Rubens Cordeiro

Dibujante impenitente desde muy joven, autodidacta además de un voraz lector de revistas de historietas como O Globo Juvenil y Biriba, Rubens Cordeiro se inició profesionalmente en el medio a una edad más bien tardía cuando ya cumplidos los treinta años logró conocer por mediación de Rivaldo Amorim de Macêdo al historietista Eugênio Colonnese. Entregándose a un rápido aprendizaje en labores de entintado y acabado de muy diversas obras junto al cofundador del Estúdio D-Arte a partir de 1966, inicialmente a imitación de uno u otro autor hasta acabar desarrollando cierta predilección por el dibujo en blanco y negro que prolongaría inclusive durante su senectud y a experimentar a través de la técnica del gouache para la ilustración de portadas. Con un estilo consolidado gracias a la creación de breves historietas de horror y terror para editoriales como GEP (Gráfica Editora Penteado Ltda.) y Taíka, Rubão enseguida pasó a colaborar en el desarrollo y producción de las más diversas series y personajes superheroicos nacionales junto a otros dibujantes y guionistas como el propio Colonnese, Luiz Meri, Apa (Benedito Aparecido da Silva), Carlos M. Vaya, o Rivaldo Amorim. Este último, periodista, humorista e ilustrador, con quien Rubens Cordeiro previamente elaborara una tira de prensa de temática histórica y carácter divulgativo titulada Grandes guerras para el periódico Diário da Noite entre 1964 y 1966, jugó un papel decisivo como editor en la percepción que muchos aficionados brasileños se formarían al asociar para la posteridad el nombre del dibujante al de algunos de los superhéroes brasileños publicados por la paulista Editora Graúna a rebufo del desembarco y promoción a través de las gasolineras Shell de los personajes Marvel traducidos por la empresa Ebal (Editora Brasil-América). Superhéroes brasileños como Golden Guitar, Homem-Fera y Mystiko que acabarían protagonizando un regreso más o menos sonado con el tebeo Operação Jovem Guarda durante el año 2017, exitoso aunque en total consonancia con la falta de continuidad de la que adolecen la mayoría series y colecciones superheroicas producidas en Brasil, de la mano de Opera Graphica y con guiones de Arthur Garcia y dibujos de Rubens Cordeiro.

Destaca de la misma manera, quizás más dada su mayor prolongación en el tiempo, su conexión con la tradición historietística brasileña en materia de horror y terror. Por haber participado en revistas del género desde sus inicios en los años sesenta a la década de los ochenta y principios de los noventa, por ejemplo, en revistas de renombre como Calafrio y Mestres do Terror pertenecientes a la editorial D-Arte de Rodolfo Zalla. Y aún mucho después con su colaboración en la traslación a la historieta de los cuentos del escritor romántico Álvares de Azevedo para la antología Noite na Taverna publicada en el año 2011 dentro del sello Clássicos Brasileiros Em HQ de la editorial Ática con destino preferente en las escuelas brasileñas, y, sobre todo, gracias al relanzamiento de Calafrio bajo el sello Ink & Blood Comics en 2015.