Cuaderno de historietas con 48 páginas interiores impresas mayoritariamente en color, encuadernación grapada, y con cubiertas a color. Cuaderno monográfico que se editó como catálogo de la exposición del mismo nombre coordinada por Max, también coordinador de este tebeo, con el apoyo en la producción del Festival Isladecanta y el patrocinio del Consell de Mallorca.
Introducción:
Mientras algunos llevan años voceando la inminente defunción de la historieta, otros nos empeñamos en demostrar con hechos que el muerto goza de una salud excelente.
Los que hacemos tebeos sabemos que la historieta es un medio cuyos límites están muy lejos de haber sido explotados. Un lenguaje aún abierto, susceptible de incorporar continuamente nuevos hallazgos. Y si bien es cierto que el cómic más convencional transita casi siempre por terrenos más que trillados, no lo es menos que existe un buen número de autores empeñados en la exploración de los límites de este lenguaje. Autores que priman la aventura creativa por encima del sometimiento a los dictados, siempre conservadores, de la industria editorial. Y que, por eso mismo, no tienen acceso fácil a un público mayoritario.
Cuando el Festival Isladencanta me propuso organizar una exposición de historieta, pensé que era una ocasión inmejorable para estimular la labor de estos autores y darla a conocer a un público no especializado. Para ello propuse que Sònic Còmix, lejos de mostrar trabajos ya conocidos, se convirtiera en un laboratorio creativo, una especie de departamento internacional de investigación y desarrollo del lenguaje de la historieta.
Para dar unidad e intención al proyecto había que elegir un tema común, lo suficientemente amplio y abierto como para que los autores seleccionados pudieran abordarlo sin sentirse coartados en su libertad creativa. Por afinidad y coherencia con la inclusión de Sònic Còmic en Isladencanta, un festival cuyo acontecimiento central es la música, el tema surgió solo: el sonido.
Y he aquí que, precisamente, nos hallamos ante una de las limitacionrs más claras que la historieta, como lenguaje, tiene que afrontar: la imposibilidad de reproducir acústicamente el sonido.
Por supuesto que, en sus más de cien años de existencia, la historieta ha derrochado imaginación a raudales para enfrentarse a esta limitación, desarrollando una gran variedad de recursos icónicos para representar el sonido, ya sea mediante la palabra escrita, las onomatopeyas o los pictogramas. Gracias a esta tradición, hoy en día cualquier dibujante medianamente preparado tiene a su alcance los recursos necesarios para crear una "banda sonora" visual para sus historietas, y puede no tan solo sugerir cualquier sonido determinado, sino también sus cualidades: intensidad, tono, etc.
La pregunta era: ¿Podemos empujar las cosas aún más allá? Esto fue lo que se pidió a los autores seleccionados. Pero que nadie imagine a sesudos y cavilantes autores enfundados en batad blancas y caminando en círculo en sus estudios subterráneos en busca de la fórmula inédita. Para bien y para mal, los dibujantes de tebeos solemos enfocar nuestro trabajo con filosofía, buen humor y mucho espíritu lúdico. El que no busca, no encuentra, cierto. Pero lo vetdaderamente interesante en todo el proceso, haya o no hallazgos, es la propia búsqueda.
Por mi parte, solo me resta agradecer a los autores las ganas que han demostrado, al festival Isladencanta el entusiasmo con que ha hecho suyo el proyecto, y al Consell de Mallorca su apoyo decisivo para que este tebeo vierala luz.
He aquí el trabajo de los autores. Que el lector juzgue el estado actual del presunto difunto.
Max
