ARQUETIPOS Y PASIONES |
TEBEOSFERA. Naciste casi con la democracia. ¿Has trabajado en libertad?
VÍCTOR SANTOS. Sí, por supuesto. Jamás he tenido problemas con el contenido de mis historias como puedan haber tenido otros autores en el franquismo.
T. ¿El cómic te da más posibilidades de expresión?
V. S. Sí, creo que te permite una libertad e independencia que pocos medios tienen. Tanto en temas de presupuesto como en el número de colaboradores o en la difusión de tu trabajo, es uno de los medios en los que la idea que quiere transmitir el autor llega con más claridad al lector.
Dos muestras... | ... de sus inicios. |
T. Empezaste por el fanzinismo: ¿comodidad o empeño?
V. S. Un fanzine nunca es comodidad, sino la necesidad de crear algo y comunicarlo, pese a quien le pese. Se empieza ahí porque se tienen muchas ganas y mucho empeño, creo que es justo la palabra adecuada.
T. Para forjar tu estilo personal has sido permeable al de bastantes otros, ¿no es así?
V. S. Siempre se pone uno como ejemplo a otros autores, tanto a nivel artístico como en su faceta profesional, su actitud o su evolución. Para mí es algo que no se separa de mi propia evolución, porque un autor no puede estar aislado, sino en constante comunicación con otros autores de su medio y con otros medios. Nadie es impermeable ni debería serlo, y si alguien te dice que lo es, yo lo dudaría seriamente.
Dos páginas... | ... de Filthy Rich. |
T. ¿El cómic hecho en España ha bebido demasiado de modelos extranjeros?
V. S. Sí, y yo mismo admito que soy hijo de eso. Hay una ruptura que no hemos superado aún en la que pasamos del tebeo popular a la novela gráfica, en la que la influencia foránea acaba con cualquier modelo autóctono. De todas formas, creo que es lo normal también, las potencias culturales imponen sus modelos y a partir de ahí se evoluciona.
T. A partir de aquí, ¿qué te planteas como autor de historietas, vivir de esto, quizá?
V. S. Me gustaría poder seguir viviendo de mi trabajo, de dibujar o escribir. Para eso uno debe plegarse a veces a realizar trabajos, digamos, "de franquicia" pero que te permiten financiar otros caprichos. Me gustaría conseguir un sano equilibrio entre unos trabajos más comerciales (que, por otro lado, son un gran taller de aprendizaje a nivel profesional y humano) y otros más personales. Sobre todo, no perder mi amor por este trabajo por el camino.
A día de hoy estoy viviendo prácticamente del cómic. Hago alguna cosa de ilustración que me surge de vez en cuando, pero principalmente son trabajos que también explotan mi faceta de dibujante de cómics.
T. Son labores con las que el cómic está interconectado. ¿Esta vinculación con otros medios o disciplinas… beneficia o perjudica al cómic?
V. S. No creo que esa comunicación sea perjudicial, jamás. En el momento que un medio se estanca en sus propias referencias se muere. Creo que estamos en una época en la que todas esas barreras entre las disciplinas artísticas se están difuminando, y me parece que son tiempos interesantes.
T. Los españoles compramos sobre todo mangas y superhéroes, pero ¿qué géneros son los que producen mayoritariamente los autores de aquí?
Cubierta de Black Kaiser. |
T. Muchos españoles trabajan para editores del extranjero. Tú eres uno de ellos. ¿Qué dificultades has tenido tú y qué te planteas en este mercado en el futuro?
V. S. Evidentemente, es la única manera de que no se convierta en un hobby o en un trabajo a tiempo parcial. Es mi caso, y nace fundamentalmente del contacto con editores y autores vía e-mail o salones de cómics. No he encontrado problemas por ser extranjero, sino los que cualquiera puede encontrarse en un trabajo (calidad, rendimiento, que tu estilo sea el adecuado…). Espero poder seguir en el mercado americano, y mis esfuerzos están en ello. Si por lo que fuera la cosa se fastidiara, intentaría buscarme la vida con algo similar, pero a día de hoy no me planteo mi trabajo sin el mercado extranjero.
T. ¿En qué influyen las nuevas tecnologías a la hora de contar historias?
V. S. Contar historias es un proceso que no necesita de la tecnología, aunque ésta ayuda mucho en su ejecución o la organización; como ejemplo de eso tengo un archivo organizado en el ordenador con cada idea que tengo o proyecto en desarrollo. El nivel de acabado ha mejorado, el color, la rotulación se ha facilitado… Pero al final, la génesis de la historia es lápiz y papel, eso no va a cambiar.
T. Es decir, lo que cambiará, según dices, serán los aspectos externos de los cómics. ¿Y la forma de aproximarse el lector a los cómics, cambiará?
V. S. Cambiará cuando se tenga claro cuál va a ser el formato del lector digital, y pienso que cuando se hagan cómics adrede para ese medio cambiará la manera de concebirlos, ya que el medio digital no tiene los límites de reproducción, número de páginas y formatos que pueda tener el papel. De momento estamos en un periodo de transición, pero me parece interesante, no me gusta la actitud de tirarse de los pelos en plan "¡Dios mío, los cómics que leía de pequeño se están muriendo!".
Muestra de Young Ronins. |
V. S. Suscripción. Pero hará falta gente que curre y gente que ponga dinero para que dé beneficios. Parece una obviedad, pero cuando algo así funciona no es por la magia de la creación, un Harry Potter, un Arrugas, un Maus o un Witch no surgen porque Dios se les aparece. Trabajo duro y mantener una regularidad y una calidad.
T. Internet ha supuesto otra cosa: se ha inflado la divulgación en demérito de la investigación. ¿Esto es bueno o malo?
V. S. Creo que no es malo, lo malo es que la investigación y la docencia no hayan crecido. En eso las facultades de Bellas Artes tienen gran culpa, ya que, representando, digamos, la "docencia seria", siguen ancladas en un estadio esnobista y totalmente desconectado de la realidad.
T. ¿Las escuelas o las academias especializadas ayudan a formar autores según tú?
V. S. Sólo conozco el caso de Joso, y sí, son muy pragmáticos y van al grano. Otras escuelas más pequeñas no lo tengo claro y dependerá del profesor, supongo que habrá que echar un vistazo a su trayectoria.
T. Propón una idea para mejorar la situación profesional de los historietistas españoles.
V. S. Inversión, aunque sea mínima, en promoción; editores que, además de lo que les gusta a ellos, editen cosas que puedan interesar a lectores no habituales. Y que pueda entrar gente ajena al medio, tanto en lo creativo como en lo financiero. Un poco de intrusismo sano nos vendría bien para sacar la cabeza al mundo exterior.
T. Cuéntanos algo de la aventura de 7 monos, no sólo de lo que tú hiciste allí, sino de la aventura de la autoedición o de la “independencia” editorial.
Cubierta de uno de los tebeos de Los Reyes Elfos. |
T. Tú trabajas mucho sobre referentes de los géneros populares. ¿El cómic lo ves antes como género o como medio dentro de esta corriente tan en boga ahora?
V. S. Es un medio, no un género. Es un prejuicio que también se asocia a la animación vinculada a la temática infantil, y ni siquiera “infantil” es un género tampoco. Estoy seguro de que hay historias de género negro que un niño puede disfrutar. Cualquier historia, evento o personaje puede convertirse en un buen cómic e incluso en un horrible cómic.
T. Mafiosos, samuráis, ninjas, elfos, mujeres fatales, espías y nazis. ¿El cómic abusa de los estereotipos?
V. S. Estereotipos son si los tratas como tal. Chandler escribió novelas de detectives con personajes más complejos que cualquier escritor con ínfulas de cronista social que yo conozca. Yo prefiero hablar de arquetipos. A mí me gusta el tipo de historias grandilocuentes y épicas, más asociadas a escribir con las entrañas, hablando de los sentimientos o las grandes pasiones, que las historias que nacen más del intelecto, de estructura milimétrica. Para que me entiendas, y aunque me gusten los dos, soy más de Miller que de Moore. Yo escribo un tipo de historias en las que las circunstancias amenazan con destruir al individuo, y donde el protagonista se puede convertir fácilmente en un ángel o en un demonio, siempre al borde de algo que no es humano. Tanto en mis historias más fantásticas como las de género negro siempre se habla de la renuncia. De dejar marchar a los amigos, al amor o la propia conciencia e ideales para seguir adelante. A veces para conseguir algo altruista y a veces por simple egoísmo. En eso soy un romántico, así que los grandes arquetipos se adaptan muy bien a mi estilo, porque la gente los conoce, para ellos son como viejos amigos. Luego cojo todo ese material y lo intento retorcer, a ver hasta dónde lo puedo llevar. A veces le doy la vuelta, a veces sigo el camino normal pero lo llevo un poco más lejos. En ese sentido tal vez sería un buen escritor de superhéroes, aunque eso es algo que no creo que suceda.
Pagina doble de Mice Templar. |
Decir que el cómic recurre a tópicos es otro prejuicio muy generalizado. Por ponerte un ejemplo, mucha gente piensa que los personajes de cómic son bastante ramplones y necesitan ser legitimados por versiones en otros medios como el cine. Pero luego resulta que Hollywood crea versiones bastante simplonas e infantiloides de la mayoría de los cómics, siendo la original bastante más sofisticada. Dentro del cómic, a veces los autores o lectores de diferentes géneros o aficionados al cómic americano, al manga o a los superhéroes se acusan de abusar de estereotipos, pero, bueno, cuando la producción es elevada es normal que ciertas estructuras o temáticas se repitan. Al final, como digo, es el “cómo se hace” lo que cuenta.
T. Como guionista (de superhéroes a la europea, por ejemplo), ¿qué problemas encuentras con el dibujante que no encuentras cuando dibujas tú?
V. S. Al final es el mismo reto que cuando acabas el cómic y lo presentas al lector, que el mensaje o la historia que quieres transmitir se entienda como tú lo tienes en la cabeza. Pero cuando escribo para otro que no soy yo intento siempre apartar mi ego lo máximo posible, porque no puedo evitar pensar en cómo lo haría yo. Supero esto poniéndome en el lugar del dibujante, pensando en cómo trabaja y cuáles son sus puntos fuertes y escribiendo para él. No sé si hay escritores que consideran que los artistas son una especie de prolongación de sus manos pero pienso que son co-escritores. El guión es el arranque, es sólo un primer borrador.
T. ¿Qué distingue el trabajo para Image del trabajo para DC y del trabajo para IDW?
Cubierta de Mice Templar Sketchbook II. |
T. ¿Para ti es diferente hacer un tebeo y hacer una novela gráfica? ¿En qué piensas que consiste esa diferencia?
V. S. Ni siquiera sé muy bien qué es cada cosa, la verdad. Todo el mundo me pregunta y me da la impresión de que esos términos los controlan mejor los críticos que los que verdaderamente crean el material. Yo uso “cómics”, “novelas gráficas” o “tebeos” en función de con quién hablo, y “novela gráfica” queda guay cuando le quiero vender la moto a alguien, pero no me preocupa ni me lo planteo nunca excepto en las entrevistas. Me limito a escribir y dibujar mis historias.
Se cree que hay un movimiento artístico de “novela gráfica” en España como si fuese la nouvelle vague pero no es verdad. Básicamente, los autores dijeron a los editores: “Ya que voy a ganar una mierda, dejadnos hacer la historia como nos de la gana”, y los editores contestaron: “Ya que vamos a vender tan poco, hacedme un tocho que pueda vender por al menos quince euros”. Esta hipótesis me parece más plausible.
Tal vez a la ministra de Cultura se le llene la boca con el término “novelistas gráficos”, pero esto es algo que viene de fuera. Si consideramos a Arrugas como el estandarte de ese movimiento por su repercusión mediática y la unanimidad de público y crítica, no debemos olvidar que es un proyecto que nació de una línea de Delcourt sobre temas de actualidad y que debido a su calidad trascendió esa etiqueta. Así que cuando empecemos a darnos palmaditas sobre la salud del cómic en España debemos recordar que ese cómic no se hubiese publicado de no ser por Francia. Afortunadamente, gracias a ese éxito, Paco Roca puede dedicarse a aquello para lo que verdaderamente ha nacido, que es contar grandes historias, pero es un caso de continuidad y profesionalización tremendamente aislado.
Los Reyes Elfos puedes considerarlo novela gráfica española, pero Mice Templar o Filthy Rich son comic books americanos. Aquí la mayoría somos emigrantes que nos fuimos del país, sólo que la patera es internet.
Y esto es lo que pienso sobre el tema de la novela gráfica.
Ilustración de Witch & Wizard. |
V. S. Este mismo mes comienza mi segunda serie con Mice Templar, que será de ocho números aunque ahora mismo he dibujado el cuarto. Con IDW he acabado dos miniseries de Witch & Wizard y en cuanto tenga el guión me encargaré seguramente de una tercera, además de algún proyecto nuevo con la editorial para el que espero el visto bueno. Tengo un montón de guiones, como seis, para otros autores de España en marcha, y también saco rato para escribir cosas para dibujar algún día. Otra cosa que siempre he querido hacer es escribir una novela de género negro, pero escribir prosa me cuesta mucho más que dibujar, así que voy despacito. Me faltan horas al día, en serio, a veces creo que si tuviera unos asistentes a la japonesa montaría una editorial para mí solo.
Este año ha habido un poco de sequía en lo que he publicado en España, casi todo ha sido fuera, pero 2011 estará lleno de novedades y alguna reedición incluso.