Fué un reconocido periodista, redactor de El Fígaro, para pasar a ser jefe de vespertino de La Voz entre 1922 y 1939. También dirigió La Hoja del Lunes en 1934, y fue redactor de la Agencia Fabra y colaboró con El Socialista. Tuvo distintas responsabilidades en la Asociación de la Prensa y la Agrupación Profesional de Periodistas. Murió en el exilio mexicano.