Pliego de ocho páginas en bicolor y blanco y negro. Tebeo suplementario de la revista El Hogar y la Moda. A partir del núm. 38 las dimensiones fueron de 25 x 17 cm. y se redujo el número de páginas de ocho a cuatro (o sea, de dos pliegos a uno), la cara de cubiertas pasó a estar impresa en color y la otra en b/n.; posteriormente el formato aumentó a 30 x 20 cm.
Según el estudioso Dionisio Platel, con respecto a la primera etapa, que abarca del num. 1 al 37:
«El primer número de esta publicación data del 25 de diciembre de 1925, lo edita la empresa Sociedad General de Publicaciones, ubicada en la calle Diputación, 211 de Barcelona. No tiene precio facial, ya que se regala junto con su revista madre, El hogar y la moda. Formada por dos pliegos doblados por la mitad que suman un total de ocho páginas, son sus medidas de 13,5 x 18,5 cm. y esta impresa en bicolor. Aparecen tres números mensuales, los días 5, 15 y 25 de cada mes. En su interior, que se compone de chistes, historietas y amenidades para un público infantil, podemos apreciar el trabajo de diversos dibujantes y humoristas como Jean Rapsomanikis, Pere Prat, Ramón Miret, Marc Farell, Manuel Urda, Martí-Bas, Robert, Apa, Junceda, Serra Massana o Cornet. La contraportada está destinada enteramente a publicidad.
Aparte de chistes de una o dos viñetas y de las historietas de una sola página, en las páginas centrales nos muestra viñetas con textos al pie que exhiben continuidad. Así podemos ver en los dos primeros números “El Príncipe Corazón”, dibujada por el griego residente en España Jean Rapsomanikis. El cuento ruso “El tzar Sultán”, del mismo autor, en los números 4 y 5. “Juanito, el grumete”, de Serra Massana, se alarga desde el número 7 hasta el 9 en entregas de cuatro páginas. En el número 10 comienza el serial “Cazadores de lobos”, de Rapsomanikis, basado en la novela de James Oliver Curwood, cuyo fin llega en el número 22. Continúa “Misterio en la India”, de Miret, durante tres números, 23, 24 y 25. En el siguiente, el 26, comienza otra historia de aventuras de la mano de Rapsomanikis, “En poder de los hurones”, que concluye en el 31. Y del mismo autor, desde el 33 hasta su conclusión en el número 37, “Boca de coral”, ambientada en la China del siglo XIX.
Entre los años 1925 y 1926, en España todavía no se había generalizado el uso de globos o bocadillos como recurso expresivo dentro de las historietas. Debajo de cada viñeta se acompañaba un texto que explica la trama; los diálogos de los personajes, como en las novelas, van precedidos de un guión para diferenciarlos de la narración en sí. Esta mezcla de dibujo y escritura se denomina en Italia con el termino griego teatral didascalias, pero no debería usarse así en castellano. Todos los chistes e historietas que aparecen en esta publicación tienen su texto al pie con los diálogos o su correspondiente narración, pero podemos observar en la portada del nº 27, como hecho anecdótico y puntual, un bocadillo dentro de un trabajo cómico de Robert titulado “Los coches diminutos”.»