamente muestras de los trabajos de Víctor de la Fuente.

 

Portadas de un libro dedicado a nuestros historietistas: De la Fuente Saga (Faustino R. Arbesú Editor, 2003), de Faustino R. Arbesú.

 

Diego Cara (Berja, Almería, 1955) es un crítico y divulgador que ha editado muchas revistas sobre historietas y que desde Almería alentó su salón del cómic. De su interés por algunos de nuestros autores nacieron dos libros: El tebeo español y sus autores/1 (Colectivo D.Tebeos, 2004) y El tebeo español y sus autores/2 (Colectivo D.Tebeos, 2008). En ellos, entrevista y da voz a profesionales como César López, Víctor Mora, Jan, Enrique S. Abulí, Juan G. Iranzo, Josep Coll, Josep Escobar, Francisco Ibáñez, Jaime Juez, Martz Schmidt, José Ortiz, Antonio Bernal o José Sanchis, lo que nos aporta una idea de que sus intereses, los de Cara, eran muy variopintos y que acudió a creadores de varias generaciones. Cara repitió, esta vez con dos libros monográficos, Jesús Redondo. Forjado en tinta (Colectivo D.Tebeos, 2007) y Francisco Darnís. Maestro de la Viñeta (Colectivo D.Tebeos, 2009), donde se repasa las largas trayectorias de estos excelentes historietistas. En 2005 apareció Alfonso Azpiri. Curiosidades (Asociación Española de Amigos del Cómic, 2005), publicación monográfica sobre Azpiri, con entrevistas, curiosidades, bocetos e ilustraciones de este autor. A Max la colección Viñeta le dedicó un tomo, Max. Mitos, realidad y sueño (Dolmen Editorial, 2007), escrito con la siempre veraz y dedicada pluma de Yexus. Óscar Nebreda, el de El Jueves, también fue historietista (digo fue porque se ha retirado), y el libro del coleccionista y experto en cómics e ilustración Ángel Sánchez así lo atestigua: Óscar. El humor de la calle (Ediciones El Jueves, 2008).

 

Libro dedicados a uno de nuestros más significativos historietistas humorísticos: El mundo de Escobar. 100 años del nacimiento del creador de Carpanta y Zipi y Zape (Ediciones B, 2008), de Joan Manuel Soldevilla y Antoni Guiral.

 

A uno de nuestros más grandes y polifacéticos historietistas le hemos dedicado dos libros. El pare de Carpanta i Zipi y Zape. Josep Escobar o la lluita contra el silenci (Pagés Editors, 2005) es un muy bien documentado y escrito libro firmado por el profesor, escritor y divulgador Joan Manuel Soldevilla (Barcelona, 1964), que versa sobre la figura y la obra de Escobar. Otro acercamiento a su dilatada y renacentista trayectoria fue El mundo de Escobar. 100 años del nacimiento del creador de Carpanta y Zipi y Zape (Ediciones B, 2008), esta vez por parte de Soldevilla y del que esto firma. Y ya que me autocito, vuelvo con El universo de Ibáñez. De 13, rúe del Percebe a Rompetechos (Ediciones B, 2009), donde intenté acercarme a las series más significativas del autor de Mortadelo y Filemón.

Siguiendo con el orden cronológico (más o menos), está Senderos. Una retrospectiva de la obra de Paco Roca (Laukatu Ediciones, 2009), un hermoso tocho de 272 páginas concebido como una larga entrevista a Paco del guionista, crítico y director de la revista Z Koldo Azpitarte (Bilbao, 1970), en el que se recorren los caminos que llevaron al historietista valenciano a gestar su obra, con el añadido de más de 140 páginas de material gráfico bastante desconocido. La colección Magnum de Ediciones El Jueves dedicó uno de sus grandes (en formato y diseño) tomos a Jordi Bernet en Bernet. 50 años de viñetas (Ediciones El Jueves, 2009), en el que el abajo firmante parte de una muy larga entrevista con Jordi para revisar la totalidad de su obra. Otra colección de textos teóricos, Sin palabras, y más concretamente en su Serie A, nos regaló Vázquez (el dibujante y su leyenda) (Ediciones Sinsentido, 2004), donde el investigador y crítico Enrique Martínez Peñaranda (Madrid, 1941-2015) nos relata la ajetreada vida y obra del gran Vázquez. Hay más sobre Vázquez. Por ejemplo, By Vázquez. 80 años del nacimiento de un mito (Ediciones B, 2010), escrito, de nuevo, por mí, otro acercamiento muy ilustrado a la trayectoria profesional de este mito de nuestra historieta. Y, seguimos con Vázquez, El gran Vázquez. Coge el dinero y corre (Dolmen Editorial, 2011), con textos de J. J. Vargas, Miguel Fernández Soto, Jordi Canyissà, Antonio Tausiet, Alfons Moliné, Francisco Javier Alcázar, José Ángel Quintana, Koldo Azpitarte, Enrique Martínez Fuentes y Jaume Capdevila.

 

Vázquez (el dibujante y su leyenda) (Ediciones Sinsentido, 2004), de Enrique Martínez Peñaranda

 

Juan Espallardo (Molina de Segura, Murcia, 1951), uno de nuestros dibujantes realistas más internacionales y autor de obras propias como El tremendo Tobi, también se ha dedicado a escribir sobre nuestra historieta y nuestros autores. Lo hizo en dos libros autoeditados por él: El dibujo por arte de tebeo. España: Los pioneros (2012) y El dibujo por arte de tebeo. España: Los maestros (2013), en los que revisa la vida artística de creadores como Xaudaró, Opisso, Ambrós, Zata, José Bielsa, Manuel López Blanco o Pepe González. Ya sabéis que Jan tiene también su propio libro, un amplio repaso a su obra, editado por ACyT Ediciones, Jan. El genio humilde (2014; reeditado ese mismo año), con textos muy completos y detallistas de Javier Alcázar, Antonio Martín, Froilán Escobar, Juan Padrón, Roberto Hernández, Manuel Barrero, Álvaro Pons, Alfons Moliné, David Fraile, Jordi Canyissà, Carlos de Gregorio, Quim Zafra, Javier Mesón y, sí, yo mismo. Otro grande de nuestra historieta humorística, Raf, disfruta del libro Raf. El “gentleman” de Bruguera (Amaníaco Ediciones, 2015), donde el historietista, divulgador y periodista Jordi Canyissà profundiza en muchas fuentes para ofrecernos un retrato muy esclarecedor y completo de su trayectoria.

Aunque fueran editores, pero también guionistas, hay dos nombres históricos con libro propio. A Joaquim Buigas (Barcelona, 1886-1953), editor y director de TBO y escritor de La familia Ulises y Eustaquio Morcillón y Babali, el doctor en medicina y cirugía Alfonso Cabezas Fernández (Salamanca, 1927-Barcelona, 2018) le dedicó Joaquim Buigas Garriga. La vida y la obra del director de TBO (Editorial Claret, 2016). Y sobre la figura y la obra del editor Josep Toutain (Barcelona, 1932-1997), de innecesaria presentación, el director y productor de cine Aitor Marcet publicó Toutain. Un editor adelantado a su tiempo (Trilita Ediciones, 2018). El autor de Manos Kelly, El Cid o Eloy, el espectacular Antonio Hernández Palacios (Madrid, 1921-2000) es objeto de un estudio muy ilustrado por parte del humorista gráfico, ilustrador, editor, traductor y escritor José E. Martínez (Madrid, 1965) en Antonio Hernández Palacios. Épica y corazón (Ponent Mon, 2016).

 

Libro biográfico del fundador de TBO.

No suele haber libros sobre guionistas, pero está claro que Víctor Mora (Barcelona, 1931-2016) es uno de nuestros escritores de viñetas más populares, y ahí está para evidenciarlo Víctor Mora, l’aventura d’escriure. Memòria, imaginació i compromís (Fundació Víctor Mora, 2017), una amena revisión de su trayectoria profesional escrita por Joaquim Noguero (Manresa, Barcelona, 1964), escritor, estudioso de la historieta y profesor de la Universitat Ramon Llull. A dos clásicos de nuestra historieta humorística dedicó dos libros Ediciones Ulises, ambos escritos por el profesor de Literatura Enrique Rodríguez (Palencia, 1939): La obra gráfica de Emili Boix (2017) y El arte gráfico de Antonio Ayné Esbert (2017).

David A. Roach (Cardiff, Gales, 1965), dibujante y experto en cómics, fue traducido por Planeta Cómic en su libro Maestros españoles del arte del cómic (2018), dedicado exclusivamente a la gran generación de historietistas nacionales que desembarcó en las revistas de terror de James Warren. De Bluff (Carlos Gómez, Madrid, 1903-Paterna, Valencia, 1940), humorista gráfico y caricaturista destacado en la prensa republicana durante la Guerra Civil, el también humorista gráfico Lamberto Ortiz (Utiel, Valencia, 1962) escribió el libro Redescubriendo a Bluff. 1903-1940. El dibujante que se enfrentó al fascismo (Olé Libros, 2018). Otro clásico, Donaz (Cabra, Córdoba, 1875-Barcelona, 1938), colaborador habitual de TBO, fue el protagonista de un gran rescate sobre su figura en Donaz. Un egabrense pionero de la historieta (Taula Ediciones, 2018), escrito por Joaquín Campo y el historietista, pintor y divulgador Dionisio Platel (Castrillo de la Vega, Burgos, 1965). Y seguimos con autores básicos, como Antonio de Lara “Tono” (Jaén, 1896-Madrid, 1978), uno de los miembros de la Generación del 27, al que los historiadores e investigadores Felipe Cabrerizo, Gema Fernández y Santiago Aguilar le dedicaron Tono. Un humorista de la vanguardia (Editorial Renacimiento, 2018).

Jordi Franch (Palma d’Ebre, Tarragona, 1936-1980) no es un historietista demasiado conocido, pero, aparte de su habilidad para el dibujo, destacó por ser, junto a Longarón, uno de nuestros dos dibujantes que publicaron una tira de prensa en Estados Unidos (My Story, con guión de Jim Lawrence). A su obra se dedicó el dibujante y divulgador Miguel Poveda (Alicante, 1957) en el libro Jordi Franch. Un artista muy completo (Cercle d’Estudios Sequetperò Sanet/Ayuntamiento de San Vicente de Raspeig, 2019). Y, last but not least, que decía aquel, el catedrático de Lengua y Literatura Española Pierre-Alain de Bois nos regaló un estudio sobre la obra uno de nuestros más destacados autores de historietas, Carlos Giménez (Madrid, 1941) en Carlos Giménez. De la denuncia a la transmisión de la memoria (Ediciones Marmotilla, 2020).

Hay, sí, algunos más, pero los dejamos para el epígrafe dedicado a colecciones especializadas en teoría e información sobre tebeos.

 

De entre todas nuestras series, quizá esta sea una de las más célebres. Portada de El Capitán Trueno. Un héroe para una generación (Delegación Provincial de la Consejería de Cultura de Córdoba, 1989), de José Antonio Ortega Anguiano.

 

 

Personajes y series

Curiosamente (o no), he localizado muy pocos libros sobre personajes y series de la historieta española, y muchos de ellos repiten dedicación a tres clásicos: El Guerrero del Antifaz, El Capitán Trueno y Mortadelo y Filemón. Tomemos nota mental de que esta es una de nuestras lagunas más importantes.

Sobre la creación de Manuel Gago nos encontramos tres muy interesantes libros. El primero es ¡Tente, iracundo otomano! (Plaza y Janés, 2001), un ensayo que muestra viñetas de El Guerrero del Antifaz a las que el escritor Andrés Sopeña (ya sabéis, el de El florido pensil) añade comentarios descriptivos en un tono bastante jocoso, lo que no le impide hacer un retrato de los cuadernos de aventuras de la época. Por su parte, Francisco Tadeo Juan (El Torrent, Valencia, 1938-Valencia, 2019), otro de nuestros grandes baluartes de la historia de nuestros tebeos, en especial de los aparecidos durante el franquismo, y autor del fanzine Comicguía (1976-2017), se centró en este personaje en Análisis de una obra maldita. El guerrero sin antifaz (Francisco Tadeo Juan Editor, 2002), donde confecciona un minucioso análisis de todos los tebeos de El Guerrero del Antifaz, en un libro que, escribe Manuel Barrero: «Tadeo Juan podrá ser un teórico de verbo demagógico, pero siempre esgrime las armas del erudito documentado lo cual le convierte en un historiador de los tebeos. Y en este caso concreto del que se ocupa, posiblemente en la mayor autoridad española en lo que se refiere al personaje El Guerrero del Antifaz»9. Cierra esta trilogía El antifaz del guerrero (Dolmen Editorial, 2012), donde el periodista y escritor Diego Matos (Salamanca, 1985) y el teórico y divulgador Mariano Bayona (Jaca, Huesca, 1948) nos transmiten con respeto y pasión su admiración por la serie de Gago.

De nuevo, tres libros, esta vez sobre El Capitán Trueno de Mora y Ambrós. El primero, escrito por José Antonio Ortega Anguiano, contó con dos ediciones: El Capitán Trueno. Un héroe para una generación (Delegación Provincial de la Consejería de Cultura de Córdoba, 1989) y El Capitán Trueno. Un héroe para una generación (Ediciones Veleta, 2001). El segundo, El Gran Libro de El Capitán Trueno. 50ª aniversario (Ediciones B, 2006), fue escrito por la periodista, escritora y dramaturga Armonía Rodríguez (Madrid, 1929-Barcelona, 2020), buena conocedora de la historia del personaje, que confecciona un libro muy divulgativo. Y, para el tercero, volvemos a encontrarnos con Anguiano como escritor, con el título El Capitán Trueno. El gran héroe del tebeo (Dolmen Editorial, 2012), en un análisis de las peculiaridades de sus personajes, de su estructura narrativa, de su ideología y de los guionistas y dibujantes que realizaron esta popular serie.

El mundo de Mortadelo y Filemón (Dolmen Editorial, 2005), de Miguel Fernández Soto.

A la creación de Ibáñez, Mortadelo y Filemón, el mercado le ha regalado cuatro libros, aunque dos de ellos sean una revisión y ampliación de sus precedentes. El divulgador Miguel Fernández Soto (Cartagena, Murcia, 1963), armado de una excelente documentación previa, le dedicó Mortadelo y Filemón. Cuatro décadas de historietas (Ediciones El Boletín, 2000) y El mundo de Mortadelo y Filemón (Dolmen Editorial, 2005). Y yo mismo escribí los tomos El Gran Libro de Mortadelo y Filemón. 50º aniversario (Ediciones B, 2007) y El Gran Libro de Mortadelo y Filemón. 60º aniversario (Ediciones B, 2017). Otros dos tebeos clásicos de los cuadernillos de aventuras han disfrutado también de sendos libros. Paco Baena (Granada, 1947), coleccionista y divulgador y uno de los artífices del Museu del Còmic de Sant Cugat, acaba de publicar una visión muy personal de la serie de Alfonso Arizmendi, Federico Amorós y Eduardo Vañó (entre otros) en Roberto Alcázar y Pedrín… (o Pedrín y Roberto Alcázar) (Cine + Cómics, 2021), y Diego Cara es el autor de El Jabato: Más allá de la fantasía épica (Colectivo D.Tebeos, 2010).

Vamos siguiendo más o menos un cierto orden cronológico para encontrarnos con un estudio sobre una de las series femeninas y teóricamente para chicas más populares de las décadas de los años setenta y ochenta, Esther, de Phillip Douglas y Purita Campos, de la que la periodista y divulgadora Ruth Bernárdez (Cádiz, 1970) escribió Los secretos de Esther (Editores de Tebeos, 2012). A ese gánster sin alma que es Torpedo, de Enrique S. Abulí, Alex Toth y Jordi Bernet, el divulgador y bloguero de cómics Javier Mesón (Alcalá de Henares, Madrid, 1972) le dedicó un libro escrito desde sus amplios conocimientos sobre el personaje: Torpedo 1936. Historia de un gánster sin alma (Editorial Drakul/Likantro, 2015). El que esto suscribe intentó profundizar en la esencia de otro de nuestros clásicos, Superlópez, la obra de Jan, en El Gran Libro de Superlópez (Penguin Random House/Bruguera, 2018). Doctor en Filología y profesor de Lengua Castellana y Literatura, Julio Santamaría (Burgos, 1977) analizó los primeros cinco álbumes de Blacksad, de Juan Díaz Canales y Juanjo Guarnido en Blacksad. Vigencia y revitalización del género negro en las viñetas, de Julio Santamaría (Fundación Cine-Cómics/Ediciones Idea, 2020).

Y no, no hay más. O al menos yo no he sabido localizarlos.

 

Revistas

Si exceptuamos la colección de libros de la ACyT Ediciones Memoria de la Historieta, no parece que nos haya interesado demasiado lo de profundizar en exclusiva en nuestras publicaciones de viñetas. Por supuesto, todas ellas se comentan, en algunos casos ampliamente, en muchos de los libros citados, pero existen muy pocas monografías completas sobre nuestras cabeceras.

Las dos primeras que traigo a colación, además, no son de historietas, sino sobre historietas. Se trata de análisis o revisiones históricas de Comicguía en Comicguía. Historia de una revista sobre cómics (1997), editado y escrito por Francisco Tadeo Juan, y de la revista Trama en Gratuita, no barata (Asociación Cultura Atiza, 2006), de Juan Manuel Díaz de Guereñu.

 Antonio Laguna Platero es el autor de un libro que nos habla de la vida del editor Vicent Miquel Carceller (La Traca), en Carceller. El éxito trágico del editor de La Traca (Editorial El Nadir, 2015).

Mercedes Chivelet, periodista e investigadora, publicó dos libros genéricos sobre la prensa infantil en los que se incluían los tebeos: ¡Menudos lectores! Los periódicos que leímos de niños (Espasa, 2001) y La prensa infantil en España (Ediciones SM, 2009). En 2007, el editor de Producciones Editoriales, Juan José Fernández (hijo, por cierto, de Juan Fernández Mateu, editor de Editorial Ferma), escribió de primera mano sus recuerdos en la aventura de publicar la revista Star en Star. La contracultura de los 70, (Ediciones Glénat, 2007). Editores de Tebeos (EDT), la editorial de Joan Navarro sucesora de Ediciones Glénat, se animó a recordar a varias de nuestras revistas de los años cuarenta y cincuenta en la línea Recordando, en antologías con una buena documentación literaria, con títulos como Futuro (2012), Alcotán (2013) y El Oeste en la revista Coyote (2013), escritos por el guionista, editor, escritor y especialista en cómics y literatura de ciencia ficción Luis Vigil (Barcelona, 1940-2019) y el divulgador y teórico Agustín Riera. Aunque dedicado al editor de La Traca, Vicent Miquel Carceller (Valencia, 1890-Paterna, Valencia, 1940), Carceller. El éxito trágico del editor de La Traca (Editorial El Nadir, 2015) nos habla de ese personaje clave en la cultura popular de la España de los primeros años del siglo XX y, por tanto, también de La Traca, en un ensayo firmado por el profesor y decano de la Facultad de Periodismo Antonio Laguna Platero. Otro informe de primera mano de las interioridades de una revista es obra del escritor y periodista Miguel Agustí (Barcelona, 1945) y del periodista, escritor y dibujante Rai Ferrer (Manciles, Burgos, 1942-Barcelona, 2017), redactor en jefe el primero y colaborador el segundo de la cabecera Strong, que firman al unísono el libro La aventura de Strong. Historia de una revista juvenil de culto (Trilita Ediciones, 2016), una editorial que también ha dedicado parte de su interés a los libros teóricos. Sobre TBO se han publicado varios libros, pero la mayoría en una colección de la que hablaremos en breve; ahora y aquí citaremos el que escribí con la ayuda del grafópata Lluís Giralt: 100 años de TBO. La revista que dio nombre a los tebeos (Ediciones B, 2017). En 2019, Hacer Editorial publica el libro del licenciado en Psicología y Ciencias de la Educación José Luis Valhondo Crego Investigar la prensa satírica actual: medio siglo de El Jueves.

 Estudio sobre la trayectoria de nuestra revista más recordada: 100 años de TBO. La revista que dio nombre a los tebeos (Ediciones B, 2017), de Lluís Giralt y Antoni Guiral.

De la revista Gutiérrez (1927-1934), dirigida por el mismísimo K-Hito, habla ampliamente Francesc A. Martínez, doctor en Historia, en Gutiérrez (1927-1934). Un semanario del humor nuevo español (Hacer Editorial, 2020). Y de Pulgarcito, aprovechando la celebración del centenario de su aparición, escribí el reciente libro 100 años de Pulgarcito. La revista donde empezó todo (Penguin Randon House, 2021), un tomo más bien escueto, habida cuenta de que solo me permitieron hacerlo de 144 páginas, pero que, aunque sea de forma muy resumida, intenta revisar tanto el clásico Pulgarcito como las otras cabeceras que llevaron ese nombre en su título.

Ahora, sí, llegamos a la colección de ACyT Ediciones: Memoria de la Historieta, en su epígrafe Tebeos. Una, a mi parecer, brillante iniciativa que permite disfrutar de un análisis, con artículos de larga extensión de carácter científico al tiempo que divulgativo, de varias de nuestras cabeceras más importantes, más concretamente de revistas. Aunque ya los conocéis vamos a recordarlos. El primero, Tebeos. Las revistas infantiles (ACyT Ediciones, 2014), agrupa textos sobre publicaciones dirigidas a los menores de edad con diversas colaboraciones: TBO (Manuel Barrero y Jordi Manzanares), Pocholo (Jaume Capdevila), Nicolás (José María Conget), Búfalo (Jordi Canyissá), Cavall Fort (Alfons Moliné), Gaceta Junior (Guiral) y Gran Pulgarcito (Eduardo Martínez-Pina). El segundo, Tebeos. Las revistas juveniles (ACyT, 2016), revisa y cuenta con: Pulgarcito (Manuel Barrero y Alfons Moliné), El DDT contra las penas (Álvaro Pons), El Coyote (José María Conget), Sissi, Lily y Esther (José Joaquín Rodríguez y Paula Sepúlveda), Patufet (Jordi Riera), Trinca (Rafael Marín). Y el tercero y más reciente, Tebeos. Historietas para chicas (ACyT Ediciones, 2021) pone en su sitio a aquellos tebeos denostados en su momento que, sin embargo, aparte de ser parte de nuestra historia atesoran valores artísticos y sociológicos muy marcados. Así, Manuel Barrero escribe sobre los cuadernos de hadas y romance de Ediciones Toray; José María Conget lo hace sobre la revista Florita; José Joaquín Rodríguez y Paula Sepúlveda, sobre la colección Claro de Luna; María Eugenia Gutiérrez sobre la cabecera Blanca; Isabelle Touton, sobre la colección Heroínas; Eva Sanjuán, de las revistas Gina y Jana; Marika Vila reflexiona sobre la desaparición del cómic femenino, y de nuevo Barrero y el equipo de Tebeosfera exponen un muy amplio catálogo de tebeos para chicas. Y cierro este apartado con una parte del texto promocional de este libro: «Por fortuna, esta modalidad de tebeo, el dirigido a muchachas, despertó una formidable masa de nuevas lectoras, generó una industria paralela inesperada (nunca suficientemente ponderada hasta la publicación de este libro) y dio vida a una notable generación de autoras».

 ACyT Ediciones nos ha regalado libros básicos para comprender la historia de algunas de nuestras más importantes revistas en su colección Memoria de la Historieta, como Tebeos. Las revistas infantiles (2014), con portada de Paco Roca.

 

Colecciones específicas

No solemos disfrutar de muchas colecciones específicas de libros teóricos, pero haberlas, haylas. Surgen o bien de movimientos editoriales concretados por aficionados a los tebeos, o bien de instituciones universitarias, lo que nos aporta metodologías muy distintas. Se echan en falta más y, tal vez, también de alguna editorial privada. Sea como sea, no vamos a quejarnos, sino a revisarlas mínimamente.

En 1974, varios aficionados a la historieta concibieron en Barcelona el Club de Amigos de la Historieta (CAH), que entre 1975 y 1982 publicó un total de treinta y seis boletines que contienen mucha información sobre nuestra historieta. En 1976 y hasta 1979 publicó los Suplementos de los boletines, seis en total, dedicados a diversas obras de Guinovart, Pedro Alférez, Lluís Miracle, Carlos Giménez y Alfonso Font. Y, junto a la editorial Revival Comics, CAH editó diecinueve cuadernos de Serie Autores Españoles, que entre 1978 y 1990 reprodujeron algunas obras clásicas de nuestra historieta, con prólogos informativos, protagonizados por, entre otras: Silver Roy y Erik, el enigma viviente (Rafael González y Bosch Penalva), Mister Radar (Alfons Figueras), Doctor Niebla (Rafael González y Francisco Hidalgo), Inspector Dan (González y Eugenio Giner), Sir Black y el murciélago humano (Canellas Casals y Emilio Freixas), El jinete del espacio (José Carlos M. y Francisco Darnís) o Cuto en los dominios de los Sioux (Jesús Blasco).

 Los Archivos de El Boletín es una colección de Ediciones El Boletín que agrupa libros que son antologías con otros que, aparte de disfrutar de mucho material gráfico, aportan una buena base teórica; por ejemplo: ¡Los tebeos en España! (1994), de José Antonio Ortega Anguiano.

Carlos González empezó a publicar en 1987 El Boletín, publicación inicialmente dedicada a la compra y venta de tebeos, que se convirtió en una revista sobre historietas hasta 2014. Ya en 1987 empezó a editar una línea de obras facsimilares, a las que a partir de 1990 añade colecciones como Monográficos El Boletín, Los Archivos de El Boletín o Los Extras de El Boletín, las dos últimas todavía vigentes. Muchos de estos libros son, en realidad, antologías de cómics de autores y series como Tunet Vila, Enric Badía Romero, Jesús Blasco, Juan Espallardo, Iranzo, Robert Segura, Gago, Víctor de la Fuente, El príncipe errante, Manuel López Blanco, Bengala, Martín Salvador, Miquel Quesada, José Ortiz, Julio Ribera o El sheriff King. Pero hay bastantes que, aparte de antologías, contienen un importante apartado de textos informativos y teóricos o lo son en su totalidad, como es el caso de ¡Los tebeos en España! (1994), en el que José Antonio Ortega Anguiano apuesta por desarrollar la historia de nuestros tebeos de la llamada “Edad de Oro”, o sea, de los años cuarenta a la Transición.

Con una importante presencia antológica gráfica, pero también de textos divulgativos, encontramos en Ediciones El Boletín estudios sobre autores como los hermanos Blasco, Francisco Díaz (dibujante de El sheriff King), Carrillo o Leopoldo Ortiz Moya; series y personajes como El Jabato o El Capitán Trueno; publicaciones como Chicos o Almanaque de Locos (de Editorial Valenciana), o temáticos, como los tebeos ambientados en la Prehistoria. Entre sus autores, Juan Espallardo, Alfons Samper Picazo, el arqueólogo Ramon Coll, Agustín Riera, Xavier Garriga, Ramón Járrega o Antonio de Mateo Remacha.

 Tomo de la colección Maestros de la Historieta, publicada por Quirón Ediciones: El Guerrero del Antifaz, vol. 2 (1997), de Enrique M. Peñaranda, Fernando Bernabón y Luis Conde.

Otra colección remarcable,  obra del Club Vallisoletano de Amigos del Tebeo, es Maestros de la Historieta, publicada por Quirón Ediciones entre 1997 y 2000. En este caso, también se trata de libros muy ilustrados con historietas de los autores y un buen texto previo (Fernando Bernabón, Luis Conde o Enrique Martínez Peñaranda), dedicados a El Guerrero del Antifaz, Juan García Iranzo y El Coyote. El teórico de la historieta Fernando Bernabón (Zaragoza, 1948) acomete en solitario la magna tarea de escribir los ya muchos tomos sobre nuestros tebeos y autores de Cuadernos de la historieta española con el sello de Vallatebeo Ediciones desde 2008. Monografías de texto muy bien ilustradas con multitud de datos sobre las obras y sus creadores, dedicadas a series como El Jabato, Piel de Lobo, Yuki el Temerario, El Corsario de Hierro, El Inspector Dan o historietistas como Manuel Gago.

Entre 2004 y 2008, Ediciones Sinsentido publicó la colección Sinpalabras, que en su Serie A editó diecisiete monográficos dedicados a autores (Moebius, Hal Foster, Alan Moore. Osamu Tezuka, Enki Bilal o Héctor Germán Oesterheld), personajes (Conan, El hombre enmascarado, Spiderman) o editoriales (Novaro), escritos por especialistas como Lorenzo F. Díaz, Francisco Naranjo, Yexus, Alfons Moliné, Ana Merino, Rafael Marín o Ángel de la Calle; el dedicado al autor español Manuel Vázquez ya ha sido mencionado en este texto.

En 2014, Joan Antón Sánchez (Badalona, Barcelona, 1959-2020), historiador y director artístico teatral amén de editor, fundó Diminuta Editorial, una editorial pequeña, en efecto, unipersonal más bien, con la que en colecciones como Perifèrics, La memoria o Converses publicó bastantes libros sobre nuestros tebeos. A Josep Coll le dedicó Josep Coll, el observador perplejo (2015), con textos de Joan Manuel Soldevilla, Victoria Bermejo, Jaume Capdevila, Ramón de España, Jordi Manzanares, Antonio Martín, Joan Navarro, Jordi Riera, Jaume Vidal y el que esto escribe. Àngel Puigmiquel. Una aventura gráfica (015) se coeditó con Biblioteca de Catalunya, y ofrece un amplio estudio de la obra de este historietista y animador catalán escrito por Joan Manuel Soldevilla. Jaume Capdevila fue el autor de Tono/Mihura. Humor del 27 (2016), con textos y muchos ejemplos de la obra de estos creadores de la Generación del 27. Sobre la revista TBO Diminuta publicó un total de tres libros: el primero fue una reedición y actualización de Ediciones TBO, ¿dígame? (2014), en el que Rosa Segura (Barcelona, 1925-2021), quien fuera secretaria de redacción del semanario entre 1956 y 1960 y entre 1975 y 1983 escribe, en un tono muy personal y didáctico, sus memorias; en 2016 apareció 100 anys. El TBO que va donar nom als altres, donde el licenciado en Geografía e Historia y Periodismo Jordi Manzanares (Barcelona, 1963) vuelca todos sus conocimientos sobre TBO, que son muchos; el tercero y último, aparecido también al albor del centenario de la revista, fue Yo quiero un TBO. Homenaje a una revista centenaria 1917-2017 (2017), un libro coordinado por Manuel Barrero con textos de Alfons Moliné, Álvaro Pons, Antonio Altarriba, Carlos de Gregorio, Dionisio Platel, Elisa McCausland, Jaume Capdevila, Jordi Manzanares, José María Conget, Lluís Giralt, Lluís Solà, Barrero, Óscar Gual y Vicent Sanchis.

 Diminuta Editorial se especializó en libros de teoría de nuestra historieta; aquí, Del boom al crack. La explosión del cómic adulto en España (1977-1995) (2018), de varios autores.

Para saber cómo trabajan los guionistas, Diminuta nos ofreció dos libros titulados El guión de cómic, en los que estos escritores son los protagonistas mediante unas extensas entrevistas. Coordinados ambos por Gerardo Vilches, el primero (2016) se centra en figuras exclusivamente de guionistas (Enrique Sánchez Abulí, Antonio Altarriba, Juan Díaz Canales, Santiago García y David Muñoz), mientras que el segundo (2020) apuesta por autores completos que hablan de su condición de guionistas (Kim, Jaime Martín, Paco Roca, Daniel Torres, Aroha Travé y Alfonso Zapico). En 2018, Diminuta editó Del boom al crack. La explosión del cómic adulto en España (1977-1995), que, coordinado de nuevo por el crítico y divulgador Gerardo Vilches (Madrid, 1980) profundiza en ese periodo de nuestra historieta con artículos de Daniel Ausente, Jordi Riera, Pepo Pérez, Roser Messa, Rubén Lardín, Roberto Bartual, Álvaro Pons, Octavio Beares, Marika Vila y Julio Andrés Gracia.

Cierro este apartado con un título de la colección Grafikalismos, que, editada por el Servicio de Publicaciones de la Universidad de León y EOLAS Ediciones, y bajo la atenta dirección de José Manuel Trabado (Fabero, León, 1971), profesor de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, ha publicado desde 2017 un total de diez excelsos tomos sobre historieta en concreto y narración gráfica en general. Dedicados a nuestra historieta encontramos: Género y conciencia autoral en el cómic español (1970-2018) (2019), que trata, como indica el título, la conciencia autoral de nuestros autores en la historieta de 1970 a 2018 y cómo ha cambiado en este periodo la concepción del medio, con textos de Álvaro Pons, Ana Merino, Esther Claudio, Inés González Cabeza, José Manuel Trabado, Juan Manuel Díaz de Guereñu, Miguel Ángel Muro, Nerea Fernández Rodríguez, Rubén Varillas, Yexus y, de nuevo, yo mismo. Por su parte, en Narrativa gráfica de la guerra civil. Perspectivas globales y particulares (2020), colaboradores como Antonio Altarriba, Antonio Martín, Manuel Barrero, Pepo Pérez, o Pierre-Alain de Bois, coordinados por Michel Matly y Viviane Alary, exploran las percepciones en viñetas sobre nuestra Guerra Civil desde 1936 hasta la actualidad, básicamente realizadas en España, Francia y América Latina.

 Libro coral de la colección Grafikalismos, del Servicio de Publicaciones de la Universidad de León y EOLAS Ediciones: Narrativa gráfica de la guerra civil. Perspectivas globales y particulares (2020).

 

Temáticos

Se que la palabra “temáticos” es muy genérica, pero de alguna manera tenía que abordar libros que versan sobre aspectos muy concretos de nuestra historieta. Libros que surgen ya cercano el siglo XXI, casi todos ellos, por cierto, editados por empresas privadas.

Más que un libro, el primero es un cuaderno grapado de 36 páginas en blanco y negro, pero su título aporta algo, aparte de llamar la atención: La historia de Bruguera desde las mujeres (Bruguera en lucha, 1991). Surge como publicación anónima aparecida con el lema «¡¡Bruguera en lucha!!», que fue utilizado por los trabajadores de Editorial Bruguera en sus últimos tiempos para defender sus puestos laborales. La web de Tebeosfera (donde además podéis bajaros el cuaderno en PDF), dice: «Se trata de un texto confeccionado por 'un pequeño grupo de mujeres' que aborda la historia de Editorial Bruguera y las causas de su desaparición desde un punto de vista crítico, así como la participación de las mujeres en la empresa y en la lucha para evitar su cierre». Temático realmente, dedicado a la presencia de los hechos históricos en el cómic en general, es La historia en los comics (Ediciones Glénat, 1997), donde el historiador y arqueólogo Sergi Vich (Barcelona, 1953) dedica espacio a nuestros tebeos. Más genérico, quizá, es Los tebeos de aventuras en 200 portadas (Ediciones Glénat, 1999), de Salvador Vázquez de Parga, una historia de los tebeos de aventuras españoles (en su etapa heroica) a través de sus portadas.

La imprenta del Patronato de Huérfanos del Ejército de Tierra editó en 2000 un libro de título curioso, Los tebeos que leía Franco en la Guerra Civil (1936-1939), donde Juan Carlos Lorente Aragón lo que hace, en realidad, es un retrato de los tebeos aparecidos entre 1936 y 1939 en la Zona Nacional, que el autor explica fueron un reflejo de aquella España, lo que complementa con documentación diversa sobre su vida cotidiana. Especializada en historia, ensayo, música, narrativa, filosofía y libros prácticos de gran formato, Editorial Milenio publicó en 2007 Un yugo para los Flechas. Educación no formal y adoctrinamiento infantil en Flechas y Pelayos, libro que toma como ejemplo la fusión entre Flecha y Pelayos en Flechas y Pelayos para explicar las relaciones entre Iglesia y educación en la España de la Guerra Civil, escrito por la profesora de Didáctica de Ciencias Sociales María del Henar Herrero Suárez (1966-2017), que también publicó en diversas revistas artículos como “El rapto de Clío (franquismo, historia y tebeos)”. “El cómic de ambientación medieval al servicio del franquismo” o “El semanario infantil Flechas y Pelayos”.

 Una amplia revisión de los superhéroes y justicieros de la historieta española es Superhombres ibéricos (Edicions de Ponent, 2014), de Pedro Porcel.

Guillem Medina (Barcelona, 1968), periodista, fotógrafo e historietista, recorre una parte de los tebeos femeninos aparecidos en España (desde Anita Diminuta a Candy, Candy) en un homenaje a muchas de sus autoras en el libro Chicas de cómic (Ediciones Glénat, 2010). Por otro lado, Los chicos que coleccionaban tebeos (Panini Comics, 2013), del guionista de cine y televisión Helio Mira (Albacete, 1973) y el responsable de los cómics Marvel en Panini, Julián M. Clemente, aunque no es un libro teórico sino una novela, revisa el mundo de los tebeos que se vendían en nuestros quioscos y el efecto que estos tenían en sus jóvenes lectores. Pedro Porcel vuelve a aparecer en este texto, ya que fue el escritor de Superhombres ibéricos (Edicions de Ponent, 2014), que revisa la figura del superhéroe o el justiciero en nuestros tebeos.

Sigo con un orden cronológico para citar un libro teórico de trasfondo legal: La legislación sobre historieta en España. Desde sus orígenes hasta la actualidad (ACyT Ediciones, 2014), con el profesor de Derecho Constitucional Ignacio Fernández (Avilés, 1970) explicándonos, con un lenguaje muy claro y directo y de forma exhaustiva, los diversos regímenes jurídicos a los que se han enfrentado nuestros tebeos, desde sus orígenes hasta el momento de la edición del libro.

El investigador francés doctorado en Estudios Hispánicos, Michel Matly (Dompierre-sur-Besbre, Auvernia, 1952), recorre setenta años de tebeos sobre la Guerra Civil española en El cómic sobre la guerra civil (Ediciones Cátedra, 2018), acudiendo tanto a producciones españolas como extranjeras que han retratado nuestra sangrienta contienda; Cátedra ha publicado algún otro libro sobre cómic hispánico, aparte de obras teóricas de Luis Gasca, Romà Gubern, José Manuel Trabado, Asier Mensuro, Ana Merino, Pablo Dopico o Enrique Bordes. El escritor y poeta Tomás Ortega (Burgos, 1980) firma Las caras de la guerra. La Guerra Civil a través de los personajes de las viñetas, publicado por nuestra querida ACyT Ediciones, en 2018; dejo aquí el texto que aparece en la contraportada: «En Las caras de la guerra, Tomás Ortega reconstruye una historia social de la Guerra Civil española con el hilo conductor de los personajes de cómics de producción española reciente vinculados con el conflicto. El autor traza un recorrido cronológico que funde el gran marco de la historia con mayúsculas con el pequeño cuadro de las vivencias de los protagonistas de las historietas seleccionadas. Las caras de una guerra con las que el lector se aproxima a la vida cotidiana de los hombres, mujeres y niños que la sufrieron, a los personajes anónimos de los diferentes bandos enfrentados. Sus situaciones, experiencias y anécdotas perfilan una crónica gráfica para provocar un acercamiento y una reflexión acerca de las diferentes miradas de la Guerra Civil».

 Michel Matly revisa las historietas que abordan la Guerra Civil española en El cómic sobre la Guerra Civil (Ediciones Cátedra, 2018).

Que los tebeos guardan relación con el cine a nadie sorprende. No, no se trata del lenguaje, que es distinto, sino, en este caso, de los tebeos españoles inspirados por el cine. Esta esa la tesis de Paco Baena en su libro Tebeos de cine. La influencia cinematográfica en el tebeo clásico español, 1900-1970 (Trilita Ediciones, 2017). Ruth Bernández, de nuevo, nos ilustra sobre los tebeos españoles para niñas y adolescentes en Las chicas son guerreras (Dolmen Editorial, 2018). Un manual en formato de libro que intenta aportar a los profesores herramientas didácticas para la enseñanza de la historia por medio de la historieta es Memòria i vinyetes. La memòria histórica a l’aula a través del còmic (Generalitat de Catalunya, 2018), editado también en español por Desfiladero Ediciones en 2019, obra de David Fernández de Arriba, con Elena Masarah, Gerardo Vilches y Pepe Gálvez; la edición en español incluye, además, entrevistas a Antonio Altarriba y a Carlos Giménez. De nuevo Ignacio Fernández Sarasola nos ilustra, en esta ocasión, sobre las distintas campañas anticómics surgidas en Estados Unidos y Europa, en El pueblo contra los cómics. Historia de las campañas anticómic (de Norteamérica a Europa) (ACyT Ediciones, 2019), un muy amplio y excelentemente documentado ensayo.

Otro libro temático, La Guerra de la Independencia en los tebeos (Maroto autoeditor, 2020), editado y escrito por Jesús Maroto de las Heras (1938), doctor ingeniero agrónomo, se centra en la etapa histórica del título. Un libro que explora algunas manifestaciones artísticas y formas de expresión feministas, entre ellas la historieta, es Otras miradas. Voces y formas de la creación feminista desde los años 60 en el Estado español (Ediciones Bellaterra, 2021), que incluye textos de Anne-Claire Sanz-Gavillon, Claudia Jareño, Isabelle Touton y Marika Vila (Barcelona, 1949), autora de cómics que siempre ha reivindicado la mirada femenina en nuestra historieta con sus diversos estudios. No es que trate de series españolas, pero sí de sagas que, además de publicarse en nuestro país, han incidido, y mucho, tanto en nuestros autores como en nuestros editores. Hablo de D’Astèrix a Tintín. La difusió del còmic francobelga a través de l’Editorial Bruguera (1967-1986) (Lleonard Muntaner Editor, 2021), libro escrito en catalán por el historiador Antoni Marimon (Palma de Mallorca, 1965), que revisa a fondo las distintas apariciones de la historieta francobelga en la editorial Bruguera.

 Un libro didáctico y pedagógico: Memòria i vinyetes. La memòria histórica  a l’aula a través del còmic (Generalitat de Catalunya, 2018), de David Fernández.

 

Generales

Por “generales” me refiero a libros que revisan diversas etapas de nuestra historieta. Como, por ejemplo, Historietas, cómics y tebeos españoles (Presses Universitaires du Mirail/Université de Toulouse, 2002), sí, publicado por una editorial francesa (son cosas que pasan), un libro que repasa la historia de nuestra historieta y analiza obras de algunos de nuestros autores (K-Hito, Manuel Gago, Carlos Giménez, Miguelanxo Prado, Felipe Hernández Cava, Federico del Barrio); lo firman la hispanista francesa Viviane Alary (Rodez, Mediodía-Pirineos, 1960), Antonio Altarriba, Antonio Lara, Guy Abel, Jean Alsina y Danielle Corrado. La novelista, poeta, dramaturga y teórica de la historieta Ana Merino (Madrid, 1971) confecciona una retrospectiva de la historieta y analiza a autores argentinos (Héctor G. Oesterheld, Alberto Breccia), mexicanos (Rius), cubanos (Juan Padrón) y españoles (Josep Escobar) en El cómic hispánico (Ediciones Cátedra, 2003).

Cerramos este apartado con Narraciones gráficas. Del códice medieval al cómic, de (Roberto Bartual, autoeditor, 2014), un recorrido por las narraciones visuales de la Antigüedad, como los códices medievales o las estampas, hasta llegar a la historieta tal y como la conocemos, un muy interesante estudio del escritor Roberto Bartual (Alcobendas, Madrid, 1976).

 

Editoriales

Ah, las editoriales. Qué pocos libros les hemos dedicado como monografías. Aquí tenéis otro de nuestros huecos más dolorosos. Porque conocer sus entresijos, como ya he dicho antes, es saber más de nuestra historieta. Y, curiosamente, los pocos libros que hay sobre ellas (Bruguera se lleva la palma, claro) no aparecieron hasta iniciado el siglo XXI. Vemos si podemos terminar este siglo con una bibliografía algo más amplia.

El ya mencionado Paco Baena, eterno enamorado de los tebeos españoles, básicamente de los publicados hasta los años setenta del siglo XX, se lió la manta a la cabeza para ofrecernos una perspectiva muy amplia de lo que significó para nuestra industria una editorial tan básica como Maga en La magia de Maga, (Ediciones Glénat, 2002). De Editorial Bruguera, como decía, sí disponemos de varios libros, seis en total. El primero fue Los hijos de Pulgarcito (Astiberri Ediciones, 2004), que aparte de incluir algunas historietas inéditas de Kim, Santi Orúe, De Diego/Carlo, Bernardo Vergara, Mikel Valverde, Abarrots, Nacho, Mauro Entrialgo, Manel F. y Calpurnio, era un libro teórico sobre lo que implicó para nuestra historieta la escuela Bruguera; diversos expertos, como Borja Crespo, Miguel Fernández Soto, José Antonio Ortega Anguiano o Antonio Altarriba, se centran en el espíritu de Bruguera. Tino Reguera (A Coruña, 1962-2012), coordinador editorial y divulgador, buceó a fondo en sus archivos para generar una excelsa guía de los tebeos de Bruguera en Guía visual de la Editorial Bruguera (1940-1986) (Ediciones Glénat, 2005). Yo mismo, no sé si por casualidad, aunque también por pasión, claro, he dedicado tres libros a esta editorial, sus tebeos y sus autores; se trata de Cuando los cómics se llamaban tebeos: La Escuela Bruguera (1945-1963), Los tebeos de nuestra infancia. La Escuela Bruguera (1964-1986) (Ediciones El Jueves, 2007) y el más genérico 100 años de Bruguera. De El Gato Negro a Ediciones B (Ediciones B, 2010). Finalmente, el articulista y teórico Pablo Vicente (Madrid, 1988) se interesó vivamente y se documentó a la perfección en la historia de este gigante editorial en Auge y caída de una historieta. La historia detrás de Bruguera (Léeme Libros, 2016).

 Libro que revisa los avatares de los tebeos de Editorial Bruguera y su influencia: Cuando los cómics se llamaban tebeos: La Escuela Bruguera (1945-1963), de Antoni Guiral.

Hay editoriales que, básicamente, han publicado material de procedencia foránea, incluso una no es española, pero fueron tebeos muy populares que, también, forman parte de esta historia. Hablo de la mexicana Editorial Novaro, de la que el investigador uruguayo especializado en la historieta mexicana Jorge Gard (Montevideo, 1945) nos brindó el completo libro Cuando Bruce Wayne se llamaba Bruno Díaz. Un viaje por Novaro (Diábolo Ediciones, 2019). O de Ediciones Vértice, la editorial que nos tradujo (a su manera, pero lo hizo) las grandes sagas de aventuras británicas de Fleetway o los superhéroes de Marvel, empresa de la que el dibujante, animador, traductor y experto en cómics Alfons Moliné (Terrassa, Barcelona, 1961) escribió Cuando Daredevil se llamaba Dan Defensor. Historia de Ediciones Vértice (Diábolo Ediciones, 2020). Y hablo también de Cómics Forum, la división editorial de Planeta que publicó de forma muy acertada y cuidadosa los comic-books y libros de Marvel entre 1983 y 2004, una empresa de la que habla, aunque sea en parte y solo de algunos años, Antonio Martín, quien fuera su director editorial, en su último libro: Desde la penumbra. Eclipse en Cómics Forum 1989-1992 (Dolmen Editorial, 2021).

 Alfons Moliné nos contó la intrahistoria de la clásica Ediciones Vértice en Cuando Daredevil se llamaba Dan Defensor. Historia de Ediciones Vértice (Diábolo Ediciones, 2020).

 

CONCLUSIONES (BREVES)

Imagino que si habéis llegado hasta aquí habréis sacado mentalmente algunas conclusiones. Aparte del tedio que supone el listado de títulos y de nombres, he intentado comentar no sólo los contenidos sino también la metodología de los libros, amén de las editoriales que los han publicado. Es evidente que el grueso de esta bibliografía se concentra a partir de los años noventa, y se multiplica en este siglo XXI. Hemos necesitado tiempo. Tiempo para que ciertas editoriales no especializadas entiendan la importancia de nuestros tebeos. Tiempo para que se forjaran agrupaciones de aficionados que han sentido la necesidad de verter su pasión y sus conocimientos en libros. Tiempo para que surgieran varias generaciones de teóricos, la gran mayoría nacidas en el seno de revistas sobre cómics. Tiempo para que el entorno universitario español (al menos en parte) comprendan que la historieta también es un medio digno de estudio. Tiempo para que aparecieran algunas colecciones especializadas y para que las propias editoriales de nuestros tebeos sintieran la necesidad de publicar libros sobre ellos. Tiempo para que entidades públicas y museos públicos o privados se acerquen a la historieta. Y todavía nos falta tiempo. Para reeditar algunos libros básicos que todos deberíamos leer. Para seguir explicando más a fondo la historia de nuestros tebeos, tanto desde un prisma industrial como sociológico e histórico, habida cuenta de que no hemos profundizado en ciertas etapas, de que todavía desconocemos a muchos de nuestros autores y autoras, de que hay demasiadas editoriales importantes que siguen siendo unas grandes desconocidas. Tiempo para replantearnos nuestra metodología, para no depender tanto de las empleadas en la Historia, el Arte o la Literatura, para saber que la historieta, como medio autóctono que es (por muy mestizo que sea) necesita de unas definiciones propias, tanto estilísticas como de escuelas, tanto narrativas como icónicas, tanto temporales como industriales. Y todo eso, reconociendo que hemos aprendido mucho, que hemos evolucionado, pero nos faltan cosas.

Vayamos, por tanto, a ello

Ahora sí, os dejo, que si os lo habéis leído todo os merecéis un gran reconocimiento.

 

 

NOTAS

  1. Con dos excepciones anteriores, siempre las hay, ambas en catalán y desde Cataluña.
  2. Los comics en España, de Luis Gasca (Editorial Lumen, 1969), pág. 15.
  3. El texto estaba en euskera, traducido por Google, lo digo por pedir disculpas si hay algún error.
  4. De Bardon Art existe el libro confeccionado por la propia agencia para festejar su 50º aniversario, pero se trató de una tirada muy limitada.
  5. Los “comics”, arte para el consumo y formas pop, pág. 2.
  6. Los “comics”, arte para el consumo y formas pop, pág. 2.
  7. Los comics del franquismo, pág. 9.
  8. Los comics del franquismo, pág. 9.
  9. https://www.tebeosfera.com/1/Obra/Libro/Monografia/GuerrerosinAntifaz.htm

 

 

Creación de la ficha (2021): Félix López
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
ANTONI GUIRAL (2021): "De y sobre la historia de la historieta española", en Tebeosfera, tercera época, 18 (27-XII-2021). Asociación Cultural Tebeosfera, Sevilla. Disponible en línea el 21/XI/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/de_y_sobre_la_historia_de_la_historieta_espanola.html