ARTISTA ASPIRANTE |
TEBEOSFERA. ¿Qué es la historieta para ti? ¿Qué debería ser un historietista según tú?
MAX VENTO. Entiendo el cómic como una forma artística interdisciplinar que mezcla escritura e imágenes en secuencia narrativa y que cuenta con recursos propios y originales.
T. ¿Qué es lo mejor de la creación y qué es lo peor de la profesión?
M. V. Lo mejor del cómic es que ofrece infinitas posibilidades al creador. Los únicos límites son el talento y la imaginación. Lo peor, la poca consideración que tiene por parte de buena parte de la sociedad y lo difícil que es ganar dinero con ello (quizás ambas cosas estén relacionadas).
Protestas de un dibujante, tira realizada para el diario la Vanguardia con motivo del Salón del Cómic de Barcelona. |
T. ¿Qué personaje de cómic te gustaría haber creado?
M. V. Suelo seguir más a autores que a personajes… Aunque, si tuviera que elegir, creo que Tintin o Astérix, por lo que han supuesto.
T. Cita tres clásicos de nuestra historieta. Y cita tres de las mayores promesas de futuro con menos de treinta años. Sí, sí, sólo tres de cada. Y si puedes, argumenta tus elecciones, por favor.
Homenaje a Torpedo 1936 pera El Coleccionista de Tebeos. |
T. Has nacido en una España democrática, ¿en qué crees que hace eso diferente tu obra de los tebeos que se hacían antes?
M. V. Creo que en nuestro caso se ha notado la apertura del país. No hemos estado constreñidos por la censura ni hemos sentido la imperiosa necesidad de rebelarnos y provocar a lo establecido a toda costa. Como no hay un gran poder al que combatir, en muchas ocasiones el autor joven ha optado por temas más intimistas. Aparte, el cómic de los autores de nuestra generación es más global, porque hemos crecido con influencias que venían de muchas partes. También me da la impresión de que el historietista contemporáneo tiene conciencia de autor, de artista, no sólo de trabajador del lápiz.
T. En tu caso, ¿el estilo surge tras la formación o la identidad artística debe anteponerse a cualquier imposición formativa?
M. V. Ambas cosas se retroalimentan. La formación técnica es imprescindible para poder desarrollar el trabajo, y el estilo va surgiendo y se va haciendo cada vez más personal. Todos empezamos imitando y poco a poco vamos encontrando nuestra propia voz.
T. Tú siempre has tenido una historieta en mente, un proyecto que quisieras hacer. Dinos cuál.
M. V. Tengo una en mente un álbum sobre un episodio de la vida del pintor Oskar Kokoschka, pero a saber cuándo me pongo a ello….
T. Tú has elegido un género del cómic para expresarte. ¿Por qué esa elección y qué opinas del resto de géneros?
M. V. No fue por ninguna razón en particular. Tenía la historia del actor aspirante en mente y me hacía ilusión desarrollarla, aunque no quiero que mi carrera se ciña a este género únicamente. El resto de los géneros me parecen interesantes si se hacen bien, como todo.
T. En los últimos años se observa una tendencia a la “historieta de la experiencia” (por trazar un símil con la poesía):
¿por qué crees que hay tanto interés por la aventura interior, o el escaparate del yo, últimamente? Ilustración de Actor aspirante.
M. V. Era la asignatura que tenía pendiente el cómic, que contaba siempre historias en las cuales lo importante era “lo que pasaba”, que siempre era exterior al personaje. Ahora se está dando mucha más importancia al interior de los personajes, y ahí entran muy bien el yo y la autobiografía.
Por otro lado, creo que hoy en día tenemos mucha conciencia de nosotros mismos y de nuestra identidad como individuos únicos. La gente se construye su identidad gracias a Facebook y similares, tiene blogs, twitter etc. Todo este exhibicionismo también ha afectado al cómic.
T. Somos pocos los que disfrutamos con un tomo manga lo mismo que con un álbum francobelga o con un tebeo de superhéroes. Quizá puedas proponer una teoría sobre esta disgregación de las apetencias lectoras.
M. V. Son temáticas y estéticas muy distintas aunque todo sea cómic. Por ponerte un símil musical: que a uno le guste la ópera no significa que le guste el rock o el folclore.
T. ¿Qué lees aparte de cómics? ¿Qué ves aparte de cine y televisión comerciales?
Cartel para una representacion de Hamlet en San Luis (EE UU). |
T. ¿De los medios de comunicación existentes en la actualidad cuál hubieras elegido para trabajar aparte del cómic y por qué?
M. V. Si hubiese nacido a finales del XIX o principios del XX, creo que la pintura. Hoy en día, la literatura o el cine.
T. ¿A tu entender, qué vincula al cómic con la literatura, el teatro, la ilustración, el cine, el videoclip?
M. V. Las viñetas son ilustraciones en secuencia. Y la secuencia en imágenes se vincula con el cine, el videoclip, que además, son géneros narrativos como el cómic y también el teatro. Con este último, además, el cómic comparte el gusto por la gestualidad.
T. Imagina que el cómic se "normaliza"... ¿preferirías ser entonces un best seller o un autor jaleado por la crítica más selecta pero poco popular?
M. V. Parece una falsa dicotomía. Pero en caso de darse, creo daría una de cal y otra de arena: combinaría proyectos comerciales con otros más personales.
T. ¿Hablando de la crítica, ¿existe?, ¿sirve para algo?
M. V. Sí existe. Aunque no esté muy establecida, sí sirve de mucho. Para que un medio artístico evolucione se necesita que se analice, que se critique, que se debata sobre él. Esto lo mantiene vivo.
T. Supongamos que el cómic ha llegado plenamente a la universidad. Según tú, ¿qué asignaturas deberían impartirse para formar bien a todo el mundo?
Ilustración para Las Provincias con motivo de la nueva linea del AVE Valencia-Madrid. |
T. En un foso con leones hay un editor, un distribuidor, un impresor y un librero. Puedes salvar a dos. Extiéndete en los porqués.
M. V. Si quitas a cualquiera de ellos se va todo al garete, así que voy a hacer trampa. Salvo al editor y al librero. El editor puede intentar hacerse con medios para imprimir y distribuir con ayuda del librero. Creo que haciendo malabarismos se podría salvar la situación. Aunque si se impone el cómic digital podemos dejar a todos en el foso.
T. ¿Para qué sirven los festivales de cómic, aparte de para disfrazarse y ver a los amigotes?
M. V. Quizás para tomar el pulso del estado de la industria, hacer ventas, promocionar…
T. Háblanos del concepto “novela gráfica”. ¿Qué te interesa de este concepto y qué no?
M. V. A la mayoría de autores que conozco les molesta el término, que ha estado con nosotros más de lo que la gente se cree. Yo en esto tengo una visión puramente pragmática. Si llamar a los tebeos novelas gráficas sirve para que aumenten el prestigio y las ventas, pues bien venido sea el término. Y creo que sí que ha servido un poco para eso. A la gente que tenía una idea estereotipada de lo que es un cómic se le podía vender la moto y decirle que “esto no es un cómic, es una novela gráfica”. Y muchos picaban porque acceden a ellas libres de prejuicios.
T. Premio Nacional de Cómic, Museo de Dibujo e Ilustración, Premi Nacional de Còmic, Museu del Còmic i la Il·lustració de Catalunya. ¿Qué te dicen estas denominaciones?
M. V. Todo esto está muy bien para acercar el cómic a la ciudadanía.
T. ¿Qué opinas del apoyo institucional al cómic, lo ves necesario o no? ¿Crees que los políticos podrían instrumentalizar los mensajes de los cómics que patrocinan?
Invitación para la Mostra de Valencia. |
T. Si usas herramientas electrónicas, dinos qué técnicas tradicionales has decidido no utilizar. ¿El uso de las nuevas modifica el mensaje o algún apartado de la obra en sí?
M. V. Las utilizo para rotular y algo de coloreado. Antes hacía más cosas, pero llegué a la conclusión de que tardaba más con el ordenador que a mano, aunque parezca contraintuitivo. No creo que modifique el mensaje. El ordenador es sólo una herramienta. El que decide es quien lo maneja.
T. Cómics digitales y cómics digitalizados. Se parecen en algo: los digitales los hacen autores que no cobran (salvo excepciones), los digitalizados implican que el autor no cobra por esa copia digital (salvo excepciones). ¿Cómo regularías esto?
M. V. En el primer caso, no creo que haya nada que regular. Cada autor es libre de hacer con su obra lo que le plazca. Y si uno quiere ponerla en internet para disfrute de todo el mundo y no cobrar por ello, ¿quiénes somos los demás para decirle que no puede? El segundo caso me preocupa más. En teoría, en los cómics digitalizados el autor debería cobrar por la obra descargada aunque en el momento en que circula una copia por internet y la gente tiene opción de acceder a ella gratuitamente se rompe este ecosistema. Esto es muy difícil de controlar, y no parece que haya tampoco voluntad de hacerlo. Hasta ahora a nosotros no nos ha afectado porque a la gente no suele gustarle leerse un tebeo en la pantalla del ordenador, pero me preocupa el día en que cualquiera pueda bajarse los cómics gratuitamente de internet y leerlos cómodamente en un iPad o similar. ¿Quién va a comprarlos entonces? ¿Cómo podrá ser rentable dibujar? Son cosas que están ahí en estos momentos y nadie da soluciones concretas. Yo tampoco las tengo, pero sí es algo en lo que pienso.
T. ¿Cómo te ha influido como artista vivir en EE UU? ¿Se nota en tu obra...?
M. V. Aunque mis guiones, de momento, transcurren en España, apenas hay localismos o arquetipos hispanos. En ese sentido sí creo que me ha influido estar fuera, en hacer un tipo de guión algo menos local. También el hecho de estar en contacto con artistas de aquí y con lo que se hace y publica aquí. Supongo que todo eso se acaba notando de algún modo en el estilo de dibujo o la forma de narrar.
Cubierta de los tres libros aparecidos hasta la fecha de la serie Actor aspirante. |
T. El protagonista de Actor aspirante se rebela contra su destino como el protagonista de Niebla, de Unamuno, un autor que pasó del racionalismo al existencialismo. ¿Qué tiene de existencialista tu trabajo como historietista?
M. V. No creo que tenga mucho de existencialista. Si estiramos mucho el término, el autor de historietas tiene pleno control de su obra, de la narración, de la expresividad y de los personajes, y por tanto, responsabilidad completa.
T. El apellido de tu personaje, Strasser, es como el del antagonista de Hitler que fue liquidado en la "noche de los cuchillos largos". ¿Tienes prevista alguna noche similar sobre tu personaje?
Muestra de Actor aspirante (2008). |
T. ¿Te ves como un cruel Hitler-dibujante frente a tus criaturas de ficción?
M. V. Más que como Hitler, como el Dios del Antiguo Testamento, que es un poco ciclotímico. Ya sabes, el tipo tiene sus días buenos y malos y trata mejor o peor a sus creaciones según su estado de ánimo.
T. Más allá de la broma, ¿la metaficción es sólo un juego promocional o tienes pensado utilizarla en alguna obra de corte más, digamos, posmoderno?
M. V. Nunca lo vi como un juego promocional, sino como un recurso narrativo. Era una forma de poder utilizar varios tipos de narradores en el mismo relato. Una narración objetiva en unas ocasiones combinada con un narrador en primera persona.
T. Pablo es un aspirante a actor que sueña con el reconocimiento del publico... ¿te ocurre a ti lo mismo?
M. V. Dudo que haya muchos dibujantes que lo hagan por reconocimiento. Hay tantísimas profesiones que se valoran más que el dibujo de cómics... Yo me conformaría con tener una audiencia que tenga interés en lo que tengo que contar y que sea lo bastante numerosa para poder dedicarme a ello en exclusiva.
T. Has dividido tu saga del actor aspirante en actos que luego siempre resuelves sobre un eje, el de la frustración personal. ¿Qué discurso te has marcado como meta?
Muestra de Comedia en un acto (2010). |
T. Háblanos del modelo de edición elegido para Actor aspirante: libros en cartoné. ¿por qué este formato para esta historia?
M. V. El formato es parecido al álbum clásico europeo, pero con papel de menor tamaño y más páginas. Es decir, una especie de mezcla entre novela gráfica y álbum. Creo que también se podría pensar lo mismo del contenido.
T. Vista la evolución de la saga, ¿persigues la edición de tu obra en un álbum integral para formar una gran novela gráfica?
M. V. No está planeado en principio, pero desde luego que es una posibilidad.
T. ¿Qué diferencias ves en el consumo de cómics en EE UU con respecto a la manera de consumir cómics aquí?
M. V. Da la impresión de que en España vamos con algunos años de retraso, aunque son mercados relativamente parecidos, muy volcados en el aficionado y el coleccionista, pero que se están abriendo poco a poco y conquistando las grandes superficies, las librerías generalistas y las bibliotecas.
T. ¿Qué historias crees que interesa contar hoy a las grandes audiencias?
M. V. Si tuviera la clave… Supongo que las grandes audiencias buscan algo que tenga calidad y a la vez sea accesible, no excesivamente convencional, pero tampoco muy experimental. Y luego está la promoción y la distribución, claro… las grandes audiencias necesitan que el producto sea fácilmente accesible.
T. Dinos a qué aspiras tú como autor de historietas.
M. V. A nivel profesional, lo que he comentado antes: vender lo suficiente como para poder dedicarme a ello en exclusiva. A nivel artístico, creo que lo máximo a lo que un autor puede aspirar es a que una obra suya forme parte de la vida de un lector. No sólo como pasatiempo, sino como una experiencia que ha pasado a formar parte de su identidad. A mí me ha pasado con algunas obras, aunque no sé si seré capaz de afectar así a alguien…
T. Háblanos de lo que te traes entre manos hoy mismo y dinos cuándo sale.
M. V. Ahora estoy presentado un par de proyectos a editores franceses y americanos. Quizás nunca se publiquen, con estas cosas no se sabe. Y paralelamente estoy preparando el número 4 de la serie Actor aspirante, que saldrá, imagino, en otoño de este año.
Muestras de varios proyectos sin confirmar: a la izquierda, propuesta titulada "Ray Gun", y a la derecha dos bocetos de "MR. 23", proyecto con Brian Hurtt. |