Director artístico en la agencia de publicidad DPZ durante un largo período, su interés por el aspecto más visual y plástico del diseño industrial le llevaría a fundar junto a varios socios la agencia de ilustración Macacolândia. Desarrollando a partir de entonces trabajos de ilustración para las mayores empresas de publicidad de Brasil. Y solo desde el año 2006 a pensar en el dibujo de historietas como una actividad artística dentro de la que podría llegar a desempeñarse de manera profesional; tarea a la que se entregó con una convinción comparable a la de dibujantes mucho más jóvenes que él, al inscribirse en un curso de perspectiva a cargo de Octavio Cariello en la prestigiosa escuela brasileña Quanta Academia das Artes. Materia que compaginaría con el curso por correspondencia de la escuela fundada por el dibujante Joe Kubert en los Estados Unidos. Con este redescubrimiento acelerado del medio Danilo Beyruth demostró ser capaz de despojarse de los prejuicios emocionales y profesionales que muy bien pudieran haber lastrado en su acometida al mundo de la historieta a quien ya por entonces era un ilustrador con una carrera plenamente consolidada en el campo de la publicidad. Cuya determinación e ideas le llevaron a conquistar en apenas cuatro años varios premios en su país con Bando de dois. A que este tebeo acabase siendo seleccionado como lectura escolar dentro del programa PNBE (Programa Nacional Biblioteca da Escola) y, finalmente, a despertar también el interés de editoriales extranjeras por los derechos de un título que terminaría siendo publicado en Francia durante el 2013, por EP Media, merced a una ayuda del Programa de Apoio à Tradução e à Publicação de Autores Brasileiros no Exterior (CPLP), Argentina y Portugal.
Si bien el éxito de Bando de dois vino precedido por el de un personaje anterior al que Beyruth bautizó con el nombre de Necronauta. Suerte de superhéroe que se presenta enredado en una perpetua misión salvífica entre las ruedas de vivos y muertos como un provisional guía de estos últimos, o, a veces, casi más como un remedo de cazarrecompensas de las almas descarriadas que se resistan a abandonar las esferas inferiores. En una serie de historias casi siempre de cortísima extensión mediante las que el dibujante hizo patente su habilidad a la hora de manejar una misma narración desde distintos puntos de vista dentro de una historieta y su inclinación a componer figuras exageradas como un modo de evidenciar tensión. O de plantear una presentación más imninente del conflicto o de los personajes. Con la que además suele evitar la exhaustiva definición de los fondos de un escenario con que se puede llegar a comprometer el tipo narraciones en las que se privilegia la acción. Y por las que Danilo Beyruth fue reconocido ya en su estreno en el exclusivo mundo de la historieta superheroica estadounidense como un efectivo narrador desde que fuera invitado a participar de colecciones y antologías como Jesus Hates Zombies: Those Slack-Jaw Blues y Popgum. Para la que dibujó la que sería su sexta entrega del Necronauta, y primera historia del personaje realizada en color, tras cuya realización le serían abiertas las puertas de este mercado reconociéndosele la prestancia vigorosa a la vez que diligente de su pincel y la eficacia y espontaneidad de sus diseños de página. Particularmente apreciados por los seguidores de personajes como Los guardianes de la galaxia, el Motorista fantasma y Gwenpool.
Entre la producción brasileña del dibujante, y aparte del inicial y sorprendente Bando de dois, donde el habitual abordaje histórico del relato de caganceiros cargado de resonancias sociales se veía impulsado por su equiparación al género del western, y, en concreto, al espíritu de violencia y fatalidad con que el que se reconfiguró desde los elementos en él diseminados por el spaghetti western, destacó la actualización del personaje Astronauta, que de la mano de Danilo Beyruth alcanzó a erigirse en uno de los estandartes para la línea de renovación del universo MSP llevada a cabo a partir del 2010 por el editor Sidney Gusman para Mauricio de Sousa Produções y la división brasileña de Panini. Proyecto al que Beyrut se sumó en principio con una pequeña historieta del fantasmal Penadinho antes de acabar siendo el autor escogido para encargarse de la serie de álbumes enclavados dentro de la más pura ciencia ficción que tendrían por protagonista al astronauta brasileño creado por Maurício de Sousa en 1963. Aventuras mucho menos humorísticas y más sofisticadas en sus argumentos de lo que hasta entonces solían para un personaje ideado en su origen para el disfrute infantil. Del que pronto se llegaría a producir una miniserie animada a partir de los diseños de esta su última y más definitiva encarnación.
La misma saga del Necronauta fue reconocida con recopilaciones de factura profesional y amplia distribución comercial que recogieron las primeras aventuras aparecidas por primera vez en forma de fanzine junto a la creación de algunas nuevas historietas a las que fueron convocados otros autores. Incidiento de uno u otro modo en la expansión de este personal universo sobrenatural y superheroico.
Algo menos afortunada en su recepción y difusión, la historieta publicada por Panini Brasil en dos partes São Jorge mostró sin embargo a un Danilo Beyruth mucho más comprometido con la labor de documentación que en su primera obra de ambientación histórica basada en el bandidismo del nordeste brasileño. Más notable argumentalmente que aquella, en São Jorge el historietista brasileño no se detiene simplemente en agotar la ambientación y los escenarios creando una intrigante mezcla de peplum y relato caballeresco donde la apoteosis del héroe se aleja del sentido simbólico dado al buen combate por la leyenda y el folclore a este príncipe mítico. Fijándolo como una unión entre épocas y concepciones de la historia enfrentadas.
Más genérica en su tratamiento resultó el proyecto auspiciado por la agencia de autores Chiaroscuro Studios para el que Danilo Beyruth se encargó de crear y diseñar un universo completo de superhéroes concentrado en un único tebeo, en el que llegaron a participar hasta cincuenta autores más: Dias de horror. De resultado desigual por cuanto a pesar de una premisa en ciertos aspectos original que situaba como protagonista de la historia a un supervillano a punto de ser juzgado por traición a la Tierra y el asesinato de sus tres mayores campeones tras haberse aliado con invasores extraterrestres tuvo una coordinación dispar y poco sensata de la labor de los dibujantes implicados. La narración más vehemente de Bando de dois volvieron a encontrarla los seguidores de Danilo Beyruth en el siguiente título de intriga y suspense lanzado bajo el sello DarkSide Graphic Novel: Samurai Shirô. Con una historia que pese a su título se desarrollaba en tierras brasileñas. De las pocas obras que todavía en la época de su lanzamiento acertaban a aprovechar el fenómeno de la inmigración japonesa en Brasil como pretexto para una creación historietística moderna.
El haber sido a su vez fuente de inspiración y diseñador de personajes en la película brasileña de terror dirigida por Vicente Amorim Motorrad, fue una muestra más de la relevancia alcanzada por este historietista y de su veloz encumbramiento dentro del escenario de la historieta en Brasil.