Elsa Brants fue lectora de tebeos desde cría, y a los doce años era tan fan de Gotlib como de Rumiko Takahashi. Decidió ser historietista y lo logró con la ayuda de Guillaume Lapeyre, a quien conoció haciendo un fanzine. Ambos, abordaron juntos obras como Les chroniques de Magon, actuando Elsa solo como colorista pero ella aspiraba a más y finalmente se convertiría en una historietista muy popular, sobre todo por su obra Save me Pythie.
Las series más importantes en las que ha participado han sido: Les Contes du Korrigan, Weëna, Okhéania, Lily y Nanami, entre otras.