Periodista y guionista de comics chileno, comenzó colaborando en Quimantú, con apenas veinte años, trasladando al lenguaje de la historieta leyendas clasicas de la mitologia chilena, dibujadas por Guidú, para la revista Cabrochico.
El personaje de Chago Kompón, el gásfiter, para Agente Silencio/Dimensión Cero, con los lapices de Manuel Rojas, fué su siguiente trabajo.
Memorias de un Corresponsal de Guerra,para la cabecera Guerra y Corresponsales de Guerra, con dibujos de Máximo Carvajal, para la misma publicación, supusieron su siguiente colaboración.
A partir de 1973 se dedicó a otros menesteres, teniendo la comunicación como desarrollo profesional.