Cuadernos grapados de 32 páginas, con cubiertas a color e interiores en blanco y negro.
Publicación estilo fotonovela que narra episodios de la vida de El Niño Fidencio (Irámuco, Guanajuato, 13 de noviembre de 1898 - Espinazo, Nuevo León, 1938), famoso curandero mexicano. Su nombre verdadero fue José Fidencio Constantino Síntora, venerado ahora por la Iglesia Fidencista Cristiana. La Iglesia católica no le reconoce estatus oficial de santo, pero su culto se ha extendido por gran parte del norte de México y el sur de Estados Unidos.
De niño ayudaba al sacerdote en los oficios religiosos y se piensa que ahí aprendió a realizar curaciones con hierbas. En su juventud se mudó a Espinazo, Nuevo León, permaneciendo ahí toda su vida, y fue aquí donde comenzó a realizar curaciones. Se cuenta que, en febrero de 1928, el presidente Plutarco Elías Calles visitó Espinazo y acudió a una sesión curativa con el Niño Fidencio. Aunque, de acuerdo con algunas declaraciones, nadie conoció el padecimiento del mandatario, se ha dicho que se trataba de lepra nodular, misma que fue curada por el Niño Fidencio.
Se narra también que Fidencio era famoso por realizar operaciones sin anestesia sin causar dolor en sus pacientes y por relacionar sus curaciones con lugares específicos del poblado, como un árbol de pirul desde el cual arrojaba objetos a los congregados a su alrededor siendo curados quienes recibían el golpe y un charco lodoso ubicado en las afueras del poblado, donde sumergía a sus seguidores. Después de su muerte, en 1938, se fundó la Iglesia Fidencista Cristiana, encargada del culto y difusión de los milagros del Niño Fidencio, aunque existe otra asociación denominada Movimiento Fidencista Independiente, dedicada también al culto del Niño Fidencio.
Según sus seguidores, Fidencio sigue obrando milagros a través de encausadores de sus poderes denominados “Cajitas” o “Materias”, mismo que realizan curaciones en su nombre. La fiesta patronal dedicada a este santo se celebra del 17 al 19 de octubre.
Esta publicación se ubica en la juventud de Fidencio, cuando ya realizaba curaciones y milagros. El argumento gira alrededor de las curaciones y milagros que realizaba, basado en historias supuestamente reales, contadas por el mismísimo Niño Fidencio, a través de una “cajita” que estaba en el comité editorial de la publicación, sin que se especifique el nombre de la persona que encausaba al Niño Fidencio. Los editores invitaban a los lectores a enviar sus preguntas al Niño Fidencio, el cual contestaria sus preguntas en la 2ª de forros de cada número, y de ser necesario se les enviaría una respuesta mas prolongada por correo hasta su domicilio, e incluso medicinas gratis para tratar el padecimiento que tuviesen.