Dedicó parte de su espacio al humor gráfico, no así a las noticias o textos teóricos, de los que carece casi por completo. A partir de su número 11, no obstante, aparece la página de opinión Asturcultura, por Xosé Nel Caldevilla, y Acuse de recibu, donde se comentan otros fancines y revistas. Asimismo, organizó varios concursos de historieta y humor gráfico y mantuvo una línea editorial constante durante sus dieciséis números. Los interiores de portada se utilizaron principalmente para insertar publicidad y, ocasionalmente, humor gráfico. Lanzó también la colección El Llapiceru del Antifaz que, a modo de línea, publicó tebeos de varias series de la revista.
Contó, en su financiación, con el apoyo de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes del Principado de Asturias y del Ayuntamiento de Gijón.