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Revista semanal ilustrada de carácter humorístico y festivo, “obra de una bien conjuntada pareja de excelentes periodistas” (Gómez Aparicio: 1971), formada por el dibujante Ángel Gutiérrez Pons, como director artístico, y, el también dramaturgo, Francisco Serrano de la Pedrosa (-1926), como responsable literario. El primero sintetizó su firma en A. Pons, no sólo en ésta sino en otras revistas satíricas y en los diarios donde colaboró, mientras que el segundo utilizará también el seudónimo Cabezudo. La Caricatura hizo su primera entrega el siete de mayo de 1892, y la última es la número 69, correspondiente al doce de noviembre de 1893, por lo que su existencia se redujo prácticamente a un año y medio. A juicio de Gómez Aparicio, “su desenfado, siempre dentro de un cuidadoso apoliticismo”, inundará muchas veces los terrenos de “una audaz picardía”, aspecto este que se observa no sólo en algún texto sino especialmente en las figuras femeninas que aparecerán dibujadas “ligeras de ropa”.
A partir del 22 de octubre, con el número 14 (con el que también comienza la colección de la Biblioteca Nacional de España), multiplica sus páginas, de cuatro a dieciséis, al tiempo que reduce su tamaño y las columnas disminuyen de cuatro a tres. También irá variando su diseño, incluido el de su cabecera, y a partir del primero de octubre de 1893 (número 63), vuelve a reducir su formato y el número de columnas de sus páginas (ahora compuestas a una o dos). Aunque su primera etapa estuvo casi exclusivamente dedicada al grafismo y a la inserción de breves artículos humorísticos y satíricos, a partir del citado número 14 aumenta la parte literaria con unos textos que, a juicio de Celma Varelo (1991), resultan “intrascendentes”, siendo el propósito de la revista el de “entretener y divertir”. Durante el mes de mayo de 1893 (números 42 a 45) las entregas son de mayor paginación, entre la veintena y las 36.
Aun así, tanto en la citada entrega 14 (en la que aparecerá ya indicado Ángel Pons como director artístico) como en la siguiente da cuenta de una larga lista de más de una treintena de colaboradores literarios, entre los que se encuentran Leopoldo Alas (Clarín), Mariano de Cavia, Sinesio Delgado, Joaquín Dicenta, José María Esbrí, José Estrañi, José Estremera, José Francos Rodríguez, Manuel Matóses, José Ortega Munilla, Eduardo y Manuel de Palacio, Jacinto Octavio Picón, Salvador Rueda, Antonio Sánchez Pérez, Luis Taboada o Pedro Bofill.
La revista empezó saliendo los sábados y después los domingos, estampada en la litografía de Méndez y en la imprenta de Enrique F. de Rojas, apareciendo indicado como administrador Ramón Millet. En su número 54, de 30 de julio de 1893, se señala como sus propietarios y editores a los de la madrileña imprenta y litografía Aleu y Compañía, a partir del cual se produce un nuevo cambio en la revista y comienzan a aparecer las firmas de jóvenes escritores como nuevos colaboradores, entre los que se encuentran Enrique Paradas, Miguel Sawa, Leopoldo Cano, Pedro Barrantes o Manuel Machado, apareciendo también dibujos de A. Abreu (A.A.). Otros seudónimos que firmarán sus textos son Varapalos o Palmerín de Oliva.
Los contenidos de cada entrega se reparten casi a partes iguales entre decenas de fotograbados (chistes gráficos, caricaturas, tiras o historietas cómicas, con sus correspondientes pies), cuya autoría corresponde casi en su totalidad a A. Pons, y a veces a Rojas (que firma también con la inicial R.), y los textos (artículos, relatos o poemas), algunos de cuyos contenidos van insertos en secciones propias. Así, en la sección Los nombres del día, Pons dibuja retratos de personajes célebres; en la sección Humoristas se reproducen poemas o breves narraciones de carácter sarcástico de autores clásicos; bajo el epígrafe La semana, se publican comentarios sobre la actualidad, firmados por Serrano de la Pedrosa, Eduardo de Palacio o más adelante bajo el seudónimo Tablante de Ricamonte, que Domingo Paniagua atribuirá a los hermanos Manuel y Antonio Machado. El primero usará también el de Polilla y, el segundo, el de A. Cabellera. Estos textos serían pues las primeras colaboraciones en prensa de ambos literatos. Asimismo, se publican unas Gacetillas teatrales y artículos que podrían calificarse de fondo, de Andrés Mellado, Silverio Lanza o el citado Ortega Munilla, textos estos de crítica de costumbres, de tipos o de instituciones, como también lo son los que publica Clarín en la sección Paliques. Asimismo, incluirá textos traducidos de creación literaria, como son unos cuentos franceses. Cuenta también con abundante publicidad comercial en su última plana, introduciendo los anuncios en verso. Cuando Pons es nombrado director artístico de La Correspondencia de España (1859-1925) la revista deja de publicarse. Con este mismo título –La Caricatura– el dibujante Eduardo Sáenz Hermúa (Mecachis) había dirigido previamente, entre 1884-1887, otro semanario igualmente humorístico, que también forma parte de la colección de la Biblioteca Nacional de España.