CÓMIC, 15M Y CRISIS EN ESPAÑA
Introducción
Nos convoca la siempre atenta y dinámica revista Tebeosfera para colaborar en este número especial dedicado a revoluciones y movimientos sociales propiciado por el centenario de la Revolución Rusa de 1917. Aquel año de profundos cambios para el pueblo ruso, con la Primera Guerra Mundial a cuestas, marcó el devenir no solamente de aquella nación, sino de muchas otras que vieron la posibilidad de cambiar radicalmente sus sociedades tal y como los bolcheviques habían logrado contra todo pronóstico. Casi 100 años después, otro movimiento de largo alcance en su renovación de los imaginarios políticos, sociales y culturales se ha reapropiado el concepto de democracia en España y el cómic no se ha mantenido al margen. Me refiero al Movimiento 15M, también llamado Indignados o Spanish revolution. Lo que se inició con protestas el 15 de mayo de 2011, continuó con sentadas en varias plazas españolas que dieron lugar a una efervescencia de asambleas políticas de carácter horizontal, discusiones y solidaridad ciudadana como nunca se había visto en la historia democrática de España. Mi propósito con este artículo es llamar la atención sobre el papel que ha jugado el cómic en este proceso como catalizador de imaginarios sociales y políticos alternativos, evidenciando así las potencialidades de la cultura para actuar como agente de transformación social. Tras contextualizar la producción cultural crítica con la deriva neoliberal que vivía España, voy a centrar mi análisis fundamentalmente en dos obras colectivas: Valentia. 1 ciudad, 36 autores y 23 historias (2012) y Yes We Camp! Trazos para una (r)evolución (2011). Respecto al primer volumen mi interés reside específicamente en tres historietas recopiladas, además del proceso de creación que se vio influido por el 15M. Pero también en la ubicación de dichas historietas: la ciudad de Valencia. Si una ciudad y una comunidad autónoma han llegado a representar los claroscuros del crecimiento y la crisis de 2008 (progreso, riqueza, corrupción, autocomplacencia y hedonismo), Valencia tendría las de ganar. Al menos así trascendió en los medios de comunicación, aunque la realidad sea bien distinta. En el caso de Yes We Camp! me parece la obra más representativa del espíritu del 15M en España. Me detendré en aquellos cómics que problematizan a través de historias de vida lo que Germán Labrador ha llamado vidas subprime: «la que encarna y experimenta en situación de grave riesgo biopolítico las condiciones originadas por el último ciclo económico» (Labrador 2012: 570).[1]
El cómic español tiene una larga historia de compromiso con la realidad social, tan presente por ejemplo en la obra de Carlos Giménez o El Cubri (nombre que reunía al guionista Felipe Hernández Cava y los ilustradores Saturio Alonso y Pedro Arjona) durante los años 70 y 80 del siglo XX. Sin embargo, la crítica social por la deriva neoliberal que paulatinamente convertía derechos de los ciudadanos (como el de una vivienda digna y adecuada, artículo 47 de la Constitución Española) en una quimera irrealizable, no recibieron un tratamiento exhaustivo a excepción de obras como Dinero, de Miguel Brieva. Allá por el 2000, cuando Brieva comienza su trabajo como un proyecto underground, España estaba inmersa en lo que defino como una narrativa eufórica y que contiene los siguientes elementos: fe en el crecimiento ilimitado; escasa problematización del concepto de desarrollo que no solamente se plasma en lo económico sino también en la calidad de vida; las instituciones públicas se convierten en definitorias del modelo cultural, con abundancia de caudales públicos pero sin una consulta y una base colectiva imbricada; la sostenibilidad de los proyectos no entra en la agenda pública: son enfoques a corto plazo y que buscan un impacto inmediato y mediático; la cultura no está cosida al tejido social, es un añadido que sirve como ingrediente en procesos más amplios de marca-territorio.[2] En Dinero estas narrativas eufóricas se plasman como «una felicidad exuberante irracional» (Torres 2012: 52). Steven Torres resume el posicionamiento crítico de Brieva de la siguiente manera: «Dinero incita reiteradamente al lector a cuestionar la lógica del mercado, la inmoralidad, el consumismo, el optimismo irracional, el hedonismo y la pasividad generalizada y ensimismada que promueve la cultura del bienestar, así como la creciente mercantilización de la esfera política y de las relaciones sociales en conjunto» (Torres 2012: 52). Dinero de Miguel Brieva actuó como tábano socrático a través del humor, lanzando la voz de alarma en su crítica a la mercantilización de la vida social, los efectos devastadores del consumismo irresponsable y las desigualdades crecientes que expulsan a ciudadanos de la vida social porque la miseria no se refleja en las estadísticas. Rafael Chirbes, concretamente sus celebradas Crematorio (2007) y En la orilla (2013) hicieron lo propio en literatura. Uno de los personajes de En la orilla, Liliana, una asistenta doméstica colombiana, lo resume de esta manera en la novela al reflexionar sobre su vida en España marcada por la religión de lo material: «no hay cielo que valga, eso aprendí aquí […] el cielo acá es la ropa que te compras, las cremas de maquillaje, el frigorífico y lo que el frigorífico guarda, el auto para ir al trabajo o para sacar a los niños de paseo el domingo por la tarde» (Chirbes 2013: 241).
El cine documental de Pere Joan Ventura en films como El efecto Iguazú (2002) son buena prueba de ello también o la poesía de Mercedes Cebrián con Mercado común (2006), anticipando lo que muy pronto iba a ocurrir en Europa:
Aquí están los adultos de la Unión
Europea. Aquí también su manera discreta
de expulsar de sus vidas
a los otros adultos
-afortunadamente en todos sus armarios
hay una gabardina
azul marino o beige.
Me parecen muy acertadas las palabras de Isabelle Touton sobre el papel que juegan los dibujantes gráficos respecto a la ciudadanía en el reclamo político-social:
los dibujantes de viñetas humorísticas políticas me parecen particularmente sintomáticos e interesantes por dos motivos: porque enarbolan una larga tradición de crítica política, social y económica que no llegó a ser interrumpida, y porque su arte dialoga con la voluntad ciudadana de comunicar sobre sus reivindicaciones (campañas de V de Vivienda, Movimiento 15-M, etc.) a través del arte popular (graffitis), eslóganes (juegos de palabras, lemas de fácil descodificación, palabras que riman, carga emocional…), pancartas y prácticas que toman prestadas sus técnicas en parte del diseño y en parte de la performance (2013: 210).
Las novelas, poemas, películas y humor gráfico mencionados comparten una mirada crítica y una estética también, a la manera como el filósofo Jacques Rancière entiende la relación entre el arte y la política. En El malestar de la estética Rancière sostiene que el arte no es político por los mensajes y sentimientos que transmite sobre la ordenación del mundo, ni tan siquiera por la representación que realiza de las estructuras, los conflictos o las identidades de los diversos grupos sociales en pugna. El arte es político «por la misma distancia que toma con respecto a sus funciones, por la clase de tiempos y de espacio que instituye, por la manera en que recorta este tiempo y puebla este espacio» (Rancière 2004: 33). En este sentido, el Movimiento 15M es fundamentalmente un asunto político-estético. Y las obras que en este artículo incluyo dan voz a los que no la tienen, visibilizan los resquicios más incómodos de nuestras sociedades del bienestar y ensanchan el marco de lo que se puede decir y al hacerlo ayudan a que nuestra existencia sea más rica por su carácter inconformista. Tal y como apunta Manel Fontdevila en No os indignéis tanto (2013), al ensanchar el espacio por el que discurre aquello que se puede decir, todos los ciudadanos ganamos en capacidad crítica y en libertad.
El 15M es un movimiento que comparte con el cómic la interrelación de la palabra y la imagen, aunque es la imagen quien tiene la primacía. Son las imágenes de cientos o miles de personas sentadas en las plazas de las capitales españolas las que se nos han grabado en el cerebro. Tan importantes eran las largas discusiones y asambleas en las que cualquiera podía participar, como el hecho estético de visibilizar estas discusiones en un espacio público, a la vista de todos, acompañadas de una plétora de imaginaría visual que condensaba ideas y posturas. La imaginería visual creada a raíz del 15M es ingente. Una efervescencia cultural que tuvo en la imagen un soporte esencial.
Movimiento 15M
El espíritu crítico es uno de los principios básicos del Movimiento 15M. Si la motivación para crear de Miguel Brieva es «su deseo de transformación de la realidad, de promover la reflexión personal y la acción colectiva» (Torres p. 62), ese mismo postulado guía las acciones del Movimiento 15M y de otras organizaciones que surgieron a raíz de la crisis económica de 2008. Un ejemplo sería la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), surgida en 2009, que ha conseguido no solamente paralizar desahucios sino mediar entre ciudadanos y entidades bancarias para conseguir alquileres sociales y generar un debate político sobre la necesidad de tramitar por ley la dación en pago con carácter retroactivo. Reflexión, acción colectiva y transformación de la realidad, aluden en primer lugar a la articulación de lo público y lo privado para no caer en los espejismos de las libertades íntimas celebradas por la actual fase del capitalismo tardío. Valga como ejemplo la campaña publicitaria lanzada por la multinacional del sector del mueble IKEA en 2006 que rezaba así: Bienvenidos a la república independiente de mi casa. Si nuestro principal interés reside en lo privado, estamos resquebrajando nuestros deberes como ciudadanos en la esfera pública, lo cual supone un evidente daño para la democracia. Uno de los mayores logros del 15M es su articulación de la esfera pública y privada entrelazando lo común y lo íntimo, politizando a una sociedad que precisamente adolecía de un creciente desinterés por la política, exceptuando casos singulares como la movilización social en respuesta al atentado terrorista perpetrado por Al Qaeda el 11 de marzo de 2004 y la gestión política del Partido Popular con unas elecciones nacionales en ciernes. Isaac Rosa, una de las firmas que participa en el libro Yes. We Camp! estima que uno de los mayores logros del 15M ha sido la reapropiación de ese espacio público: «De repente, hemos descubierto que ese espacio público, esa calle, hasta ahora vigilada y regulada, a menudo privatizada en su uso o convertida en escaparate turístico, en otros casos degradada y abandonada, era nuestra, es nuestra. Que podíamos apropiarnos, reapropiarnos de esas plazas y calles» (Rosa 2011: 61).
El ilustrador Jaime Posadas, en el texto “Definiendo el 15-M”, también parte del libro Yes We Camp! intenta dar con una definición basada no en la ideología sino en la afectividad:
El 15-M supone un cambio de conciencia, una asimilación de creencias no personales no fundamentadas en ideologías estancadas y caducas, una apertura de miras ante un mundo encerrado. Supone levantar los ojos del párrafo para ver el texto en su conjunto. Supone soñar con un cambio y supone además, de acuerdo a cada cual, tomar medidas y actuar. (Posadas 2011: 42)
El Movimiento 15M no es solamente una respuesta a una profunda crisis de corte social y político, tiene un claro componente de renovación, de mirada hacia adelante (soñar, cambio, actuar son palabras usadas por Posadas en la cita anterior). Como relata Carles Feixa en un reciente artículo que sigue los pasos de un joven (Guillermo) que participó en la marcha popular indignada en julio de 2011 tras el desmantelamiento de la ocupación de las plazas en España, el 15M sigue vigente y los reclamos intactos:
El 15 de mayo de 2017, el sexto aniversario del 15M, mientras revisaba este artículo, me invitaron a través de las redes sociales para una reunión informal en la plaza Ricard Vinyes de Lleida bajo el eslogan #SeguimIndignats. Allí me encontré con algunas personas que participaron en la acampada de 2011. Uno de los primeros en tomar la palabra fue Guillermo que recordó su particular “camino de Sol” y renovó su compromiso con la renovación social (Feixa 2017: 123, traducción mía).
Esta figura enlaza a la nota [3] |
Como ha apuntado el historiador Josep Fontana «hay elecciones, hay libertad de expresión, pero el ciudadano no tiene libertad para poder influir en quienes toman las decisiones que van a afectar su vida» (Fontana 2014: 98). Para el artista gráfico Malagón, la indignación continúa y muta en cabreo sugiriendo en la introducción a su obra recopilatoria ¡Cabreaos! de 2013, que quizá había llegado el momento de cambiar el estado de ánimo y cabrearse ante la inacción de los gobernantes y el deterioro de las condiciones de vida: «El cabreo puede ser el motor del cambio. Abandonemos nuestro acomodado enfado frente a la televisión y pasemos al siguiente estado de ánimo: un creciente y cada vez más generalizado cabreo frente a la pérdida paulatina que sufrimos de nuestros derechos más básicos o la privación de nuestra posibilidad de reivindicarlos» (Malagón 2013: s/p). La frase final de Malagón, magnífico observador de la realidad española, es premonitoria ya que en 2015 se aprobó la Ley Orgánica de protección de la seguridad ciudadana (popularmente conocida como “Ley mordaza”) que restringía los cauces para la protesta ciudadana y establecía sanciones pecuniarias elevadísimas. En la actualidad dicha ley está en proceso de derogación en el congreso de los diputados.
La crisis del 2008 y el Movimiento 15M en el cómic
El cómic español ha dado lugar a una variada producción inspirada por las consecuencias de la crisis económica de 2008 y el impulso crítico y renovador del Movimiento 15M. La Guía del Cómic, conocida página web gestionada por el divulgador José A. Serrano, dedicada a informar sobre la obra y la trayectoria de los autores españoles, incluye una sección titulada “Crisis y 15M” (http://www.guiadelcomic.es/comics/crisis-y-15m.htm), entre otras más habituales como “Humor”, “Infantil” o “Novela Negra”. El hecho de dedicar una sección al cómic relacionado con la crisis (de 2008) y el 15M es ya un indicador de la importancia que el autor le otorga en el conjunto de la producción de cómics en España. Ocho cómics están reseñados en dicha sección aunque el número de títulos sea bastante más amplio. Pertenecería a otro estudio documentar de manera bibliográfica toda la producción del cómic español con relación a la crisis que comenzó en 2008 y el Movimiento 15M. Para contribuir a que ese estudio se realice algún día, el listado de abajo se aporta como un primer paso en esa línea. Se divide en los siguientes apartados: a) recopilatorios de humor gráfico; b) recopilatorios de historietas; c) novela gráfica; d) humor; e) obras colectivas; f) ensayo gráfico.
A Recopilatorios de humor gráfico
· Fontdevila, Manel. ¡La crisis está siendo todo un éxito! Bilbao: Astiberri, 2011.
· Malagón, José Rubio. Necronomía. El lado más oscuro de la economía. Edicions de Ponent: Alicante, 2012.
o ¡Cabreaos! Se ríen por encima de nuestras posibilidades. Barcelona: Deusto S.A. Ediciones, 2013.
· López, Alfonso. Malvados e imbéciles. Barcelona: Amaniaco ed., 2015.
· Nieto, J. M. La fuente del JAJAJÁ., Antología de humor gráfico de Castilla y León a España y de El Mundo a ABC. Valladolid: Junta de Castilla y León, 2014.
· Oroz. ¡¡Dejadme solo!! Diario de Navarra, 2010.
o Diez. Pamplona: Diario de Navarra, 2012.
· Puebla, José Manuel. Si no fuera por esos raticos. Madrid: Lid, 2014.
· Rábago, Andrés (El Roto). Viñetas para una crisis. Barcelona: Mondadori, 2011.
o Desescombro. Barcelona: Mondadori, 2016.
· Varios autores. Enfoteu-vos-en! Humor indignat. 45 dibuixants contra la crisi. Manresa: Angle, 2012.
· Varios autores. El diccionario ilustrado de la democracia española. 1975-2015. Madrid: ¡Caramba! 2015.
B Recopilatorios de historietas
· Bié. Taxi driver. Torroella de Montgrí: Panini, 2014.
· Gallardo, Sergio. Explotación laboral. Ontinyent: Babylon, 2013.
· Jardí, Oriol y Raúl Ariño. Pablo Arkada. Sexo, drogas y mastercard. Barcelona: La Cúpula, 2016.
· Kim. Martínez “el Facha”. ¡¡Esto se hunde!! Onil: Edicions de Ponent, 2013.
· Monteys. Minilibros El Jueves. Tato. Pasión e invertebrados. Barcelona: Ed. El Jueves, 2011.
o Especial El Jueves. Cómo sobrevivir por encima de tus posibilidades. Barcelona: Ed. El Jueves, 2013.
· Pérez, Kiko. Como borregos. Crisis. Madrid: Ediciones Kraken, 2012.
· Varios autores. Orgullo y Satisfacción. Bienvenidos al año de la recuperación. Madrid: Orgullo y Satisfacción ed., 2015 [digital]
· Varios autores. Le Potage. Argentona: Le Potage ediciones, 2010.
C Novela gráfica
· Bueno, Cristina y Rosa, Isaac. Aquí vivió. Barcelona: Penguin Random House, 2016.
· Brieva, Miguel. Lo que me está pasando. Barcelona: Penguin Random House, 2015.
· Carrión, Jorge y Sagar. Barcelona. Los vagabundos de la chatarra. Barcelona: Norma, 2015.
· Comisiones obreras de Huelva. Yaestabién vs Topamí. Huelva: CC.OO., 2012.
· De Isusi, Javier. AS?LUM. Bilbao: Astiberri, 2017.
· Fuentes, Lara y Patricio Clarey. 15M. Voces de una revolución. Torroella de Montgrí: Panini, 2011.
· Hitos, Antonio, Inercia (2014). Barcelona: Salamandra, 2014.
· Nadar, El mundo a tus pies. Bilbao: Astiberri, 2015.
· Pareja Almodóvar, Laura. Los vaivenes de Ana Ceres. Una maestra en plena crisis… existencial. Madrid: Vitrubio, 2013.
· Prior, Marcos. Necrópolis. Bilbao: Astiberri, 2015
· Prior, Marcos y Danide. Fagocitosis. Barcelona: Glénat, 2011.
· Rosa, Isaac y Mikko. Tu futuro empieza aquí. Barcelona: Norma, 2017.
· Sáez, Juanjo. Crisis de ansiedad. Barcelona: Random House Mondadori, 2013.
· Torres, Alejandro, Daniel Riego y Albert Carreres Andando. Barcelona: Norma, 2011.
D Humor
· Caldelas, Pepe y Paco Nájera. ¿Dónde está la crisis? Europa también is different. Torroella de Montgrí: Panini, 2012.
· Ibáñez, Francisco. Mortadelo y Filemón. ¡Por Isis, llegó la crisis! Barcelona: Ediciones B, 2009.
o Mortadelo y Filemón. ¡A reciclar se ha dicho! Barcelona: Ediciones B, 2011.
o Mortadelo y Filemón. Sueldecitos, más bien bajitos... Barcelona: Ediciones B, 2016.
· Jan. Super López ¡A toda crisis! Barcelona: Ediciones B, 2010.
E Obras colectivas
· Pinya, Tomeu, Pere Mejan et al. Yes We Camp! Trazos para una (r)evolución. Madrid: Dibbuks, 2011.
· Varios autores. Revolution complex. Barcelona: Norma, 2011.
· Varios autores. Valentia. 1 ciudad, 36 autores y 23 historias. Barcelona: Norma, 2012.
F Ensayo gráfico
· Flores, Enrique. Cuaderno de Sol. Madrid: Blur, 2011.
· Fontdevila, Manel. No os indignéis tanto. Bilbao: Astiberri, 2013.
· Saló, Aleix. Españistán. Barcelona: Glénat, 2011.
o Simiocracia. Barcelona: Debolsillo, 2012.
A las 46 obras arriba citadas, cabe añadir el extenso tratamiento en las revistas El Jueves, Retranca y Amaníaco desde 2009, El Churro Ilustrado y Enchufados en su primer número. Caso aparte sería la ingente cantidad de material digital que se produjo durante las intensas semanas que siguieron a las acampadas en las plazas españolas. De hecho, algunas historietas publicadas en el recopilatorio Yes. We Camp! circularon previamente en blogs y páginas web, como es el caso de “De mis tripas al papel: reacciones gráficas a un movimiento ciudadano” de Sergio Bleda, que apareció en el blog del autor a modo de viñetas individuales y luego se recopiló con dicho título para Yes. We Camp! De manera similar, las dos historietas de Pepo Pérez y Santiago García "Spanish Revolution" y "Spanish Revolution #2: Barcelona", recogidas en el volumen de Dibbuks, se publicaron como cómic en línea en mayo y junio de 2011 en los blogs de los autores. Esta doble historieta parte de la experiencia de ambos autores para realizar una reflexión sobre el Movimiento 15M. Es muy reseñable la repercusión que tuvo en las redes sociales ya que la primera entrega apareció en el portal meneame.net, una web que permite enviar una historia que será revisada por los usuarios y puede ser promovida o no a la página principal del portal. Hasta la fecha la noticia del cómic “Spanish revolution” ha recibido 561 “meneos” y 23.198 clics.[4] De hecho, en la segunda entrega, aparece la reacción de Pérez y García ante las críticas recibidas por la primera entrega en un ejercicio de metareflexión muy interesante. Tras acordar qué es lo verdaderamente relevante y urgente que necesita ser relatado, los autores utilizan dibujos, tweets, correos electrónicos, imágenes de prensa y televisión para mostrar las consecuencias del desalojo policial de la Plaça Catalunya en Barcelona el 27 de mayo de 2011.
Algunos proyectos e iniciativas digitales intentaron canalizar la creatividad en torno al 15M como fue el proyecto de activismo informativo Acción gráfica 15M originado en Granada y que reunió material de profesionales del periodismo, el diseño gráfico, la ilustración y el mundo del cómic.[5] En la acampada de Valencia, se hizo una llamada específica propuesta por Antonio Busquets con título “El cómic y la ilustración con el 15 – M. Toma la plaza!!!” que animaba las actividades de cómic en vivo en la plaza, además de recopilar aquellos trabajos creativos en la plataforma de “acampada vlc difusión”.[6]
Además de la anterior lista, cabe destacar la serie publicada por El País Semanal entre julio y agosto de 2012, Crisis en viñetas, cinco entregas con historias cortas de dos páginas. Estas colaboraciones se suman a la publicada en abril de 2012 por Paco Roca con título, “Crónica de una crisis anunciada” de diez páginas y a “El toro” realizada para Il Corriere della Sera.[7] La serie Crisis en viñetas tuvo las siguientes entregas:
- 1ª. “Crisis”, de Alberto Vázquez. 29-VII-2012.
- 2ª. “Adiós, Pasado, Adiós”, de Paco Roca. 5-VIII-2012.
- 3ª. “La noche de los guiris no-muertos vivientes”, de Miguel Gallardo. 12-VIII-2012.
- 4ª. “Los superhéroes de la crisis”, de Emma Reverter y Màriam Ben-Arab. 19-VIII-2012.
- 5ª. “El hundimiento de una nación”, de Santiago Valenzuela. 26-VIII-2012.
La lista adjunta no pretende ser exhaustiva, si acaso representativa de lo que la crisis y el movimiento 15M ha generado en el mundo del cómic y el humorismo gráfico. Aunque al mismo tiempo, quizá el trabajo de análisis más importante que debiera realizarse es trazar la permeabilidad del Movimiento 15M en la producción fanzinera española debido a la conjunción de planteamientos entre fanzines y 15M respecto a la consideración de la cultura, más cercana a lo que Jaron Rowan considera cultura fuera del Estado (2015). Es decir, sortear los tradicionales canales de publicación y difusión de la cultura, revalorizar la experimentación y el amateurismo, la libertad creativa como principio inalienable y la crítica mordaz y lacerante sin cortapisas. Como ha destacado recientemente Álvaro Pons en el folleto introductorio de la exposición Fanzination, los encuentros y festivales de autoedición fanzinera tienen muchos puntos en común con el 15M:
Se observa que frente a los imperativos de la edición tradicional de las editoriales, se crea una nueva tendencia de edición independiente y alternativa. En ella la única consigna es la libertad creativa absoluta. Nacen así multitud de microeditoriales que encauzan los talentos de jóvenes autores y autoras en publicaciones de vocación tan minoritaria como rebelde […] Pero, sobre todo, el mayor impulso a la nueva cultura fanzinera de este siglo ha sido la aparición de festivales y encuentros de autoedición y fanzines. Eventos como Tenderete, Gutter Fest, Autoban, Graf, Inclasificables, Zorroclocos, Bala o No tengo mamá, entre otros muchos, han creado un circuito que extiende sus relaciones a equivalentes de todo el mundo. En estos festivales no sólo existen más posibilidades de dar a conocer los trabajos, sino que se establecen contactos entre autores y autoras que favorecen el intercambio de experiencias y de motivación, factores definitivos para la creación (Pons, “Fanzination” 2017 s/p).
Me detengo en este breve listado que adjunto en el volumen Valentia. 1 ciudad, 36 autores y 23 historias. Barcelona: Norma, 2012. Coordinada por Santiago Selvi y Alberto Sanz, integrantes del grupo Cónclave cómics durante años en Valencia, Valentia es una obra colectiva que comenzó su andadura en abril de 2011 pero la marea social del 15M propició un debate sobre el tipo de proyecto en que se iba a convertir. En el epílogo del mismo, los impulsores del proyecto confiesan la influencia que el Movimiento 15M tuvo en la génesis del proyecto y cómo finalmente optaron por un enfoque diferente, más en la línea de la obra Barcelona TM.
Entonces llegó el 15 de mayo de 2011 y, con él, la ola reivindicativa que nos tocó a todos de alguna manera. Alberto propuso darle a ese proyecto de cómic colectivo un mayor contenido social y radicarlo en nuestra ciudad, Valencia […] Poco a poco la temática reivindicativa fue perdiendo fuerza en nuestros intereses y, más bien, pensábamos en hacer un tomo en el que habláramos de nuestra ciudad […] No eran nuestros objetivos ni el elogio ni la crítica mordaz: no queríamos hacer un cómic sobre la situación política del momento, ni reflejar en él nuestras inclinaciones o ideología, sino realizar historias que perdurasen en el tiempo, que reflejasen Valencia y lo valenciano desde el punto de vista de cada artista (Valentia: 2012: 277)
Los coordinadores quisieron dejar libertad creativa a los participantes respecto a temáticas, géneros y estilos. El hilo conductor de las historietas sería la ciudad de Valencia: «Lo que sí dejamos claro es que los géneros eran los que cada autor quisiera tocar. Podían enfocar su historia desde la ciencia ficción (como hicieron los Ricardos en Asterión), el género de aventuras histórico (como Eduardo García-Ontiveros y Manuel Benet en Corso Montenegro) o el costumbrismo (como hicimos Baltasar Castillo y yo mismo en Ipama)» (conversación con Santi Selvi el día 12 de octubre de 2017). Finalmente, tres historias recogidas en el volumen tienen un enfoque más reivindicativo y se puede afirmar que la influencia del 15M caló en estos autores.
Valencia, ciudad de euforia y ensoñaciones rotas
Valencia ha llegado a representar en el imaginario colectivo, los excesos de una gestión demasiado dependiente de los grandes eventos y el impacto mediático a corto plazo, endeudando las arcas municipales hasta llegar a una situación insostenible.[8] La euforia valenciana si acaso es sintomática de la crisis que se estaba cociendo en toda España y fue motivo de algún artículo en la prensa internacional, como en Le Figaro el 6 de octubre de 2012: “Valence, la ville de tous les excès, au bord de la faillite.”[9] Pero en absoluto puede servir el caso valenciano como cabeza de turco para expiar culpas.[10] Ni Valencia fue la comunidad más corrupta de España, ni allí se construyó más que en Cataluña o Madrid, aunque de lo uno y de lo otro hubo a manos llenas.[11] Valencia representó una euforia de ensueño con una apuesta por un modelo económico sin límite, demasiado dependiente de la construcción y de los grandes eventos como motores para el dinamismo económico y social. El vídeo promocional de la Comunidad Valenciana de 2008 se titulaba así: “Valencia increíble pero cierta”[12] y mostraba una ciudad futurista y moderna, exultante de confianza en el progreso ilimitado. Lamentablemente, Valencia y el resto de España pronto verían cómo los siguientes años serían una dura vuelta a la realidad de recortes sociales y movilizaciones sociales ante la crisis de 2008 que hizo tambalearse el sistema bancario con la quiebra de varias cajas de ahorro, la explosión de la burbuja inmobiliaria y el aumento del desempleo que puso contra la pared a muchas personas incapaces de pagar las hipotecas que habían contratado.
El primer cómic que abre el volumen Valentia se titula “Quiero ver mi dinero” (Paco Roca y Santi Selvi) y el tiempo narrativo nos sitúa en 1994, cuando España atravesaba otra crisis económica que produjo niveles de desempleo similares a los de 2008. En el pueblo de Benifaraig (provincia de Valencia) el protagonista, Vicent Llopis, un agricultor y cliente de la entidad financiera Bancaixa (desaparecida en 2010 con la reestructuración bancaria que dio origen a la actual Bankia), decide acudir a su sucursal para ver el dinero ahorrado que allí tiene. La inusual petición cuestiona la confianza que depositamos en los bancos así como la relación de poder que se produce entre clientes y empleados bancarios. La historieta revierte el empoderamiento hacia el ciudadano. La historieta finaliza con una inquietante reflexión: «… sólo un loco pide ver su dinero, ¿no?» que apunta hacia repensar nuestra relación (como ciudadanos de a pie) con el sistema bancario. Si de confianza se trata, como pudimos comprobar en 2008 se produjo una de las mayores crisis financieras de la historia reciente que tuvo como consecuencia la fuga de capitales y la quiebra de varios bancos como fue el caso de Bancaixa y la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) en la Comunidad Valenciana. La extraordinaria situación obligó a los países del marco europeo a tranquilizar a sus ciudadanos asegurando los capitales que se guardan en los bancos. En el caso de España dicha decisión se produjo en 2008 y se acordó que los capitales hasta los 100.000 euros estaban protegidos.
El cómic “Una pequeña historia” de Sergio Bleda narra en tono autobiográfico la experiencia del autor en el barrio de Benimaclet y el activismo comunitario que lo caracteriza en medio de los recortes por la crisis de 2008 y la pasividad del ayuntamiento ante los reclamos barriales: «Benimaclet ha visto incrementar en un 113,3% los usuarios de Servicios Sociales entre 2004 y 2011, mientras que su población ha caído un 4,2%» (Torres Pérez y García Pilán 2013: 181). Como confiesa el autor en su blog, Bleda ha mantenido un activismo a lo largo de su vida, hecho que explica el cariz reivindicativo de su colaboración en Valentia: «desde que era un crío llevo implicado, en mayor o menor medida, en todo tipo de movimientos libertarios, ecologistas etc. O sea, que el activismo tampoco es una cosa que me haya dado ahora a raíz del 15M» (Bleda 2011).[13]
En la ciudad glocalizada (Cucó 2013) las infraestructuras acompañan la creación de espacios acomodados y barrios nuevos y pulcros, pero con unas deficiencias flagrantes en cuanto a las relaciones sociales y la vida comunitaria de sus residentes. La historieta de Bleda nos presenta un barrio popular en Valencia que no está entre las prioridades del consistorio local. Es una historieta política por la crítica que realiza desde la segunda viñeta de la primera página, con un dibujo que reproduce una conocida fotografía en la que aparecen exultantes la difunta alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y el expresidente de la Comunitat Valenciana, Francesc Camps.[14] A este dibujo le acompaña la siguiente cartela en la que Bleda confiesa su impresión de la ciudad al mudarse a Valencia: «Desde entonces, lo que el nombre de esta ciudad me evoca, es la sistemática servitud de un pueblo que aplaude y apoya a sus opresores.»
La dureza de la crítica de Bleda actúa como descarga personal del autor pero también como agitador de conciencias ante las escasas posibilidades de cambio político en la Comunitat Valenciana, gobernada ininterrumpidamente por el Partido Popular durante el periodo 1995-2015. En lugar de optar por incorporar a la historieta uno de los lemas más repetidos por el 15M, “No nos representan”[15], Bleda incide en la aquiescencia de los gobernados, en el necesario consentimiento por parte de la ciudadanía que junto con la coerción ejercida desde los espacios de poder, determinan la validez de un discurso hegemónico.
Sin embargo, el autor se reconcilia con la ciudad al mudarse al barrio de Benimaclet donde encuentra un asociacionismo barrial que a través de la acción colectiva consigue mejorar la vida de sus vecinos. Nos encontramos ante un ejemplo en cómic de renovación urbana y colectividad a través de la propia experiencia del autor. En esta historia casi testimonial, las promesas del consistorio en 1994[16] de construir viviendas, zonas deportivas, escolares y ajardinadas han quedado en el más absoluto ostracismo: «el mayor esfuerzo en equipamientos –aceras, jardines, centros públicos– se ha orientado a los barrios y zonas acomodadas de nueva creación» (Torres Pérez y García Pilán 2013: 169). Solamente la acción de los vecinos de Benimaclet consigue crear un nuevo parque y zonas de aparcamiento con el esfuerzo de todos: «la construcción de vivienda social en la ciudad de Valencia en la primera década del siglo XXI se ha reducido drásticamente: si en 1991 ascendía al 23,5% en 2005 se quedaba en un 6,9%» (Sorribes 2007 en Torres Pérez y García Pilán 2013: 168). Es una historieta con un guion sencillo (“una pequeña historia”), con un protagonismo colectivo y una reivindicación del asociacionismo de barrio que trasluce un mensaje muy próximo al Movimiento 15M: la horizontalidad y la acción colectiva es capaz de producir cambios sustanciales ante la pasividad o la incompetencia de los políticos profesionales «los opresores a quienes mantenemos y aplaudimos sistemáticamente a pesar de que sepamos que jamás se preocuparán por otro bienestar que no sea el suyo propio…son innecesarios» (p. 252). Calificar a los políticos de “opresores” casa con el clima del momento influido por el 15M, pero recordemos que al comienzo de la historieta, ese mismo narrador que da voz al autor lamenta la servitud del pueblo. La culpa de tal opresión no reside únicamente en los políticos sino también en aquellos que con sus votos los mantienen en el cargo. La historieta de Bleda podría parecer un tanto ingenua a primera vista, pero no lo es tal ya que además incorpora la reivindicación de la colectividad como espacio de potencialidades en la creación de imaginarios sociales alternativos. En ese sentido, el cómic de Bleda, con muy conseguidas viñetas de calles y plazas de Benimaclet, es una historia con pulso narrativo y muy bien ejecutada.
La última historieta que quiero destacar del volumen Valentia se titula “Invisible”, obra de Víctor Pastor Giner y Rafa Fonteriz. La historia está basada en hechos reales y tanto el guion como el dibujo realista de Fonteriz se conjugan para crear uno de los cómics más logrados de este volumen. Sin caer en sentimentalismos de lágrima fácil, “Invisible” es un desgarrador relato sobre un artesano callejero, Carlos Alberto (Carlos-Alberto Vásquez Madeiro en la vida real), que elabora bicicletas en la calle con alambre y las vende a tres euros en el centro de Valencia. El cómic relata el encuentro de Carlos con Víctor, que tiene una empresa de mensajería en bicicleta y queda maravillado por el trabajo artístico de Carlos en la calle. Víctor le propone un encargo de cincuenta bicicletas de alambre y comienza una relación de amistad entre los dos, por la que conocemos el pasado de Carlos y sus dificultades para elaborar su artesanía en la calle debido al marco legal. La narración en primera persona alude a personas como Carlos que llegan a formar parte de la fisonomía de la ciudad y del trazado de sus calles, invisibles muchas veces a los transeúntes: «Me llamo Carlos Alberto y el hombre que acaba de ignorarme no sabe nada de mí. Como los dueños de todas las piernas que veo pasar» (p. 256). Las primeras tres viñetas de la segunda plancha de la historieta son alargadas y presentan una perspectiva a nivel suelo para acercar al lector al protagonista y participar más íntimamente de su experiencia vital en la calle. La perspectiva se focaliza en los zapatos de los peatones, aquello que la mirada de Carlos puede ver desde su posición, sentado en el suelo trabajando en sus bicicletas de alambre. Los zapatos son lo primero que vemos de Víctor cuando saluda a Carlos. Solamente cuando Víctor se agacha para conversar con Carlos es cuando podemos ver ambos personajes desde una vista de hormiga.
Will Eisner, en su esencial obra Comics and Sequential Art explica que el uso de la perspectiva a nivel suelo produce el efecto de involucrar al lector en lo que está pasando con mayor cercanía, a diferencia de una panorámica que destaca el contexto general, o un plano corto que se centra en los detalles de la viñeta. La perspectiva puede crear estados emocionales y la vista desde arriba proporciona generalmente distanciamiento (el lector se convierte en observador que no participa de la acción). Pero la mirada desde abajo produce en el lector una sensación de pequeñez y hasta de miedo e indefensión (Eisner 2006: 89).
En “Invisible” es fundamental este uso de la perspectiva para acercarse emocionalmente a la experiencia vital de Carlos, marcada por la invisibilidad, la desigualdad y la expulsión de la sociedad. Frente a una sociedad que marcha de manera acelerada, el artesano se presenta como un outsider, un elemento extraño en el sistema que pasa, por lo general, desapercibido. Su figura y su creación artística forma parte de la ciudad como un escaparate más, hasta la llegada de Víctor, quien se acuclilla para hablar con Carlos a su misma altura, evitando así susceptibilidades de poder espacial arriba-abajo. Carlos es un ejemplo de las lógicas de expulsión que postula Saskia Sassen y su invisibilidad es metafórica de su más cruda expulsión de la sociedad. Por un lado, se trata de un ejemplo de cómo la desigualdad afecta a las personas. En la primera plancha, vemos a Carlos que acompaña a una mujer en silla de ruedas hasta la puerta de un supermercado donde va a pedir limosna. Por otro lado, Carlos es retratado como una persona digna que realiza una actividad económica y artística pero que no encaja en el sistema o no le dejan encajar (su autorización para tener un puesto en dos mercadillos nunca llega) y por ello se enfrenta a multas por su actividad en la calle. La consecuencia para personas como Carlos es la caída en un círculo de pobreza del que es muy difícil salir: «La desigualdad si sigue creciendo, a cierta altura se podría describir más bien como una forma de expulsión. Para los que están en la parte más baja o en el centro pobre, eso significa expulsión de un espacio de vida» (Sassen 2015: 26). Por esta razón me parece relevante esta historia ya que no solo encaja en el proyecto Valentia haciéndonos reflexionar sobre el espacio urbano y las personas que lo pueblan en presencia o de manera espectral sino que fundamentalmente revela un compromiso ético y político por dar voz a quienes no la tienen.[17]
Cómic colectivo y la colectividad en el cómic. Yes We Camp!
La diversa producción de cómic inspirada por la crisis del 2008 y el movimiento 15M requiere un estudio más largo y detallado del que puedo realizar para este artículo. Existe, por ejemplo, un incipiente nuevo periodismo gráfico en el cómic que, inspirado en la obra de Joe Sacco y con vínculos en la nueva crónica latinoamericana, representa uno de los más interesantes desarrollos del cómic español contemporáneo.[18]
En España, obras como Cuaderno de Sol (2011) de Enrique Flores o Dibujando Newcastle[19] (2016) de Javier de Isusi en colaboración CRIC-Astiberri comparten el estilo de urgencia y la posición del artista como observador de la realidad que le rodea. El estilo es necesariamente abocetado ya que aspira a captar la realidad desde el punto de vista de un observador privilegiado que reflexiona sobre su experiencia. De Isusi tiene amplia experiencia con su serie de novelas gráficas Los viajes de Juan sin Tierra y Flores tiene muy cercano el periodismo siendo colaborador de El País en su faceta de ilustrador. Uno de los ejemplos más sobresalientes del periodismo gráfico en formato cómic es Barcelona. Los vagabundos de la chatarra (2015) de Jorge Carrión y Sagar. Esta obra fue objeto de un detallado análisis en otro artículo publicado recientemente (Catalá Carrasco 2017) en el que se utilizaron como marco teórico los libros La razón neoliberal (2014) de Verónica Gago y Expulsiones (2015) de Saskia Sassen. En Barcelona. Los vagabundos de la chatarra presenciamos cómo el sistema neoliberal establece sus lógicas también desde debajo de la estructura social como una suerte de pragmática vitalista para millones de ciudadanos que están expuestos a ser expulsados de sus sociedades con las crecientes bolsas de pobreza. El cómic de Carrión y Sagar es una investigación del inframundo barcelonés a través de los chatarreros y cómo el negocio generado por la recogida del metal contribuye decisivamente a los grandes circuitos comerciales internacionales.
La parte final de este artículo quiero dedicarla al cómic colectivo que más se acerca al Movimiento 15M. Me refiero a Yes We Camp! Trazos para una (r)evolución (2011), coordinado por Tomeu Pinya y Pere Mejan. El libro lo componen diecinueve historietas y trece textos. El título recoge el famoso eslogan que llevó a Barack Obama a la Casa Blanca en los EE UU y lo adapta a los campamentos que se produjeron con el 15M. El subtítulo centra la atención en la “(r)” que desdobla la palabra en revolución y evolución. Este uso fue común en múltiples pancartas en las diversas acampadas y posteriores manifestaciones como la del 15 de octubre de 2011.[20] En palabras de Federico Mayor Zaragoza, exdirector de la UNESCO y presidente de la Fundación para una cultura de paz, «Evolución o revolución. Esta es la cuestión. Una evolución activa, permanente, en la que se cambia lo que debe cambiarse y se conserva lo que debe conservarse, es la mejor solución» (p. 107). Mayor Zaragoza es una de las 13 firmas que acompañan las historietas recopiladas con textos de dos páginas entre los que cabe destacar a sociólogos y economistas como Vicenç Navarro y Àngels Martínez Castells, divulgadores como Eduard Punset, o escritores como Isaac Rosa.[21] Yes We Camp! es un proyecto colaborativo de urgencia gestado en apenas un mes con mucha voluntariedad y contando con la participación desinteresada de autores ya que no cobraron por este trabajo artístico. La editorial (Dibbuks) se encargó de terminar la obra y colocar un precio de venta (9,5 euros) muy por debajo de lo habitual con obras similares (128 páginas en color).[22] Algunos de los colaboradores invitados han hecho también su incursión en el cómic, caso de Isaac Rosa que se encargó del guion en el cómic Aquí vivió (2016), que trata el drama de los desahucios en España y el trabajo colectivo de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) para defender a las personas desamparadas a través de su campaña “Stop Desahucios”.
Aunque Yes We Camp! no se trate de una obra que incorpore la manera de proceder del Movimiento 15M como se encargan de aclarar los coordinadores en el editorial del libro, el 80% del libro se realizó expresamente para este volumen directamente inspirado por el 15M. El otro 20% se compone de alguna historieta recuperada pero que casaba perfectamente con el espíritu del mismo, como “Tótem” o la magistral “Diccionario básico elemental” de Carlos Giménez publicadas durante la Transición española. De todas las historietas recopiladas se pueden destacar tres grandes líneas argumentales: 1) la cocción de una cultura política que enfatiza el pensamiento crítico y la concienciación social. 2) la colectividad frente al individualismo y 3) la memoria del activismo social y político en España en la lucha de las libertades y los derechos civiles.
De todas las historietas recopiladas me detengo en “Tengo mis dudas, pero…” de Pere Joan quien declara expresamente en su última página que está construida con la estética y modo del Movimiento 15M.
La historieta de Pere Joan, «un perfecto ejemplo de ensayo en forma de cómic» (Hernández Cano 2017: 102) destaca por el esfuerzo de captar el clima asambleario, los gestos y eslóganes, la transversalidad y el anonimato frente a la individualidad como hecho irrenunciable del sistema neoliberal que entiende al ser humano como el responsable de su propia gestión en una marca de éxito o fracaso. De ahí que la línea entre el emprendedor y el “emperdedor” sea muy fina. Y por encima de todo, destaca el valor otorgado a la palabra, a la exposición de ideas y al cotejo de las mismas en un ambiente pausado. La historieta de Pere Joan evidencia las posibilidades estéticas y narrativas que el medio del cómic presenta. La total libertad en la composición de página, la multiplicidad de puntos de vista, la sincronicidad de distintas temporalidades, así como la primacía de la imagen. En ese sentido el cómic es un medio privilegiado para captar el clima producido con el 15M. El artista puede reflejar lo que ve, escucha y siente de manera inmediata tal y como hizo Enrique Flores con su Cuaderno de Sol. Es un medio que se presta a trabajos de urgencia con escasos impedimentos técnicos si lo que se busca es la inmediatez. Pero que al mismo tiempo puede condensar la densidad semántica de toda la imaginería que fue surgiendo con el 15M a manera de carteles, eslóganes, etc. En definitiva, puede acercarse a la afectividad de lo que estaba sucediendo quizá con mayor precisión que otras producciones culturales. Sin embargo, la obra de Pere Joan presenta un escollo en su afán por adoptar la metodología y el ambiente 15M. El autor declara que las ideas que conforman la historieta están expresadas de manera asamblearia «incluso dentro de la supuesta unidad que constituye un autor» (p. 106). El cómic en definitiva es una creación del artista que puede desdoblarse en guionista y dibujante (además de colorista, editor, etc.) pero nos equivocaríamos si pensáramos que la obra se completa cuando el artista la ha terminado.
El cómic necesita la activa participación del lector en el acto de lectura al rellenar los espacios en blanco o the gutter y otro tanto podría decirse respecto al proceso de creación, en el que varios estímulos (voces) influyen al autor en su trabajo.
Es por estas razones que la historieta de Pere Joan me parece muy acertada al intentar reflejar ese clima del 15M del que habla Amador Fernández Savater: «La realidad oficial es el mapa de lo posible autorizado: lo que es posible ver, pensar, sentir y hacer. Hemos abierto ese mapa. Ahora se pueden ver, pensar, sentir y hacer cosas distintas. Y gente distinta puede ver, pensar, sentir y hacer» (2012: 680). Pere Joan alude a que el clima que pretende reflejar en su cómic son ideas puestas sobre la mesa y sin categorías. Esta apreciación coincide con el desafío principal en las plazas que fue siempre «abrir espacios de cualquiera, elaborar la convivencia entre diferentes y desconocidos, poniendo siempre en primer plano lo que une (problemas y deseos comunes) y no lo que separa (siglas, violencia, identidades, lenguajes y comportamientos excluyentes)» (op. cit.: 678). En una entrevista publicada originalmente en 2011, antes de los eventos del 15M, Pere Joan daba su visión personal de cómo debería realizarse la protesta social actualmente:
Deberían buscarse nuevas formas de protesta, porque una manifestación, una huelga, ya no tiene sentido. Ya no existe ese adversario concreto al que afectes con tu huelga. Son multinacionales que no tienen una cabeza visible. Por eso considero estas formas de protesta absurdas. Pero ir a la gente y contarle cosas, contarle tu vida a un tipo que está metido en corrupción y decirle: ¿tú has hecho todo esto, no? Ir directamente al personal, no algo tan del siglo pasado (Entrevista a Pere Joan 2017: 156).
El cómic de Pere Joan, transpira esa idea de contar cosas, de explicar, de contraponer ideas y buscar colectivamente soluciones a las preguntas que preocupan a la sociedad.
Interesantísimo resulta también el cómic que inicia el volumen. Una historia de cuatro páginas sin título ni diálogos de Carla Berrocal en la que aparecen retratados cuatro momentos históricos de especial relevancia para el espacio de la Plaza de Sol en Madrid y para el resto de España. Esos cuatro momentos (rebelión contra la ocupación francesa; bombardeo franquista y resistencia en la Guerra Civil española; transición y lucha por los derechos civiles y 15M) inciden en un pasado de activismo social y político que están conectados en la historieta por el sonido de campanas del reloj de Sol en un acorde de resistencia y esperanza (la planta aplastada por la bota del invasor en las primeras viñetas revive al final de la historieta). Este cuidado uso de la memoria activista en España también es motivo de la historieta “Spanish Revolution” vinculando la protesta del 15M con la lucha antifranquista de los años setenta, ya que compartían una misma crítica frente al poder del capital y los bancos.
La última historieta de Yes We Camp! que quiero analizar en este artículo es “Los otros” de Zoel y Sagar. El cómic se centra en la acampada de Barcelona y muestra la voz no de aquellos directamente involucrados con el Movimiento 15M sino de las personas que lo ven desde afuera, ya sea porque siguen con sus vidas ajenos a lo ocurrido (un repartidor de butano inmigrante) o porque critican las acampadas por perturbar la rutina diaria (un abuelo no puede dar de comer a las palomas con su nieto) o por tratarse de una manipulación socialista (un sacerdote de amplia sonrisa echa la culpa a los socialistas por inculcar ideas erróneas a los jóvenes). Es un cómic excelente que muestra la otra cara de la moneda, tomando la perspectiva del reportero y el cámara que dan la voz a las personas que entrevistan para que se expresen sin reparos (en la mayoría de viñetas solamente se ve el micrófono y el entrevistado), acercando la viñeta al lector a través de la perspectiva para producir una mayor intimidad e inmersión en el relato. En este sentido la primera página del cómic es brillante al romper las expectativas del lector mostrando a un policía antidisturbios con un brazo en cabestrillo quejándose amargamente sobre el engorro de la lesión, el papeleo que debe realizar y lo molestas que son las sentadas para la policía ya que deben agacharse para desalojar a las personas.
En otra muy conseguida viñeta el periodista da la voz a las palomas de la plaza que también se quejan de los acampados porque no dejan comida por el suelo como los turistas y han empezado a adelgazar. Es un cómic lleno de ironía y humor en lo que tiene de ruptura de lo convencional, de revelar el lado oculto de las cosas, el revés de la realidad. El humor, según el análisis clásico de Ramón Gómez de la Serna Gravedad e importancia del humorismo (1930), «introduce desorden en la realidad, así pues funcionaría como un resorte desestabilizador del orden establecido» (Catalá Carrasco 2015: 214). Es evidente que uno de los postulados del Movimiento 15M es, precisamente, cuestionar el orden establecido y ejercer de catalizador para proponer imaginarios alternativos no solo a nivel político, sino también a nivel social, cultural y afectivo.
Conclusiones
Uno de los muchos mensajes compartidos en las redes sociales, en pancartas o pintadas fue “Vamos lento porque vamos lejos”. La frase me parece representativa de muchas ideas surgidas con el 15M. Por ejemplo, es un ataque al ritmo de vida acelerado que el sistema neoliberal ha llegado a sacralizar con su propia barahúnda de conceptos: gig economy, flexibilidad, rendimiento, emprendedor, individualismo, progreso ilimitado, riqueza (económica). Frente a esta manera de ver el mundo, el 15M ha propuesto alternativas como la pérdida del miedo, el empoderamiento a través del activismo social y la revalorización de la reflexión y la lentitud en su manera de proceder.
Creo fundamental en esta cuestión la apreciación de Byung-Chul Han en su libro La sociedad del cansancio cuando declara que «la cultura requiere un entorno en el que sea posible una atención profunda» (2012: 35). Según este autor, el modelo neoliberal apuesta por una sociedad de rendimiento pero a lo que hemos llegado es una sociedad de cansancio:
La sociedad de rendimiento se caracteriza por el verbo modal positivo poder sin límites. Su plural afirmativo y colectivo “Yes, we can” expresa precisamente su carácter de positividad. Los proyectos, las iniciativas y la motivación reemplazan la prohibición, el mandato y la ley. A la sociedad disciplinaria todavía le rige el no. Su negatividad genera locos y criminales. La sociedad de rendimiento, por el contrario, produce depresivos y fracasados (op. cit.: 26-27).
La apreciación es indicativa del aumento de problemas mentales en nuestras sociedades que afectan, particularmente, a los jóvenes. No en vano los jóvenes han sido también los más golpeados por la crisis de 2008 debido al alto porcentaje de desempleo, que todavía en 2015 se situaba en el 53.2%.[23] Ante este panorama desolador el 15M trató primero de empoderar a las personas y para hacerlo era necesario empezar a hablar en plural y usar el nosotros, frente al yo individualizado que el neoliberalismo promulga. Del mismo modo, el acento en lo común apunta hacia otra manera de ver la realidad tratando de encontrar puentes en lo compartido y no zanjas entre compartimentos estancos. La filósofa Marina Garcés lo explica así:
Creo que desde nuestro bagaje cultural y político es imprescindible que aprendamos de nuevo a decir nosotros [...] No creo en un nosotros que anule el yo. Aprender a decir nosotros es vincular lo singular y lo irreductible de cada uno a sus relaciones con los problemas comunes, y con la vida como un problema común […] Hay que aprender a decir nosotros. Y es también entenderse como uno mismo de otra manera. Un yo capaz de autonomía, de autodeterminación, de decisión y también de compromiso. Un yo comprometido, vinculado a un mundo común (2014: 213).
Esta figura enlaza a la nota [24] |
Finalmente, el análisis presentado ha privilegiado las obras de carácter colectivo precisamente por ese esfuerzo de ir más allá de lo individual. Muchas de las historietas estudiadas son historias de vida personales pero que, puestas en común, adquieren una dimensión social revelando los problemas comunes que acucian a nuestra sociedad. Como apunta Germán Labrador, la historia de vida es
una tecnología narrativa que relaciona poderosamente agencia y relato, que democratiza la experiencia histórica y redistribuye legitimidad y autoridad en el espacio social. Haciendo eso, la historia de vida pone de relieve y desafía la existencia de una jerarquía de las vidas, de modos de organizar y contener los relatos de las vidas que determinan en el espacio público las vidas de las que se puede hablar y aquellas de las que no (2012: 565).
Como se ha podido comprobar en este artículo el cómic ha tenido una participación intensa, alentado por el Movimiento 15M y espoleado por las consecuencias negativas de la crisis de 2008. Desde propuestas colectivas o personales, la prolijidad y la calidad de gran parte de las obras que se han publicado y todavía hoy siguen publicándose, dan testimonio de la función del cómic como barómetro de la realidad dando voz, muchas veces, a aquellos que no la tienen o que son silenciados.
AGRADECIMIENTOS
Quiero agradecer la invitación de Manuel Barrero para participar en este número especial de Tebeosfera, además de su inestimable ayuda prestada para completar la lista tentativa de obras que trabajan el 15M o la crisis de 2008 en el cómic.
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SALÓ, A. (2011): Españistán. Barcelona: Glénat.
- (2012): Simiocracia. Barcelona: Debolsillo.
TORRES, A. y RIEGO, D. y CARRERES, A. (2011): Andando. Barcelona: Norma.
VARIOS AUTORES (2012): Enfoteu-vos-en! Humor indignat. 45 dibuixants contra la crisi. Manresa: Angle.
VARIOS AUTORES (2015): El diccionario ilustrado de la democracia española. 1975-2015. Madrid: ¡Caramba!
VARIOS AUTORES (2015b): Orgullo y Satisfacción. Bienvenidos al año de la recuperación. Madrid: Orgullo y Satisfacción [digital]
VARIOS AUTORES (2010): Le Potage. Argentona: Le Potage.
VARIOS AUTORES (2011): Revolution complex. Barcelona: Norma.
VARIOS AUTORES (2012): Valentia. 1 ciudad, 36 autores y 23 historias. Barcelona: Norma.
NOTAS
[1] Labrador toma esta idea del artículo “Ciudadano subprime” escrito por Pablo Ximénez de Sandoval para El País el 31 de octubre de 2010. https://elpais.com/diario/2010/10/31/domingo/1288497162_850215.html
[2] Actualmente estoy trabajando en un libro que ampliará este concepto a través de un análisis de la producción cultural reciente en España y Perú.
[5] El material gráfico está disponible aquí: http://acciongrafika15m.blogspot.co.uk/p/ilustracion-comic-infografismo.html
[6] En la siguiente página se puede comprobar en la sección de humor dos ejemplos, uno de ellos de Sergio Bleda incluido en Yes. We Camp! http://es.acampadavlc.wikia.com/wiki/Difusi%C3%B3n
[7] Ambas obras están disponibles en la página web del autor: http://www.pacoroca.com/descargas
[8] Según datos del Ministerio de Economía y Hacienda, a finales de 2010 Valencia era la ciudad más endeudada de España, con la escalofriante cifra de 890 millones de euros (Cucó 2013: 216).
[9] http://www.lefigaro.fr/conjoncture/2012/02/05/20002-20120205ARTFIG00179-valence-la-ville-de-tous-les-exces-au-bord-de-la-faillite.php
[10] El candidato a las elecciones del gobierno en noviembre de 2011 por el PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, describió a la Comunidad Valenciana como ejemplo de los daños creados por la burbuja inmobiliaria «que aquí fue mayor que en el resto de España» (Boira 2012: 167).
[11] Invito al lector a revisar el libro de Josep Vicent Boira, Valencia, la tormenta perfecta (2012) en el que aclara y desmiente muchos mitos sobre este asunto.
[12] El vídeo fue premiado en la edición de 2009 de los premios City Golden Gate en Berlín en la categoría de mejor spot turístico de cine y televisión del año (Santamarina y Moncusí 2013: 98).
[13] http://trazolineamancha.blogspot.co.uk/search?updated-max=2011-09-03T06:41:00%2B02:00&max-results=18&reverse-paginate=true
[14] La fotografía que tomó Bleda como referencia para esta viñeta perteneció a la serie Fragments d’un any de 2010, exposición fotográfica censurada por el gobierno del Partido Popular que precipitó la dimisión de Romà de la Calle, director del Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad (MuVIM), donde se acogió la exhibición. Dicha exposición de 2010 pertenecía a una muestra anual de fotoperiodismo que la Unión de Periodistas Valencianos organizaba para mostrar los hechos más relevantes ocurridos el año anterior a través de fotografías captadas por profesionales valencianos del periodismo gráfico. La imagen mencionada que ha dibujado Bleda en el cómic “Una pequeña historia” recoge la euforia entre los populares valencianos por el triunfo electoral en las elecciones europeas el 7 de junio de 2009. El conjunto de fotografías está accesible aquí: https://elpais.com/elpais/2010/03/05/album/1267780617_910215.html#1267780617_910215_0000000001
[15] En la Plaza de Sol de Madrid pudo escucharse este lema coreado por los allí acampados, tras un minuto de silencio el 22 de mayo de 2011, día de las elecciones municipales en España. https://www.youtube.com/watch?v=xp1VIDEnM9U
[16] Desde 1991 hasta 2015, Rita Barberá fue la alcaldesa de Valencia con el Partido Popular.
[17] La siguiente página fue creada para honrar la memoria de Carlos Alberto Vásquez Madeiro: https://bicicletasdealambre.jimdo.com/. La situación de Carlos también fue recogida en los medios de comunicación: http://www.20minutos.es/noticia/397491/0/multa/mendigo/valencia/
[18] Como ejemplo de este género, recomiendo el excelente reportaje en formato webcómic “La guerra por el agua” (2016) de la revista peruana Ojo-Público.com que trata sobre la lucha de pequeños agricultores frente a los intereses económicos y la presión de la compañía minera Southern Copper para extraer cobre del corazón del valle de Tambo, una de las zonas agrícolas de la próspera región Arequipa, al sur del Perú. Este webcómic contó con el dibujo de Jesús Cossio, autor de obras de capital importancia como Rupay (2008) y Barbarie (2010), en la recuperación de la memoria sobre el conflicto interno entre el grupo terrorista de inspiración maoísta Sendero Luminoso y el ejército peruano. Nelly Luna Amancio, editora general y fundadora de Ojo-Público.com participó en tareas de periodismo e investigación sobre problemas medioambientales y Jason Martínez se ocupó de la programación digital. La obra es de acceso libre aquí: https://laguerraporelagua.ojo-publico.com/es/
[19] La obra es accesible en la web del proyecto “Cultural Narratives of Crisis and Renewal” que coordino con mi compañera Patricia Oliart desde Newcastle University aquí: http://www.culturalnarratives.co.uk/biblioteca/
[21] Varios colaboradores participaron también en el libro de no ficción más vendido en 2011 titulado Reacciona, coordinado por la periodista y escritora Rosa María Artal.
[22] En el siguiente enlace se puede leer una entrevista de José A. Serrano a Pere Mejan y Tomeu Pinya en La Guía del Cómic comentando la gestación del proyecto. http://guiadelcomic.es/antologias/yes-we-camp-entrevista.htm
[24] Procedencia de la imagen: https://www.flickr.com/photos/55108561@N07/13538376763/in/pool-15m/