Cuadernos con interior a dos tintas y cubiertas en color.
Intento tardío de Salvador Pruneda, dibujante y cocreador del personaje junto al guionista Carlos Fernández Benedicto, de rescatar la popular tira de prensa que apareció orginalmente en el Dominical de El Heraldo el 1-I-1921, desapareciendo en 1923 con la clausura de este diario. En 1916 reapareció brevemente en El Demócrata, y finalmente recabó en El Nacional, donde permanecería dos décadas. La serie hizo una breve reaparición en formato de comic book con autoría completa de Salvador Pruneda, que llegó a publicar menos de 20 números antes de su cierre, que supuso la desaparición definitiva del personaje.