Amante del dibujo desde la infancia, creó sus propios fanzines para su pequeña comunidad de vecinos siendo un chaval. Se formó como artista en la escuela de arte ERG de Bruselas, sintiéndose muy atraído entonces por el videomontaje y el diseño web.
Comenzó como profesional ilustrando libros y luego saltó al diseño web en la empresa Cromozone, a la que destinó siete años de su vida. La abandonó cuando el editor de la revista Spirou, Thierry Tinlot, le reclamó para dibujar historietas. Realizó una infantil de ocho páginas, junto a Vincent Zabus, que sería el germen de su serie Le Monde selon François. Tuvo buena acogida y dio lugar a varios álbumes publicados entre 2007 y 2009.
Como alternaba la historieta con el diseño, Collin dedicó mucho tiempo a la ilustración durante los primeros años de la segunda década del siglo XXI. Sobre todo trabajó para agencias publicitarias, dividiendo su vida entre Bruselas y París. Luego, le encargaron la adaptación al cómic de los personajes cinematográficos Minions y produjo una serie que tuvo gran acogida, con tres álbumes publicados entre 2015 y 2018.
También ha cedido su paleta gráfica para clásicos como Les Tuniques Bleues, Gaston y Marsupilami, y sigue trabajando activamente como ilustrador y diseñador web.