El Papus es una publicación impresa capital para comprender la evolución de la historieta y de la sátira gráfica en España. Fue la revista más combativa en la última etapa del gobierno de Franco, una de las más reivindicativas, sufrió un atentado terrorista (en el que murió una persona), y fue cantera de grandes humoristas con fructíferas carreras en el último cuarto del siglo XX. Al mismo tiempo, supuso una avanzadilla en la publicación de historieta erótica, en el uso de la mujer como reclamo, deviniendo un título señero del fenómeno del “destape”. El sexo fue un tema de interés para sus editores desde los primeros números.
Costumbrismo social crítico, territorio masculino. El Papus nº 3.
Aunque con el tiempo las portadas de El Papus serían la avanzadilla de un erotismo de quiero y no puedo, muy cercano a la estética de calendario de sufrido camionero, lo cierto es que en los primeros números de la revista, que nace en octubre de 1973, la presencia de la mujer en sus chistes gráficos y en sus historietas es poco relevante; los chistes y las historietas se desarrollan en un mundo protagonizado por hombres, con la excepción del número 3, del 3 de noviembre, dedicado a los derechos de la mujer.
El Papus nº 3, página citada. | El Papus nº 23, página citada. | |
En ese mismo número, Óscar elabora un discurso sobre la reacción del hombre español, macho fondón con bigote e incipiente calva, ante los cambios sociales protagonizados por la mujer, que tiende a ocupar un espacio dominado hasta entonces por él. El gag viene dado por el contraste entre la beligerancia del conjunto de la historieta y las dos últimas viñetas, en las que, ante la aparición de la típica chica “buenorra” de Óscar, joven, carnal, con curvas, vestido ajustado y minifalda, el personal masculino pierde el sentido y forma una nutrida manifestación tras ella. El deseo, más bien un hambre ancestral, manda.
Como decíamos, la presencia femenina y su versión erótica escasean en este periodo en las páginas de la revista. Recordemos que se vivía en un contexto de una grave crisis económica que se manifestaba esencialmente en la inflación y en el paro, de forma que los chistes hacen referencia continua al agobio de unos precios inasequibles. Por ello domina una atmósfera de pesimismo ante una situación a la que no se ve la salida, con el cambio político que no acaba de cuajar y la vida cotidiana acuciada por la precariedad, como evidencia Soc en su diccionario elemental del número 15, en el que, por cierto, define a la mujer como aparato de uso doméstico. Por ello no es de extrañar el chiste de Oli del número 12 en el que el cuerpo de una mujer extranjera se convierte en la metáfora de la frustración general.
El Papus nº 12, viñeta citada
A las mujeres extranjeras, mito —pero también realidad— de una forma más libre de entender y practicar la sexualidad, se dedica el número 39. En él, Sniff escenifica una torre de mozos tan hambrientos como patéticos, lo cual era una forma de vernos. Mientras Ventura y Nieto, que juegan a introducir otros personajes de la revista en su historieta, proponen sustituir el mito de la extranjera por la realidad de jugar fuera de casa. Asimismo, Óscar ofrece una de sus historietas visualmente más claras, en la que insiste en la calidad carnal, en este caso de las suecas, y reserva los dardos de la parodia para el macho ibérico.
El Papus nº 39, página citada. A la derecha, historieta del mismo número, por Ventura y Nieto. Bajo estas líneas, páginas de Óscar en El Papus nº 39. | ||
No es casual que el cuerpo joven y bien provisto de oportunas curvas de Ornella Muti se convirtiera en una referencia erótica, lo que se evidencia en varias reseñas cinematográficas. Como en esta de Una Chica y un señor, en la que Ivá demuestra que la sencillez gráfica puede representar perfectamente tanto la sensualidad como la frustración. En el nº 26, la revista se permite jugar con el mito y con las expectativas del destape del cuerpo de Ornella Muti.
El Papus en esta época se estructuraba en cada número alrededor de un tema central, que ocupaba la portada y una buena parte de las secciones de interior. Esos “leitmotivs” se encuadraban en un costumbrismo que muchas veces bordeaba lo político (o más bien habría que decir que la realidad estaba politizada) y que en otras ocasiones entraba a saco en usos y costumbres celtibéricas, o sea, marcadas por reglas morales conservadoras, cuando no reaccionarias, que en lo que respecta a la mujer combinaban la mojigatería, el paternalismo y la hipocresía. Una de las fuentes de la moralidad de la cultura de masas femenina o dirigida a las mujeres fueron los consultorios femeninos de la radio, entre los que destacó el de la "Sra. Francis", nombre tras el que se ocultaba un equipo masculino que daba respuesta a las cartas de las oyentes. En el número de la revista dedicado a esos espacios radiofónicos, Ja realiza una parodia sobre la combinación entre recetas morales carcas y el merchandising de productos de belleza propios del programa, mientras que Óscar nos obsequia —nunca mejor utilizado el tópico— con una doble página de costumbrismo fresco, ácido y real como la vida misma.
Otro elemento sociocultural de aquella especificidad que nos caracterizaba según el eslogan oficial de “Spain is different” lo hallamos en las folklóricas, mezcla de tradición y erotismo contenido. Óscar disecciona corrosivamente en el número 25 la carrera de estas antecedentes del famoseo actual, mientras que Gin elabora un retrato colectivo de la fauna de la fama en el siguiente número.
El Papus nº 25, dos páginas de Óscar. Doble página de El Papus nº 26, bajo estas líneas.
Aunque la ropa interior es fuente de fetichismos, Ventura y Nieto prefieren tratar el tema desde otro punto de vista, el de los sujetadores como construcción de una apariencia artificial de los pectorales femeninos. Aunque posiblemente lo mejor sea esa habilidad para trufar la historieta de referencias más o menos pertinentes, como el cierre de Por Favor o la situación en el llamado Tercer Mundo.
El Papus nº 37, historieta de los excepcionales Ventura y Nieto.
A pesar de todo, los tiempos estaban cambiando, las mujeres bajaban a la mina y salían a torear, dando juego a una de las historias de masacre de Ja (El Papus, número 47) y demostraban una capacidad de movilización a la que rinden homenaje Ventura y Nieto (El Papus, número 57).
El ocultamiento del cuerpo, especialmente del femenino fue un elemento clave de ese nacionalcatolicismo que se impuso durante la dictadura franquista. Sin embargo, los cambios sociológicos, con las grandes emigraciones del campo a la ciudad, la llegada masiva del turismo, las propuestas consumistas, la extensión de la cultura de masas yanqui, los cambios que se producían en Europa y América como consecuencia del movimiento hippie y las revueltas sociales de los movimientos estudiantiles… convertían esos prejuicios ideológicos en algo anacrónico e imposible de mantener a través de la censura. Así, en los inicios de los setenta se produjo el fenómeno de las dobles versiones en el cine, la progresiva aparición de revistas erotizantes y hasta eróticas, como ponen de manifiesto las falsas portadas de semanarios de política de Gin aparecidos en el número 30, la encuesta de Ja del número 24 y todo ello no sin tensiones, como evidencia el propio Ja en el número 2 o Ludovico en el número 26, sobre la moda del streaking.
Ante esta aparente apertura no faltó la mirada crítica, en este caso de Alfonso López (El Papus, número 33), que asociaba esa permisividad con un intento de alienación, de hacer olvidar reivindicaciones más peligrosas para el poder.
Las páginas de El Papus, en fin, recogieron muestras del binomio represión frustración sexual que afectaba al conjunto de la sociedad, pero que se ponía de manifiesto especialmente en su sector masculino. Las páginas de los números 25 (sin firma), 26 (Soc), 30 (sin firma) y la “papunovela” del 43 expresan primariamente la existencia y persistencia de un deseo no satisfecho. Mientras, en la encuesta de Ja de El Papus número 31 se expone la convivencia de ese deseo con la idealización ramplona de la castidad femenina en un buen sector de la sociedad celtibérica.
Páginas de El Papus nº 25, 26, 30, 43, con la "papunovela" citada. Bajo estas líneas, viñetas del nº 31.
En paralelo al deseo, también se desarrolla el miedo al castigo, como vemos en la página de Gin del número 45. Ja también recrea el deseo femenino, sublimado, más oculto, más tímido en su aparición y sobre todo frustrado, en los números 34 y 48 de la publicación. Ventura y Nieto, en una imaginativa historieta de doble página de El Papus número 38, recrean una atmosfera social de expectativas, entre ellas las eróticas, que no se cumplen salvo en un significativo caso que no ha perdido actualidad.
Gin en El Papus nº 45, y a su derecha los grandes Ventura y Nieto en el número 38.
Joma, por su parte, resume el sentido desmitificador con que el número 56 de la revista trató el clásico gran referente erótico del Kamasutra. En ese mismo número, Vives superaba la inmediata referencia para recrear el deseo con una página muda pero llena de fuerza expresiva. El mismo Vives relacionaría en el número 31 el amor y la guerra en otra página de eficaz e impactante síntesis narrativa. Y para terminar con este repaso, observemos esta página de Tom (El Papus, número 36) en la que desmiente la supuesta falta de sexualidad de los entregados y sacrificados héroes y superhéroes del cómic, atribuyéndoles una opción homosexual.
Páginas citadas de El Papus nº 56 (las dos superiores, referidas al Kamasutra), 31 y 36. | |
Se agradece especialmente a Javier Alcázar, Antonio García, José García y Fernando Rodil su ayuda para abordar la elaboración de este repaso.