Editorial ;
El mundo no se termina con un estallido, sino con un gemido. Esa es la historia que elegimos contar en nuestra Tristeza: un fin del mundo menesteroso y suburbano, sin invasores extraterrestres, sin tsunamis, sin meteoritos; apenas las queridas vacas argentinas como albergue de un virus. A todos nos gusta imaginar desastres, pero no podemos imaginar el desastre definitivo. Aún la epidemia más atroz tiene que dejar alguien vivo para como suele decirse "contar el cuento". Y a eso nos dedicamos: a contar el cuento de un pequeño grupo de sobrevivientes que debió aprender -al mismo tiempo que nosotros- a vivir sin electricidad y sin Estado, sin agua corriente y sin capitalismo, sin tecnología y sin instituciones. En cada página tienen que empezar de nuevo: la vida es terca. Habrá que ver cómo les va.
Tomo recopilatorio con la totalidad de la historieta originalmente publicada en Fierro.