49 LIBROS Y UN PUÑADO DE FANZINES PARA ENTENDER LA HISTORIETA CHILENA
CARLOS REYES G.(ERGOCOMICS)

Title:
49 books and a handful of fanzines to understand Chilean comics
Resumen / Abstract:
A través de un amplio recorrido por la historia reciente de la historieta chilena, el guionista e investigador Carlos Reyes da cuenta de las variadas tendencias, estilos, temas y autores que dinamizan la narrativa gráfica actual. / Through an extensive tour of the recent history of the Chilean comics, the scriptwriter and researcher Carlos Reyes gives an account of the varied trends, styles, themes and authors that dynamize the current graphic narrative.
Palabras clave / Keywords:
Historieta chilena, Revistas de historieta chilenas, Industria editorial chilena/ Chilean Comics, Chilean comic magazines, Chilean comics industry

49 LIBROS Y UN PUÑADO DE FANZINES PARA ENTENDER LA HISTORIETA CHILENA

 

La historieta chilena tiene una larga tradición. El investigador Jorge Montealegre ha señalado como un antecedente de la narrativa gráfica chilena la obra “El cautiverio feliz” de Francisco Núñez de Pineda, que en una imagen única muestra cuatro planos temporales distintos, dispuestos verticalmente y que narran una sangrienta batalla entre tropas españolas e indígenas mapuches en un volumen que data de 1673.

Pero Chile sí tuvo en el pasado, al igual que muchos otros países, lo que algunos entusiastas dan en llamar una “época de oro”, con historietas de todos los géneros, publicadas profusamente por grandes casas editoriales locales con ventas impensables para el mundo editorial actual. Obras que contaban con gran difusión y distribución local e incluso internacional. La verdad es que, pese a tener todo en contra, nunca se dejó de hacer historieta en Chile. Incluso en el peor momento de la dictadura militar, en que casi no se editaban revistas de este arte narrativo, el humor gráfico se atrincheró en las revistas de oposición que fueron surgiendo tímida y vigorosamente en los años de Pinochet. En los años ochenta tuvimos también la rabiosa explosión del comix under de una nueva generación que no reconocía antecedentes previos y que tuvo el coraje de replantearse todo una vez más.

La transición democrática chilena tuvo escaso correlato historietístico, pese a los esfuerzos aislados de editoriales y artistas que mantuvieron vivo el fuego a fuerza de autoediciones de escasa o nula repercusión mediática.

Hoy, la historieta chilena goza de buena salud. Hay mucho interés por ella, y no es raro ver entrevistas o reportajes en la prensa local. La actual producción se mueve en al menos cuatro grandes ámbitos: en el primero se sitúa la producción independiente, bajo el nivel de flotación mediática, con una enorme edición de fanzines autogestionados (tanto en formato impreso como digital) que resulta imposible de catalogar en su totalidad y que sorprende de cuando en cuando con trabajos de gran calidad; otro ámbito es el de las casas editoriales independientes que publican solo historieta y que han venido creciendo con los años, logrando horadar lentamente el complejo mundo de las librerías locales, situándose con gran esfuerzo y publicando obras de diverso calibre, entre las que predominan los géneros clásicos, junto a una vertiente más experimental o autoral, si se prefiere ese término, pero de menor producción; luego están las editoriales independientes pequeñas y medianas que han incorporado la historieta a sus catálogos de narrativa y poesía como una nueva arista a trabajar; y, finalmente, sobre el nivel de flotación, lo inédito: casas editoriales multinacionales que ya no solo importan historieta sino que publican obras locales con llegada incluso más allá de nuestras fronteras.

Los problemas de difusión y distribución son los mismos que suceden en otras latitudes, de tal modo que las discusiones en torno a los porcentajes de ventas, los derechos autorales, las posibilidades de asociación gremial, el carácter marcadamente machista del medio historietístico local (que hoy ya cuenta entre sus filas con un potente y creciente grupo de autoras que suman esfuerzos y críticas en este sentido), son aspectos fundamentales que hoy están comenzando a discutirse.

Desde hace unos años existen subsidios del Estado chileno para escribir, producir y publicar historietas. Estos concursos públicos, que no han estado exentos también de crítica, han colaborado sin duda alguna a asentar la producción más independiente, y aunque todavía hay mucho por hacer en lo interno, organismos estatales como ProChile o Dirac han puesto por estos días sus ojos en una progresiva internalización de la producción.

La historieta chilena está viva dentro y fuera del circuito comercial. La academia mira todo con suma atención, los medios se fijan cada tanto en alguna obra particular o en algún autor o autora destacada, nuevas expresiones se siguen desarrollando y, como siempre todo sucede pese a todas las dificultades. Hay revistas, libros y, lo más importante, diversidad y gente dispuesta a leer esas obras.

A continuación, una breve revisión de una parte de esta enorme y plural producción de historieta chilena.

1. MAMPATO. El personaje creado por el editor Eduardo Armstrong y el dibujante Oskar Vega y luego potenciado a su máxima expresión por el genial Themo Lobos es, sin duda alguna, uno de los momentos más altos de la historieta de ciencia ficción y aventuras infantojuveniles de Chile. La límpida narrativa de Themo Lobos, su diseño de personajes, el sugerente movimiento que imprimió en cada una de sus viñetas, unido a sus guiones llenos de emociones y sorpresas , configuran hoy una saga de más de treinta episodios que se publicaron entre 1968 y 1977 en la revista Mampato mezclando documentación histórica con un trazo impecable. Toda una generación creció leyendo las aventuras del muchacho pelirrojo y de Ogú, su amigo cavernícola, los que gracias al uso de un cinto espaciotemporal de origen extraterrestre podían viajar por el tiempo viviendo fascinantes aventuras. Recientemente reeditado, con un film animado realizado hace unos años y una serie de televisión ad portas, Mampato demuestra la vigencia de una historieta tan ineludible como incombustible.

           
       
Portada de Mampato nº 93 (1973).         Muestra de "Sigfrido", de Mario Igor.

2. SIGFRIDO. Mario Igor (1929-1995) fue un ilustrador e historietista chileno conocido como “el príncipe negro”. Autor con una poderosa impronta personal, dibujó para las más importantes publicaciones de historieta de su momento. Creó personajes como El hijo de la Montaña y El Manque y adaptó a historieta la leyenda de Sigfrido y los Nibelungos con guión de Vittorio Di Girolamo. La obra fue compilada recién en 2011 y merece un sitial de importancia por la calidad de un trabajo gráfico que sigue sorprendiendo e influyendo sobre nuevas generaciones de amantes de la historieta.

3. ANARKO. Creación de Juan Carlos Cabezas, Jucca, es una buena muestra del verdadero espíritu de la historieta underground chilena antidictatorial y que más allá de cualquier intención comercial buscó plasmar un estado de situación en sus páginas llenas de nihilismo, citas a Nietzsche, parodias, violencia y thrash metal. Jucca publicó esta historieta durante los años ochenta y noventa en la mítica revista Bandido y en las publicaciones de Thrash cómics, su propio fanzine autogestionado. Una joya irrefutable de genuina rabia ochentera, tributaria del Peter Pank de Max, republicada recientemente y digna de ser revisitada una y otra vez.

Págiona de "Anarko", de Jucca. 

4. JUAN BUSCAMARES. Félix Vega comenzó esta obra en Chile en 1996 y la terminó en España entre 1997 y 2006. Remozada y editada nuevamente en ambos países, ha sido redescubierta por un nuevo público lector. Se trata de una tetralogía en que Juan Buscamares recorre un mundo postapocalíptico, sin agua y poblado por mercenarios, delirantes mesiánicos y personajes ultraviolentos. Un mundo en que la ley del más fuerte es la clave de la supervivencia. La obra, con una gráfica de primer nivel, realiza interesantes cruces entre la cultura indígena latinoamericana y la invasión española; entre la vigilia y el sueño, y entre la realidad y la fantasía, tejiendo una trama de hondo calado simbólico. Una obra fundamental de la nueva historieta chilena.

5. MORTIS. En 2007, un nutrido grupo de artistas coordinados por Miguel Ferrada, Felipe Benavides y Carlos Reyes trajo desde el pasado de la historieta chilena al siniestro Dr. Mortis, clásico personaje de terror creado por Juan Marino en 1945 para protagonizar un radioteatro homónimo y que entre 1967 y 1977 tuvo una popular historieta. La revivificación del personaje retozó primero en la web y luego en tres volúmenes impresos en que se crearon historietas de ocho y doce páginas, que configuraron episodios regulares divididos en temporadas:In Absentia Mortis, In Nomine Mortis y Mortis Eterno Retorno, escritas por Mauricio Ahumada, Brian Wallis, Ángel Bernier, Patricio Alfonso, Jorge Baradit y Sebastián Castro, entre otros, y dibujadas por Ítalo Ahumada, Rodrigo Elgueta, Juan Vásquez, José Huichamán, Vicente Plaza, Pedro Pablo Hermosilla, Martín Cáceres, Gabriel Rodríguez y Danny Jiménez, por mencionar solo algunos. El equipo demostró que se podía crear una obra consistente, sólida y atractiva en sí misma después de casi tres años, con 27 episodios a cuestas, reunidos en dos volúmenes que culminaron con una novela gráfica. Una buena muestra de diversos talentos puestos al servicio de un trabajo colaborativo.

6. INFORME TUNGUSKA. Dibujada por Claudio Romo, ganador por dos años consecutivos del premio Amster-Coré al diseño y la ilustración editorial, y escrita por Alexis Figueroa, es una obra de ciencia ficción de tintes políticos, cuyos textos, a ratos onírico-poéticos, refieren el contenido de un archivo desclasificado que cuenta la historia de un extraño meteorito que cae en el sur de Chile y crea nuevas reglas orgánicas, mentales y físicas en su entorno, una especie de nuevo universo que, rozando la ucronía, desmantela el frágil tinglado de la realidad consensuada, reemplazándola por una serie de horribles y misteriosos acontecimientos que convierten a Chile en una suerte de delirante y deforme realidad paralela.

7. EL CANTO DEL DELIRIO. Trabajo que retrata poéticamente algunos momentos de la dictadura militar vistos a través de los ojos de Juan Vásquez, agudo cronista-dibujante. Nada se escapa al juicio de Vásquez, que revisita el horror de la dictadura cívico-militar de Pinochet con un dibujo crudo y expresivo que a través de sus exquisitas viñetas presenta a las víctimas, a los asesinos y a sus cómplices y recrea con precisión quirúrgica la atmósfera de miedo y terror del Chile dictatorial. Tal vez el más personal trabajo de Vásquez.

8. LAS PLAYAS DE OTRO MUNDO. Dibujos de Demetrio Babul y guion del novelista Cristian Barros, basado en la obra homónima de Antonio Gil. Los autores adaptaron y transformaron libremente la compleja novela de Gil. La adaptación no subestimó al público, sino que le exigió una lectura atenta y comprometida. La confluencia de tres temporalidades, un notable uso narrativo del color por parte de Babul, unido a buenas dosis de ciencia ficción, sumado a un viaje por la cruenta conquista española y por parte de la historia mágica de América Latina y Europa, convierten a esta novela gráfica en una obra sólida y altamente recomendable.

Muestra de Las playas del otro mundo.

9. EL CAPITÁN GARRA. En las postrimerías de la cruenta Guerra del Pacífico surge en el desierto del nortino pueblo de Iquique un amnésico oficial chileno conocido como Capitán Garra, el que junto a Lam, su compinche chino, se abren camino en la aventura, mezcla de relato policial, novela histórica y fresco de fines del siglo XIX. Una vez más vemos cómo a la aventura física está inextricablemente unida la búsqueda interior. El Capitán Garra provee un guion sólido y ha sido concebida por su autor como una trilogía. No obstante, la obra puede ser leída perfectamente como un libro unitario sin prejuicio de su futuro desarrollo. El libro exhibe una puesta en página reflexiva, cuidada, y una buena paleta de recursos narrativos. El dibujo, un grafito que revela sutilmente las formas, es acompañado de aguadas que le dan profundidad. Diversas constantes de la obra aluden a Hugo Pratt y Corto Maltés. El uso de las onomatopeyas, perdido en gran parte en los comics más realistas de los noventa, surge aquí como cita y característica insoslayable de los clásicos. Una novela gráfica que agradará, sin duda alguna, a quienes buscan una historieta con un héroe que no tiene nada que envidiar a los de la tradición cinematográfica o literaria.

10. POLICIA DEL KARMA. El inclasificable escritor Jorge Baradit y el meticuloso dibujante Martín Cáceres presentan a PDK, grupo de élite que a través de mutilaciones estudiadas, médiums putrefactas y módems humanos tienen como objetivo capturar a asesinos hasta más allá de la muerte, persiguiendo a sus reencarnaciones por crímenes cometidos en vidas pasadas. La historia comienza el día en que la joven agente 47 inicia su carrera como parte de la Policía del Karma y debe enfrentarse a sus temores más profundos. Delirio cyberpunk a tope.

11. LOS HERMANOS RATA. El porteño Marko Torres reunió en este volumen todas las historietas de sus graciosos personajes Los Hermanos Rata, tributarios del imaginario universo de gente como John Kricfalusi y que habían visto la luz solo a través de fanzines ya difíciles de conseguir. Se trata, como se puede adivinar, de páginas de un humor altamente incorrecto y revulsivo que el autor puso a disposición de un nuevo público lector que al fin puede solazarse con el delirante universo de este talentoso dibujante que, lejos de las luminarias, tiene una doble y exitosa carrera como creador de historietas y libros ilustrados para el público infantil latinoamericano.

12. LADO B: EL DIARIO DE MIGUEL ESTÉVEZ. Escrito por el talentoso Alfredo Rodríguez y dibujado por Dreg junto a un gran equipo colaborador formado por Caoz, Diego Toro, Ximena Rodríguez, César Mejías, Danny Jiménez, Andrés Rodríguez, Orlando Ohmke, Claudio Sumonte, Javier Bahamonde, Gonzalo Martínez, Fernando Pinto, Diego Zúñiga, Maritza Piña, Lucía Rodríguez y María José Barros. Se trata de un proyecto híbrido de narrativa gráfica que mezcla literatura e historieta con en los géneros de la fantasía y la aventura. Comenzó en formato webcómic y terminó en una caleidoscópica edición de tres volúmenes. El primero abrió con un laberinto de espejos dispuesto en las páginas del libro gracias a la presencia de elementos como fotografías adheridas a las páginas con un clip, un papel arrugado y un sobre sellado con una carta que, tras ser leída, detona una historia coral de viajes transdimensionales, bebés perdidos, familias destrozadas, magia, periodismo amarillo extraños habitantes de las catacumbas de la ciudad y secretos a medio develar. Verdadero fresco de una realidad alterna que anida en el corazón mismo de la ciudad. Una historieta que experimentó con lo formal, pero cuyo mejor secreto fue mixturar la aventura decimonónica con altas dosis de emoción y humanidad.

13. ESTADO 52. Obra del dibujante Carlos Carvajal y el guionista Edicson Solar, habla de corrupción, muerte y desesperanza en una sórdida distopía. Estado 52 describe un Chile ucrónico posbicentenario, convertido en el Estado número 52 de los EE UU. Mientras la ciudad de Temuco es rebautizada como Obama City, el pueblo indígena mapuche no es considerado parte de la raza humana. Chile se transforma en el más sureño de los Estados de la unión, convirtiéndose en el paraíso redneck, lleno de violencia, ultraconservador y racista. Diversos personajes articulan esta fábula postmoderna: Peter, un adolescente con pretensiones de asesino serial hollywoodense; Mary Ann, una chica blanca marcada por el incesto, y Colt, un miembro del Ku Klux Klan con trastornos de personalidad. A través de tres fragmentarios capítulos que tributan y citan a cómics y películas, Estado 52 aborda temas complejos en una sociedad sin identidad.

Estado 52.

14. LÍNEAS DE FUGA. Estamos ante una novela gráfica a contrapelo, un ejercicio experimental escrito por Oscar Gutiérrez, dibujado por Cristián Toro y bajo la atenta producción de Cristóbal Florín. Se trata de una búsqueda formal que es posible gracias a los devaneos de Carlos (el protagonista) y de su crisis de identidad. Como si de un personaje de Antonioni se tratase, Carlos deambula por la ciudad en un intento por alcanzarse a sí mismo en medio de la arquitectura de su doble recorrido —tanto material como síquico— viviendo una aventura sin moralejas, sin mensaje final. Los textos nada descriptivos ni redundantes de Gutiérrez se desplazan, flotan, sin fijarse nunca del todo. Contenidos que mutan, ayudados (o no) por las imágenes, escurriéndose entre los coloridos dibujos de Toro, que sugiere más de lo que referencia. Esta novela gráfica es una bomba de racimo que dispara sentidos y que en lugar de contar una historia busca reflejar un estado de ánimo, una búsqueda, un vacío. Es también el retrato de Concepción, la ciudad natal de sus autores y de Carlos, el protagonista, al que continuamente las palabras, las situaciones y los espacios reconocibles del personaje / ciudad azuzan, pervierten y adjetivan. Un laberinto narrativo.

15. PATO LLIRO. Mítico personaje creado por el humorista gráfico e historietista Christian Gutiérrez, Christiano, a fines de los años ochenta. Pato Lliro, “Er Cuma” (el delincuente), es un joven marginal de los suburbios pobres de la ciudad de Santiago que con humor y emoción supo retratar fielmente la pobreza, la violencia y la segregación del mundo popular. Más que una historieta, un reflejo de un Chile que aún no nos abandona. Su reedición es de lectura obligatoria por su acertada disección del arrabal chilensis y de sus penas, aderezadas con un humor a toda prueba. Imprescindible.

16. ¿Y USTED QUIÉN ES?. Francisco Javier Olea es un dibujante dotado de un trazo elegante que ha publicado numerosos libros, pero que por primera vez se atrevió al fin con esta peculiar novela gráfica. En ella podemos apreciar toda la panoplia visual que lo ha situado como uno de nuestros talentos más privilegiados. El autor nos cuenta aquí la historia de un escritor incapaz de escribir su segunda novela tras el éxito de la primera, lo que le sirve a Olea para desplegar su talento en una obra minimalista y pulcra que, como el propio dibujante ha referido, es un relato que se sitúa a medio camino entre el cuento y la novela.

17. EL ALMA PERDIDA DE LA CIENCIA. Los hermanos Daniel y Francisco Fernández Leiva crearon esta historieta llena de claves y símbolos que, no obstante, no dificultan la lectura de una obra que desde las primeras páginas lanza sus dardos contra una ciencia que trata a la razón como una vaca sagrada e intocable, pero carente de alma. El protagonista —un científico positivista sin nombre— sufre un ataque que le permite “precipitar” en un viaje onírico hacia sí mismo, hacia su propio conocimiento espiritual, en el cual conocerá a una serie de personajes que lo confrontarán con su cosmovisión y temores. Una obra sugerente, abierta a las interpretaciones. Un trabajo reflexivo que busca usar su potencial icónico como una puerta de entrada a una historia con hondura y riesgo, pero que intenta no sacrificar la intriga ni la fantasía en un experimento que usa el rico lenguaje narrativo de la historieta en donde todo es posible, incluso el ejercicio gráfico de la iluminación.

18. MALIKI EN TINTA CHINA. Marcela Trujillo, Maliki, es una de nuestras historietistas más importantes desde que a mediados de los años ochenta publicara sus primeros trabajos en la revista Trauko. Este volumen es una compilación de todos sus trabajos hechos con tinta china, que contempla páginas realizadas a sus cinco años de edad junto a las notables historietas autobiográficas que de adulta realizó en su estancia en Nueva York. Un volumen imprescindible para empezar a sumergirse en el universo Maliki.

 
Portada de Maliki en tinta china (2013).

19. 4 ESQUINAS. El historietista Claudio Rocco reunió aquí varios trabajos ya publicados e inéditos en un volumen que se pasea por la fantasía más desbocada, el humor, la crítica social y el horror de lo cotidiano en los populares barrios de Matta Sur y el barrio Franklin de Santiago de Chile, con un dibujo fresco y sencillo. El paisaje urbano es vital para entender estas cuatro esquinas de la ciudad que el autor retrata y en las que despliega diversos recursos narrativos y tonos para abordar los temas que le interesan. Destaca en el conjunto la última historieta: “El pintor carnicero”. El propio Rocco describe, en el prólogo del libro, su intento: «mostrar una cara que conoces de la ciudad, pero que evitas mirar a los ojos y dejarte conmover». (Rocco, 2016: 121)

20. MOCHA DICK. Con guion de Francisco Ortega y dibujos del prolífico Gonzalo Martínez, la obra está protagonizada por Caleb Hieman, hijo de ricos balleneros de Nantucket, y Aliro Leftraru, de la ciudad de Tirúa, en el centro sur de Chile. Ambos personajes comparten la épica marina, la dura vida de los barcos balleneros, mientras encarnan valores como la amistad y el honor, convirtiendo esta aventura en el helado mar del sur en todo un hito de la historieta chilena. Un texto contundente de Ortega, aderezado con la impecable narración gráfica de Martínez. El dibujante Enrique Alcatena escribió en la edición argentina: «Poquísimas veces (precisamente, tres) no he podido dejar de leer una historieta hasta llegar al final. La primera fue con El Eternauta; la segunda, con Watchmen; la tercera, con Mocha Dick. Ortega y Martínez han realizado una obra maestra». Con este gesto, los autores han devuelto a Chile la figura de la mítica ballena blanca de la isla Mocha, cuya leyenda inspiró a Herman Melville para escribir Moby Dick. La novela gráfica obtuvo el Premio Marta Brunet, otorgado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile, y ha sido publicada en Argentina, México, Colombia y recientemente en España.

21. LAS SINAVENTURAS DE JAIME PARDO. Novela gráfica de Vicente, Vicho, Plaza escrita y dibujada desde el estómago, más allá de las modas y estilos en boga. Un trabajo que busca exhibir el dibujo sobre la página, que explora la pulsión primaria de la mano sobre el papel. Una historia que retrata a los jóvenes de los años ochenta, la represiva educación chilena, la pobreza, el clasismo, la alienación, la angustia de la generación de la dictadura, vista desde un nuevo ángulo y amplificada por los ojos de un joven estudiante. Jaime Pardo nos cuenta su historia desde las antípodas de la aventura, desde la propia subjetividad, mientras trata de insertarse en un mundo adulto que no alcanza a comprender. Un Vicente Plaza desatado en una historieta que lo exhibe frente al lector en toda su íntima reflexión.

22. ALEGRÍA Y SOFÍA. Daniela Thiers es una dibujante exitosa entre el público infantil y juvenil, lo que visibilizó todo un universo lector impensado hasta hace unos años. Su historieta cuenta las peripecias de dos chicas claramente opuestas. Alegría, que es una amante de la oscuridad y el terror, y Sofía, adoradora de la naturaleza y de lo tierno. Thiers flirtea así con los estereotipos, burlándose de ellos sin jamás subestimar a su público. Un hallazgo.

23. EL EJÉRCITO DE DIOS. Creación del editor Claudio Álvarez, escrita por Gonzalo Oyanedel y dibujada por Ximena Rodríguez, cuenta la historia de un joven sacerdote que, harto del desamparo y angustia de sus feligreses, decide tomar la justicia por mano propia en las poblaciones marginales de la ciudad de Santiago. La historieta se sumerge en el submundo delincuencial en un estilo cercano al noir y exhibe la conversión de un hombre de Dios en la viva encarnación de un Dirty Harry “dosmilero”. Una historieta con las necesarias dosis de acción y violencia del género policial.

 
Página de El ejército de dios, de Gonzalo Oyanedel y Ximena Rodríguez.

24. HISTORIAS CLANDESTINAS. Los hermanos Ariel y Sol Rojas Lizana crearon este trabajo basado en sus propias vidas. La novela gráfica mezcla la historia reciente de Chile y la autobiografía en las vivencias de dos hermanos cuya familia formó parte activa de la resistencia durante la dictadura militar chilena. Este hecho detonante altera completamente la infancia de Sol y Ariel, que comienzan a vivir así en un mundo paralelo en donde anidan el miedo y la sospecha mientras fingen una vida normal y corriente. Los dibujos, a ratos metafóricos y elocuentes hechos en grafito, y un guion que nos lleva hacia los oscuros sótanos de la dictadura, son un homenaje a la compleja decisión de muchas familias chilenas de resistir hasta las últimas consecuencias.

25. SANTA MARÍA 1907, LA MARCHA HA COMENZADO. El dibujante Pedro Prado adapta en este volumen, el primero de dos, la novela Santa María de las flores negras, del popular escritor Hernán Rivera Letelier. Así, Prado aborda la sangrienta matanza de la escuela Santa María de Iquique, ocurrida en 1907, metáfora de un Chile que hoy sigue siendo para muchos un latifundio hecho a la medida del poder. Seres dibujados como animales antropomórficos (al estilo del Maus de Spiegelman) propios de la fauna del norte de Chile le sirven a Prado para acentuar las cualidades que busca en los personajes que pueblan sus páginas. El volumen cuenta el periplo que un grupo de miles de familias pobres de obreros de la pampa salitrera emprende hacia la ciudad, lugar en el que, lejos de encontrar sosiego a sus pesares, ayuda y solidaridad de las autoridades y las filas empresariales, encontrarán la muerte.

26. CHIKIJET. La dibujante Margarita Valdés aborda en ChikiJet su propia infancia ochentera. Cierta nostalgia campea en esta historieta que se solaza en recordar programas infantiles chilenos como Pipiripao, álbumes coleccionables como Basuritas o simplemente en ese momento en que miles lloraron la muerte del padre de Jet Marte. Valdés recrea humorística, juguetona y poéticamente su pasado y el de muchas otras personas. Una rica inmersión en las luces y oscuridades de nuestro propio y salvaje mundo infantil.

27. SUPERNORMAL. Un trabajo que mezcla cotidianidad, humor y poesía, al tiempo que reflexiona y se ríe de esos absurdos instantes de la vida cotidiana, vistos a través de la particular mirada del multifacético historietista y diseñador Gabriel Garvo.

28. MELODÍA. Gaspar Ortega nos cuenta la historia de Melodía, una niña de apariencia común pero de extraño y errático comportamiento, que oculta un horror tan cotidiano como espeluznante. Una historieta que nace desde la convergencia de elementos del cine de terror japonés junto a un ligero saborcillo a Carrie, de Stephen King, y que nos demuestra una vez más que los más horribles monstruos somos nosotros, los seres humanos.

29. CORAZÓN DE OBSIDIANA. María José Barros dibuja la historia del arqueólogo Jude Davis y de los mellizos Lydia y Max Burke. Juntos formaron un antiguo grupo de cazadores de tesoros ahora desperdigados por el mundo y que, tras el asesinato del padre de Jude, se ven forzados a reunirse nuevamente, pese a viejas rencillas, amores y desamores, y a una oscura conspiración. Tras la fachada de esta historieta de acción juvenil Barros va desplegando su verdadero tema: las relaciones humanas. La serie sigue en desarrollo tras la publicación de sus dos primeros volúmenes.

30. MAESTRO GATO. La dibujante Paulina Palacios es la creadora de las aventuras de Maestro Gato, un peculiar felino docente, y sus también excéntricos alumnos adolescentes. Humor, amor y desencuentros en un estilo que bebe del manga. En dos volúmenes se recopila el material ya publicado en el webcómic del popular personaje. Disfrute asegurado.

 
Maestro Gato, de Paulina Palacios.

31. FRANKO, FÁBULAS DE LA ÚLTIMA TIERRA. Este trabajo escrito por Ángel Bernier y dibujado por Cristóbal Jofré está ambientado en el desierto más seco del mundo en un futuro indeterminado. Allí se suceden las aventuras de un león antropomórfico llamado Franko que vivirá siete aventuras entrelazadas en un inteligente tejido final que construye progresivamente una historia total llena de magia chamánica, mercaderes de maravillas, esclavistas inhumanos y enormes ejércitos malignos. El volumen, escrito con precisión y desmesura imaginativa y dibujado con talento y lisérgico colorido, está dirigido, como dicen sus autores, a humanos de todas las edades, dispuestos a la aventura inteligente y proclives a buscar al demiurgo en los detalles. Una joya.

32. ACHIOTE. Esta es la primera historieta de largo aliento que Alberto Montt ha publicado. A través de trece divertidas y rudas anécdotas, el autor pinta un fresco de su vida desde la infancia a la adultez, suerte de ritos de pasaje que marcaron a fuego su existencia. Aunque abunda el humor, elemento habitual en los trabajos de Montt, se atreve con temas como la muerte, la madurez y sus propios miedos. A pesar de estar aún más cercano a la ilustración que a la secuencia narrativa, Montt logra con simpleza y pocos elementos una envidiable cercanía con el lector, sumergiéndolo en esas pequeñas anécdotas que, tal vez por personales, resultan universales, como el episodio “La vida”, en que se habla de la inevitabilidad y extrañeza de la muerte con gran sensibilidad.

33. EL CLUB DE LOS JUGUETES PERDIDOS. Pedro Peirano creó esta historieta de aventuras en dos tomos y realizó el mejor homenaje que podía hacer a su héroe de infancia: el influyente Mampato de Armstrong, Vega y Lobos. Su joven protagonista descubre el mapa de un tesoro y junto a un elegante caballero y una codiciosa rata emprenden un viaje a bordo de un barco pirata que los llevará hasta el mismísimo rincón donde habitan todos los juguetes perdidos del mundo para devolverlos a sus legítimos poseedores. Aventura pura y dura como ya hace años no se dibujan.

34. VARUA RAPANUI. Esta serie de libros con Bernardita Ojeda Labourdette en guion e Ismael Hernández y luego Fernando Pinto en los dibujos se proponen contar la historia de la fascinante cultura Rapa Nui desde sus orígenes mitológicos, pasando por su florecimiento y desarrollo posterior, sin dejar afuera las invasiones colonialistas, la esclavitud y las consecuentes epidemias que diezmaron su población, amén de su siempre compleja relación con el Estado chileno. Imprescindible.

 
Muestra de Varua Rapanui.

35. GAY GIGANTE. Gabriel Ebensperger retrata con soltura los temores, prejuicios y sueños que rodean el autodescubrimiento de su ser homosexual en el Chile actual. Un volumen editado en rosa que aborda temas peliagudos con una frescura y desenfado que se agradecen. Gay gigante es una historia privada que justamente por eso se vuelve colectiva, porque de miedos y temores está hecho el tortuoso camino del autodescubrimiento que nos lleva a la necesaria diversidad. Más allá de los diferentes caminos que tomemos, la posibilidad de aceptarnos y esperar la aceptación de los demás sin condiciones es una de las propuestas de la novela gráfica.

36. LA MANO IZQUIERDA. Trabajo recopilatorio de Rodrigo López que aborda, a través de diez historias cortas, los tópicos habituales de su autor: animales antropomórficos, altas cuotas de delirio, dosis de humor negro y cierto exceso visual, vistos a través de una impecable habilidad narrativa y con un trazo altamente expresivo y un talento natural para diversos tratamientos gráficos que, no obstante, lejos de resultar esquizofrénicos, se inscriben claramente como parte de una misma y coherente búsqueda artística. Sin duda alguna, Rodrigo López es el dibujante chileno con el sello autoral de mayor proyección de los últimos años.

37. LOS SOFISTAS. Volumen de ciencia ficción realizado por el historietista y artista visual Jorge Quien. Un trabajo que cita a Ballard, Burroughs, Debord y Tom Ford, que nos traslada a un fin del mundo desatado por la incesante e indescifrable palabrería de los Sofistas, unos extraños personajes con sus corbatas-horcas acompañados por Snort, un Golem, y la Srta. Gertrudis, transmutada en unas bragas gigantes que flotan en el espacio. Un universo poblado de singularidades como el pentagrama de superficie y la rasgadura subliminal. Un nuevo juego de espejos de Jorge Quien, autor que se ha empeñado en cada uno de sus trabajos en cruzar géneros para crear así nuevas y fascinantes bastardías.

38. HIJO DE LADRÓN. El guionista Christian Morales y el pintor Luis Martínez (Beto) adaptaron una obra maestra de la literatura chilena: Hijo de ladrón, de Manuel Rojas. El trabajo, siendo fiel a la obra original, da imágenes a la poderosa prosa del autor, pone en viñetas las peripecias de Aniceto Hevia, narradas a través de la prosa fragmentaria, del rompecabezas narrativo, creado por nuestro gran escritor anarquista, quien se propuso contar la existencia de su personaje tal y como es: confusa, vital e intensa. La novela de Rojas se sirve ahora del lenguaje de la historieta (con la elipsis a la base en cada una de sus viñetas) para volver a contarnos en un nuevo lenguaje, la herida del Chile de Aniceto.

39. DIARIO DE UN SOLO. Personaje que Catalina Bu ha creado en este libro y que se sitúa al borde de un precipicio que no le mata en el corto plazo, sino en una caída que puede durar toda una vida antes de verse estrellado en el piso. Una caída que no lo parece, en tanto está rodeada de confort, comodidades y bienestar. La fragilidad de su dibujo se corresponde con el ethos de su creación, que entra sin dificultades en la categoría de una historieta íntima, reflexiva. Y es ahí donde Diario de un solo tiene su mayor mérito en la sencillez, en el retrato que genera y en los fragmentos de vida posible que plasma en sus páginas. Sin dramatismo y hasta con humor, Catalina se pasea por los recodos de su Solo sin enjuiciarlo. Lo deja habitar sus viñetas de trazos irregulares y vivir en una perfecta autocomplacencia a una distancia prudente del mundo, pero sin soslayar nunca esa alienación vital que lo envuelve. Una historieta que ha logrado traspasar el (a veces) impermeable velo del público lector de cómics para tener éxito allí donde otras historietas chilenas no han sido capaces de llegar, retratando a una generación que ha encontrado en sus páginas un espejo en el que mirarse.

       
Primera y segunda entregas de Diario de un solo.

40. LOTA, 1960: LA MARCHA DEL CARBÓN. Libro que compila las historietas de un grupo de talentos noveles y consagrados como Elisa Echeverría, Ibi Díaz, Fabián Rivas, Francisco Muñoz, Vicho Plaza y Claudio Romo, que dibujaron los textos del guionista y poeta Alexis Figueroa. La obra aborda el universo del obrero, del antiguo minero de Lota en la última gran movilización sindical de 1960. Un trabajo que rescata parte del patrimonio histórico de nuestro país sobre un tema tan sensible como olvidado. Cada una de las historias aborda el tema desde diferentes ángulos y estilos y, paradojalmente, pese a dicha diversidad, logra sin dificultad tender puentes narrativos entre cada trabajo, conformando así una sola y conmovedora historia.

41. MIGUEL DE FUENTESANTA, EL GRITO DE LA TIERRA. Ismael Hernández ha creado al misterioso Miguel, un viajero capaz de enfrentar las fuerzas primordiales en pugna con la raza humana, depredadora de las riquezas naturales de la Tierra. Historieta que mezcla con acierto la aventura clásica y las mitologías del sur de Chile en un trabajo cuya calidad gráfica destaca en cada volumen.

42. MEMORIAS DE UN PERRO ESCRITAS POR SU PROPIA PATA. Gonzalo Marín en guion y Adrián Gouet en dibujos adaptaron la novela homónima del dramaturgo, periodista y escritor satírico chileno Juan Rafael Allende. El libro sigue la tradición del relato picaresco y relata las aventuras de un perro sin raza que, a fuerza de cambiar de dueños, va evidenciando las vilezas e hipocresías de una sociedad con una virulencia pocas veces vista. El volumen original se publicó por entregas en 1893, y resulta notable ver cómo su lectura sigue vigente en el Chile actual. Su frescura y actualidad resultan innegables.

43. LA SENDA DEL ERRANTE. La infame historia de la matanza de la escuela Santa María de Iquique vuelve a ser abordada por la historieta chilena. El 21 de diciembre de 1907, las tropas comandadas por el general Roberto Silva Renard, bajo las órdenes del presidente Pedro Montt, asesinaron a más de tres mil obreros, mujeres y niños que se mantenían en huelga por las miserables condiciones laborales de las salitreras del norte del país. Años más tarde, Renard sería atacado por el anarquista español Antonio Ramón Ramón, quien lo apuñaló sin lograr darle muerte. Este es el origen de la historieta La Senda del Errante, un relato en que la ficción hace ajustes con la historia. La saga ya va en su tercera entrega, y ha sido escrita por el guionista Germán Valenzuela junto a Carlos Urquieta, y dibujada por Danny Jiménez, Cristian Pérez Bolton, Javier Bahamonde, Sebastián Lizana, Fabián Sáez, Gaspar Ortega, Jaime Castro, Claudio Muñoz, Alonso Molina y Luis Inzunza y entintada por Cristián Docolomansky.

44. NO ABUSES DE ESTE LIBRO. El primer trabajo de la dibujante Natalia Silva, Natichuleta, aborda con tintes autobiográficos el complejo tema del abuso infantil. Con un estilo llano y fresco, Natalia logra conectarnos con un dolor de tremenda actualidad sin caer en la desesperanza ni el morbo. Una historieta que instala la esperanza de que sí es posible escapar del círculo del abuso.

45. MALDITOS HUMANOS. De Guillermo Galindo, más conocido como Malaimagen, popular humorista gráfico chileno, de quien se podrían citar varios libros, pero este es sin duda el que posee un humor más global. Aquí, el autor da una mirada crítica y dura a la sociedad, riéndose de la estupidez endémica de nuestra especie. Especialmente sabrosos son los dardos que dirige al poder y a la doble moral eclesiástica. Como reza la publicidad en torno al volumen: «otra entrega del peor humor gráfico realizado por un ser viviente».

Viñeta de Malditos humanos, de Malaimagen.

46. EL VIUDO. Los volúmenes: Fin del luto, La cueca del manco y Las coplas del diablo fueron escritos por Gonzalo Oyanedel en un trabajo compartido por un equipo formado por Juan Nitrox Márquez y Rodrigo Campos en dibujos; Cristian Docolomansky en el entintado; Maycols Alfaro en los rótulos y Asfodelo en la ilustración de portada. El Viudo es una historieta ambientada en el Santiago de Chile de los años cincuenta y que exhibe claramente su influencia del pulp, con el clásico justiciero enmascarado (acomodado, bohemio, guapo y elegante) y la necesaria atmósfera noir. El Viudo es un héroe que hace justicia ante la impotencia del poder gracias a un grupo de colaboradores cercanos de diversa extracción. Sus historias se desarrollan a través de una trama enrevesada que se dibuja progresivamente en un ambiente lleno de secretos que ocultan secretos y que propicia una lectura atenta al detalle. La historieta releva la presencia de la ciudad como un personaje más y hace de los hechos históricos que rodean la trama hitos que subrayan la acción.

47. FUENTEALBA 1973. Ricardo Fuentealba es un autor de ochenta y dos años que ha vuelto a publicar después de largo tiempo de ausencia mediática, pero no creativa. En este, último volumen, ha realizado un ejercicio de memoria. En sus páginas, que ofrecen un nivel de calidad y experimentación gráfica envidiables, Fuentealba se ha propuesto recordar los imborrables recuerdos personales que vivió en los días posteriores al golpe de Estado de 1973 en Chile y que la historieta, en su entramado de palabras e imágenes, puede retratar de manera única. El artista sabe que sus viñetas duelen, y las usa como un exorcismo, como un medio de comunicación entre nosotros y ese no lugar que es la memoria colectiva e individual. Lo de Fuentealba es aún una obra por descubrir dentro y fuera de nuestro país.

Fuentealba 1973.

48. 45 RPM. Una serie de historietas se han publicado en esta colección que reivindica la brevedad. Sus editores han hablado de la noción de singles en cómic, de relatos autoconclusivos de veinte páginas que se pasean por la fantasía, el crimen y el misterio. Hasta ahora se han publicado: Cortafuego, con guion de Sebastián Garrido y dibujos de Estefani Bravo; Malas calles, escrita por Gonzalo Oyanedel y dibujada por Ximena Rodríguez, y Nieve, escrita por Dayanna Sobrevía y dibujada por Juan Nitrox Márquez.

49. NACER BAJO TIERRA. La prolífica historietista Sol Díaz construye aquí toda una mitología en torno al descubrimiento personal y al viaje interior. Regresan una vez más sus animales totémicos, la idea de lo puro y primigenio como algo deseable y la búsqueda de cierta re-conexión espiritual con todo lo que nos rodea. La novela gráfica aborda la noción de que las palabras que usamos sin miramientos se pagan, pues son sagradas. El lenguaje, el sonido del habla y el silencio son elementos centrales en esta historieta en que la autora se pregunta si es posible ser parte de algo que no se enuncia, que no se permite ser dicho. La autora evidencia que la verdadera victoria no está en decir palabras que nos pertenecen sino en pertenecer a cada una de nuestras palabras. La fábula de Sol Díaz es un llamado a cultivar la propia voz y a tratar de comprender a través del lenguaje, todo aquello que ha sido construido justamente sin las palabras.

Nacer bajo tierra, de Sol Díaz.

50. FANZINES. En el fascinante mundo del fanzine y la autogestión chilena hay una multiplicidad de talentos, estilos y temas, entre los que es pertinente destacar aquí, aunque apresuradamente, a Rebeca Peña, con Tránsitos; Katherine Supnem, con sus diversos trabajos feministas y muy especialmente con Sofía, donde quiera que estés; el adolescente Diego Aguirre, Dago, con A través de sus ojos; Sofía Garabito, con Ciudad cerrada; Pablo del Cielo, con Ghor Bosch; cualquiera de los trabajos de Nicolás Pérez de Arce; Rowein y su Aimatos; Francisco Visceral, con Bodeguero; Jorge Chávez y su Ciberfolk; Nikolo, con Esta (no) es mi historia; Anotación negativa, del prolífico Eduardo Andrade, y cualquiera de los trabajos de Oficinismo, entre muchas otras obras y artistas.

Creación de la ficha (2018): Félix López · Revisión de Claudio Aguilera, Kiko Sáez, Alejandro Capelo, Manuel Barrero y Félix López.
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
CARLOS REYES G. (2018): "49 libros y un puñado de fanzines para entender la historieta chilena", en Tebeosfera, tercera época, 8 (23-IX-2018). Asociación Cultural Tebeosfera, Sevilla. Disponible en línea el 21/XI/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/49_libros_y_un_punado_de_fanzines_para_entender_la_historieta_chilena.html