Cuaderno grapado, con forma apaisada a tamaño folio. Sin PVP facial. Primer tebeo monográfico de Nazario del que se tiene constancia.
Constituye uno de los escasos ejemplo de verdadera prensa underground, ya que reúne las tres características principales que definen a este tipo de publicaciones: autoedición sin ningún tipo de soporte legal, ausencia de autocensura, y autodistribución.
En ella, el autor recopiló todas aquellas historietas más desenfrenadas y libres de su producción, algunas de ellas previamente publicadas en la revista francesa Zinc, y que constituían un muestrario de material impublicable para cualquier lanzamiento español de su época, con grandes dosis de pornografía, homosexualidad, burlas a la iglesia y todo un catálogo de temas tabú, lo que le ocasionó grandes problemas con las autoridades, como veremos.
Fue editado de manera clandestina por el autor e impreso con nocturnidad en la facultad de ingenieros de Barcelona. La “vietnamita” (apodo cariñoso de la imprenta, que era manejado por unos primos de Montesol), tenía una doble vida: de día era utilizada para imprimir apuntes y textos universitarios, y de noche para producir panfletos y publicaciones de dudosa legalidad, como la que nos ocupa. El formato, por exigencias de la máquina y del papel, era de tamaño folio, y el total de la revista consistió en 8 folios, impresos por las dos caras, cada una de ellas con dos páginas de historietas, lo que suma un total de 32 páginas (o 16 páginas dobles). La tirada está sin determinar, pero el propio Nazario habla de “unos 200 o 300 ejemplares” y Pablo Dopico de 300. La revista se vendía con tres grapas en el costado y doblada por la mitad.
Nazario se encargó de venderlas personalmente ese verano, en un tenderete que montaron durante la primera edición del festival de Canet Rock. Al poco, corrió el rumor de que un ejemplar había caído en manos de la policía mientras buscaban sustancias ilegales, y que se estaba buscando al autor de “La Piraña”. Este hecho, que puede resultar anecdótico, no lo fue en este caso ni en esas fechas: En 1975, con los últimos estertores del régimen, el gobierno de Arias Navarro llevó a cabo una postrera oleada de represión y censura que sacudió a todos los medios de comunicación, en un intento por retomar las antiguas maneras, algo erosionadas. La prensa marginal, como es de suponer, se vió especialmente afectada y, dentro de esta, La Piraña Divina se convirtió en un ejemplo de todo lo que el régimen trataba de combatir y, por lo tanto, en un objetivo prioritario. A tal efecto se montó un dispositivo policial a gran escala para descubrir y apresar a su autor, en lo que ha sido denominado el “Verano negro”.
En semejantes circunstancias, favorecidas por el desgaste de la convivencia en el piso de la calle Comercio de Barcelona, se produjo una desbandada general de los miembros de El Rrollo, que marca el final del colectivo. Nazario se ocultó en casa del pintor García Sevilla unos días, y de allí marchó a Marruecos un tiempo, hasta que el ambiente se calmó y consideró oportuno retornar a España.
Parte de este material fue posteriormente recopilado en el álbum “San Reprimonio y las Pirañas”, editado por Gaspar Fraga para ponderar los límites de la censura de la época. Para asombro del autor y del editor, la censura se cebó con la introducción de Terenci Moix, quien fue llevado a juicio, pero las ilustraciones de Nazario no tuvieron objeción alguna.
Se conocen tres ediciones de esta obra:
- 1ª edición (clandestina): Barcelona, 1975, con portada a color, sobre la que se imprimió con aerógrafo morado y plantilla de cartón el nombre “LA PIRAÑA DIVINA”. Tuvo una tirada entre 200 y 300 ejemplares, según el autor.
- 2ª edición (pirata): Madrid, 1976. Fotocopias de la original, solo en blanco y negro. Tirada de 100 ejemplares, según Pablo Dopico.
- 3ª edición (pirata) por International Free Press: Holanda, 1977. Sin el color de la primera edición. Fácil de diferenciar de las anteriores porque la portada está al revés, es una simetría de la original. Se desconoce la tirada que tuvo.