Vicente Vañó se inició en el dibujo a edad muy temprana de la mano de su padre (Eduardo Vañó Pastor creador de Roberto Alcazar y Pedrín, que es la serie más larga del tebeo español y una de las de mayor éxito pues se publicaron 1.219 cuadernos entre 1941 y 1976), con quien colaboró, junto a su hermano Eduardo, en la confección de los últimos episodios de la colección de cuadernos Milton el Corsario. También trabajó en otros proyectos solo con su hermano Eduardo o bien como autor completo, generalmente para la Editorial Valenciana, en la revista Jaimito (por ejemplo, las aventuras de Juan Mestizo) y posteriormente en la revista SOS. Realizó también Vicente las portadas verticales de Yuki el Temerario, las primeras de El Pequeño Luchador, Kid Tejano,Luchadores del Espacio y Comandos en Acción, entre otros encargos.
Cuando su padre Eduardo Vañó dejó de dibujar Roberto Alcazar y Pedrín por razónd de su avanzada edad, Vicente se hizo cargo de la realización de las hazañas de este personaje (ayudado por su hermano, más especializado en el color).
A partir de 1965, Eduardo y Vicente Vañó trabajaron para el Reino Unido a través de la agencia Bardon Art. Más tarde, en el final de los años setenta y durante los primeros de la década de los ochenta, dibujaron para la Editorial Universo de Italia, abordando trabajos que se publicaron en las revistas Monello, Albo, Intrépido y Bliz, desarrollando allí la calidad de su dibujo. Como curiosidad, cabe destacar que trabajaron con el escritor danés Per Sanderhage en la historieta de acción Bravo Tango y en el cómic publicitario de LEGO Sjørøverne og gullmedaljongen.
También laboraron para la agencia Norma, la cual llevó sus creaciones a varios países europeos. Algunos de esos trabajos fueron publicados en nuestro país, siendo el más conocido Buscando la Muerte, ofrecido en las páginas de la revista Dossier Negro.
Pasado el tiempo, Vicente terminó apartándose de la historieta, lo que supuso para él un cierto alivio porque él mismo declaró una relación de amor-odio con eldibujo. Se sentía atraído por su labor como dibujante pero detestaba las duras condiciones de trabajo que le imponían. Lamentablemente, no permaneció mucho tiempo apartado, porque le diagnosticaron una grave enfermedad y falleció antes de cumplir los sesenta años.