Prolífico escritor argentino de las llamadas en España novelas de a duro, para cuyo mercado guionizó para varias editoriales, Ferma, Bruguera, etc,
Incansable aventurero y viajero (visitó todo tipo de sitios agrestes y selváticos de América), volcó en su narrativa toda esta experiencia. Si bien arrancó como escritor en la década del cuarenta con algunos libros de historia, pronto se dedicó de lleno a escribir pilas de colorida ficción para distintas editoriales como Tor y Acme. Rápidamente con su nombre y varios seudónimos que eran anagramas, se especializó en aventuras sobrenaturales de piratas y en westerns que a menudo se hundían de soslayo en lo fantástico. Citaremos "EL AZOTE DEL CARIBE", "MORGAN EL FILIBUSTERO", "EL CORSARIO DE LA VIRGEN", "EL MUERTO QUE REÍA", "EL VAMPIRO ATACA", "UN ARGENTINO EN TEXAS", etc. aunque tal vez dos de sus mejores y más refinadas obras sean "LA SONRISA DEL BANDIDO", un amargo western con incursiones en la clarividencia situado en un valle encantado, y en el que aparece como protagonista su hija Leonor, y "RAYO DORADO", novela infantil en donde se personifica a una paloma mensajera y que inauditamente adereza elementos de espionaje y de las gadget-stories. Sus últimas historias publicadas se vieron en los kioscos en los '60 para Tor, si bien posteriormente Acme reimprimió un par de novelas suyas. En los ochenta, hacia el final de su vida cuando dirigía una librería en Bolivia, se dedicó a la novela erótica. Falleció en dicho país. En 2006, GURBO publicó un cuento de CF suyo inédito: "La perla del espacio".
Rodolfo Bellani firmó con el seudónimo J.A. Brau Santillana unos veinte entregas de Tarzán para la editorial Tor (los llamados “tarzanes apócrifos argentinos”), continuando la treintena escritos por Alfonso Quintana Soler, entre los que figuran los siguientes títulos: Tarzán y el búfalo de barro, Tarzán y el buitre maldito, Tarzán y la diabólica Ofelia, El rey de la selva y el judío errante, Tarzán y el Angus Circus,Tarzán y el hurón o, incluso, un tardío, inhallable (publicado en 1936, de manera aislada y por entregas) Tarzán en Etiopía, “con una fuerte crítica –en palabras de Carlos Abraham– a la intervención italiana en dicho país”.