13-X-1958 · Toyama · 
Llamado 寺嶋 一弥 al nacer, Kazuya Terashima quiso ser músico de niño, si bien se graduó en el Instituto de Arte de Takaoka. Con 22 años se fue a Tokio para fundar un grupo de rock, pero como había que subsistir y dibujar se le daba bien, comenzó a vender historietas de manga por diversas editoriales hasta que Shueisha, que le publicó algunas historietas cortas en la revista Shōnen Jump, le convenció de que se dedicara al manga.
Para sus trabajos dibujados adoptó otro nombre, Izumi Matsumoto (o まつもと 泉), con el cual firmó la obra Live! Tottemo Rock'n'Roll, un manga que fue premiado por su editor en 1982. En octubre de 1984, en las páginas de Shōnen Jump inició la serie Kimagure Orange Road, en la que destaca el personaje de Madoka, un personaje frío en un principo que poco a poco va volviéndose cálido (una tsundere); este tipo de personaje sería luego muy imitado por otros autores de manga. La serie gozó de tanto éxito que en 1987 se produjo un ánime inspirado en ella y ocho OVAs, y en 1988 un largometraje, que tuvo continuación en los noventa.
El autor siguió publicando sus historietas en Shōnen Jump en el final de los ochenta, y también en la revista juvenil Super Jump durante los noventa. Obras cortas como Apples o Sesame Street se desarrollaron en sus páginas. La serie que arrancó en 1993 Black Moon apareció, por el contrario, en la revista Comic Gamma y sobre guion de Raita Okura, en un periodo en el que el autor sufría fuertes dolores de cabeza como secuela de un accidente sufrido de niño.
Matsumoto fue un autor muy interesado por el arte digital; hizo sus pinitos como ilustrador con herramientas digitales en el comienzo de los noventa y en 1994 llegó a lanzar una revista totalmente digital, en formato CD ROM, tras fundar la empresa Genesis Digital Publishing Company. No obstante, siguió vinculado al manga tradicional (supervisando trabajos de Megumi Nishino y Yumi Touma) y diseñando videojuegos, como Angel Graffiti.
El final de su trayectoria fue triste. Su obra Eternal Eyes fracasó debido al cierre de la empresa de cómic digital creada por él debido a la crisis económica y sus fuertes dolores de cabeza terminaron por obligarle a ir dejando las series que comenzaba, una por una, retirándose cuando no había cumplido los cincuenta años.
