A la edad de 17 años, tras graduarse de la Accademia di Brera, Gavioli decidió profesionalizarse como dibujante y comenzó por los fumetti. Se dirigió a la editorial de Alberto Traini y le fueron encargadas varias series humorísticas, entre ellas Carioca, que dibujó sobre guiones de Paolo Piffarerio. En años posteriores colaboró con las mejores revistas de historietas de Italia: Corriere dei piccoli, Il Monello e Il Giornalino.
Una de sus especialidades fue la adaptación de clásicos literarios al cómic, generalmente en tono humorístico y dirigiéndose a un público infantil. Se recuerdan mucho las de: Tartarin de Tarascon, de Alphonse Daudet (con P. Ferrarini, 1976), el cuento popular inglés Robin Hood (con Claudio Nizzi, 1985-1986), el Peter Pan de J. M. Barrie (con Ferrarini, 1987-1988), Alice in Wonderland de Lewis Carroll (con Nizzi, 1988) y The Jungle Book de Rudyard Kipling (1988-1989). Entre 1978 y 1982, ilustró las adaptaciones de Antonio Guerci de fábulas y cuentos de hadas de los hermanos Grimm, Perrault y H. C. Andersen, y también se encargó de la obra Las mil y una noches. Junto con Toni Pagot, adaptó la novela española picaresca La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades (1995-1996) y el cuento popular Alí Babá y los cuarenta ladrones (1996).
En su último periodo como dibujante colaboró sobre todo con Edizione Paoline, en una época de la que se recuerdan dos obras suyas Vita da cani (con guion de Tiziano Sclavi) y el libro didáctico Eroi in pantofole, consistente en un conjunto de biografías de personajes históricos que fue traducido a varios idiomas por todo el mundo. Gozó de reconocimiento en vida y una de sus exposiciones, Raccontare il Nalale (en Arengario di Monza) tuvo muy buena acogida.
Gavioli se dedicó a la publicidad en paralelo a la historieta, y le atrajo mucho la animación, a la que se dedicó durante dos décadas. Fundó un estudio de animación en 1953 con su hermano Roberto, llamado Gamma Films, que se convirtió en un referente del medio (sobre todo en el ámbito publicitario) en los años cincuenta y sesenta del siglo XX, hasta el punto de que jugaron un importante papel en la experimentación formal con nuevos lenguajes expresivos y soluciones narrativas en el ámbito del cine animado. Su estudio produjo una gran cantidad de cortometrajes y algún largometraje, pero sobre todo realizó spots comerciales, siendo Gino el diseñador principal y su hermano Roberto el director. Entre sus largometrajes, el más famoso fue Putiferio va a la guerra, de 1968.
A España no llegaron muchas obras de Gavioli, aunque sí varias adaptaciones de cuentos de Grimm, Andersen y Perrault, publicados por Bruguera en su revista Zipi y Zape Especial. También, por supuesto, el volumen Heroes en zapatillas, editado por Paulinas aquí también, que fue alimento didáctico de toda una generación.