Rubén Marchionne, argentino de ascendencia italiana, se formó en el Instituto de Directores de Arte (IDA) en Buenos Aires, tomando clases de Alberto Breccia. Comenzó a dibujar historietas en la editorial Columba, hacia 1969, primero pequeños trabajos o historietas cortas y, desde 1971, una serie: Tres por la ley, escrita por H. G. Oesterheld, la cual firmaría a lo largo de la década con otro autor, José Massaroli, para la revista Fantasía.
Rubén comenzó con mucha energía, porque durante los setenta se tiene constancia de que trabajó al mismo tiempo para publicaciones estadounidenses y para revistas de historietas argentinas. En Estados Unidos se empleó sobre todo en historietas de horror, en cómics del sello Eerie Publications, comenzando por Tales from the Tomb, en 1971, y luego en otras cabeceras de esa casa a lo largo de toda la década: Weird Vampire Tales, Horror Tales, Weird, Terror Tales, Tales of Voodoo, Witches Tales yTerrors of Dracula.
En su patria, se integró en el equipo conformado por Lito Fernandez, Szilagyi y Mandrafina para dar color a la serie Samos, que se ofrecía en El Clan de Mac Perro (suplemento de Billiken). También se creé que firmó historietas bajo el seudónimo Suchio en la revista Turay. Pero su trabajo más recordado de los años setenta fue sin duda la serie Dax, que dibujó Rubén sobre guiones de Robin Wood desde que arrancó en 1978 en la revista D’Artagnan Súper Álbum n° 13, de Editorial Columba. En total, realizaron juntos más de setenta episodios, hasta que Wood abandonó la serie en 1984. En la época en la que trabajaba en Dax, Marchionne compartió estudio con Mandrafina y Macagno, quienes realizaban en paralelo historietas de Savarese y Los Amigos, entre otras. Un habitual invitado a este estudio, llamado ‘Las Tres M’, fue Enrique Breccia, que también participó en Dax –sin firmar- mientras se ocupaba se su propia serie, Ibáñez.
Desde finales de los setenta, Marchionne trabajó para Record también, en series como: Alias Flic, Riff, ambas policiales y escritas por Saccomanno. En los años ochenta, dibujó Express Mulligan (para editorial Columba), con guión de Gustavo Amézaga (Manuel Morini) y, a inicios de los noventa, Iroqués, Time Hunter, y adaptaciones de novelas, como Baño de sangre, Borniche y El falso Mahdí, o de cine como Tiburón. Uno de sus últimos trabajos destacables fue su colaboración con Lito Fernandez en Martin Hel, amén de los encargos cumplidos en el mercado británico e italiano, donde se desempeñó en los álbumes especiales editados allí de Dago.