Cómic editado con los trabajos de autores chilenos en exclusiva, a imagen de Amazing Stories y Marvel Tales publicados en EEUU, alcanzó solamente 10 numeros, lo que según declaraciones de los profesionales que colaboraron en el proyecto se debío a la incompetencia de su director Gilberto Ulzurrún, al que "se le fué de las manos".
Las portadas no fueron desde luego de lo más atractivas y marcaron de alguna manera el rechazo de los posibles compradores, a pesar de que internamente contenían algunos trabajos meritorios obra de profesionales de la talla de Oscar Camino, Germán Gabler, Juan Araneda y Juan Francisco Jara entre otros.