Editorial ;
"El Petiso orejudo", así bautizó la prensa a Cayetano Santos Godino, primer asesino serial de Latinoamérica. Su corta estatura, la cabeza pequeña, el desproporcionado tamaño de sus orejas y la desmesura de su órgano genital llevarían a la ciencia de la época a hablar de un "cretino", un ser predeterminado al crimen.
Buenos Aires, 1912.