El
Coyote lanzó a la fama a Florita, que
pronto habría de tener su propia revista. A continuación
reproducimos del libro Los cómics del franquismo, un
extracto de lo que nos dice Salvador Vázquez de Parga sobre
Florita:
«Descendiente directa de las girls strips
americanas, Florita es, sin ninguna duda y aunque no sea por
ello precisamente conocida, la primera heroína sexy del tebeo
español. Sus primeras apariciones en la revista así lo revelan
al presentar a una muchacha de unos veinte años (muy lejana de
la adolescente en que se convertiría después milagrosamente), de
curvilínea silueta.
»Naturalmente
el nacional catolicismo imperante que se encargaba de cubrir más
o menos hábilmente con discretos velos o encajes los escotes,
bañadores o exóticos vestidos de las figuras femeninas de los
tebeos americanos, e incluso de las actrices que aparecían en
las revistas cinematográficas, no podían consentir que una
heroína española como Florita exhibiera la más mínima parte de
su anatomía, pero ella sabía poner de relieve su sex appeal si
no en su ingenuo (aunque no inocente) diálogo, sí al menos en
sus artificiosas y provocativas posturas y en sus actitudes ante
los hombres. -Es antológica a este respecto la historieta en el
nº 16 de "El Coyote", que reúne todos estos ingredientes,
llegando incluso, en aquel tiempo de férrea censura erótica, a
captar en una de sus viñetas cómo el enamorado de turno de
Florita deposita un nada casto beso en la boca de una amiga de
ésta por motivos no demasiado ortodoxos, mientras ella los
contempla oculta tras un árbol, escena insólita en los tebeos
juveniles de la época.»
Aunque la
popularidad masiva se la llevaron series como El Guerrero del
Antifaz, El Cachorro o El Capitán Trueno y El Jabato,
lo cierto es que hubo más, mucho más: nos hallamos sin duda ante
la edad de oro del tebeo español, que se situó en una posición
privilegiada dentro del concierto editorial
La historieta
española vivió momentos esplendorosos y su proyección nacional fue
cada vez mayor, aunque pasados los años quedase demostrado que
hubo más ruido que realidad... Sin embargo, las bases en que se
había asentado el boom del tebeo español de los cuarenta y
cincuenta demostraron ser muy endebles. El tebeo propiamente
popular desaparece en la década que va de los sesenta o los
setenta. La debacle es generalizada.
Aparecida en el
período 1940-50, junto con la mayoría de edad “intelectual” de los
hijos de la guerra, la revista El Coyote es parte
importante del resurgir de la historieta española. El cuidadoso
diseño de personajes y escenarios y el escrupuloso respeto al
lector, unidos a un estilo directo y pulcro, hacen de esta Revista
el indiscutible punto de partida para la resurrección y
asentamiento del género en España.
Ya
habíamos tenido ocasión de deleitarnos de la pericia gráfica de
Vicente Roso con sus distintos trabajos para el semanario, pero lo
más sorprendente de su colaboración en la revista,
fue el personaje femenino
Florita creado por el
artista tanto en guión como en dibujo. Tres meses después de estar
El Coyote en el
mercado, empezaron a lloverle a Plaza gran cantidad de cartas de
lectoras solicitando que se ampliasen las páginas protagonizadas
por
Florita.
Tanta fue la aceptación de la protagonista, que
Roso sugirió la creación
de una revista para las chicas pero con su heroína en plan
estelar. Así en Mayo de 1949, nacía Florita, quizá la mejor
publicación para las chicas editada en España) Roso abandonó el
mundo de la historieta y a su más emblemático personaje en 1956
para dedicarse al mundo de la ilustración.
Resulta insoslayable la importante
aportación de Vicente Roso, verdadero virtuoso del tebeo femenino.
Y sobre todo la maestría con que describe escenas y situaciones
que en manos menos expertas serían simplemente lamentables, hacen
de la obra de Roso un punto y aparte que le mereció consideración
de autor de culto entre sus lectores / as. Resulta difícil
decidirse por una historieta concreta, no sólo de Florita sino de
otros trabajos que realizara para la publicación.
A partir de 1940 el tebeo comienza su expansión
ateniéndose a dos características importantes, nunca
suficientemente explicitadas pero adoptadas por todos los
dibujantes: los tebeos no tocaban temas políticos, dándole al
público lo que mayormente necesitaban después de la guerra civil:
evasión. ciencia ficción, fantasía, y aventura cotidiana relajaron
a toda una generación. Los tebeos devolvían a la infancia y la
juventud, nutriendo una generación que a lo largo de su vida no
dejará de hacerlo y transmitirá esta necesidad a la siguiente.
Dentro del área cultural española, la publicación más relevante de
1947 es El Coyote, revista dedicada a la historieta, que
entre sus filas además de con Mallorquí, contó con Batet, Adriano
y Alejandro Blasco, Pedro Alférez, Enric Badía, García Lorente,
Emilio Boix, Borné, Cifré, Vicente Roso, Francisco Darnís, Alfonso
Figueras, Ripoll, Julio Ribera, Hidalgo, Urda, y un largo etc.
Muchacha cuerpo de papel
Aunque
en la vida real a las mujeres se les dificulte alcanzar algún tipo
de protagonismo, ellas siempre fueron las estrellas en variadas
aventuras de papel. Las mujeres dibujadas llenaron kilómetros de
papel en la historia del tebeo, reflejando la situación de la
mujer en cada época.
En un principio, representaban la esencia de la
feminidad más pura. La vulnerabilidad lacrimógena plasmaron en
papel lo que los hombres querían ver en las mujeres de cada época
Obsesionados por marcar claramente cuáles eran las
características, el carácter y el rol de cada personaje en tebeo,
los dibujantes tuvieron siempre especial cuidado en que la ropa de
sus chicas dibujadas resultara moderna, actual, chic y apropiada a
su condición. Logrando además un testimonio completo de la
evolución de la moda y del desarrollo del rol de la mujer en la
sociedad a través del tiempo, y en ese aspecto Florita fue uno de
los más claros exponentes del papel de la mujer en la sociedad
española de aquellos años.
En
Florita hay una abierta y a veces velada propaganda a favor del
American Way Of Life. El confort material entendido como la
pertenencia de aparatos típicos de un estatus social, la forma de
entregarse al ocio son las características principales y
reconocibles en el tebeo.
Es destacable, también, la forma que Vicente Roso
planifica sus viñetas
(sin angulaciones exageradas que no vienen a cuento, sin recurrir
a composiciones deformantes sólo para "animar" la página), con una
narración clara y directa que hace destacar la belleza del dibujo,
y que nos fijemos en su contenido.
Las historietas de Florita se leen, aún hoy, con
verdadero placer, sin que importe demasiado lo desfasados que
puedan haber quedado algunos de sus planteamientos. Y tienen,
además, otra virtud: poseen "glamour", Nosotros, desde luego, os
las recomendamos. Y aunque pueda parecerlo, aquí no se pretende
hacer un ejercicio de acopio nostálgico de referentes de los
tebeos, ni se pretende sembrar polémica, y ni mucho menos
erigirnos en ostentadores de verdad alguna.
Cuantos creemos en la historieta clásica,
consideramos que ahora es el momento de redoblar esfuerzos en pro
de un medio que, a fuerza de ser denostado por los demás medios y
por la cultura oficial, corre el peligro de ser olvidado en la
ciénaga de lo prescindible. No queremos que así ocurra. Y por
escasos y modestos que sean nuestros esfuerzos, confiamos en que
de algo servirán. La cultura de nuestra historieta es vastísima y
su recuperación y salvaguarda es una labor necesaria; los
estudiosos de la historieta en España, y usando una cita de
Borges, tenemos «todo el pasado por delante».
Una
y otra vez, Vicente Roso es un referente inevitable cuando se
trata de hablar de la revista de El Coyote.
¿Será necesario explicar quien fue este hombre? Sinceramente creo
que no: su personaje más famoso, Florita, forma parte de nuestra
memoria colectiva. Vicente Roso iluminó con su genio de gran
historietista, la España en blanco y negro.
Ha pasado mucho tiempo y la recuperación de su obra
se ha ido prolongado demasiado y no hay visos de que llegue a
realizarse nunca; para ello estas lineas, igual que las publicadas
en un anterior número, dedicadas a la revista El Coyote, han
intentado ofrecer una pequeña muestra de la labor que este autor
realizó para ella, pero la intención primera es que sea el
merecido homenaje a uno de los más brillantes autores de
historieta de toda la historia del tebeo español. |