Editorial :
Alien Triste no tiene plata, tiene problemas sociales, es celoso y resentido. En pocas palabras, lleva una vida que pocos envidiarían. Teniendo en cuenta estas características, se podría pensar que no estamos ante un personaje querible. Pero nada más alejado de la realidad: a través de la ironía y el cinismo, el humor (negro) de las tiras de Alien Triste penetra inesperadamente en los lectores, como un reflejo de todo lo que no nos animamos a decir, pero que no dejamos de pensar.
A través de la máscara de la tira autobiográfica (tan ficticia como la del mismo personaje), Alien Triste, con su rostro en apariencia inexpresivo, exhibe un mundo original, desbordante de imaginería propia, que visibiliza muchas de las cosas que preferimos ocultar.
Dice Podetti en el prólogo al libro: “El Alien Triste es la quintaesencia del Artista. Además de dar lástima, se la pasa pensando una y otra vez en sus nimias obsesiones, perdiendo el tiempo en Internet o escuchando heavy metal, jactándose de su inutilidad total para las cosas prácticas, rumiando su bronca por las odiosas comparaciones (“Dibujás parecido a Moebius”) o sintiéndose amenazado por otros de su especie.