Daniel Azulay

Daniel Azulay fue un artista y comunicador que influyó en varias generaciones de brasileños gracias a su participación en espacios televisivos desde los que animaba a niños y jóvenes a explorar distintos campos artísticos. Desde el ejercicio del dibujo y la pintura a la construcción de juguetes a partir de piezas y elementos caseros reciclados mucho antes de que la formación de una conciencia ecológica en los aprendizajes infantiles se introdujese como un componente más o menos habitual dentro de la programación de las cadenas de televisión brasileñas. Esta labor educativa y de entretenimiento opuesta a la mercantilización y estilo entre circense y musical que se acabaría imponiendo a partir del éxito de los programas infantiles conducidos por la modelo Xuxa (Maria da Graça Xuxa Meneghel) acabó por limitar la participación de Daniel Azulay en el medio televisivo a algunos pocos espacios de menor difusión desde mediados de la década de 1980 en adelante. En un proceso que sin embargo llevó al autor a concebir métodos audivisiolales para la enseñanza del dibujo y a desarrollar proyectos de carácter social para la educación artística en la infancia así como talleres de creación por todo el mundo. Granjeándole no solo una enorme popularidad sino también el reconocimiento institucional por su labor en la formación e inserción social de niños y adolescentes.

La creación de la Turma do Lambe-Lambe a mediados de los años setenta ayudó a introducir las preocupaciones educativas del autor dentro de las dinámicas televisivas, generando además una serie de licencias y productos en torno a estos personajes infantiles entre los que se contaron algunas efímeras colecciones de tebeos producidas por los equipos de guionistas y dibujantes de las editoriales Bloch y Abril entre 1980 y 1984. No obstante, la actuación como conductor de este programa pudo llegar a eclipsar la trayectoria de Daniel Azulay como artista plástico y caricaturista. Campos ambos en los que despuntó con exposiciones de sus pinturas en diversos países y la consecución de algún galardón de relevancia internacional, como el Gran Premio de la Exposición Internacional de Cartoon de Grecia en 1975 que le fue concedido por una viñeta satírica alusiva al autoritarismo y los fascismos. Y que en 1985 encabezaría el capítulo dedicado al golpe militar de 1964 en el emblemático libro del antropólogo y escritor Darcy Ribeiro Aos Trancos e Barrancos. Como o Brasil deu no que deu. Otro prócer de la cultura brasileña y la lucha por la educación como Carlos Drummond de Andrade también destacó las capacidades plásticas de las caricaturas de Daniel Azulay vertidas bajo influencia del dibujante Saul Steinberg en la realización del álbum titulado Jerusalém (1974). Una obra que no se desmarcaba completamente de la línea de experimentación con la que el dibujante se introdujo en el medio de la historieta a la edad de los dieciocho años con sus trabajos en prensa, publicando en periódicos, suplementos y revistas, como Jornal dos Sports, O Cruzeiro, Garotas, Mais, Correio da Manhã, o Última Hora, y la creación de algunas tiras y personajes que luego alcanzarían a ser citados como referencias de interés en diversos estudios brasileños sobre el medio. Tales como las críticas aventuras del Capitão Cipó dibujadas bajo la influencia del ilustrador Heinz Edelmann para el Correio da Manhã entre 1968 y 1969. O el Capitão Sol, creado un año antes para el periódico O Sol, según la misma línea de crítica hacia los superhéroes y personajes estadounidenses llevada a cabo por el humorista e ilustrador Ziraldo, principalmente entre 1967 y 1972.

Daniel Azulay falleció tras contraer el virus COVID-19 mientras se encontraba hospitalizado en la Clínica São Vicente de Río de Janeiro bajo un tratamiento por leucemia.