¡GUARDEN SILENCIO! ¡ARRIESGA SU VIDA!.-
Considerando insuficientes sus leyendas de la frontera y los cowboys, la relativamente joven Norteamérica sigue aún hambrienta de mitos autóctonos que compitan con las clásicas mitologías indoeuropeas, sobre todo. Como Roma, que rebautizó a ZEUS como JÚPITER, ha trocado los Zeus tonantes de mármol o alabastro por los ELVIS de plástico y las cuatricromías de SUPERMAN, privilegio que posee al considerarse imperio civilizador. Y Jack Kirby contribuyó a la empresa a modo de moderno VIRGILIO made in USA, cantando gestas sobre deidades como las de EL CUARTO MUNDO, de cuya estela Mr. Miracle es hijo expósito, HIGHFATHER su noción de Zeus y DARKSEID un trasunto de HADES.
En esta saga, Kirby refina el arte del “más difícil todavía” apelando a las hiperactivas aventuras del frenético Scott Free, un nombre con truco. La productora de los hermanos RIDLEY y TONY SCOTT se llama igual. (¿Scottfree es, como el JAYHAWKER, el nombre de algún tipo de ave, real o fabulosa?, preguntamos).
Free es un hombre con pasado, noble y desinteresado, pero que arrastra un considerable volumen de problemas. Aunque sus aventuras remiten a las espectaculares fugas de HARRY HOUDINI (aparente germen de su concepción), también recuerdan a las penurias del televisivo DR. RICHARD KIMBLE, encarnado por DAVID JANSSEN, alias EL FUGITIVO, pues es prófugo del terrible APOKOLIPS, un mundo donde llamea, incombustible, la consigna de 1984 de que LA GUERRA ES LA PAZ, y a tal finalidad se abocan sus paisanos. Apokolips envía tras Free a extravagantes y mortíferos cazadores, ofendidos por su fuga.
Según palabras escritas por Kirby, OLIVER TWIST es otro referente del personaje, cuyo perfil nos recuerda al SR. CHEJOV de STAR TREK. Trasplanta aquel Londres del huérfano más famoso de DICKENS (tan popular como la HUERFANITA ANNIE), lleno de miseria y apodos y atracos cometidos por niños y adolescentes comandados por un preJETRHO TULL, por una Esparta orwelliana dirigida por un caudillo/tótem de rostro granítico: Darkseid (eludiremos las connotaciones sobre el personaje y su nombre; amplia documentación existe al respecto ya), tirando de este clásico para forjar el pasado y carácter de Free.
Sus aventuras están llenas de galopante dinamismo, emotividad y energía, frenesí e intensidad. Abruma su impresionante actividad, casi estresante. Free salta de una muerte a otra con burlona agilidad, mas sin arrogancia al hacerlo. Conoce la humildad y su sonrisa victoriosa carece de jactancia. (Recordemos el carácter moralizante de estos tebeos.) No obstante, las poses de perfil que adoptan los personajes rebosan de la altanería propia de un soberbio y decano mármol mitológico, inasequible al cansancio e impasible a la entropía o la falta de acólitos.
ENTRE BASTIDORES.-
El autor del prólogo del tomo 8 (y primero de este recopilatorio), página 6, párrafo 2, líneas 14-15, desliza la idea de que Mr. Miracle refleja facetas biográficas de Kirby, destacándolo en algunas viñetas y que el agudo ojo avizor del lector las capturará (lo admitimos: no hemos pillado ninguna). No comenta nada sobre Oliver Twist, pero sí de JIM STERANKO (¿funambulista antes que dibujante? ¡Cópiatelo!), y también sugiere que la apabullante amazona BIG BARDA replica la persona de la señora de Kirby, lo cual lleva a preguntarnos si el buen Jack no era un calzonazos, como el personaje de PACO MARTÍNEZ SORIA, pero en la tierra de los BEACH BOYS, a tenor de lo visto en la viñeta 2 de la página 85, por ejemplo.
Y aunque priorizamos los valores estéticos, dinámicos, narrativos de la obra, tenemos también que apreciar algunos defectos. Entre ellos está el repetitivo patrón de la trama, una estructura lineal de tres fases: prólogo, captura, fuga. Kirby concibe las historias de modo autoconclusivo, en vez del extendido uso del “continuará” de variable extensión, prometiendo empero que aún habrá más y que no nos vayamos lejos: dentro de dos meses, Free nos abrumará con otro desafío mortal, una ordalía de fuego y escapadas fabulosas (quizás pilladas por los pelos), muy parecidas a las que acabamos de leer. Consume todo el combustible de golpe, cuando una sabia dosificación de los recursos le hubiera permitido prolongar la serie. (Recuérdalo: escribir sus tebeos, aparte de unos sustanciosos emolumentos, fue una condición de su contrato con DC COMICS, pactado con CARMINE INFANTINO.) Así, al no contratar un guionista profesional que atemperase el vertiginoso tempo impuesto a las sagas, todo El Cuarto Mundo pronto se agotó. Kirby repetirá este fallo en LOS ETERNOS, para MARVEL (de quienes este El Cuarto Mundo parece borrador), conduciendo esa saga también a un prematuro “fin”.
Apreciamos que su prosa es forzadamente ampulosa, feriante, limitada por la repetición de las palabras magno, mega y muerte, y satura de parva bocadillos y cartuchos de texto, profusión de signos admirativos e interrogativos.
EL HOMERO EMPADRONADO EN CALIFORNIA.-
Kirby, obstinado en efectuar una mitología USA grandilocuente, no obstante reconoce su deuda con los clásicos, de modo que el ayudante de Thaddeus Brown (que heredará Free) se llama Oberón, como el cochero mitológico, y en el tomo 9 desvela sus intenciones, en la dramática viñeta 2 de la página 71. HIMON emula a PROMETEO, aunque su munificencia apenas llega al pueblo. También, es figura similar a este mito la del gigante cautivo que flota en la frontera de esa barrera universal primigenia.
Y aunque Oberón es el cochero (anótatelo: “presenta” las actuaciones de Mr. Miracle –aunque casi nunca actúen ante el público; ¿de qué viven estos dos?-), posee una facultad añadida: como ESCULAPIO resucita a los muertos, en este caso TED BROWN (tomo 8, página 13, viñeta 1), retoño del asesinado Thaddeus, y que terminará uniéndose a la pintoresca trouppe de Scott Free.
Oberón es un personaje molesto, quizás por su aptitud de SANTO TOMÁS permanente; lleva años viendo escapar de los más letales escenarios a Mr. Miracle, pero su corazón apenas está curtido. Se queja demasiado. Carece de fe. Y en la misma vereda está el discípulo “por cojones” de Free: SHILO NORMAN (a veces parece RODDY MCDOWALL escapado de EL PLANETA DE LOS SIMIOS), que sospechamos fue incrustado en la obra como por una injerencia política más que por una normalidad social. De acuerdo con el carácter pseudomitológico/religioso que impregna la obra, podríamos identificar a Shilo con la prostituta cuya lapidación JESÚS evitó. Shilo tenía todas las papeletas para ser un pandillero, miembro de los PANTERAS NEGRAS (no el superhéroe), que Free redime a base de bondage (y del modo de huir de las ataduras).
DARKSEID PIENSA A LO GRANDE.-
Apreciadas las circunstancias personales de Free, en fuga de las huestes implacables de Apokolips, sorprende que se meta en una timba circense donde todo Dios le puede señalar (acuérdate: hijo rehén de Highfather, cláusula/garantía de paz entre Apokolips y NUEVA GÉNESIS –ese elitista BEVERLY HILLS kirbyesco-, destino que comparte ORIÓN, vástago de Darkseid). Lo suyo es temeridad, no valor, carácter o sangre fría. Nos recuerda, sui generis, a BALDER, siendo su CAJA MADRE su garantía de inmortalidad.
Atentando contra su vida, más allá de los trucos del espectáculo, que tienen un sutil trasfondo SM, manifiesto en el número de cadenas, correas y ataduras que ciñen a Mr. Miracle, llegan amenazas grotescas y disparatadas, como VIRMAR VUNDABAR (víctima de la nota de la traductora sobre su nombre –tomo 8, página 107-), un payaso pedante engreído estreñido de cuerpo y mente; junto con KANTO, nos permite calibrar la escasa entidad cultural de los nativos de Apokolips (Kanto: tomo 9, página 21, viñeta 5), planeta beligerante que ignora a la Tierra, más indefensa que Nueva Génesis, pese a su política expansionista. (De momento, obviemos COSMIC ODISSEY.) Y en la Tierra, conscientes del peligro, no toman medidas creíbles para repeler su ataque.
Mas, leído EL PACTO, del CLÁSICOS DC – JACK KIRBY: CUARTO MUNDO, Nº 1, página 166, viñeta 5, descubrimos que Darkseid quiere que Free se fugue, pues rompería la tregua entre Highfather y él, reanudando la devastadora guerra entre ambos planetas. Mandando estos sayones, parece sin embargo querer lavar los trapos sucios en casa. Lo consecuente con su maligna silueta sería airearlo todo lo posible, desencadenando la ansiada guerra.
Peregrinamente, conjeturamos que Apokolips parece una metáfora de Norteamérica, entendida como una vasta nación industrial y contaminante, en oposición a una Europa rural, ecológica, reflejo de la idea Kirby de Nueva Génesis.
Otro detalle singular de esta obra es FUSTIGADORA, nombre, atuendo y equipo. Parece confirmar el espectral aire malsano que puebla estas páginas, más allá del ingenuo fetichismo de los uniformes, que inducen a sospechar reprimidas parafilias sexuales. No obstante, no hay motivos para clasificar X
esta saga.
RECAPITULANDO.-
Podemos resumir Mr. Miracle diciendo que es obra esencialmente visual, con una trama endeble y convencional de poca entidad literaria.
En el prólogo del tomo 9, página 4, párrafo 4, se promete una información que luego no se publica: el negativo balance de cuentas de El Cuarto Mundo, un dato que atrae nuestro interés. No vemos mala fe en esto; no queremos barruntar, maliciosamente, que hay orden de eliminar toda faceta negativa del cómic conforme a un abstruso interés difícil de identificar.
El valor de estas historias es intrínseco a su colección. Mr. Miracle bien puede pasar desapercibido. Notemos la poca entidad de infiltración en el Universo DC a tenor de las acciones de MANO DE ACERO (DR. NO para los amigos): lanza un cohete al espacio, en cuyo morro va atado Mr. Miracle, y SUPERMAN (por ejemplo) no pasa ni por casualidad, ni tampoco ha descubierto la instalación desde donde se efectúa el lanzamiento, que pertenece a INTERGANG, un rival directo que debería vigilar. Este es uno de esos detalles que no poseen una clara explicación en tan bizarro Cosmos de poderes excepcionales, y rechinan. (Historia aparte es que El Cuarto Mundo se las haya apañado, como Los Eternos, para ser base o referente ineludible de los respectivos Universos editoriales que les acogieron.)
Pese a su localismo, le salva que es un clásico, su constante ritmo, su raudal inacabable de fantasía, los efectos gráficos especiales que remarcan el dramatismo del momento, el vigoroso entintado de MIKE ROYER (detalle importante en la obra de Kirby: el entintador) y detalles como la página 75 del tomo 9, ¿germen? de la secuencia de EL IMPERIO CONTRAATACA donde VADER tienta a LUKE.
Le perjudica: las pronunciadas carencias del dibujo de Kirby, como su incapacidad para dibujar las manos, el agotador equilibrismo sobre el filo de Mr. Miracle, la canibalización que comete sobre sí mismo el autor, como verifican las historias de MYSTIVAC y KOMODO (FUNKY FLASHMAN y el CORONEL DARBY son primos hermanos, lo menos). Y en la misma clave: Mano de Acero y MR. FEZ son idénticos, excepto que el último está torrefacto. La simplista explicación sobre la SVÁSTICA también sorprende por su reduccionismo interesado, debido al patente esfuerzo de erudición que esboza Kirby.
Fuera de la obra, la misma edición le añade un lastre o dos, empezando por la escala de grises, que llega a reducir algunos personajes a romas manchas de tinta negra. Tampoco la traducción parece haber ido muy fina, con la inclusión de modismos patrios en algunos diálogos, puramente americanos década 1970. Este es un recurrente defecto de la edición española de este material. Y paremos aquí.
Hay una gran verdad impresa en estas páginas (tomo 9, página 88, viñeta 5) que viene a ser también testimonio autoparódico, denuncia de un absurdo emanado de JAMES BOND, trasunto de escapista de las extravagantes ejecuciones a las que le someten, que rozan lo incongruentemente cósmico.
No coincidimos con la apreciación contenida en la reseña de contraportada del tomo 10, segundo párrafo: en ningún momento Mr. Miracle abandona la línea habitual de las aventuras de un superhéroe. Es decir: ¿cuándo Mr. Miracle se lía a tortas con un navajero, o un atracador, o se implica en una gresca de bar? Desde el primer momento lo acosan monstruos engreídos, con o sin máscara, o de extravagante apariencia, declamando bobadas, y esto es claramente verificable.
Mr. Miracle, obra menor y de relativa trascendencia, merece respeto, pero creemos que, de haber sido concebida por otro, apenas pasaría de anecdótica. Oposita a personaje de culto, rabiosamente defendido a gritos por una pléyade ruidosa frente a una galaxia de lectores indiferentes que, admitiendo sus virtudes, asumiría que tampoco es para tanto el revuelo por un tebeo que, como constata el artículo del tomo 10, página 48, casi malvive, su protagonista en fase de reciclado continuo por según quién escriba sus historias.
Aunque se publican sus 18 episodios, el lector apreciará que la saga concluye deficientemente en el número 17, porque el 18 es puro resumen de todo el elenco aparecido en esta bizarra saga cósmica posando para la foto de bodas. Refleja, también, la muy cierta noción que tenía Kirby del fracaso que había constituido su emancipación, y preparó, al menos, un happy end para sus personajes.
De este modo, urdió una trampa definitiva de la cual el mayor escapista del mundo, Scott Free, Mr. Miracle 2, no pudo huir: sus nupcias con Big Barda (relación tumultuosa, como refleja el CLÁSICOS DC: JLA/JLE 1).
Ficha técnica.-
TÍTULO: CLÁSICOS DC – JACK KIRBY: CUARTO MUNDO – MR. MIRACLE NÚMEROS 8,9 y 10
GUIÓN y DIBUJO: JACK KIRBY
TINTA: VINCE COLLETTA y MIKE ROYER
EDITA (USA): DC COMICS, año 1973-74, 2006
EDITA (ESPAÑA): PLANETA DEAGOSTINI, 2006
TRADUCE: ANA CALVILLO
CORRIGE: FRANCECS SOLSONA
ROTULA: JORDI SOLÉ, EDUARDO SOLÉ
REALIZACIÓN TÉCNICA EDITORIAL: FANHUNTER
PRÓLOGOS: DAVID HERNANDO
FORMATO: TOMOS DE 146 PÁGINAS. ESCALA DE GRISES
DEPÓSITO LEGAL: B-33087-2005
IMPORTE: 8 EUROS C/U