María Dembilio asegura que ya desde pequeña llevaba el dibujo en las venas, empleando su tiempo en la escuela en dibujar al final de las páginas de su cuaderno a Blancanieves y los 7 Enanitos.
Comenzó en 1960 junto a Carmen Mas, trabajado en las oficinas de la agencia Selecciones Ilustradas, inicialmente haciendo correcciones por las mañanas y posteriormente se dedicaría al dibujo de historietas. Permanecería allí hasta 1965 cuando se casa con otro dibujante de la casa, Julián Morote Ribero, con quien comenzaría una relación amorosa en 1962. En 1966 nace su hija Cristina.
Trabajó para Bruguera y Toray y especialmente para el mercado extranjero, colaborando en revistas británicas (Tammy, Love Story) y para Oberon en Haarlem (Holanda). En su etapa con Bruguera, trabajaría casi exclusivamente a través de agencias, viendo sus trabajos publicados en los mercados de Suecia, Italia, y Los Países Bajos. También trabajó la editorial alemana Bastei, por mediación de José Ortega. En España su trabajo sería publicado en Rosas Blancas y Azucena, entre otras.
Debido a la escasez de trabajo bien remunerado en España, se embarca junto a su marido en un viaje de diez días dispuestos a buscar trabajo por su cuenta en la industria del cómic en París, Bruselas y en algunas ciudades italianas.
María realizaría algunos de sus trabajos a duo con su marido Juliás Morote, complementando cada uno lo que no deseaba realizar el otro. Así, Julián adoraba leer el guión y comenzar la historia, pero odiaba dibujar fondos interiores y edificios, mientras completaba esa parte del trabajo, vestía a los personajes y entintaba.
Desde el año 2000 da clases de dibujo y pintura en un Club de Donnes de Castelldefels, después de cogerle el gusto a la pintura tras un curso de manualidades.