ANGST. ANGUSTIA NORUEGA
MANUEL BARRERO

ANGST. ANGUSTIA NORUEGA

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Dibujo para la contracubierta del libro, de Fiske. 
El libro angst, así titulado, en minúsculas, se publicó en 2007 como resultado de los esfuerzos combinados de los editores noruegos Jippi Forlag y No Comprendo Press para su edición final en inglés (además, fue impreso en Texas), consiguiendo de este modo una antología del más joven cómic noruego pero distribuida a modo de carta de presentación internacional de la obra de los autores de cómic escandinavos más importantes del momento.
 
Lo cierto es que se trata de una antología fascinante, que por doce dólares nos deja paladear una pequeña muestra de las labores de los comiqueros del gélido Norte, entre los que se hallan Lene Ask, Anna y Lars Fiske, Steffen Kverneland, Mette K. Hellenes, Sigbjorn Lilleeng, Christopher Nielsen, Knut Kaerum, Odd Henning Skyllingstad, Roy Sobstad, Rui Tenreiro, Tor Aerling y, por supuesto, Jason, el historietista noruego más conocido por los españoles gracias a las ediciones que de sus libros ha hecho la editorial Astiberri.
 

Angst es un conjunto de 96 páginas con historietas cortas en blanco y negro que demuestran que la historieta es un lenguaje universal, que los estilemas difieren o se asemejan a los de otros autores en función de los mecanismos de imitación o de aprendizaje, y que los temas sí que parecen agruparse siguiendo patrones. Fiske y Kvernaled, que abren el libro con su historieta “Olaf G.” son los autores que más destacan gráficamente, por sus construcciones geométricas y debido a su coqueteo con la combinación de realismo seudofotográfico con el minimalismo caricaturista de los años de las vanguardias. Su aportación consiste en una historieta de escasa intensidad pero muy evocadora, que cuenta y ensalza el paso de un representante noruego por la mítica revista alemana Simplicissimus, publicación que junto a Fliegende Blatter fue uno de los puntales de la sátira gráfica y la historieta en Europa. La fórmula narrativas documental que utilizan los autores choca frontalmente con el resto de las propuestas del libro, todas ellas resueltas como relatos lineales de corte biográfico o que desarrollan un argumento sencillo en el dominio de la cotidianidad. Las obras de Aerlig, Fiske, ask, Lilleeng, Sobstad y otros se inscriben en esa órbita, la del relato del yo, con un barajado de temas bien conocidos: la insatisfacción, la incomprensión, la apatía y la inadaptación. O sea, la angustia, no ya existencial, puramente social. En general de esto trata este libro, de la angustia. Angustia en noruego es “angst”.

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Páginas de la excelente historieta de Lars Fiske y Steffen Kverneland "Olaf G.", todo un homenaje a los autores de historieta noruegos.

Sobre la angustia en las sociedades desestructuradas de final del siglo XX y del arranque del XXI tratan muchos cómics de los últimos años. Obras de historieta que se han elevado categóricamente por encima de otras producciones de ficción, más tendentes al entretenimiento, como productos de marcada calidad por ese motivo. No es algo exclusivo de la historieta. La literatura y la cinematografía también se han replegado sobre los ombligos de sus creadores haciendo de la autoficción –estrategia muy antigua- un atractivo para los nuevos lectores, interesante por cuanto en historieta el narrador homodiegético había dejado de existir desde finales del siglo XIX, pero también delicada, no olvidemos que hace treinta años Doubrovsky advertía que podría ser confundida con la “autofricción”. Sándor Márai, ese gran literato húngaro, nos daba una lección sobre esta tendencia en sus novelas, como La mujer justa, donde quedaba demostrado cómo la visión de lo novelado depende del narrador, porque cada enfoque revela una historia diferente. Y en ese mar de historias diferentes somos náufragos estos días.

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 La hilarante anécdota de Nielsen en historieta. Bajo estas líneas, páginas de Skyllingstad (el final de "Borre is dead") y Lene Ask.
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De este tebeo subtitulado “the best of Norwegian comics” cabe destacar especialmente la contribución de Nielsen, que para hacerse una idea podría ser llamado “el Peter Bagge noruego”, por poseer los rasgos del underground y manejar la comedia con maestría a la vez que conjuga los diálogos de forma muy acertada. Resulta verdaderamente divertido. A la misma altura en maestría en la redacción de diálogos y en la representación de la iracundia está Hellenes, una suerte de mezcla entre la desfachatez gráfica de Reiser y la capacidad para plantear los temas de Bretécher, y que consigue retratar a la perfección ciertos hábitos y falsas fobias producto de nuestro tiempo. Formidable también es la labor de Skyllingstad, que cedió para esta antología su premiada obra “Borre is dead”, una reflexión entre angustiosa y cómica sobre un pingüino deprimido porque no acepta que tiene alas pero no puede volar. La guinda del pastel se supone que la pone Jason, el autor de la portada también. Jason es autor de relatos silenciosos que inquietan, sobrenaturales en su levedad y fantásticos si reparamos en que los protagonistas son perros. Lo cierto es que esto es accesorio. El perro es lo de menos. Lo importante en su obra es la construcción de un contexto en el que todo es irrelevante salvo la exigencia de los personajes por estar allí. No hay conflicto, sólo un planteamiento que discurre en atonía desde la primera viñeta a la última para mostrarnos a un personaje que espera. No cabe extraer de aquí la idea absurda de que los noruegos viven en una sociedad ordenada y fría en la que nada ocurre, pues las propuestas angustiosas de los otros participantes en este libro refutarían rápidamente la hipótesis. Simplemente estamos ante un puñado de autores que, con la salvedad quizá de Fiske y Nielsen (precisamente los más viejos), hacen un tipo de historieta muy preocupada por la posición del     hombre en una sociedad sin metas, en un tiempo sin referentes y que, en general, parece ajustarse bien a las teorías lacanianas sobre las pulsiones y la construcción del yo. No obstante, referirse a este seudocientífico aficionado a la botella de Klein no ayudaría a comprender los afanes de los jóvenes autores noruegos, que bien podrían entender la angustia como proponía Einstein: como germen de la creatividad.

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 Arriba, páginas de Tor Aerling, sobre un niño que quiere quitarse la vida debido a su inadaptación, y de Anna Fiske, sobre la dificultosa relación entre una niña y su abuela. Bajo estas líneas, la cruda situación cotidiana que describe Hellenes.
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En Noruega, por lo tanto, hacen historietas con similares técnicas y repertorios temáticos que en el caluroso sur de Europa. Qué cosas. No es necesariamente una “nueva” historieta integrada en una corriente de dimensiones internacionales. Puede ser perfectamente un ejemplo de las limitaciones creativas autoimpuestas por una generación de autores que prefieren expresar insatisfacción a disfrazarla con aventura. O quizá la aventura está ahí, en la pulsión angustiosa que surge tras mirarse en el espejo.
Creación de la ficha (2011): Manuel Barrero. Revisada por Lombilla y Alejandro Capelo. · Imágenes tomadas de la obra reseñada. Agradecimiento a Félix López.
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
Manuel Barrero (2011): "Angst. Angustia noruega", en Tebeosfera, segunda época , 8 (22-VII-2011). Asociación Cultural Tebeosfera, Sevilla. Disponible en línea el 21/XI/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/angst._angustia_noruega.html