Lino Palacio

Lino palacio dibujó desde niño, publicando su primera caricatura en la sección Dibujo Infantil de la revista Caras y Caretas. Por presión familiar se formó como arquitecto pero la pasión por el dibujo le pudo y logró comenzar a publicar ilustraciones y viñetas en el diario porteño La Razón en 1920.

En 1925, tras un viaje a París que le influyó enormemente, decidió lanzar una revista con caricaturas titulada El Cuco, pero no tuvo éxito. Luego, ya en los años treinta, comenzó a publicar habitualmente caricaturas e historietas en Don Goyo y Caras y Caretas al tiempo que ilustraba anuncios publicitarios para la filial argentina de la empresa de publicidad Walter Thompson. Luego se hizo asiduo en diarios como La Opinión, La Prensa, El Diario y en revistas como El Hogar, Mundo Argentino o Billiken. La serie Ramona nació en las páginas de La Opinión, inspirándose en una española que hacía el servicio domestico en casa de su abuelo.

Palacio cursó estudios para ser profesor de dibujo en la Academia Nacional de Bellas Artes, tras lo cual impartió clases en un colegio de Belgrano, sin dejar de ilustrar publicidad o de dibujar para otras cabeceras. En 1931 se convirtió en el director artístico de un suplemento infantil que lanzó el diario La Prensa, donde nacieron sus series Ocurrencias de Pimpollo y La barra de Bolita. También se dedicó a la sátira política por entonces, dado que hizo portadas y dibujos para la revista Cascabel. Singularmente, algunas de sus historietas fueron publicadas a través de agencia en la revista propagandística española La Ametralladora en 1937, si bien estas obras no contuvieron mensaje político alguno. También realizó caricaturas políticas en los semanarios Panorama, Mercado, Azul y Blanco y La Nueva República entre los años cincuenta y setenta. Una de las antologías de Palacio más celebradas ha sido precisamente una con carga política, Historia de la Guerra, por ser una suerte de crónica dibujada de la Segunda Guerra Mundial. Una de sus series más populares, Avivato, protagonizada por el típico porteño avispado, fue advertida en 1978 por la censura de  Jorge Rafael Videla. 

En 1982 recibió un Premio Konex por su labor como humorista. En el año 2006, el Museo del Dibujo y la Ilustración realizó en el Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori de Buenos Aires, una gran muestra retrospectiva. En septiembre del año 2013, se inauguró en la Ciudad de Buenos Aires, dentro del llamado "Paseo de la Historieta", un monumento a Don Fulgencio, otro de sus personajes.

También desarrolló otras actividades artísticas. En 1939 se convirtió en guionista de cine en la película No te metás, que dirigió Jacobo Muchnick. También realizó esculturas con cerámica esmaltada y pinturas.

Su muerte fue trágica, dado que falleció junto a su esposa tras ser asaltados en su casa por varios drogadictos y ser asesinados por Claudia Alejandra Sobrero, una mujer que mantenía relaciones con uno de los nietos de Palacio.