Nacido en España, con apenas un año de edad sus padres emigraron a Chile.
Se formó como dibujante por correspondencia a través del método de Alex Raymond.
A mediados de los años cincuenta comienza con pequeñas colaboraciones en la revista El Péneca realizando ilustraciones infantiles y en Rosita, publicación femenina.
Como otros muchos colegas, a finales de la década dirige sus pasos hacia el mundo de la publicidad, mucho mejor pagado que las historietas.
Con la creación del departamento editorial dedicado al mundo del cómic por parte de Editorial Zig-Zag, de nuevo ingresa en la compañia para la que comienza a dibujar en la cabecera Aventuras Walt Disney, ocupandose de dar vida gráfica al personaje de El Zorro al igual que otros compañeros, Julio Berrios, Germán Gabler, etc.
La todopoderosa Disney prohibia expresamente que los autores del Zorro fueran acreditados, Avelino firmaba exclusivamente con su nombre y Lino, saltandose de alguna manera las normas. Otra peculiaridad según el mismo indicaba en la entrevista que concedío a Ergocomics, y en la que se basa esta resumida biografía, decidió pornerle cara a sus personajes inspirandose en los rostros de conocidos actores del cine.
Jinete Justiciero y El Siniestro Dr. Mortis, fueron otras cabeceras en las que colaboró, bien dibujando o pasando a tinta trabajos de otros profesionales.
En Far West se encarga del personaje de Ray Hunter, así como ilustrando algunas historias de Mawa para Jungla.
Transformada Zig-Zag en Quimantú trabaja sobre el personaje de El Guerrillero para la revista El Jinete Fantasma.
Tras dejar Quimantú se dedica de nuevo al trabajo publicitario hasta el año 1980, volviendo a principios de la decada para participar en Condorito de Editorial Pincel.
En las revistas La Chuchoca, Alternativa y El Estilete dibuja caricatura política y de espectaculos, siendo en la primera donde mas colaboraciones firma, con el seúdonimo A. G. y A. Gallo.
En los años ochenta divide su tiempo entre el dibujo impreso y la animación a través de CineAnimadores, lo que le ocupó hasta entrado el nuevo milenio.
Su último trabajo para la historieta lo publicó en la revista Bandido, para la que creó por primera vez un personaje propio, Aventuras del Capitán Coffeybill, de efímera vida, al cambiar la publicación su línea editorial.