Término con el que se reconocen las obras de animación elaboradas en la industria japonesa, generalmente inspiradas en historietas o antecedentes de series de manga.
La palabra posee etimología francesa y fue incorporada al lenguaje japonés, primero como tv anime y luego también como manga eiga, que tras ser usada en Japón regresó al resto de Europa con diferente sílaba tónica. Para muchos aficionados occidentales ánime y manga están íntimamente relacionados, de tal modo que algunos los consideran manifestaciones del mismo medio dado que comparten público, estética, personajes, etc. El ánime realizado por aficionados se denomina anidoujin.
Su pronunciación en japonés, que es la que se ha establecido en todo el mundo, es esdrújula, por lo tanto no debe pronunciarse “anime” ni “animé”.