Tras formarse en la École Emile Cohl, Nicolas Fructus comenzó su carrera profesional en 1991 ilustrando libros para jóvenes editados por los sellos Hachette Jeunesse y Fleurus, entre otros trabajos. Se abrió camino en el mundo de la animación un par de años después, atraído por el cine y la fantasía, los motores de su imaginación desde la infancia. En 1996 se incorporó a trabajar en la empresa de videojuegos Arxel Tribe y ofició allí como productor hasta que llegó el nuevo siglo. Fue aquel un periodo muy fructífero, durante el cual trabó amistad con Moebius (tras colaborar con él en el juego Pilgrim) y especialmente con Philippe Druillet (coincidió con el gran demiurgo del underground francés en la videoproducción Ring, una adaptación de El Anillo de los Nibelungos de Wagner). No parece casualidad, por lo tanto, que en el año 2000 interrumpiese Fructus su labor en la producción de videojuegos para dedicarse a partir de entonces a la historieta.
Entre 2001 y 2007 trabajó en los cinco álbumes de la serie Thorinth, que le publicó Humanoïdes Associés. Esta labor la alternó con la producción y el diseño de escenarios para proyectos cinematográficos, puesto que desde 2002 se encargó de parte del diseño de las películas de Arthur y los Minimoys. Desde 2008, además, retomó su labor como ilustrador de obras fantásticas para los sellos Belial y Mnemos, y para juegos como Zombicide, Takenoko y otros.
Sus mejores obras recientes son el cómic en tres álbumes Showman Killer, realizado junto al gurú Jodorowsky, y Le petit neveu de Pickman, una adaptación de Lovecraft que bascula entre la ilustración y el cómic. Los universos del horror lovecraftiano le han atraído a Fructus de manera especial en los últimos quince años, como demuestran sus ilustraciones para los libros sobre emplazamientos de ese universo de ficción: Kadath, Un an dans les airs, Jadis, los tres editados por Mnemos, y Gotland, por Belial.