De infancia humilde, apenas recibió educación reglada dado que tuvo que trabajar para apoyar la economía familiar. Fue aprendiz de litógrafo desde los doce años y aprendió rápidamente el oficio de impresor. Siguió estudiando por su cuenta al tiempo que adquirió la vocación de pastor, desde 1908, en la Escuela Dominical de la Iglesia Bautista de Barcelona, de la que sería director.
Con su familia en contra, decidió seguir cursos en el barcelonés Instituto Bautista y se convirtió en pastor, oficiando en varias iglesias de Sabadell, Binéfar y Lleida. Tras la Guerra Civil, Almudévar se dedicó a hacer visitas evangélicas a grupos de personas o en pequeñas iglesias, de forma clandestina.
Se hizo popular por sus recitales poéticos. También llegó a escribir en tebeos, como El héroe cristiano.