Aficionado a los tebeos desde su niñez, empezó a coleccionarlos a los 21 años, a su regreso del servicio militar. En su colección, que alcanzó miles de ejemplares, predominaban las obras de autores españoles y norteamericanos de las décadas de los treinta y los cuarenta. Junto a Juan Espallardo, se encargó en 1994 de los textos del libro Alejandro, Pili, Adriano y Jesús Blasco.