El proyecto Un País de Tontos Graves, que incluye la presente publicación y la exposición temporal del mismo nombre, es un llamado de atención, una inflexión en la esfera política chilena, y a preguntarnos de que manera éste se relaciona y acciona una serie de interrogantes con respecto a las diversas coyunturas sociales, culturales y economicas de nuestro país.
El título de este proyecto ni es casual ni azaroso. Lo hemos denominado con este nombre debido a que, en Agosto de 1941 y en el contexto del décimo aniversario de la revista de humor político Topaze, Eduardo Frei Montalva, quién más tarde se convertiría en presidente de la República, afirmaba en una carta al mismo medio que la publicación "ha contribuido a hacer reir a un país que está plagado de tontos graves".
El humor gráfico y político ha estado presente desde el primer cuarto del siglo XIX en nuestro país y ha incorporado diversos soportes y técnicas, una diversidad de materiales y formatos digitales, como el meme, que aquí entendemos como instrumentos capaces de desafinar y revertir la monumentalidad de figuras y personajes asociados al poder y la cultura hegemónica.
La desacralización de personajes publicos y connotados politicos suele ser un acto de subversión, de contracultura, lo es tambien, y al mismo tiempo, de propaganda. Se trata de un mecanismo capaz de configurar un escenario de actualidad en que dibujantes y guionistas deconstruyen figuras y sentidos de sujetos impertérritos, apaciguando lánguidamente a tormentosas figuras que como torbellino impactan en al acontecer social.
La presente propuesta curatorial invita a pensar el humor y sus imágenes como reflejo de su época y, al mismo tiempo, como testimonios de la historia. Dibujos caricaturas e imagenes satíricas que se enfrentan al poder mediante el lápíz y el trazo como principal arma, son hoy piezas presentadas como testimonio del contexto social que las creó que y nos permiten, además, su comprensión y exhibición como documentos históricos, parte del acervo visual de nuestro país.
Pablo Andrade Blanco, director del Museo Histórico Nacional.