Roberto Alfonso Cruz

Esforzado historietista cubano de estilo realista que colaboró habitualmente en revistas como Mella, Pionero, Cómicos, ¡Aventuras! o Zunzún, destacando con series de aventuras ambientación histórica como Guabay, Naoh o Yarí.

Desde su niñez sintió una gran atracción hacia la historieta, atesorando centenares de publicaciones, tiras cómicas de prensa, recortes de revistas y todo tipo de información sobre el medio. A la par se hacía con libros de historia e imágenes de diversa índole: armas, vestuarios, animales… en fin, todos los componentes de un estupendo archivo, enriquecido luego a lo largo de su carrera artística. 

En 1955 se graduó en la Escuela Técnica Industrial de Rancho Boyeros en la especialidad de Pintura Decorativa y se desempeñó en agencias de publicidad y en la decoración de muebles para niños. Participó en la “Exposición de Historietas Cómicas y de Aventuras” desarrollada en el Palacio de Bellas Artes de la Habana del 17 al 27 de octubre de 1957. 

El lunes 3 de marzo de 1958 en un periódico habanero de humilde factura llamado La voz aparece una tira bajo el título Guabay. Un año más tarde, Roberto Alfonso, Luis Matamoros (Lumat) y Alfredo Calvo ponen en circulación Bin Ban, un pequeño fanzine donde Guabay vuelve a aparecer.

En 1962 ingresa en el equipo de trabajo de la revista Mella. Comprometido con el proceso revolucionario llega a ser el Secretario General del Comité de Base de la Unión de Jóvenes Comunistas de dicha publicación. Para la misma realiza numerosas historietas, casi siempre de corte histórico, entre ellas: Parecían débiles, Manuel Ascunce Domenech, FAR, 26 de julio de 1953.

Para el suplemento de Mella, que comenzó a publicarse en enero de 1963, Robe, como firma sus entregas, produjo: Emiliano Zapata, Dien Bien Phu, Tsun Yi… así como ilustraciones sobre Julio Antonio Mella, que acompañadas de textos, aparecían en las contraportadas.

La pasión por la historia y los orígenes del hombre, así como la adaptación de obras literarias ha sido un denominador común a lo largo de su carrera.

Cecilio Avilés, refiriéndose a la obra de este autor, expresaba:

«Portador de un elegante estilo en el que se observa una marcada tendencia al realismo… Sin apartarse de su línea formal, este creador cultiva no sólo el dibujo conocido en el argot gráfico como “serio”, sino que también incursiona en el terreno semihumorístico, aunque realmente donde se ha cosechado sus mejores logros es en el campo del realismo. En sus páginas se puede apreciar fácilmente el manejo de las convenciones de la historieta: globos, onomatopeyas, signos cinéticos, entre otros, son empleados por el artista con una singular maestría.» Avilés (1990)[1]

Para octubre de 1965 Mella se fusiona con el periódico La tarde y nace Juventud Rebelde. Robe comienza entonces a trabajar como ilustrador y dibujante en Pionero. Para el semanario, que tenía por entonces cuatro años de existencia, desplegó todo su talento en historietas como Nobi (1965-1966), Los conquistadores del fuego (1968), Naoh en el país de los monos gigantes (1970), Naoh contra el león de las cavernas (1972), La isla de los delfines azules (1978) o El laborante (1980), todas con el clásico “continuará”.

En este mismo período el autor colaboró con Ediciones en Colores, para su cabecera ¡Aventuras! dibujó más de una veintena de historietas de Guabay de 3 a 4 páginas cada una. 

En 1983 llegó a la revista Zunzún en 1983, creando el personaje Yarí, hermano de Guabay; en historietas de una o dos páginas.

Como ilustrador ha dejado su huella en varios cuadernos bajo el título Patriotas cubanos, que con textos de Ana María Luján ya cuenta con 10 entregas. Se retiró en 1997, pero sigue colaborando con ilustraciones e historietas para diferentes revistas.