Desde muy pequeña se sintió atraída por el manga de terror, siendo sus principales referentes Kazuo Umezz, Moto Hagio, Mitsuteru Yokoyama y, por supuesto, el gran Osamu Tezuka. Tras graduarse en la universidad, se incorporó al mundo laboral y, en los ratos libres que le dejaban sus ocupaciones, retomó la pasión por el manga y comenzó a dibujar dôjinshi. Una de estas obras quedó finalista en una revista y llamó la atención de un editor de Kôdansha. En 1987, Inuki debutó como profesional, cosechando desde entonces un gran éxito entre el público. Sus obras, de trazo limpio y apariencia inocente, abordan historias tan cotidianas como inquietantes, que pueden estallar, de una página a otra, en imágenes de gran impacto visual. Entre sus trabajos más destacados cabe mencionar Bukita-kun (1988), Fushigi no Tatari-chan (1991), Present (1993) School Zone (1996), Sasori Onee-sama (1996) o Warau Niku-men (1998).
Actualmente, Kanako Inuki es profesora visitante en la Universidad de Artes de Osaka y profesora en la Universidad de las Artes de Tokio.